CRÍTICA: "La usurpadora" (Televisa, 2019)

No había visto ni La usurpadora original ni ninguna de las versiones anteriores. También tenía curiosidad por saber cómo iba a ser eso de la Fábrica de Sueños, una nueva línea de producción de la que Televisa llevaba meses hablando. Solo por eso la nueva versión de La usurpadora merecía ser vista. Cuando supe que Sandra Echeverría iba a ser la protagonista de esta historia me llevé una alegría enorme. Es una actriz muy versátil a la que sigo desde que la descubrí hace más de diez años en Marina (Telemundo y Argos, 2006-2007).
Me puse con La usurpadora en noviembre. La vi en un mes, casi a capítulo por día. Esto es lo que os puedo contar del que fue el primer proyecto de la Fábrica de Sueños de Televisa.

[¡CUIDADO! Si estás viendo esta telenovela o tienes pensado hacerlo, quizás no deberías leer esta crítica, ya que puede contener SPOILERS que hacen aconsejable su lectura después de haberla visto. De igual modo, en los COMENTARIOS de esta crítica puede haber algún SPOILER].


SINOPSIS
Paola Miranda (Sandra Echeverría) es, desde hace años, la esposa de Carlos Bernal (Andrés Palacios), el presidente de México. Cansada de ser la primera dama, harta de su matrimonio, de su hija y de su madre, Paola decide un buen día cambiar radicalmente su vida. Para lograr ese cambio, ha investigado sus orígenes y ha descubierto que es adoptada y que tiene una hermana gemela, Paulina (Sandra Echeverría), que vive en Colombia. Paola se encarga de que Paulina viaje a México y de que acepte cubrirla como primera dama durante dos semanas. La colombiana desconoce que el plan de su hermana pasa por matarla y hacer creer al país que Paola ha muerto mientras ella se da la gran vida con su amante, el empresario Gonzalo Santamarina (Juan Martín Jaurégui) en la Polinesia francesa.
Sin embargo el plan de Paola no saldrá tan bien como ella esperaba y Paulina acabará por ganarse el corazón del presidente y de la familia de su hermana, que ignoran que quien vive con ellos no es sino una usurpadora.

DATOS Y TRÁILER

México, Televisa, 2019.
25 capítulos.
PRODUCTORA EJECUTIVA: Carmen Armendáriz.
GUION: Larissa Andrade, Tania Tinajero, Jacques Bonnavent, Javier Van de Couter, Levinton Sol y Gabriela Rodríguez.
DIRECCIÓN: Francisco Franco y Nelhiño Acosta.
Emitida en México entre el 2 de septiembre y el 4 de octubre de 2019.

PERSONAJES Y ACTUACIONES
La usurpadora cuenta con un elenco muy reducido, de apenas una quincena de personajes más o menos fijos.
Sandra Echeverría, caracterizada como Paola y Paulina

Sandra Echeverría encabeza ese elenco con un doble papel. Muchos la criticaron cuando se supo que ella sería la protagonista. Yo no tuve ninguna duda de que puede con lo que le echen y así ha sido. Está espléndida como Paulina y también como Paola. Respecto de esta última, ha conseguido algo que a priori parecía complicado, dadas las características del personaje: llevarla con mucha naturalidad, lejos de la sobreactuación y sacando los matices que tiene, que explican en cierta forma por qué Paola es como es. Ya demostró en la T2 de La querida del Centauro lo bien que se le dan personajes con tintes de villanos y en La usurpadora lo ha confirmado gracias a Paola. Paulina, por su parte, es un personaje más plano, más clásico, un adjetivo que impregna toda la telenovela. Es excepcional el trabajo de Sandra con estas dos mujeres, tan distintas en sus caracteres, en sus gestos y hasta en su dicción. Se nota que detrás hubo muchísimas horas de trabajo por parte de esta grandísima actriz.
 
Andrés Palacios y Arap Bethke son Carlos y Facundo

Paola es la mujer del presidente Carlos Bernal. Andrés Palacios interpreta a este mandatario, un político querido por el pueblo que lleva unos cuantos años en el gobierno. Es un personaje hecho a la medida de Paulina: es tan bueno como ella y a Carlos también le chirrían las injusticias, en especial la corrupción. Es la primera vez que veo a Andrés como protagonista y me ha convencido. Tiene una química muy bonita con Sandra y como ella, también es un actor muy natural. El triángulo principal lo cierra Arap Bethke, que da vida a Facundo Nava, amigo de Carlos, expolicía y encargado de investigar algo que le pasa a Paulina al poco de comenzar a ser Paola. Estupendo el trabajo de Arap, al que no veía desde Eva la trailera. Se le ve disfrutar de Facundo, con una entrega impresionante. La química que tiene con Sandra es también espectacular. Como galanes, Carlos y Facundo son bastante arquetípicos, aun cuando tengan ciertos matices. Lo clásico, de nuevo, aparece en la caracterización de los personajes.
En la casa presidencial viven, junto a Carlos y Paola, la hija de ambos, Lisette, y el hijo del primer matrimonio del mandatario, Emilio. Macarena Oz y Germán Bracco interpretan a estos jóvenes. A Germán lo vi el año pasado en Caer en tentación, pero a Macarena llevaba sin verla desde Los Miserables… ¡Cómo pasa el tiempo! Buen trabajo el de ambos y gran química la que tienen con sus abuelas en la historia, Queta Lavat y Ana Bertha Espín. La primera es Piedad, la madre de Carlos, una anciana con cierta demencia que pese a ello demuestra en más de una ocasión ser la más cuerda de la casa y la única que se entera de todo. La segunda es Arcadia, la presumida y ludópata madre de Paola. Las conversaciones entre consuegras son de lo mejor que tiene la telenovela, conversaciones plagadas de ironías y pequeñas broncas. Dos grandes actrices para dos personajazos.
 
Daniela Schmidt y Juan Carlos Barreto interpretan a Gema y Manuel

En el entorno de la familia se hallan unos cuantos empleados con diferentes perfiles. Es el caso de Gema, la mano derecha y amante de Carlos. Daniela Schmidt se convierte en esta mujer, más que eficaz en su trabajo y cuyo único problema es haberse enamorado de su jefe. Me ha gustado el personaje, aunque podría haber dado más juego en lo que a tramas se refiere. Por la casa presidencial también pulula Manuel, al que le pasa un poco lo mismo que a Gema, pero a él con Paola, que lo tiene como mano ejecutora de todos sus planes. Juan Carlos Barreto se luce como este hombre, tan aparentemente fuerte pero a la vez tan frágil, como en varias ocasiones le hace ver su hermana y cómplice, Teresa, la otra gran villana de la historia. Estupendo el trabajo de Aurora Gil, a la que no conocía.
Verónica Terán, como Juana, el ama de llaves de la casa presidencial y Emilio Guerrero, como Pascual, el jefe de seguridad, son otros de los pilares de la casa del presidente, especialmente Juana, que está más desarrollada que Pascual. Me han gustado tanto Verónica como Emilio, a los que además hacía años que no veía.
Fuera de la casa, aunque siempre relacionados con los Bernal-Miranda aparecen otros personajes. Dos de ellos son Pedro e Irene, compañeros de Facundo en sus labores como policía. Paco Rueda y Gabriela Zamora se convierten en estos agentes que llegan a ser algo más para su superior: Pedro se convierte en su amigo e Irene… Irene es alguien especial para Facundo. Muy bien ambos, en especial Paco, al que le tocó, en el plano argumental, una de las tramas más modernas o actuales que se encuentran dentro de la historia. Ya os hablaré de ello más adelante. Un tercer personaje de esos vinculados a la familia del presidente es Montse, la enfermera de Paulina, que se convierte en su gran amiga. Puede que sea el personaje más tierno de toda la historia y Montserrat Marañón se luce. Ojalá la veamos más con personajes o tan tiernos como este o tan insoportables como su Brígida de El color de la pasión, porque es una gran actriz y últimamente le habían caído episódicos y poco más.
Juan Martín Jáuregui es Gonzalo

Otro de esos personajes es Gonzalo, el amante de Paola. Ya quisiera yo ir a trabajar y pasármelo tan bien como se nota que se lo pasó Juan Martín Jáuregui con este personaje. Me alegra que no pare de hacer cosas, porque me parece un actor muy natural y al que se le nota que disfruta con cada personaje.
Completan el elenco Victoria Hernández, como Olga, la madre biológica de Paulina y Paola; Ricardo Leguízamo, que es Wilson, el novio que Paulina deja en Colombia cuando se va a México, y Joshua Gutiérrez, que a través de Molina, su personaje, un empleado de la casa presidencial, filtra información del presidente y su familia a la prensa y llega incluso a trazar un plan para seducir a Lisette utilizando para ello a su sobrino Diego, interpretado por Lion Bagnis, que ha tenido una química muy bonita con Macarena Oz, todo hay que decirlo.
Para acabar quiero hacer un agradecimiento y una reivindicación. Gracias por haber tenido en cuenta a Claudia Ramírez para un personaje episódico. Productores, no os olvidéis de la que es una de las grandes actrices de la época dorada del género. Es hora de volver a verla en un proyecto ya sea como villana o, por qué no, como protagonista.  
[PERSONAJES Y ACTUACIONES: 2/2]

TRAMAS
Televisa se encargó de repetir, por activa y por pasiva, que los proyectos de la Fábrica de Sueños eran algo así como actualizaciones de clásicos del género, con mayor ritmo gracias a contar con solo 25 capítulos. Muchos nos vinimos muy arriba con lo de las actualizaciones y no, al menos esta no es una actualización de nada. Como la original y las versiones anteriores La usurpadora 2019 es una telenovela clásica, que salvo por algún que otro elemento podría pasar perfectamente como una telenovela de hace diez, veinte o treinta años.
Paulina y Paola, en su primer encuentro

El punto de partida de la acción es clásico a más no poder: dos hermanas gemelas, una con buena posición social y económica, la otra, no; separadas por la distancia; una buena, la otra mala; un plan siniestro y un intercambio de roles que da pie a todo lo que viene después. ¿Dónde está lo actual aquí? ¿En que la acción transcurre en una casa presidencial? ¿No es lo mismo que si hubiera transcurrido en una mansión al uso, por ejemplo?
El desarrollo de la acción está impregnado, todavía más si cabe, de elementos que remiten a esa esencia clásica. Paulina, convertida en Paola, se debate durante buena parte de la telenovela entre lo que siente por Facundo y lo que podría asegurarle Carlos si decide seguir a su lado, pues el sueño de Paulina siempre ha sido tener una familia y los hijos de Carlos le despiertan mucha ternura. Los villanos y sus distintas tretas entran también en el clasicismo que impregna la telenovela. Pese a los muchos matices que pueda tener Paola, que los tiene, sus planes para acabar con su hermana son de villana de manual. También la jerarquía que establece con Manuel y Teresa: una villana de las de siempre debe tener secuaces que la ayuden a intentar que sus planes salgan redondos y es habitual que alguno de esos secuaces se rebele, como ocurre con Teresa en un par de ocasiones.
Paco Rueda, Pedro, besa a su novio, interpretado por Pierre Luis 

Lo actual se reserva, dentro de esta esfera clásica, a unos cuantos elementos que salpican distintas tramas. Quizás lo más moderno que uno se encuentra en esta historia es el hecho de que Pedro, la mano derecha de Facundo, sea homosexual y que se hable abiertamente de ello y de la relación que mantiene con su novio. También es interesante, aunque no se hable tan abiertamente como lo anterior, ese amor incestuoso que parece sentir Teresa por su hermano Manuel. Las reivindicaciones sociales de distintos colectivos con los que Carlos y Paulina entran en contacto a lo largo de los capítulos dan un toque de contemporaneidad a la acción. Contemporaneidad que en cualquier caso sirve para ambientar la acción en nuestros días, pero no para actualizarla.
Con 25 capítulos, la acción debe estar lo más concentrada posible y el ritmo debe ser fluido si de verdad se quiere enganchar al espectador. La usurpadora lo consigue, quizás con una pequeña pérdida de ritmo hacia el final, pero en líneas generales el devenir de los acontecimientos transcurre con un buen tempo y la historia engancha. Hay que añadir a ello unos cuatro o cinco giros de guion, bastante bien repartidos, que causan sorpresa en el espectador, al ver cómo aquello que él creía muchas veces no es tal como lo contemplaba. De hecho, todos estos giros colocan al espectador en una posición privilegiada, al disponer de más información  o de algún dato del que los personajes carecen y sí, se disfruta mucho sabiendo algo que los personajes desconocen. 
 
Paulina se debate entre lo que siente por Carlos y lo que le despierta Facundo

Todo ello articula una historia que llega a su final con un último capítulo en el que se cierran todas las tramas y en el que se ve claramente esa influencia clásica de la que os hablaba. Si de verdad hubieran querido hacer algo actualizado, la protagonista habría decidido para sí otro futuro. La decisión que Paulina toma al final de la telenovela es la típica que tomaría una protagonista hace una, dos o tres décadas. Clásico también es el final de los villanos.
Televisa se equivocó al vender este proyecto –insisto en que es el primero que veo de la Fábrica de Sueños– ya que no es un clásico actualizado. Es un clásico con motas de contemporaneidad, pero clásico a fin de cuentas. Que nadie me malinterprete, que a mí me ha gustado muchísimo, pero sí que creí necesario aclarar ese extremo para que nadie se ponga a verla creyendo que es una versión moderna y actualizada, cuando no lo es. Pienso que Televisa se ha reivindicado con esta telenovela como lo que fue durante décadas: la cuna de la telenovela clásica. Y quizás ahí radique el éxito que tuvo La usurpadora en México y en Estados Unidos. A los espectadores todavía nos siguen gustando telenovelas de las de toda la vida, aunque en los últimos años el género haya seguido infinidad de nuevos caminos.
Clasicismos aparte, poco o nada se le puede reprochar a esta telenovela en lo que a tramas se refiere. Sí que se nota en algunos capítulos que se rodó más material del que terminó por incluirse en el metraje definitivo.
[TRAMAS: 4/5]

MÁS COSAS
Disculpadme si soy pesado con lo clásico, pero es algo que no escapa a nada, ni a cuestiones relativas a la realización. Si tuviera que establecer porcentajes, os diría que en torno al 40% de las escenas están rodadas en exteriores en los que hay de todo, desde playas a aeródromos, pasando por los jardines de distintas mansiones y algunas calles del Distrito Federal. 
 
Dos de los decorados que recrean el interior de la mansión presidencial

El 60% restante son decorados, eso sí, muy bien conseguidos. Vale que para la mansión presidencial han reutilizado todos los que ya vimos en la casa Gaxiola de El color de la pasión y posteriormente en El hotel de los secretos, pero cuando un decorado es tan bonito como ese puede reutilizarse cuantas veces se necesite. Da gusto lo bien que sigue luciendo en escena, con ese toque clásico del que os hablaba.
La dirección es impecable, pues no en vano detrás de ella se encuentra el equipo capitaneado Francisco Franco, director de escena las dos telenovelas a las que antes aludía. Se nota en los planos, en algunos tiros de cámara y en los efectos especiales, bastante bien conseguidos.
La familia Bernal-Miranda, muy elegantes para la prensa

El vestuario es impresionante, tanto el de los hombres como el de las mujeres. Ya quisiera yo verme tan bien como Carlos, aun cuando no sea muy de ponerme traje y corbata, sino de ir más a lo Facundo. Sandra está espectacular con un fondo de armario que parece pensado justamente para ella.
La musicalización es estupenda, con mucho soundtrack y ese tema de cierre, Tu lugar es mi lugar, compuesto e interpretado por la propia Sandra. Todo lo que tiene de buena actriz lo tiene también de compositora e intérprete. Es un tema precioso.
Aplaudo, para terminar y para no perder la costumbre, que me hayan dejado escuchar unas cuantas palabrotas... ¡Música para mis oídos!
[MÁS COSAS 3/3]


Elenco, casi al completo, en la presentación a los medios
Aún se pueden hacer telenovelas como las de antes, al menos en el fondo. La usurpadora da cuenta de ello, pese a que formalmente solo tenga 25 capítulos, llenos de acción, con un buen ritmo y unos cuantos giros interesantes. Un buen elenco en el que brilla Sandra Echeverría y una realización óptima hacen de La usurpadora una telenovela recomendable para aquellos que o tengan poco tiempo o disfruten con telenovelas de las de toda la vida o las dos cosas juntas.

PUNTUACIÓN FINAL: 9

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Realmente extraordinario su análisis a una telenovela espectacular...una descripción con la que concuerdo en todo lo allí comentado. Creo que cada quien, desde el director, los guionistas, los actores y los encargados de la música y escenografía, hasta los encargados de iluminación, vestuario y todo lo que una realización como esta implica, se llevan palmas por tan espléndido trabajo.
Gracias por tan hermoso trabajo...gracias por su excelente puesta en escena...gracias por permitirnos acercarnos a cada personaje tan bien definido...gracias a Monse por ser un ser humano tan bonito para quien hubiese querido otro final, lo merecía...
Sin duda...de lo mejor que la TV me ha regalado en esta cuarentena...
rocio ha dicho que…
Buenas,yo que hace nada la vi he de decir que es una producción que va"in crecendo",empieza con un tono oscuro,muy policial y politico,pero se llena de intriga con el paso de los capitulos.
He de destacar el impecable trabajo de Sandra Echeverria haciendo doblete y consiguiendo dos personajes tan dispares y bien diferenciados,me gustaron mucho.
También a pesar de lo joven que es,me asombra lo versátil y buenisimo actor que es Germán Bracco.
Yo diria que es una versión libre y actualizada y con un tono muy distinto a la original,que salvo por la premisa de la usurpación y las gemelas podia pasar por una historia original.
Saludos
DIEGO HERNÁNDEZ GÓMEZ ha dicho que…
¡Ojalá s todas las telenovelas de Televisa fueran como esta versión de la Usurpadora! Sé que los mexicanos están muy acostumbrados con sus telenovelas, pero, ya es tiempo de comprender que el tiempo se ha cambiado. No vivimos más en los años 60. La Usurpadora no tiene sobreatuacciones, la trama no es previsible, la gente no habla llorando ni tampoco de espaldas para los demás en la escena, las ropas no son de los años 50, la cualidad del texto y de la iluminación es mucho mejor. Supe que el productor es colombiano. Esto explica porque esta nueva versión es tan distinta de las obras de Televisa. Otra cosa que me gustó: Aunque atrapada, Paulina no era imbécil como en la versión de 1998. Esta fue la mejor producción de Televisa que he visto.