CRÍTICA: "El hotel de los secretos" (Televisa, 2016)

Pese a ser una serie que triunfó en España, con audiencias desorbitadas, halagos de la crítica e incluso varios premios internacionales, no vi “Gran hotel”. Por eso, cuando supe que Televisa iba a hacer un ‘remake’ en versión telenovela, me alegré mucho. Era la forma que tenía de conocer una historia que había gustado tanto en mi país y que yo me había perdido. Empecé a verla a finales de julio y la terminé más o menos, dos meses más tarde. Esta es mi crítica de “El hotel de los secretos”.

[¡OJO! Si estás viendo esta telenovela o tienes pensado hacerlo, quizás no deberías leer esta crítica. Puede contener ‘spoilers’ que hacen aconsejable su lectura después de haber visto la historia].

SINOPSIS
México, 1908. Julio Olmedo (Erick Elías) e Isabel Alarcón (Irene Azuela) se conocen a bordo de un tren. Ambos tienen por destino el mismo lugar: el Gran Hotel, propiedad de la familia Alarcón. Sin embargo, lo hacen con distintos objetivos. Julio viaja para buscar a su hermana melliza Cristina (Ximena Herrera), quien trabaja en el hotel y de la que no tiene noticias desde hace un tiempo. Isabel acude a un llamado de su madre, Teresa Langre Vda. de Alarcón (Diana Bracho), quien ha pactado, sin que su hija lo sepa, el matrimonio entre Isabel y Diego Montejo (Jorge Poza), a quien ha nombrado director del hotel.
*Logotipo de la telenovela.
Julio se infiltrará en el hotel como camarero, gracias a la inestimable ayuda de Andrés (Carlos Rivera), quien rápidamente se convertirá en su mejor amigo, con el único propósito de investigar la extraña desaparición de su hermana. Lo que desconoce es que Isabel, la mujer de la que se quedó prendado en el tren, es la hija de la dueña del hotel.
La gran atracción que nada más conocerse surge entre Julio e Isabel dará paso a un gran amor rodeado de numerosos misterios que tienen un mismo epicentro: el Gran Hotel. Misterios relacionados con la familia Alarcón o sus empleados, que condicionarán de distintas formas la historia de amor de Julio e Isabel.

DATOS y TRAILER

México (Televisa), 2016. 81 capítulos. Productor ejecutivo: Roberto Gómez Fernández.


PERSONAJES y ACTUACIONES
*Irene Azuela y Erick Elías, Isabel y Julio.
Irene Azuela y Erick Elías encabezan el elenco de esta telenovela. Precisamente, es ese elenco uno de los puntos fuertes de la producción. Irene se ha mostrado muy suelta como Isabel Alarcón, una mujer muy adelantada a su época, tanto a nivel de estudios como de carácter. Isabel es casi más una mujer del siglo XXI que de principios del siglo XX. Aunque al principio se cuestionó mucho sobre la elección de Irene como protagonista, yo creo que ha cumplido con creces y me cuesta ver a otra actriz en el papel.
Erick Elías, como Julio, lleva buena parte del peso de la historia. En el siguiente apartado os hablaré más del personaje y sus tramas, pero, por ahora, diré que he visto a Erick en algunas escenas bien, y en otras, muchas, un pelín encorsetado. Para mi gusto, Erick estuvo mejor en “El color de la pasión”. No quiere decir ello que hiciese un mal trabajo; al contrario, ha hecho algo muy digno, pero quizás el resultado ha sido un Julio que por momentos parece artificial. Hay química entre Irene y Erick, aunque la veamos poco, ya que, de esto también hablaré luego, la historia no saca el potencial que tiene la relación casi clandestina entre Isabel y Julio.
*Daniela Romo es Ángela.
Dos grandes damas de la actuación acompañan a los protagonistas, con dos personajes muy interesantes, con muchísima dualidad y oscuridad, que despistan (y mucho) al espectador. Hablo de Daniela Romo (Ángela, la ama de llaves del hotel) y Diana Bracho (Teresa, la dueña). Vaya por delante que son actrices que siempre me han gustado. Actrices de la vieja escuela mexicana que saben brillar con cualquier personaje, máxime con uno tan interesante como Ángela, en el caso de Daniela, o Teresa, en el de Diana. Por separado han estado sublimes y las escenas que tienen juntas son magníficas. Ángela y Teresa me parecen dos de los mejores personajes de la historia. Dos personajes complejos, que ponen los pelos de punta al espectador en unas cuantas escenas, capaces de todo por sus hijos (y también, por salvar el qué dirán, en el caso de Teresa).
*Jorge Poza es Diego.
Dentro de la plantilla del hotel se encuentran más personajes. Uno de ellos es Diego, el director, interpretado por Jorge Poza. Hacía mucho que no lo veía en una telenovela, y pese a que es un actor que tiene muy buenos personajes (se me viene a la mente Héctor, de “El manantial”), Diego no me ha gustado nada. Es el villano, pero no por ello era necesaria la altísima dosis de sobreactuación que se ve en Jorge, que parece que quiere recordar en cada escena que el malo malísimo es él. Un villano más natural, más sutil, hubiera quedado mucho mejor y más acorde con lo que es la historia.
Otro de esos trabajadores es Carlos Rivera, que se mete en la piel de Andrés, uno de los camareros del Gran Hotel. Para ser su primer personaje en una telenovela, le he visto mucho más suelto que a otros con más trayectoria. Hay cosas que mejorar, pero en general, Carlos ha hecho un buen trabajo. Destacar, además, la química que tiene con Erick, con el que comparte muchísimas escenas a lo largo de la historia, dada la amistad fraternal que una a Andrés y a Julio.
Diego y Andrés tienen en común a Belén, una mucama interpretada por Ilse Salas, amante del primero y a quien ama el segundo. Belén es posiblemente el personaje más complejo de la historia, ya que tan pronto parece una blanca paloma, como un negro demonio. Es un personaje muy interesante, difícil de entender, por el que se siente cariño y odio a partes iguales conforme pasan los capítulos. Magnífico trabajo de Ilse, a la que, dicho sea de paso, no conocía.
*Luis Couturier,  en una escena como Benjamín.
Entre los trabajadores del hotel se encuentran tres pesos pesados de la actuación. Uno es Juan Carlos Barreto, que se convierte en Guadalupe, el chef del hotel. Un personaje muy tierno, con mucho desparpajo y sentido del humor, que regala grandes momentos a lo largo de la telenovela y que Juan Carlos borda. Además, él y Daniela Romo han demostrado tener una química excelente, dada la peculiar relación que tienen Ángela y Guadalupe. El segundo es Luis Couturier, que se convierte en el serio y respetado ‘maître’, Benjamín. Un personaje con mucha miga en el que Luis vuelve a demostrar que es un actorazo. El tercero es Juan Ferrara, otro grande, que se convierte en Lázaro Vicario, el doctor del hotel, un personaje cargado de secretos. Tanto Juan Carlos como Luis o como Juan, son actores que da gusto verlos, lleven el rol que lleven. Les pasa lo mismo que a Daniela y a Diana.
Dos jóvenes cierran la plantilla del hotel. Hablo, en primer lugar, de Ilse Ikeda, como Natalia, una mucama muy alegre y divertida, enamorada en secreto de Andrés. Un personaje que me ha gustado mucho, ya que de por sí Ilse me gusta mucho, la veo una actriz muy natural y con un desparpajo tremendo. El otro joven es Joshua Gutiérrez, que interpreta a Jacinto, chofer e hijo del cocinero. Me ha gustado su trabajo, aunque ha habido escenas en las que puede haber pecado de cierta sobreactuación. 
*Pablo Cruz-Guerrero es Felipe.
Volviendo con los Alarcón, Dominika Paleta y Pablo Cruz-Guerrero interpretan a los otros dos hijos de Teresa. Dominika se convierte en Sofía, un personaje con mucha miga, en el que el espectador puede ir viendo un deterioro mental que acaba por mostrar una Sofía totalmente opuesta a aquella con la que comienza la historia. Dominika ha hecho, en ese sentido, una muy buena labor. A Pablo lo conocía de pequeños papeles en “Cuando me enamoro” y “A que no me dejas”, y quizás por ello me ha sorprendido mucho como el desinhibido e inconsciente Felipe. Un personaje, un poco calamidad, que da muy buenos momentos y al que se le coge cariño. Ojalá, después de Felipe, a Pablo le den papeles de largo recorrido, ya que ha hecho un trabajo estupendo.
*Dominika Paleta y Alex de la Madrid, Sofía y Alfredo.
En torno a los Alarcón pululan distintos personajes. Es el caso de Alfredo, el marido de Sofía, interpretado por Alejandro de la Madrid. Es un personaje tan noble, tan enamorado, pese a todo, de su esposa, y que vive tan ajeno a lo que pasa a su alrededor, que se le coge mucho cariño. Muy buen trabajo de Alejandro. Otro de esos personajes es Matilde, la amiga de Isabel, interpretada por Regina Blandón, un gran descubrimiento. Me ha gustado mucho Matilde, como el ‘Pepito Grillo’ de Isabel. Otra mujer, también, adelantadísima a la época en la que transcurre la historia. Buena química, por cierto, entre Regina e Irene.
Dando vueltas en torno a la familia se encuentra también Elisa Vda. de Vergara, la consuegra de Teresa y madre de Alfredo, interpretada por Silvia Mariscal. Otra delicia de personaje, con el que Silvia ha hecho un muy buen trabajo. Un personaje que pasa del todo a la nada a lo largo de la historia y que aunque a veces puede sacar de quicio al espectador, al final se le toma cariño. Lamento no poder decir lo mismo de ‘La Nena’ Limantour, una huésped casi fija del hotel, interpretada por Queta Lavat, que poco aporta a la historia y que a veces resulta un personaje casi de relleno.
El hotel no es el único escenario de la telenovela. También nos encontramos con una cantina-prostíbulo, capitaneada por Luis Gatica, como Genaro, el avaro propietario, y Claudia Ríos, como Melibea, la prostituta por excelencia. Bien los dos, al igual que Arantza Ruiz, que interpreta a Violeta, la hija de Melibea, que ha mostrado, como lo hizo en “La querida del Centauro”, que tiene mucha madera como actriz.
*Eduardo España y Jesús Ochoa, Suárez y Ayala.
Además del hotel y de la cantina-prostíbulo, la telenovela tiene otro escenario que da mucho juego gracias a los personajazos que en él trabajan: la comisaría. Para mí, Serapio Ayala y Dagoberto Suárez son los mejores personajes de la telenovela. Brillantes han estado tanto Jesús Ochoa como Eduardo España, una especie de “Olmos y Robles” de comienzos del siglo XX. Ayala, el instruido, sagaz y capitalino detective, con un olfato y una pericia alucinantes, que es destinado a San Cristóbal para resolver algunos de los crímenes que allí ocurren, y Suárez, el agente algo torpe, que aprende y coge maneras gracias a Ayala. Si de mí dependiese, haría un ‘spin off’ solo con estos dos, que además de tener una química bestial, son, como os decía, los mejores personajes de la historia, al menos, para mí.   
*Claudia Ramírez es Cecilia.
A este amplísimo elenco fijo (o más o menos regular) hay que sumar decenas de nombres de actores y actrices que pasan por el hotel interpretando a diversos personajes. De todos ellos, me quedo con cinco: Claudia Ramírez, como Cecilia, una prostituta de lujo amiga (o algo más) de Julio; Moisés Arizmendi, como Olegario, el cuñado de Teresa Alarcón, un ser con oscuras intenciones; Bárbara Singer, como Mercedes, una muchacha de alta sociedad que se enamora de Felipe y que por ello, acaba mal; Eduardo Liñán, como el General Ballesteros, padre de la anterior; y Marisol del Olmo, como Emma, una mujer que, a la que, cual Don Quijote, las novelas románticas han transformado la realidad, y que se enamora perdidamente de Felipe.
Siento dejarme muchos otros nombres, pero es que el elenco es amplísimo y hay que continuar…

TRAMAS
Vaya por delante que mi intención no es comparar “Gran hotel” con “El hotel de los secretos”, básicamente porque no vi la primera. Sí que, mientras veía la segunda, fui leyendo resúmenes de los capítulos de la serie española y vi que, más o menos, se ha hecho una adaptación fiel, en la que se ha prescindido de varios personajes secundarios que existían en la original, y de alguna que otra trama, como, por ejemplo, la del segundo hijo secreto de Ángela y el señor Alarcón, que en la mexicana no existe. Quitando estos detalles, lo dicho, me parece una adaptación bastante fiel.
También, comentar, que he visto la historia tal cual fue emitida por Univisión, con unos cuantos cortes de escenas que hacen probable que me perdiese cosas importantes.
*Cristina, interpretada por Ximena Herrera.
Yendo ya a lo que es la historia de “El hotel de los secretos”, empiezo diciendo que tiene un punto de partida muy interesante, en el que se combina una incipiente relación amorosa, entre Julio e Isabel, con un misterio: qué ocurrió con Cristina, la hermana de Julio. A partir de ahí el espectador va conociendo a los personajes y descubriendo sus primeros secretos, como el interesante pasado de Julio o los engaños que Teresa y Sofía tejen para con Alfredo, su madre y la fortuna de ambos. La desaparición de Cristina es la trama de misterio que mejor escrita está, para mi gusto. La historia tiene muy buen ritmo y pega varios giros interesantes a lo largo de los primeros veinte capítulos. El problema viene cuando se descubre qué pasó con Cristina, lo que provoca en cierta forma, que la historia de amor de Julio e Isabel se estanque y permanezca así casi hasta el final.
*Enrique Singer es Rómulo Alarcón.
Es a partir de ahí cuando la historia deja de enfocarse en qué pasó con Cristina para pasar a centrarse en qué pasó con Rómulo, el padre de Isabel, fallecido en extrañas circunstancias. Rómulo es un hombre cargado de misterio en torno al cual gira toda la segunda mitad de la historia, con tramas que a veces se hacen extremadamente enrevesadas, y,  que llegan incluso a ser complicadas de seguir tocando temas como la masonería y las logias, entre otros. Yo creo que ni en una novela de Dan Brown se encuentra una trama de misterio tan compleja, con tantos simbolismos, logias, masones, envenenamientos, una habitación secreta a la que se accede girando una estantería…  Quizás ello se deba a adaptar una serie divida en temporadas, con todos estos misterios mejor dosificados, en capítulos de setenta y pico minutos, para convertirla en una telenovela diaria, con capítulos de cuarenta minutos, en la que, como ha ocurrido, se han concentrado todos los secretos, haciendo que el espectador se pierda un poco entre tanto ocultismo.
*Uno de los cuchillos de oro usados por el asesino.
Acompañando todo ello se encuentra una trama negra muy interesante, pero para mi gusto, mal llevada: la del asesino del cuchillo de oro, presente desde el comienzo de la historia y hasta casi el final. Mal llevada, porque un espectador medianamente ávido sabe pronto quién es el asesino, y, se pierde un poco la gracia. Tampoco se profundiza, una vez que los personajes descubren quién es el asesino, en qué le lleva a matar en las noches de luna llena o por qué se autoflagela en la intimidad. La justificación que se da al actuar del asesino es muy floja y, para mi gusto, incompleta.
Junto a estos tres ejes centrales relacionados con el misterio, se encuentran otras tramas un poco ‘oscuras’, con desapariciones y muertes fingidas de varios personajes, robos, chantajes…
*Irene Azuela y Erick Elías en una escena romántica.
Entre tanto misterio, como os decía, hay también espacio para el amor. La historia de Julio e Isabel podría haber dado más de sí si la hubiesen planteado, desde el momento en el que ella se casa con Diego, como una especie de “Pasión prohibida”, con los amantes teniendo encuentros a escondidas y Diego, siguiéndoles la pista. Esto ocurre, sí, pero en los últimos diez capítulos. Antes, desde el treinta, más o menos, hasta el sesenta, Julio e Isabel son una especie de dos ex que se juntan para investigar los misterios del hotel, con algún que otro momento tierno entre ellos.
Entre los empleados del hotel hay varios atisbos de relaciones sentimentales que podían haber dado más juego. Es el caso de Andrés y Natalia, o de Guadalupe y Ángela, que se dibujan tibiamente en la primera mitad de la telenovela y que, sin embargo, se dejan para el final En particular, creo que los guionistas metieron la pata enamorando a Andrés perdidamente de Belén, en una trama, que sí, es muy interesante, pero en la que el pobre Andrés no hace más que sufrir por culpa de Belén, que solo lo quiere por interés. Por cierto, ya os lo había dicho, pero lo repito: Belén es uno de los personajes argumentalmente más ricos: sufre durante buena parte de la historia, con un embarazo con sorpresa y luego se convierte en una mujer trastornada en busca de justicia.
*Diana Bracho y Juan Ferrara son Teresa y Lázaro.
Tampoco llegan a proliferar otras tramas sentimentales que se muestran en la primera mitad de la historia, como el amor que parece unir a Jacinto y a Violeta (y que luego, con Gabriel, podría haberse complicado, resultando un triángulo muy interesante),  o el cariño que Teresa comienza a sentir por Lázaro, y que tampoco llega a convertirse en una verdadera historia de amor.
Sí que hay tramas amorosas completas, con finales muy distintos. Es el caso de la relación entre Felipe y Mercedes, que se complica con Eugenia y el General, hermana y padre de Mercedes, y que acaba trágicamente, para dar paso a la relación entre Felipe y Manuela, que se cuece muy lentamente, y que también tiene su punto; o la peculiar relación entre Alfredo y Sofía, que resulta en cierta forma muy bonita, ya que muestra el perenne amor de él hacia ella, pese a ver cómo se va deteriorando psicológicamente. 
*Ayala y Matilde, fundidos en un apasionado beso.
La mejor trama amorosa es, para mí, la que une al detective Ayala con Matilde. Una relación que surge, pese al rechazo inicial de ella, y pese a la diferencia de edad, que se complica con la llegada de Ignacio, el ex de Matilde,  y que acaba en final feliz, sacando más de una sonrisa al espectador en el camino. Una historia de amor redonda, en medio de tanto amor inconcluso o poco desarrollado y de tantos misterios y secretos.
Si la telenovela, como os comentaba, tiene un elenco bastante cargado, en lo que a tramas se refiere no se queda corta. Si hablase de todas ellas, acabaríais viendo una tesis doctoral y no una crítica. Regresando al conjunto de la historia, ese buen ritmo narrativo del que os hablaba, presente en el comienzo, se mantiene más o menos hasta la mitad. A partir de ahí decae un poco, hasta los últimos quince capítulos, en los que la historia vuelve a coger buen ritmo, llegando a un final apoteósico, cargado de giros argumentales, con un juicio como protagonista y en el que se resuelven casi todos los cabos sueltos. Digo casi todos, porque hay un personaje que sale indemne de sus fechorías: Olegario Alarcón. Pese a tener una muerta a sus espaldas y algún que otro asunto turbio, Olegario se va de rositas.
*Diego y Teresa desplazándose en automóvil.
Me gustaría aplaudir, por último, el respeto al contexto histórico, con notables referencias al presidente Porfirio Díaz (hubiera sido lo suyo que se alojase en el Gran Hotel, todo hay que decirlo), a los preparativos del centenario de la independencia (que se celebraría uno o dos años después), a inventos como la luz eléctrica, el teléfono o la identificación por medio de huellas dactilares, que tímidamente se iban extendiendo, o al láudano, una ‘medicina’ para todo que, con mesura, se tomaba tanto para un catarro como para una infección intestinal. Se agradece también que nos hayan mostrado un par de Ford T, aunque es probable que sean posteriores a 1908, ya que el vehículo se comenzó a comercializar en Estados Unidos precisamente a partir de octubre de ese año y dudo que a México llegase tan rápidamente. Me ha gustado mucho ver esas maravillosas cámaras fotográficas de principio del siglo XX, y otros detalles, como los relojes de bolsillo y demás objetos propios de esa época que hoy solo se ven en ferias de coleccionismo y de antigüedades.
Al margen de lo de los Ford T, que podría ser visto casi como una licencia creativa, la historia tiene un importante fallo argumental. Todo comienza en otoño de 1908, tal y como afirma Isabel en una escena de los primeros capítulos. De hecho habla de celebrar su boda con Diego “en un año, en el próximo otoño”.  Sin embargo, justo entre lo que en la original debían ser la primera y la segunda temporada, se da un salto temporal de varios meses… ¡Y la historia sigue en otoño de 1908! O muy largo es el otoño en México o a alguien se le escapó lo que dijo Isabel al poco de comenzar la telenovela.
Tampoco me cuadra que las fotografías que se hacían con esas cámaras que antes mencionaba se revelasen de un día para otro y en tamaño casi de cuartilla. Quizás sea otra licencia.

MÁS COSAS:
*El salón del Gran Hotel, en una escena.
Estéticamente, “El hotel de los secretos” es una telenovela preciosa, muy agradable de ver. Al trabajo hecho sobre la finca en la que se ubica el impresionante edificio real que sirve de soporte al Gran Hotel, con la construcción de piscina, hay que sumar unos decorados impecables, que recrean los interiores del edificio. Vale que para el ‘hall’ hayan recuperado el de la mansión Gaxiola de “El color de la pasión”, pero casi que lo perdono, porque es un decorado guapísimo.
Se nota también, en pantalla, algo que no se suele ver en las historias de Televisa: una iluminación muy pensada, para cada escena y para cada lugar, que,  junto a los decorados, da como resultado escenas que da gusto ver. Lo mismo podría decir de la escenografía utilizada para los recuerdos de los personajes, en los que el personaje aparece en primer plano para narrar algo que permanece en su memoria, con un efecto muy bonito.
Sin dejar de lado la realización, creo que debe destacarse el buen nivel en los efectos especiales, habiendo por ahí un par de muertes que dan mucha grima gracias a lo bien hechas que están (y en particular, un degollamiento).
*El edificio que sirve de base al Gran Hotel.
Respecto a los exteriores, creo que se han equivocado a la hora de construir San Cristóbal. Han tomado por base algo así como ruinas de una hacienda real, lo que se ha traducido en un San Cristóbal muy bien empedrado, con calles de 1908, pero en el que todo está en una especie de cuevas: desde la comisaría hasta la cantina, pasando por la botica o la panadería. A lo largo de la historia apenas se ven casas. ¿Acaso en 1908 no las había? Si hubieran metido alguna casa más, aunque fuese decorado construido sobre esas ruinas, creo que habría quedado mejor.
La musicalización es otro punto a favor de la producción. Casi todo es música instrumental, muy acorde tanto a los personajes como a lo que viene a ser la historia. Sin embargo, y ahí viene el matiz, me parece que se han equivocado con esa especie de ‘playback’ raro utilizado en las escenas en las que canta Violeta, y que da como resultado algo muy artificial.
Sigo con el vestuario, para comentar que se ha hecho un muy buen trabajo con casi todos los personajes, aunque no entiendo por qué Isabel, la protagonista, tiene que ir casi siempre de blanco cuando Sofía, Teresa o Matilde combinan todo tipo de colores. No entiendo tampoco que Isabel, que es tan liberal como Matilde, siga con vestidos y cosas de esas y no apueste por pantalones, tirantes y todo ese vestuario más moderno que luce Matilde.
*Parte del elenco, en la presentación a los medios.
El lenguaje es otro punto que debe valorarse cuando se trata de una telenovela de época como esta. Creo que se ha cuidado mucho, más que en algunas telenovelas situadas incluso en épocas anteriores. Sin embargo, si bien se ha cuidado el fondo, hay veces que se ha descuidado la forma. Me explico… En la historia aparecen varios personajes colombianos que hablan con acento mexicano. En algunos puede ser justificable, por sus tramas, pero en otros, no. No tiene sentido que en una escena que transcurre en Colombia, entre personajes colombianos, se hable con marcadísimo acento mexicano.
Tampoco tiene sentido la cosa rara de acento que maneja Mimí Peralta, un personaje episódico, supuestamente ¿española?, pero que tan pronto dice “vienez a verme” como “¿ustes cree?” o “vamoz a cantar”. No he visto un personaje con acento supuestamente español tan forzado y artificial en mi vida. Eso sí, sí que aparece un personaje americano, con acento americano, e interpretado por un actor estadounidense, lo que es de aplaudir.
Como me vi la versión emitida por Univisión, tengo que criticar, además de los cortes en algunas escenas, las censuras en muchos diálogos. Sabéis que no soy partidario de ‘enmudecer’ los diálogos de una telenovela, pero es que aquí se ‘silencian’ muchas palabras que no tendrían por qué censurarse.

Resumo, para ir terminando… Una telenovela con un elenco amplísimo, muy bien comandado por Erick Elías, Irene Azuela, Daniela Romo y Diana Bracho y cargada de tramas que pecan por momentos de enrevesadas, pero conducentes a un final en el que, por fin, se resuelven los grandes secretos de la historia. Todo ello, con una dirección de escena, una realización y una musicalización espectaculares.

~PUNTUACIÓN FINAL: 7,2~

Comentarios

tessa ha dicho que…
Hola Gafemo!
Has hecho una critica muy bien hecha, muy currada, la he leido toda, y sigo pensando lo mismo que esta teln.y la de aquí, no son de mi estilo.
Empeze a ver la nuestra y no, vi a una Concha Velasco muy mala....y estas de epoca no m gustan....con estos vestuarios ... y con estos peinados antiguos, no me van....soy de mirar mucho la estetica y a partir de los años 50 ya me gustan, antés ya no!
Y sí, habia mucho misterio, con cuchillos bajo la cama...y asesinatos, trocitos que ví.
En fin, muy bien Gafemo, ya he visto el 7,2 de puntuacíon, tampoco te ha gustado tanto, creo!
Lucía Dasilva ha dicho que…
Empecé a verla pero la dejé en el capitulo 3, no creo que la retome.
La original española estuvo muy bien; además, tuve la oportunidad de conocer a Adriana Ozores, que vino por la obra de teatro "Atchuuusss" a mi ciudad, y su personaje, Teresa Aldecoa vda. de Alarcón era de mis favoritos en "Gran hotel". Gran actriz.
Saludos.
AlexAyaoiHD ha dicho que…
yo no he visto ninguna de las versiones, pero viendo las imágenes, la iluminación y el hecho de que las escenas se vean tan realzadas con los colores naturales, perfectamente iluminados y7o oscurecidos, me hace pensar que la imagen esta tratada al estilo no de televisa, si no de telenovelas como la esclava blanca y doña barbara, lo cual es muy bueno, pues así deberían ser todas, con esa calidad de imagen y a ser posible buen ritmo y hasta 171 capítulos
Teresa ha dicho que…
Excelente critica. La novela es muy buena. No vi la español, pero esta Mexicana ya me tiene viéndola. El elenco es un total acierto, desde los actores veterans, hasta la luminosa Dominika en esa desencajada Sofia, pasando por la introducción de Carlos Rivera, aprovechando su tirón como cantante.