CRÍTICA: "Bolívar" (Caracol, 2018)

Hace unos años entré en contacto con la historia de América y me quedé fascinado. En más de una ocasión, cuando me han preguntado hacia dónde debe ir el género he defendido que esa historia y sus historias son uno de los caminos más interesantes que se pueden seguir, porque en la historia de América hay de todo: personajazos, romances, guerras, conspiraciones, mitos… Caracol se atrevió con ello y fue así como se pusieron a trabajar en Bolívar, para contar la vida del libertador.
Empecé a verla a finales de septiembre y la terminé algo menos de dos meses después, a principios de noviembre. Esto es lo que os puedo contar sobre la que también es una de las apuestas más ambiciosas de la historia de Caracol.

[¡CUIDADO! Si estás viendo esta telenovela o tienes pensado hacerlo, quizás no deberías leer esta crítica, ya que puede contener SPOILERS que hacen aconsejable su lectura después de haberla visto. De igual modo, en los COMENTARIOS de esta crítica puede haber algún SPOILER].

SINOPSIS

Caracas, finales del siglo XVIII. Por las tierras de la hacienda San Mateo juega Simón Bolívar Palacios, un díscolo adolescente llamado a cambiar la historia de América (Maximiliano Gómez). El muchacho disfruta de la vida junto a sus tres hermanos, Juana Nepomucena, María Antonia y Juan Vicente. La muerte de su madre quiebra la familia y mientras Juana Nepomucena y María Antonia se casan con distintos parientes, Simón y Juan Vicente quedan a cargo de su tío Carlos Palacios (Álvaro Bayona), cuyo único interés es apropiarse de la fortuna de los Bolívar.
Es en ese momento cuando el joven Simón comienza a ir a clases con el profesor Simón Rodríguez (Ernesto Benjumea), uno de los primeros hombres que comienzan a mostrarse críticos os con las actitudes que la Corona española y sus delegados llevan a cabo sobre el pueblo americano y que aventuran tiempos de cambio para Venezuela y el resto de provincias sometidas al dominio español.
La vida lleva al veinteañero Simón (José Ramón Barreto) a formarse en Europa a lo largo de los primeros años del siglo XIX. En esa época conoce a la que será su mujer y gran amor, María Teresa Rodríguez del Toro (Irene Esser) y entra en contacto con ideas revolucionarias surgidas en Francia e Inglaterra que calan muy hondo en él.
De regreso en Venezuela recaba el apoyo de la Junta Militar de Caracas y del ejército inglés para iniciar un proceso único, el de liberación de las colonias españolas del sur de América. A lo largo de varias décadas Bolívar (Luis Gerónimo Abréu) luchará por una América libre, proclamando la independencia de las actuales Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela. No será un proceso sencillo: él y los suyos deberán enfrentarse en numerosas ocasiones al ejército realista y a los miedos e incertidumbres que la nueva situación provoca en los territorios libertados.

DATOS Y TRÁILER 

Colombia y España. Caracol, 2018.
60 capítulos.
PRODUCTOR EJECUTIVO: Asier Aguilar.
GUION: Juana Uribe, María Clara Torres, Ricardo Aponte y Leonor Sardí.
HISTORIADORES: Camilo Uribe e Isabel Arroyo.
DIRECCIÓN: Luis Alberto Restrepo, Andrés Beltrán y Jaime Rayo.
Emitida en Colombia entre el 18 de septiembre y el 20 de diciembre de 2019.

PERSONAJES Y ACTUACIONES
Tres son los actores que interpretan, en distintas etapas de su vida, al libertador: Maximiliano Gómez, en los tres o cuatro primeros capítulos; José Ramón Barreto, hasta el 26, y Luis Gerónimo Abreu, desde el 26 hasta el final. Han hecho, sin duda, un gran trabajo de casting, porque los tres se lucen. Voy a comenzar por José Ramón, que encarna a Bolívar en su plano más personal, con su relación y matrimonio con María Teresa, interpretada por Irene Esser. ¡Qué gran descubrimiento han sido tanto José Ramón como Irene! Me han encantado, así de claro. ¡Qué naturalidad y qué química tienen y cómo bordan a sus personajes! La primera mitad engancha, y mucho, en gran medida al magnífico trabajo de estos dos jóvenes actores.
José Ramón Barreto e Irene Esser son Simón y Mª Teresa

Ojo, que aunque haya comenzado con José Ramón, Luis Gerónimo tampoco se queda atrás. Impresionante trabajo el de un actor al que recordaba como Nelson, aquel villano temible de El Chema. Luis Gerónimo se ha dejado la piel y puede que la salud para convertirse en el libertador. Memorables son sus escenas atravesando los llanos inundados o subiendo con los suyos al páramo de Pisba. Hay quienes han criticado el poco parecido físico entre él y el auténtico Bolívar. Qué queréis que os diga… A mí me parece que es lo de menos si el actor hace un buen trabajo, como es el caso de Luis Gerónimo. A su lado está otro descubrimiento que me deja esta historia: Shany Nadan, que interpreta a Manuela Sáenz, una bolivariber, que llamaríamos hoy. Manuela es otro personajazo, también real, aunque menos conocida que Bolívar y que, como se muestra en la telenovela, fue un emblema de lo que luego llamaríamos feminismo y de la defensa de los derechos y libertades en pleno siglo XIX.
Luis Gerónimo Abreu y Shany Nadan, Bolívar y Manuela

Podría decirse que en torno a Bolívar y Manuela se organizan el resto de personajes. En la web de distribución de Caracol leía que por Bolívar pasaron más de 200 actores, figurantes no incluidos, y si echáis un vistazo a la página de Wikipedia, veréis que la lista es casi interminable. No se puede, con un elenco tan amplio, ir uno por uno, así que voy a centrarme en unos cuantos, los que más me han gustado.
Dentro de los personajes que marcan la adolescencia y juventud de Bolívar, me quedo con sus hermanos, María Antonia y Juan Vicente, y con el esposo de aquella, Pablo Clemente. Rosmeri Marval y Ricardo Mejía interpretan a los hermanos de Bolívar, muy distintos entre sí pero totalmente unidos cuando lo que toca es defender su patrimonio. María Antonia tiene, además, una de las tramas más bonitas que hay en la historia de la mano de Erick Rodríguez, que interpreta a Pablo Clemente, primo de los Bolívar y marido de la citada María Antonia. ¡Qué personaje! Es inevitable no tomarle cariño a este pobre hombre, que sufre una enfermedad mental que acaba poco a poco con él y que, como seguramente le sucedería al auténtico Pablo Clemente, solo genera rechazo e insinuaciones a su alrededor. Eso es lo que despierta, por ejemplo, en Carlos, el tío de los Bolívar. Este individuo es de lo más repulsivo que he visto en las dos décadas que llevo viendo telenovelas, pero tiene que ser así. Gran trabajo, en ese sentido, de Álvaro Bayona, que interpreta a este personaje.
Por supuesto, tengo que dedicar unas palabras a Ernesto Benjumea que brilla como el profesor Simón Rodríguez. También a Ana Harlem y Bárbara Perea, Matea e Hipólita, dos de las esclavas de los Bolívar y que Simón considera como de su familia.
Pasados los años, ya con Bolívar en Europa, aparecen en torno a él nuevos personajes. Me quedo, de todos ellos, con uno: el marqués de Uztáriz, mentor de Bolívar y responsable de que conozca a María Teresa. Manuel Navarro se nota encantado con este personaje clave, como digo, en el desarrollo personal y como militar del venezolano.

Hans Martínez interpreta al capitán De Paula
En torno al Bolívar adulto aparecen muchos otros personajes. Entre ellos está su mano derecha durante la liberación, el capitán Francisco de Paula. Hans Martínez se luce como este capitán, que pasa de ser el brazo derecho del libertador a su pesadilla cuando toma el poder de Bogotá. Otro de los grandes apoyos de Bolívar es el general Sucre, mucho más fiel que De Paula. Julián Trujillo interpreta a este militar, clave en la fase final de la liberación. Gran trabajo el de Julián Trujillo, igual que el de Ed Hughes, que se mete en la piel de Daniel O’Leary, capitán del ejército inglés y cronista de todo lo que hace el ejército patriota. Mención aparte merece Pedro Roda, que encarna al soldado y pintor Diego Aponte, un personaje muy tierno y quizás de los más desarrollados dentro la historia.
Una vez se produce la liberación, la historia se abre para que entren otros personajes y que el espectador conozca el sentir de los colombianos con ese cambio político que llevan a cabo Bolívar y los suyos. Es así como llegan Marcela (Andrea Gómez), una prostituta al servicio de los realistas que ve cómo su vida cambia tras la liberación; Blanca (Amparo Conde), esposa de un capitán del ejército patriota que pasa siete años sin él, o Gervasio, un antiguo verdugo del bando realista que lucha por comenzar una nueva vida tras la liberación. Magnífico el trabajo de Kepa Amuchastegui con este personaje tan humano y con tantos matices, pese a ese pasado tan duro.
Entre los más de 200 actores que pasan por Bolívar hay un pequeño grupo de intérpretes españoles con los que me gustaría cerrar este apartado. A Manuel Navarro se suma José María Galeano, como Felipe Martínez y Aragón, último virrey español de Caracas. A la realeza también pertenece Olga Hueso, irreconocible como la reina María Luisa de Parma. Cristóbal Suárez, como Manuel Mayo, y Carlos Aguilar, como el teniente Barreiro, son otros de los españoles que se dejan ver en esta producción, que cuenta con un elenco amplísimo fruto de un excelente trabajo de casting.
[PERSONAJES Y ACTUACIONES: 2/2]

TRAMAS
Bolívar  no solo es una telenovela sobre la vida del libertador Simón Bolívar. Es, o pretende ser, un reflejo de una época histórica clave en la configuración de la América que conocemos hoy. Puede que Bolívar no lograse llevar a cabo esa idea de América una, libre y unida, que la liberación emprendida por él, pero el espíritu del general venezolano sigue aún muy presente, sobre todo en América del Sur.
 
A la izquierda, Simón, de niño en clase con Simón Rodríguez. A la derecha, Simón y Mª Teresa bailan en Madrid

La telenovela tiene un desarrollo totalmente lineal: comienza con Simón siendo un niño y acaba con Bolívar, diciendo adiós a este mundo después de unas décadas intensas y habiendo visto cumplido una buena parte de su propósito. La primera mitad de la historia aborda la vis más personal y romántica del joven Simón: la muerte de su madre, sus estudios en Europa, su matrimonio con María Teresa, el regreso de ambos a América… En paralelo, nuestro protagonista se va impregnando de una serie de ideas revolucionarias que marcarán su destino. Ideas que ya conoce en Venezuela, siendo un adolescente, y que perfila gracias a sus estudios en Europa y a lo que allí ve, en un continente marcado por la Revolución Francesa. En el capítulo 26 la historia vira a lo político, a lo bélico, si queréis llamarlo así, con las primeras batallas de la liberación. Es entonces cuando Bolívar se revela un gran estratega, capaz de subir el páramo de Tisba con su ejército, sin apenas medios y en invierno, con el fin de avanzar sin ser detectados por el ejército realista.
Una vez la liberación comienza a dar frutos, hacia el capítulo 40 la historia integra unos cuantos personajes de Bogotá y poblaciones aledañas para mostrarnos cómo viven los primeros meses libres. Pese a ello, la telenovela no renuncia a esa dimensión personal del capitán y fruto de ello, se aborda su apasionada relación con Manuela Sáenz y sus disputas personales con los otrora aliados de su ejército.
Bolívar y los suyos en dos momentos de la liberación

Como podéis ver, hay tramas para todos los gustos. La primera mitad de la telenovela tiene un ritmo magnífico y se empatiza mucho con Simón y todo lo que le pasa. En la segunda el ritmo baja, no tanto por las batallas, sino por esas tramas que involucran a los nuevos ciudadanos libres o a la propia Manuela Sáenz. Está claro que Manuelita tenía que salir en una telenovela como esta, pero ¿era necesario que sus tramas comiencen ya desde que es una niña a la que le faltan veinte años para toparse con Bolívar? Pienso que no. Lo que le sucede durante su adolescencia en Quito se podía haber obviado, o, a lo sumo, presentado de alguna forma por parte del personaje adulto. Sus primeras tramas desconciertan un poco, rompen el ritmo y aunque luego la van a mejor, sigue habiendo momentos en los que lo que le pasa a Manuela merma el ritmo de aquello que le está sucediendo a Bolívar o a los suyos. Lo mismo se puede decir de esas tramas de los bogotanos, a las que aludía hace poco. Es el caso del triángulo amoroso que se da entre Julio, Berta y Marcela, que también tiene otros vértices, o las eternas reuniones que protagonizan los contrarios a Bolívar, planificando cómo acabar con él y que tienen, para mí, demasiado peso en determinados momentos de la historia, aun cuando sea más importante que otras tramas.
Después de lo que os contaba el otro día, me guardaré la típica referencia al final que siempre suelo hacer. Insisto, una vez más, en que no debería considerarse spoiler decir que en una telenovela como esta es muy probable que el personaje principal muera. Yo, personalmente, lo prefiero. No tendría ningún sentido terminar con las últimas batallas de Bolívar o con él disfrutando de su amor con Manuelita. Es lo que tiene trabajar con hechos históricos, en los que la muerte de personajes como Bolívar es algo que cabe esperar y que es algo normal en producciones como esta.
Bolívar y su ejército cruzan el páramo de Tisba

Más allá de las tramas concretas, algo que me ha gustado mucho de Bolívar es el tono con el que trabajan los acontecimientos históricos. Podían haberla usado para polemizar, pero no ha sido así. Los españoles y los patriotas aparecen retratados con sus virtudes y sus defectos. Los unos y los otros beben, tienen escarceos amorosos con prostitutas y hay derramamientos de sangre y lágrimas en ambos bandos. Aun así, tengo que comentar algo que me ha sorprendido en el discurso que maneja Bolívar en la telenovela. Cada dos por tres justifica lo que va a hacer con palabras del tipo de “Escribiremos la historia” o “Pasaremos a la historia”. ¿Realmente Bolívar estaría  tan preocupado por lo que diría la historia de él y los suyos como lo está el Bolívar de la telenovela? Es que hay veces en las que parece que lo que hace lo hace más interesado en lo que los libros de historia digan de él que en liberar a los pueblos americanos. También se manejan conceptos políticos que no tengo yo muy claro que se usasen con tanto arbitrio en el siglo XIX. No creo que se hablase entonces de “bolivarismo”, un término que los personajes usan unas cuantas veces. Tampoco creo se utilizase tan a menudo como lo hacen en la historia los términos “dictadura” y “tiranía”, que se muestran con el valor que tienen hoy en día pero que no tengo yo muy claro que tuviesen hace dos siglos. Lo digo como espectador, porque no soy historiador, aunque haya leído sobre la conquista y todo lo que vino después. Quizás por eso, porque no soy un experto, no he encontrado nada que chirríe desde la perspectiva histórica. 
Navegando por internet me topé con un artículo en el que Inés Quintero, historiadora y miembro de la Academia Nacional de la Historia de Venezuela no deja muy bien parada a la telenovela desde una perspectiva histórica. No critica errores de ambientación, sino más bien cambios en el carácter de algunos personajes que aparecen “tergiversados”, según sus palabras. No hay que olvidar que esto es ficción, por mucha realidad que tenga como base, y que la ficción busca entretener. Hay otros géneros didácticos y más apegados a la realidad, pero si lo que se busca es eso, entretener, a veces no queda más remedio que cambiar algunos enfoques de esa realidad a partir de la que se construye la ficción.
 [TRAMAS: 3,5/5]

MÁS COSAS
Producciones como Bolívar suponen un esfuerzo titánico en todos los niveles si se quieren hacer bien, como sido el caso. La realización es, simplemente, estupenda. Han tirado la casa por la ventana con drones, grúas y un amplio catálogo de medios de rodaje. También en materia de efectos especiales han hecho cosas increíbles, como las acongojantes mutilaciones, degüellos, muñones y heridas que se ven en las distintas batallas o los viajes en barco, recreados a base de ordenador y con un resultado final de diez.
Localizaciones en Toledo (España) y Popayán (Colombia)

Esta historia está rodada mayormente en exteriores, muchos de ellos naturales. Es lo que tiene viajar dos siglos atrás en el tiempo, que no puedes mostrar edificios, carreteras, coches... En ese sentido, abundan bosques, lagos, llanos y montañas. También, aunque en menor medida, hay localizaciones urbanas, como algunas callejuelas y plazas de lugares como Popayán o algunos parques y calles del Toledo antiguo. 
Los pocos decorados de los que hacen uso están bastante bien conseguidos, si bien se limitan a estancias privadas de algunas viviendas, ya que en muchos casos se han utilizado interiores reales de casas.
Nada que objetar al vestuario decimonónico, acorde al estatus social e individual de cada personaje, aunque debo una mención especial a esos trajes militares tan bien logrados que lucen Bolívar y los suyos.
Varios personajes con distintos vestuarios

La musicalización es otro punto fuerte de esta historia, aunque se base en instrumentales como el de la entrada, con ese toque épico que tiene. Hay soundtracks muy bonitos, como el que ambienta las escenas entre María Teresa y Simón, que es precioso.
No sé cómo la habrá emitido Caracol, pero en Netflix, que es donde la vi, se puede ver escuchando palabras como “puta” o “mierda”. No abundan, pero a mí me encanta oírlas. Ya sabéis lo que pienso sobre la censura absurda de este tipo de palabras que todos usamos, por muy malsonantes que sean.
 
Bolívar, comandando una de sus batallas
Si queréis adentraros en la vida de Simón Bolívar y, de paso, viajar a la América de principios del siglo XIX, esta telenovela os gustará. Un notable elenco, fruto del buen trabajo de casting, saca adelante una historia que engancha, con buen ritmo, aun cuando algunas tramas secundarias la lastren un poco. José Ramón Barreto y Luis Gerónimo Abreu brillan interpretando al general que cambió para siempre el rumbo de América.
[MÁS COSAS 3/3]

PUNTUACIÓN FINAL: 8,5

Comentarios

Jesús ha dicho que…
Hola Gafemo
Este año espero que veas teleseries colombianas del momento:
Enfermeras 2019-2020
Amar y Vivir 2020
Pa Quererte 2020
La Nocturna 2 2020
Unknown ha dicho que…
Me encantó, no sabia que ver en esta cuarentena y sin ganas lo puse y me enganché y el trabajo del protagonista simplemente impecable, veía maratones de 6 a 7 capítulos a veces 10 así me enganché buenaza y lloré en los últimos capítulos, recomendadisima