CRÍTICA: "Fuego ardiente" (Televisa, 2020-2021)

El 24 de agosto comencé a ver Fuego ardiente, lo nuevo de Carlos Moreno Laguillo, un productor al que sigo desde hace ya trece años. Recuerdo que cuando se presentó esta telenovela en México me ilusioné mucho, al saber que era una original de Martha Carrillo y Cristina García, para mi gusto, dos grandísimas guionistas que en la última década han demostrado con creces su buen hacer adaptando telenovelas, e incluso alguna que otra serie. 
La ilusión se fue viendo mermada conforme fui sabiendo que en México no obtenía destacados datos de audiencia y que Televisa ordenó, por ello, que finalizase con unos quince capítulos menos de los inicialmente previstos. Cuando empecé a verla, ya terminada en su país de origen, lo hice con una mezcla extraña entre ilusión y miedo a decepcionarme. Os cuento en las siguientes líneas qué me pareció esta telenovela, que vi a lo largo de dos meses, a razón de dos y, a veces, tres capítulos por día.

 ATENCIÓN: Aviso sobre spoilers 
Esta entrada y sus comentarios contienen spoilers. Se recomienda leerla una vez vista la telenovela.

SINOPSIS y DATOS
Un temblor siembra el caos en la Ciudad de México. En el ascensor de un corporativo quedan atrapados Gabriel (Carlos Ferro) y Alexa (Mariana Torres). La atracción surge de manera inmediata entre ellos y Gabriel acompaña a Alexa durante toda la noche, ante el temor de ella a nuevas réplicas.
Días después, Gabriel se desplaza a San Carlos, en Guaymas, para continuar con la búsqueda de su hermano, que ha desaparecido tras un tiempo residiendo en el pueblo. Buscando respuestas, Gabriel se adentra en la familia Ferrer, una adinerada familia que vive, aparentemente, de la producción de aceite de oliva en La Casona, una finca aceitera comandada por Joaquín Ferrer (Kuno Bécquer) y su padre, Dante (Fernando Ciangherotti). Para ello, Gabriel se casa con Martina (Claudia Martín), la hija de Dante. Lo que no imagina Gabriel es que Alexa, a quien no ha podido olvidar, es la esposa de Joaquín y ambos se reencuentran en La Casona. Es allí, entre olivos e intrigas familiares, donde crecerá un amor prohibido, a escondidas de la familia, y que permitirá tanto a Gabriel como a Alexa encontrar respuestas sobre distintos hechos relacionados con sus vidas, como la desaparición del hermano de él o la muerte de los padres de ella. El suyo no es el único amor que nacerá en La Casona, pues la finca familiar también será testigo del amor que surge entre Irene (Claudia Ramírez), hermana de Dante, y Fernando (José María de Tavira), un joven biólogo marino y monitor de surf que también se encuentra ligado a los Ferrer por un secreto desconocido para todos.
   
México. Televisa, 2020-2021.
85 capítulos.
PRODUCTOR EJECUTIVO: Carlos Moreno Laguillo.
GUION: Martha Carrillo y Cristina García.
DIRECCIÓN: Jorge Robles, Karina Duprez y Lily Garza.
Emitida en México entre el 8 de febrero y el 4 de junio de 2011.

ACTUACIONES
Pese a haber sido concebida como una telenovela corta y haber resultado aún más corta de lo planificado, Fuego ardiente cuenta con un elenco bastante amplio, quizás con demasiados secundarios.

Mariana Torres, Gabriel Soto, José María de Tavira y Claudia Ramírez protagonizan esta historia

Encabezan ese elenco dos parejas, las conformadas, de un lado, por Mariana Torres y Carlos Ferro y, de otro, por Claudia Ramírez y José María de Tavira. De los cuatro, solo conocía a Carlos y a Claudia, por lo que tanto Mariana como José María han sido dos descubrimientos… ¡y vaya descubrimientos! Mariana me ha gustado mucho, la he visto muy natural y entregada a Alexa, su personaje. Carlos Ferro no se queda atrás y regala el que para mí es su mejor personaje en el género. Se nota la dedicación que puso en Gabriel, un personaje complejo, que esconde más cosas de las que aparentemente muestra. La química entre Carlos y Mariana es muy buena, y desde ya digo que no me importaría verlos juntos otra vez.
Respecto a Claudia, cualquier elogio que pueda dedicarle se quedará corto. Es una de las grandes actrices de México y siempre es un gusto verla, ya sea de buena, de mala, de protagonista o de secundaria. La pareja que conforma con José María es preciosa y tienen una complicidad tremenda. Ojalá también vuelvan a coincidir en un futuro. Como os decía hace unas líneas, José María ha sido un gran descubrimiento. Conocía al resto de los hermanos De Tavira, con lo que sabía de lo prolífica de esta saga, algo que José María confirma con Fernando, un personaje precioso, posiblemente el más tierno, dentro de los personajes masculinos de la telenovela.
Estos cuatro protagonistas están vinculados, de una u otra manera, a la familia Ferrer. Es en ella y en torno a ella donde se localizan buena parte de los personajes que conforman el elenco, como los villanos. Uno, Joaquín, es el que mueve los hilos de la familia. Kuno Bécquer es quien da vida a este hombre, un poderoso delincuente que ha crecido marcado por la figura de su padre, el autoritario Dante Ferrer. Kuno me ha gustado más al final que al principio, con el desdoblamiento de Joaquín y El Halcón, su alias en el mundo criminal, una última etapa en la que se luce.

Los Ferrer, en su particular foto de familia

Fernando Ciangherotti se encarga de Dante, un personaje que posiblemente sea el que más evoluciona a lo largo de la historia, en buena medida por culpa de la enfermedad que padece. Me encantó Dante y no puedo dejar de aplaudir el excelente trabajo de Fernando, al que llevaba unos años sin ver. Dante es también el padre de una joven instagramer y caprichosa que nada tiene que ver con su hermano. Esa joven es Martina y Claudia Martín es la encargada de interpretarla. Me ha gustado Claudia y me ha gustado Martina, que madura poco a poco, hasta realizarse a sí misma, según va pasado por distintas cosas. Me encantan personajes como este, que, tramas aparte, también lanzan un mensaje positivo.
La familia de Dante Ferrer se completa con Pilar, su segunda esposa, y Rodrigo, el hijo de esta, interpretados por Yolanda Ventura y Jaume Mateu. No os podéis imaginar lo que me gustó reencontrarme con ambos, tras unos cuantos años sin coincidir con ellos. Yolanda brilla con una mujer que poco a poco descubre el turbio negocio en el que se mueve su marido, al que quiere, igual que Rodrigo, al que Dante considera como un hijo más. Jaume demuestra que le sobra talento para encarnar a este joven, que vive asfixiado por un terrible hecho traumático vivido durante su niñez. Disfruté con la evolución que sufren ambos personajes conforme pasan los capítulos y la complicidad de Yolanda y Jaume. Verdaderamente, la familia Ferrer en su conjunto tiene una química que hace que realmente parezcan una familia, algo que no siempre se consigue.
Los negocios de Dante y Joaquín permiten que la telenovela tenga una vis más policiaca, en la que se ven involucrados dos comandantes, Alfonso Juárez y Nicolás Orozco. El primero, el incorruptible comandante de la policía municipal de Guaymas, se encuentra interpretado por el siempre genial Arturo Peniche. Es una gozada verlo en escena, ya lo he dicho decenas de veces. Lo mismo se puede aplicar de Orozco, en manos de otro grande, Luis Gatica. 

Laura Flores y Arturo Peniche son Laura y Juárez

Bien es cierto que, más allá de lo policiaco, el guion otorga a Juárez con una trama romántica que lo liga a Laura Urquidi, la exmujer y madre de los hijos de Dante y la novia de Juárez cuando ambos eran adolescentes. Laura Flores lleva a cabo un extraordinario trabajo con esta mujer, aparentemente fuerte, pero que esconde una serie de debilidades que Juárez le ayuda a sobrellevar tras reencontrarse después de cuatro décadas sin verse. La química de Arturo y Laura traspasa la pantalla y hace de Juárez y Laura una de las parejas más bonitas de la telenovela, junto con Irene y Fernando, y Alexa y Gabriel.
Completan el elenco un número casi interminable de secundarios, ligados de una u otra manera a la familia Ferrer o pertenecientes a ella, como Adriano, el hijo de Irene, interpretado por Sebastián Poza, que si bien arranca la telenovela con una actuación mejorable, en poco tiempo logra hacerse con el personaje. Lo mismo le pasa a Maya Ricote Rivero, que interpreta a Katia, la novia de Adriano. Como pareja, no están mal, pero el guion les favorece lo justo.
Casi como parte de la familia Ferrer también están Socorro Bonilla, como Soco, la cocinera de la casona –sí, no entiendo por qué han encasillado a esta primera actriz en cocineras–, y sus hijas, Cecilia y Araceli. Dayren Chávez se ocupa de la primera y Bárbara Islas de la segunda. Ambas hacen un buen trabajo, pese a que el guion cede, quizás, demasiado protagonismo a Araceli, con una serie de tramas que distraen de las principales y contribuyen a que estas vean mermado su ritmo. Lo mismo ocurre con Caridad, la compañera de Soco en los fogones, y Baldomero, el chófer de Dante, interpretados por Luz Edith Rojas y Carlos Speitzer, una pareja extraña, con un toque cómico innecesario, que hacen que el espectador rechace un poco a estos personajes, porque da la sensación de que entorpecen a la historia.

Odiseo Bichir es Heriberto

Ya os digo que la lista de secundarios es larguísima, así que para no extenderme mucho, y para concluir este apartado, quiero resaltar el magnífico trabajo de siete de ellos. El primero de esos siete es Odiseo Bichir, que se convierte en Heriberto, un profesor que guarda un terrible secreto. Es imposible no aborrecer a Heriberto, y lo es gracias al excelente hacer de Odiseo. Junto a él está José Elías Moreno, que interpreta a su hermano, el padre Mateo, un sacerdote entrañable, con el que José Elías se muestra más que cómodo, aunque, inexplicablemente, desaparece hacia la mitad de la telenovela sin que se conozca el porqué. Otra mención positiva también la merecen Andrea Fátima y Jorge Caballero, Morales y Solís, los apoyos de Juárez en la comisaría, aunque Morales es mucho más leal que Solís. No los conocía, ni a ella ni él, y me han sorprendido mucho. Lo mismo puedo decir de Leo Casta, que interpreta a Ramiro, el mejor amigo de Adriano, un joven con una historia complicada que en cierto modo marca su carácter y sus acciones.
De esos siete personajes a los que quería aludir, los tres restantes se encuentran en el entorno de Gabriel y son un hombre y dos mujeres. Él es Abel, su mejor amigo, un tipo noble que se enamora de Irene sin ser correspondido, y al que encarna Agustín Arana, del que mantengo lo dicho hace unas semanas al hilo de Para volver a amar. Ellas son Marcela y Rafaela. Marcela es la madre de Gabriel, y cae en manos de Carmen Delgado, una grandísima actriz que se luce como esta mujer, marcada por la desgracia de perder a un hijo, y que ya podría haber tenido más tramas, porque es una delicia verla actuar. Rafaela, por su parte, es una antigua novia de Gabriel que llega bien avanzada la historia gracias a Sandra Kai. La descubrí en Amor bravío, con la que debutó en el género, y llevaba tiempo sin verla. Con Rafaela demuestra lo mucho que ha crecido como actriz y reivindica que es hora de que le toque un personaje de peso, porque le sobran tablas. Sé que poco antes de Fuego ardiente estuvo en Imperio de mentiras con un personaje muy complejo, así que ojalá los productores le permitan seguir esa senda.
ACTUACIONES: 2/2

TRAMAS
Fuego ardiente parte de una idea compleja, la de querer hacer una telenovela clásica, que a su vez incluya algo policiaco, unas pocas tramas realistas y que a la vez resulte moderna, tanto en la forma como en el fondo. Todo lo que sea querer hacer cosas diferentes, bienvenido. Claro, que lo diferente siempre conlleva un riesgo que, en este caso, puede explicar una audiencia que no fue la esperada en México.

Joaquín Ferrer es un tembile delincuente

La telenovela arranca de una forma poco convencional. En los primeros capítulos la información que se da de los personajes es mínima y se les mete ya en acción. Es un comienzo que desconcierta, pero que poco a poco se ve enriquecido con numerosa información de los personajes, si bien hasta prácticamente los últimos capítulos no se acaba de descubrir realmente quién es quién. Fue algo muy criticado, pero a mí me gustó esa idea de arrancar con los personajes en blanco e ir coloreándolos conforme avanza la historia. Dentro de esa voluntad por hacer cosas distintas, la propia producción se encargó de vender esta telenovela como una historia con tres parejas protagonistas, lo que tampoco acabó siendo así. 
Gabriel y Alexa viven su amor a escondidas

Si buscáis tramas románticas, encontraréis una principal, la de Alexa y Gabriel; otra, que intenta equipararse a la anterior, la de Irene y Fernando, y una tercera, la de Laura y Juárez, que siendo secundaria, a veces opaca a la de Irene y Fernando. Creo que estas tramas pueden ser la mejor carta de presentación para su venta en el exterior, aun cuando estén llevadas de diferentes maneras. La principal, la de Alexa y Gabriel, se mantiene en el mismo estado desde el comienzo y hasta el final. Este es para mí el gran error de esta trama, el amor secreto de Alexa y Gabriel no es descubierto por el resto de personajes hasta el minuto tres del último capítulo. Y sí, en el resto de personajes entra Joaquín, que podría haber dado un juego espectacular de haber sabido antes que su mujer mantenía una relación con su cuñado desde hace más de ocho meses. Se ha criticado que Alexa se pase casi toda la telenovela fingiendo un embarazo, solo para descubrir quién es realmente Joaquín. No lo veo grave, aunque la forma en la que se entera Joaquín es un poco absurda y tardía y, quizás también aquí, hubiera estado bien que se enterase antes. De nada sirve tener un villanazo como Joaquín si descubre con el tiempo justo las situaciones que podrían llevarlo a hacer el mal. De hecho, si me apuráis, quizás sea Martina la que aporte más como villana a la relación de Alexa y Gabriel que Joaquín, aun cuando Martina está excesivamente humanizada, lo que no quita que me haya gustado la transformación que vive el personaje.

Irene y Fernando viven un amor muy criticado

Respecto a Irene y Fernando, su relación está mejor llevada, por lo menos al principio, cuando enfrentan a todos por defender un amor de esos que muchos critican con la excusa absurda de la diferencia de edad. Sin embargo, no se entiende que una pareja que al principio lucha contra viento y marea y que por esa razón gustó mucho a los espectadores –amén de la química entre Claudia Ramírez y José María de Tavira–, acabe separándose y no recobre la estabilidad hasta el último capítulo. Sobran determinadas tramas y la llegada de nuevos personajes, como Paula, que la entorpecen, porque tampoco aportan nada.
Más estable es la relación de Laura y Juárez, con el plus añadido de ser un romance que se quedó en tiempo muerto durante cuarenta años. De las tres grandes tramas románticas, es la que mejor está llevada, con un gran secreto y la oposición de Dante y Joaquín como principales frentes. Por el camino se quedan tramas románticas que podían haber dado más de sí, como la que une a Adriano y a Katia, la que se desdibuja entre Ceci y Tomás, o el amor que Rodrigo descubre sentir por Martina. Sobra totalmente, como os explicaba en el anterior apartado, el conato amoroso de Cari y Baldomero, que no aporta absolutamente nada.

Juárez y Orzoco, durante un interrogatorio

Tramas románticas aparte, Fuego ardiente cuenta con una parte más policiaca que a mí me gustó mucho, con Juárez y Orozco al frente. Seguir junto a ellos, capítulo a capítulo, la investigación de los negocios turbios de Dante y su hijo es de lo mejor que tiene la telenovela, argumentalmente hablando. Lástima que, como con otras tramas, su resolución se vea postergada al último capítulo, en el caso de Joaquín, ya que Dante paga con anterioridad buena parte de sus fechorías. Por cierto, algunas de las de Joaquín quedan resueltas para el espectador pero no para los personajes, como la muerte de David o de los padres de Alexa, que ni Joaquín ni las autoridades llegan a confirmar, aunque el espectador sepa lo que ha ocurrido.
El toque realista al que me refería hace unas líneas lo pone Rodrigo con una trama muy dura, en la que los abusos sexuales hacen acto de presencia. Una trama muy bien escrita y resuelta, que ojalá sirva para que muchos vean lo necesario que es denunciar a tiempo un abuso y que a mí me removió ciertos recuerdos, porque en mi infancia me tocó lidiar con un personaje similar a Heriberto, el profesor que abusa de Rodrigo y otros niños. No tengo constancia de que en mi colegio sucediese lo mismo, pese a que Heriberto es el calco de un profesor, también de educación física, que, entre otras cosas, era el único docente con despacho propio… situado en el baño de los niños.

Dante y su hermana Irene tienen una relación con altibajos

De vuelta a Fuego ardiente, hay quienes han subrayado que a la telenovela le falta ritmo. Personalmente, no lo creo, aunque también es verdad que la vi a razón de dos y hasta tres capítulos por día y que era raro el día en el que no pasase algo. También es verdad que muchas de las reflexiones que estoy haciendo las hago en frío, ya que en caliente, mientras la veía, no me percaté de algunas de esas cosas y la disfruté mucho. Puede, y en eso si estoy de acuerdo, que los primeros cincuenta capítulos tengan un ritmo inferior al de los treinta y pico restantes, y debido al recorte de capítulos, que motivó una edición bastante chabacana de lo que se había grabado. Ello comportó un mayor ritmo para las tramas principales, la desaparición o cierre de alguna secundaria y algunos errores de montaje que descolocan un poco, pero que son comprensibles. Supongo que nadie está preparado para que, de un día para otro, te avisen de que vas a tener veinte capítulos menos para contar una historia y que, por esa razón, tienes que ajustar todo lo que ya llevas grabado. Creo que al exterior se está vendiendo lo que se emitió en México, con lo que se descarta, como ha sucedido con otras telenovelas, una versión internacional con más capítulos.
Sobre el final, a mí me gustó, pese a que muchas cosas se resolvieron demasiado tarde y otras pudieron haber tenido un cierre distinto. En un vídeo que circula por Instagram, desde la localización de una de las últimas escenas, Carlos Ferro asegura que le habría gustado otro final para Joaquín, el mismo que me habría gustado a mí, claro que ni Ferro ni yo somos guionistas. Por cierto, me gustaría saber, así como curiosidad mía, qué pasó para que Gabriel tuviese un cambio un tanto curioso, y es que el propio Carlos subió a sus redes fotos con un perro que iba a acompañar a su personaje, pero el can nunca apareció en escena. Gabriel jamás tuvo perro.
TRAMAS: 3,8/5

MÁS COSAS
Esta telenovela cuenta con una realización bastante buena, en la que destaca particularmente la fotografía en exteriores, gracias a que los exteriores son uno de sus puntos fuertes, al combinar el mar y las paradisíacas playas de Sonora con los extensos campos de olivo y una localización tan fabulosa como el rancho San Jorge, en las inmediaciones de la Ciudad de México. Además, se han desterrado los filtros amarillos que ensombrecían muchas escenas en interiores en otras telenovelas producidas por Carlos Moreno y se ha apostado por decorados que si bien están muy elaborados, no dejan de ser llamativos, por hechos como que todas las habitaciones de La Casona tengan una forma trapezoidal un tanto extraña o que la planta baja de la hacienda y las oficinas de los aceites Ferrer sean demasiado oscuras. Dentro de la casa, el mejor decorado es, sin duda alguna, la escalera interior, presidida por un arcángel que impresiona. Fuera de ella, me gustó mucho el decorado que recrea la comisaría de Guaymas.

Alexa viste casi siempre de rojo

Los colores son una parte esencial del vestuario. Siguiendo la tradición teatral de asociar un color y sus cualidades a un personaje y su carácter, Alexa siempre lleva algo en tono rojo o granate; Martina viste con colores de lo más llamativos y alegres, y Laura no deja el violeta, símbolo de ese arrepentimiento que encierra por algo sucedido en su juventud. En el caso de los hombres, el mejor vestido es Gabriel, o al menos el que cuenta con un vestuario más variado, ya que Joaquín y Dante no abandonan el negro. Por cierto, me encanta que Joaquín vaya impoluto siempre con sus zapatillas deportivas negras con borde blanco, que se convierten en un símbolo del personaje. Entiendo que hayan querido homenajear a los nativos de Sonora con vestimenta tradicional, pero no comprendo por qué los trajes se han reservado al servicio y a los empleados de La Casona. ¿Por qué Gabriel, Alexa, Irene o Fernando no pueden ponerse, aunque solo sea una vez, uno de esos bonitos y coloridos trajes?


La musicalización es una de las grandes bazas de cualquier telenovela de Carlos Moreno y Fuego ardiente no decepciona. A los soundtracks, de diez, se suman una docena de temas musicales entre los que se encuentran Ese fuego, interpretado por Joy, como tema principal, asociado a Alexa y Gabriel, y No sé tú, también versionado por Joy, como tema de Irene y Fernando. A mí me gustaron mucho, aunque confieso que mis favoritos son Lo que fuera, de Carlos Macías y Cristian Castro, una balada preciosa, insertada sobre estas líneas, que ambienta la historia de Laura y Juárez, y Amar de verdad, una canción más movidita, interpretada por Samo y Sandoval, para Alexa y Gabriel. Celebro que, junto a temas más modernos, también se haya apostado por otros más clásicos o con unos años encima, como Querido Tommy, de Tommy Torres, una de las mejores canciones que se han escrito nunca.
Quizás lo único que se le pueda reprochar a la telenovela en este apartado, centrado en aspectos técnicos y de forma, es esa edición que sufrió por causas ajenas a ella, y que imagino que se hizo rápido, sin poner algunas veces todo el cuidado que se debería haber puesto.
MÁS COSAS: 3/3

El elenco, junto al productor, guionistas y directoras, en la presentación

Algo clásico y original que no renuncia a la innovación. Así, más o menos, podría describirse Fuego ardiente, una telenovela de las de toda la vida, con un fondo clásico sobre el que se pintan una serie de novedades, que van desde la forma en la que se cuenta la historia, dosificando la información de los personajes, al hecho de contar con varias parejas protagonistas, pasando por distintas tramas, que tocan temas tan poco habituales como la pedofilia.
Un elenco muy solvente saca adelante esta historia, que tiene algo muy curioso, y es que se disfruta muchísimo mientras se ve y solo al final, en frío, se le pueden sacar pegas, como el desarrollo limitado de algunas tramas. Es algo que no me había pasado antes con ninguna telenovela. La realización y, especialmente, la musicalización, hacen que sea una gozada poner los ojos y el oído frente al televisor.
A título particular, la recomiendo.

PUNTUACIÓN FINAL: 8,8

Comentarios

Lucía Dasilva ha dicho que…
¡Buenas tardes!

Es curioso lo de los colores, yo también me di cuenta. Mientras que Gabriel tenía más variedad por decirlo de alguna manera, Alexa casi siempre vestía de rojo (o la prenda tenía detalles en ese color), Martina usaba colores neón; Laura el violeta, casi siempre en tonos pastel; Pilar, verde menta; Irene, colores tierra o verde oliva; Fernando, tonos azulados; Katia, rosa; Dante y Joaquín, el negro... Todo un acierto la parte de vestuario.

En general, una crítica bastante positiva, menos mal que sí la viste aunque siempre me quejaba de ella. A ver, tiene cosas que no encajan, no tienen sentido, personajes y tramas que sobran, y en mi parecer, una pareja protagonista -porque Irene y Fernando fueron desdibujados como protagonistas- que no tiene tanta química.

Un saludo:)
Andrea ha dicho que…
Yo empecé la novela con las expectativas altas por el productor y lo que avanzaron ​sobre ella y al verla te llevas una decepción porque no llega al nivel esperado. De hecho, no la termine y acabé siguiéndola por resúmenes y comentarios.

Para mi, uno de los factores de la baja audiencia es que los protagonistas no han conseguido gustar a la gente. Quizás por la trama, que es de las más planas que recuerdo. Se pasan casi toda la novela teniendo una relación a escondidas sin que se entere nadie y sin que pase nada interesante.
Y encima, cuando a la gente no le gustan los protas suelen fijarse en la pareja secundaria, en este caso se supone que principal (Irene y Fernando) y rápido se fastidió. Empezaron muy bien la historia pero les quitaron protagonismo y les separaron con tramas muy usadas e innecesarias.

Por otro lado, el personaje de Claudia si que es verdad que tiene una transformación muy buena pero está muy poco aprovechado. Decían que era la antagonista, pues como mucho ha ido en contra de los protagonistas casi más porque se ha visto en medio de ellos sin quererlo que por maldad propia. Al principio cuando salió info de la novela, de que iba a ir y eso, leí en algún lado que el personaje de Claudia iba a ser bisexual. No sé si fueron ideas de fans o alguna idea real que no se llevó a cabo pero creo que hubiese sido muy interesante y dado mucho más juego.

También dijeron que el personaje de Soco era importante porque conocía grandes secretos y al final nada.

En resumen, muchas expectativas que no se cumplieron y tramas y personajes innecesarios.


GAFEMO ha dicho que…
Buenas tardes:

Lo de asociar el vestuario al teatro es una teoría mía, por aquello de que en la commedia dell'arte era lo que solía hacerse, algo que copiaron nuestros corrales de comedias. Era muy fácil para los espectadores identificar desde el minuto 1 al bueno, a la mala, al bufón... Y a todos los personajes por cómo iban vestidos. Ojo, es teoría mía, pero me gustaría preguntarles a los de vestuario si se inspiraron en la tradición teatral o en otra cosa, que igual la hay y la desconozco. En cualquier caso, coincido con Lucía en que es un acierto.

Me dejas sorprendido con lo de Martina, Andrea. Desconocía lo de su bisexualidad y por supuesto que hubiera sido muy interesante. Lo de Soco lo vi en alguna promo y al final se quedó en nada, estoy contigo.
También suscribo tus palabras sobre Irene y Fernando.
Lo comentaba con Lucía hace poco en privado. A mí esta telenovela me gustó y en caliente, según la iba viendo, me tenía enganchado, pero he tenido que esperar a terminarla y que reposase un poco para que, en frío, pudiera observar detenidamente algunas de estas cosas, como lo plana que es la trama principal. Aun así, mi experiencia como espectador es buena.

Un saludo!