Quizás el buen recuerdo que guardo de Bloque
de Búsqueda (RCN, Sony y Teleset, 2016) hizo que me interesase La ley secreta desde que Caracol anunció
que trabajaba en ella. Como la anterior, esta también parte de premisas reales
sobre el trabajo que día a día llevan a cabo las agentes de la Policía para
garantizar la seguridad en Colombia, aunque en este caso investigación y
personajes son totalmente ficticios.
Pese
a que Netflix la estrenó en agosto de 2018, no me puse con ella hasta el pasado
mes de diciembre. Tenía muchas expectativas que, como veréis en esta crítica,
se han visto más que cumplidas. Vi sus 60 capítulos en apenas siete semanas,
con lo que ya os podéis hacer una idea de cuánto me enganchó.
SINOPSIS
Sandra
(Viña Machado) es una madre soltera que disfruta viendo crecer a su hijo. Tener una familia es también el
sueño de Tatiana (Luna Baxter), que acaba de casarse con su novio de toda la
vida. Tras esa apariencia de cotidianeidad estas mujeres son dos grandes
agentes del Departamento Policial de Inteligencia (DPI) de la Policía Nacional
de Colombia. También para el DPI trabaja Amelia (Juana de Río), infiltrada
desde hace algún tiempo en el monte para desarticular una red de producción de
droga. Droga es precisamente lo que transporta, como mula, Alejandra (Valeria
Galviz) antes de ser interceptada por el DPI y reclutada como una nueva agente.
Las
cuatro serán piezas clave en la Operación Fénix, el plan que diseñan el coronel Cristóbal Porto
(Luis Mesa) y la teniente María Emma Vargas (Katherine Vélez) para acabar con
uno de los cárteles más poderosos de Colombia, el de Junior Lerner (Variel
Sánchez), hijo del temido narcotraficante Ismael Lerner (Carlos Camacho). Los
Lerner son unos viejos conocidos de Sandra. Diez años antes ella y su novio
Sebastián (Tommy Vásquez) se infiltraron en su organización y dieron de baja a
Ismael. Ahora Sandra y Sebastián volverán a fingir ser pareja para adentrarse
en la cúpula del nuevo cártel. Tatiana, Amelia y Alejandra se ocuparán también,
infiltrándose en el cártel, de estrechar el cerco sobre distintas personas al
servicio de Lerner.
DATOS y TRÁILER
Colombia,
Caracol, 2017-2018.
60
capítulos.
PRODUCTORA
EJECUTIVA: Juliana
Barrera.
GUION: Jhonny Ortiz, Adriana Barreto, Karen
Rodríguez, Claudia Sánchez y Said Chamie.
DIRECCIÓN: Andrés Beltrán, Carlos Mario Urrea y
Mateo Stivelberg.
Emitida
en Colombia entre el 1 de octubre de 2019 y el 3 de enero de 2020. Disponible
en Netflix desde agosto de 2018.
PERSONAJES y
ACTUACIONES
La ley secreta tiene un elenco no muy grande, con una
quincena de personajes más o menos fijos. Viña Machado, Luna Baxter, Juana del
Río y Valeria Galviz se encuentran al frente de ese elenco. Viña es Sandra, la
única de las cuatro agentes que es madre y que lo es, además, por algo
estrechamente unido a la misión a la que se enfrentan. A Viña la había visto
como villana en Anónima
y La
esclava blanca, por lo que tenía cierta curiosidad por verla en un rol
protagónico y me ha hecho levantarme del sofá varias veces para aplaudir su
gran trabajo. Lleva a Sandra de una forma muy natural y se marca unas escenas
en la segunda mitad de la telenovela en las que demuestra su talento de una
forma sobrecogedora. Me gustaba Viña como villana y me ha encantado como prota,
con tantos matices como tiene Sandra. Viña ha tenido también una química
impresionante con Tommy Vásquez, que da vida a Sebastián, su antigua pareja y
compañero de esta nueva misión. Me quedé fascinado con Tommy, al que yo tenía
un poquitín encasillado tras verlo durante varios años como un narco abominable
en El
Señor de los Cielos. Magnífico trabajo, como el de Viña. No os podéis
imaginar lo que disfruté con la historia de estos dos personajes, porque pese a
sus idas y sus venidas, su historia es sencillamente preciosa.
En
el equipo de Sandra se encuentra también Tatiana. Luna Baxter es el gran
descubrimiento que me llevo de esta telenovela. No la conocía y me ha
encantado. Sofía es, como Sandra, una agente encubierta que tiene una vida
privada compleja. Tremenda la química que ha tenido con Juan Manuel Mendoza,
que interpreta a Eduardo, el hombre en cuya vida Tatiana debe infiltrarse para
avanzar en el desmantelamiento del cártel. Otra historia de amor muy bonita y
en la que se aborda muy bien el conflicto de intereses que surge entre ambos
cuando tanto ella como él se descubren tal y como son el uno ante el otro.
Valeria Galviz, Viña Machado, Juana del Río y Luna Baxter protagonizan esta historia |
La
tercera de las agentes protagonistas es Juana del Río, a la que muchos
recordaréis de la T1 de La
ley del corazón, en la que tuvo un personaje rompedor que le valió
incluso nominaciones como mejor actriz revelación a los TvyNovelas y a los
India Catalina de aquel año. Es una gran actriz y aquí lo vuelve a demostrar
como Amelia, para mí la agente que más sufre, infiltrada en un monte donde le
pasa de todo. En su caso la química no ha sido con una pareja, ya que Amelia no
la tiene, sino con su hermano Checho (Camilo Amores). Amelia se desvive por
este joven y la madre de ambos, enferma terminal en el momento en el que
comienza la historia. Con Amelia ha sido imposible contener las lágrimas en más
de una ocasión. Juana está de matrícula de honor.
El
grupo de agentes se completa con una civil convertida en agente un poco por las
circunstancias: Alejandra. Valeria Galviz da vida a esta joven humilde que ve
en el tráfico de drogas una forma de hacer dinero. El DPI la salva, con su
detención y adiestramiento, de una muerte más que segura y Alejandra comprende rápido
los errores que hasta entonces había cometido. Valeria me gustó mucho en Paraíso
Travel y en esta he visto, a través de todo lo que tiene que dar de sí
en su infiltración, lo mucho que ha crecido como actriz. Pienso que no va a
tardar en tener un protagónico absoluto, con ella al frente de un elenco.
Preciosa la relación que tiene con Kimberly, su sobrina en la historia, la
joven Sara Pinzón, y con la madre de esta, Andrea (Gala Botero), una toxicómana
que demuestra que nunca es tarde para aprovechar una segunda oportunidad.
A
estas cuatro agentes se suma una quinta, el mejor apoyo para Sandra y Alejandra
en varios momentos de la misión: la entrañable Bertha. María Cecilia Botero se
mete en la piel de esta experimentada agente que vive como nadie su profesión.
Estupendo trabajo el que ha hecho María Cecilia con este personaje.
Katherine Vélez interpreta a la coronela Maldonado |
Sandra,
Tatiana, Amalia, Alejandra y Bertha forman parte del Departamento Policial de
Investigaciones, comandado por dos coroneles estrictos en lo profesional pero
mucho más flexibles en lo personal. Luis Mesa y Katherine Vélez son,
respectivamente, Cristóbal Porto y María Emma Maldonado. Dos grandes actores
para dos personajazos, que les han permitido demostrar su versatilidad. Pensé
que me costaría ver a Katherine en un rol como este después de disfrutar tanto
con su Raquel de Paraíso Travel, pero
desde su primera escena invita al espectador a dejarse llevar por el personaje
y a acompañarlo en su día a día. Algo parecido me ha pasado también con Luis,
al que vi hace un par de años en la T1 de La
Nocturna con un personaje que sí que se parecía a Porto, o por lo menos
más de lo que se parece Raquel a María Emma, en el caso de Katherine. La
complicidad de ambos es también impresionante.
Variel Sánchez y Roberto Cano son Junior y Martín |
Hasta
ahora os he hablado de los buenos, de la policía. Me toca dedicar unas líneas a
los malos, al cártel que pone en jaque al DPI. Ese cártel se halla liderado por
un joven, Junior Lerner. Variel Sánchez se luce con un personaje complejo, muy
distinto de los narcotraficantes que habitualmente nos presentan las
telenovelas. Muy bien y para mi gusto mejor que en El
Barón, donde lo conocí hace unos meses. Junto a él se encuentra Martín
(Roberto Cano), su mano derecha y su pareja. Gran química la de ambos, que han
permitido además mostrar una relación entre dos hombres sin tapujos, lo que
tristemente no suele ser habitual en las telenovelas. Junior y Martín son los
jefes de un cártel que cuenta entre sus filas con guerrilleros como El Bigotes,
un ser despreciable magistralmente interpretado por Ricardo Vesga. Más o menos
lo mismo puedo decir de Toto Vega, que se mete en la piel de Francisco
Bautista, un militar reconvertido en guerrillero, aunque el personaje tiene más
matices que El Bigotes. Junto a estos tipos, en el cártel hay delincuentes de
cuello blanco, que se encargan de lavar el dinero proveniente de la droga. La
estructura financiera del cártel se encuentra liderada por Simon Binoche, un
banquero de origen francés que trabaja apoyado en su cuñada Catalina. Patrick
Delmas y Manuela González interpretan a esta pareja tan peculiar. Tengo que
decirlo: Patrick me ha convencido. Mirad que le puse pegas en Hermanos
y hermanas, pero este personaje le queda como anillo al dedo, y no solo
por su acento francés. Pese a sus tintes de villano, no es un malo al uso.
Tiene un pasado que Patrick ha sabido llevar muy bien. A partir de ese pasado
se entiende su relación con su cuñada. Buen trabajo el de Manuela, a la que
recuerdo de El Señor de los Cielos.
Tatiana Rentería, como Genoveva, la mujer de Simón, cierra un triángulo amoroso
peculiar, este que se da entre ellos, con vínculos de parentesco incluidos. No
la conocía y me ha gustado mucho.
Todo
este cártel no sería posible sin su fundador, Ismael Lerner, un viejo conocido
de Sandra y del DPI, y un personaje clave en la historia, pese a que falleció diez
años antes del punto en el que arranca la telenovela. Un sobresaliente Carlos
Camacho se encarga de este narcotraficante.
El
elenco se completa con algunos nombres ligados a ambos bandos. Es el caso de la
sargento Rojas (Marcela Vanegas), que en muchas ocasiones ayuda a las agentes
protagonistas, o de Jennifer (Tata Ariza), la novia de Eduardo y vía para la
infiltración de Tatiana.
[PERSONAJES
Y ACTUACIONES: 2/2]
TRAMAS
Una
de las cosas que más me han gustado de La
ley secreta es que su entramado argumental se reparte equitativamente entre
esas cuatro protagonistas y los personajes que de alguna u otra forma están
cerca de ellas, ya sea gente del DPI o del cártel en el que se infiltran. Ese
reparto equilibrado se logra también gracias a que cada agente tiene sus tramas
perfectamente delimitadas, sin interferencia alguna por parte de las otras
compañeras. De esta forma el esquema argumental que presenta la telenovela
abarca cuatro grandes tramas que tienen como único nexo en común el DPI y el
cártel que desde distintos flecos tratan de desarticular. Jugar con cuatro
tramas principales es arriesgado, pero aquí, como os decía, está todo muy bien
llevado, con un reparto paritario entre las cuatro que se agradece y mucho.
Sebastián y Sandra, disfrutan de su amor al tiempo que Amelia y Checho sufren
Dentro
de esas cuatro grandes tramas hay de todo. Como es lógico, no falta el
componente policiaco, desde los distintos enfoques que las agentes tienen
dentro la de la misión, lo que da una especie de perspectiva múltiple muy
interesante al espectador. También hay espacio para el amor, con romances como
el de Sandra y Sebastián, que a mí me encantó, o el que surge entre Tatiana y
Eduardo, que también tiene lo suyo. Las tramas de las agentes se adentran muy a
menudo en las de los personajes del cártel, con situaciones de violencia como
la que vive Amelia en el bosque o algún que otro susto que se lleva Alejandra a
lo largo de la historia.
Dentro
del cártel, lo mejor es, sin duda alguna, esa relación tan antiarquetípica que
mantiene Junior con Martín y cómo la telenovela siembra la duda al espectador
acerca de quién puede ser Blue Fish, el jefe supremo del cártel, con una serie
de indicios finalmente bien resueltos. También se juega con quién puede ser el
infiltrado del cártel en el DPI, aunque esto resulta menos emocionante para el
espectador, que sabe desde la mitad de la historia, más o menos, quién es ese
infiltrado, por mucho que a nivel argumental traten de hacerle creer que hay
dos o que algo raro hay ahí. Pienso que se la jugaron mucho desvelando tan
pronto quién era ese infiltrado.
El
resto de miembros del cártel dan bastante juego, con tramas tan interesantes
como las del matrimonio de Simon y Genoveva, con Catalina como tercer vértice
de un triángulo amoroso peculiar, o la relación entre Bautista y su esposa, que
desconoce que su marido forma parte de un cártel y que ha encontrado en una
religión un tanto particular la manera de sobrellevar mejor las ausencias de su
esposo.
Alejandra, recibiendo órdenes de Porto y Maldonado para su misión |
En
general podría decirse que La ley secreta
comienza siendo un puzle con un montón de piezas que poco a poco van encajando,
aun cuando por el camino queden cosas mal resueltas desde un punto de vista
argumental. Os hablaba de lo rápido que se desvela quién es el infiltrado del
cártel dentro del DPI, pero es que ese infiltrado, unos capítulos antes, ordena
un feroz bombardeo sobre el lugar en el que se reúne la cúpula del cártel.
¿Para qué? No lo sé, tampoco se explica y no tiene mucha lógica, teniendo en
cuenta que las comunicaciones entre el cártel y su infiltrado son muy fluidas,
como se ve en varias ocasiones a lo largo de la telenovela. Sorprende también
que ante un embarazo fruto de una violación se decida que el personaje que la
ha sufrido se eche para atrás cuando piensa seriamente en abortar. No me ha
gustado el mensaje que transmite esta trama. Es muy llamativo que una
telenovela tan valiente como para meter una pareja gay, con escenas de besos y
todo, no se haya atrevido con un aborto en una de las situaciones que la
legislación colombiana contempla para practicarlo. Hay, además, elementos poco
aprovechados a nivel argumental. Es el caso de ese amor que siente la coronela
Maldonado por el coronel Porto. Se le deja ver en varias ocasiones al
espectador y se le podía haber sacado muchísimo provecho a esos sentimientos de
la coronela.
Encontré
también un error importante: en uno de los primeros capítulos Alejandra asegura
que no se sabe quién es el papá de Kimberly, su sobrina. Sin embargo, al final
de la historia Kimberly se va a vivir con sus abuelos paternos. ¿No se sabía
quién era su padre pero sí sus abuelos paternos? Un poco raro…
Tatiana y Maldonado, coordinando unas escuchas |
Más
allá de estos aspectos concretos, lo que no se le puede negar a La ley secreta es que tiene un ritmo
formidable. En cada capítulo pasan cosas y yo que me salté uno por accidente me
vi un poco perdido y en cuanto descubrí ese salto tuve que volver sobre mis
pasos para ver aquel que no había visto. La historia aúna lo policiaco con
romances, traiciones y un poco de todo, buscando que el espectador se deje
llevar e invitándolo a veces a que haga sus propias cábalas. El final es
completamente cerrado, sin ningún hilo suelto. No termina con un fin, al menos en la versión subida a
Netflix, y las características de la telenovela permitirían una segunda
temporada, con las cuatro agentes y una nueva infiltración. Nadie ha dicho
nada, pero es evidente que no habrá continuación alguna, pues han pasado dos
años desde que terminó el rodaje y, además, la emisión en Caracol no fue
especialmente brillante en términos de audiencia. También es verdad que es un
riesgo que se corre cuando se emite algo que ya lleva más de un año disponible
en Netflix. De todas formas, insisto en que tal y como termina no hace falta
nada más y que de hecho es una telenovela de esas que se extrañan una vez se
terminan. Esto último puede que sea por lo bien perfilados que están los
personajes y el buen desarrollo argumental que tiene, salvando esas tres o
cuatro cosas a las que me refería más arriba.
[TRAMAS:
4/5]
MÁS COSAS
En
Caracol trabajan muy bien todo lo que tenga que ver con la realización y más
cuando lo que producen tiene visos de ser distribuido internacionalmente, como
ha sido el caso de La ley secreta a
través de Netflix. Se disfruta mucho viendo historias como esta, en la que todo
está cuidadísimo, desde los planos a las infografías que permiten localizar la
acción por medio de mapas al estilo de los que montan los programas
informáticos que manejan servicios como el DPI. Aplaudo también algo que pocas
veces se ve en el género y que yo llamo la cámara-conciencia,
por la que se muestra aquello que un personaje ve o siente en determinadas
situaciones y que aquí aplican un par de veces con Alejandra. También me gustó
el dinamismo que muestran con las cámaras y los planos, en continuo movimiento,
aunque es cierto que al principio me costó adaptarme a él, ya que quienes vemos
telenovelas estamos acostumbrados a planos y cámaras en estático.
Dos de las muchas localizaciones de la historia
Por
lo demás, han equilibrado bastante bien decorados y localizaciones, algunas tan
espectaculares como la urbanización en la que llevan a cabo su misión Sandra y
Sebastián o el bosque donde se encuentra el campamento de Bigotes. Los
decorados por lo general también están muy logrados. Me han encantado los que
recrean el interior del DPI, que son enormes y trabajados hasta el más mínimo
detalle. El presupuesto se nota, además, en que han hecho uso de unos efectos
especiales impresionantes. Quizás lo único criticable sea la falta de medios económicos
para haber rodado en México y en España escenas que en la historia transcurren
en ambos países. Entiendo que es algo que no depende del equipo que produce,
sino de lo que aportan los interesados en producir, pero una ficción siempre
gana si sus personajes se trasladan allí donde se supone que pasa la acción.
No
tengo nada que objetar al vestuario, impecable tanto el de los civiles como el
de los miembros del DPI, aunque dejo una reflexión sobre algo que se ve también
en los cuerpos y fuerzas de seguridad españoles: ¿por qué el uniforme de gala
debe llevar falda para las mujeres? ¿No estamos en una época en la que se
deberían terminar estas diferencias en cuestión de uniformes y ropa de trabajo?
La
musicalización me ha gustado mucho, en especial el tema principal Solo por hoy, compuesto por Sebastián Lizarralde e interpretado por Daniela Guerra, muy
acorde con la historia, igual que los soundtracks
que acompañan las distintas escenas.
Desconozco
qué ha hecho Caracol en su emisión, pero en Netflix se escuchan todo tipo de
palabras malsonantes, lo que ya sabeis que me encanta.
[MÁS
COSAS 3/3]
Inspirada
en testimonios reales, La ley secreta
se disfruta mucho gracias al buen hacer de su elenco, y en especial de Viña,
Juana, Luna y Valeria, cuatro magníficas protagonistas. Una historia muy
pensada argumentalmente, pese a que tenga cosas criticables, que tiene un ritmo
óptimo y con la que se disfruta mucho, visual y estéticamente hablando. Muy
recomendable.
PUNTUACIÓN FINAL: 9
Comentarios
temporada,todos integran un tejido actoral excelente