Hace unos años entré en contacto con la historia de América y me quedé fascinado. En
más de una ocasión, cuando me han preguntado hacia dónde debe ir el género he
defendido que esa historia y sus historias son uno de los caminos más
interesantes que se pueden seguir, porque en la historia de América hay de
todo: personajazos, romances, guerras, conspiraciones, mitos… Caracol se
atrevió con ello y fue así como se pusieron a trabajar en Bolívar, para contar la vida del libertador.
Empecé
a verla a finales de septiembre y la terminé algo menos de dos meses después, a
principios de noviembre. Esto es lo que os puedo contar sobre la que también es
una de las apuestas más ambiciosas de la historia de Caracol.
[¡CUIDADO! Si estás viendo esta telenovela o tienes
pensado hacerlo, quizás no deberías
leer esta crítica, ya que puede contener SPOILERS que hacen aconsejable su
lectura después de haberla visto. De igual modo, en los COMENTARIOS de esta crítica puede haber algún SPOILER].
SINOPSIS
Caracas,
finales del siglo XVIII. Por las tierras de la hacienda San Mateo juega Simón
Bolívar Palacios, un díscolo adolescente llamado a cambiar la historia de
América (Maximiliano Gómez). El muchacho disfruta de la vida junto a sus tres
hermanos, Juana Nepomucena, María Antonia y Juan Vicente. La muerte de su madre
quiebra la familia y mientras Juana Nepomucena y María Antonia se casan con
distintos parientes, Simón y Juan Vicente quedan a cargo de su tío Carlos
Palacios (Álvaro Bayona), cuyo único interés es apropiarse de la fortuna de los
Bolívar.
Es
en ese momento cuando el joven Simón comienza a ir a clases con el profesor
Simón Rodríguez (Ernesto Benjumea), uno de los primeros hombres que comienzan a
mostrarse críticos os con las actitudes que la Corona española y sus delegados
llevan a cabo sobre el pueblo americano y que aventuran tiempos de cambio para
Venezuela y el resto de provincias sometidas al dominio español.
La
vida lleva al veinteañero Simón (José Ramón Barreto) a formarse en Europa a lo
largo de los primeros años del siglo XIX. En esa época conoce a la que será su
mujer y gran amor, María Teresa Rodríguez del Toro (Irene Esser) y entra en
contacto con ideas revolucionarias surgidas en Francia e Inglaterra que calan
muy hondo en él.
De
regreso en Venezuela recaba el apoyo de la Junta Militar de Caracas y del
ejército inglés para iniciar un proceso único, el de liberación de las colonias
españolas del sur de América. A lo largo de varias décadas Bolívar (Luis
Gerónimo Abréu) luchará por una América libre, proclamando la independencia de
las actuales Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela. No será un
proceso sencillo: él y los suyos deberán enfrentarse en numerosas ocasiones al
ejército realista y a los miedos e incertidumbres que la nueva situación
provoca en los territorios libertados.
DATOS Y
TRÁILER
Colombia y
España. Caracol, 2018.
60
capítulos.
PRODUCTOR
EJECUTIVO: Asier Aguilar.
GUION: Juana Uribe, María Clara Torres,
Ricardo Aponte y Leonor Sardí.
HISTORIADORES: Camilo Uribe e Isabel Arroyo.
DIRECCIÓN: Luis Alberto Restrepo, Andrés Beltrán
y Jaime Rayo.
Emitida
en Colombia entre el 18 de septiembre y el 20 de diciembre de 2019.
PERSONAJES
Y ACTUACIONES
Tres
son los actores que interpretan, en distintas etapas de su vida, al libertador:
Maximiliano Gómez, en los tres o cuatro primeros capítulos; José Ramón Barreto,
hasta el 26, y Luis Gerónimo Abreu, desde el 26 hasta el final. Han hecho, sin
duda, un gran trabajo de casting, porque los tres se lucen. Voy a comenzar por
José Ramón, que encarna a Bolívar en su plano más personal, con su relación y
matrimonio con María Teresa, interpretada por Irene Esser. ¡Qué gran
descubrimiento han sido tanto José Ramón como Irene! Me han encantado, así de
claro. ¡Qué naturalidad y qué química tienen y cómo bordan a sus personajes! La
primera mitad engancha, y mucho, en gran medida al magnífico trabajo de estos
dos jóvenes actores.
José Ramón Barreto e Irene Esser son Simón y Mª Teresa |
Ojo, que aunque haya comenzado con José Ramón, Luis Gerónimo tampoco se queda atrás. Impresionante trabajo el de un actor al que recordaba como Nelson, aquel villano temible de El Chema. Luis Gerónimo se ha dejado la piel y puede que la salud para convertirse en el libertador. Memorables son sus escenas atravesando los llanos inundados o subiendo con los suyos al páramo de Pisba. Hay quienes han criticado el poco parecido físico entre él y el auténtico Bolívar. Qué queréis que os diga… A mí me parece que es lo de menos si el actor hace un buen trabajo, como es el caso de Luis Gerónimo. A su lado está otro descubrimiento que me deja esta historia: Shany Nadan, que interpreta a Manuela Sáenz, una bolivariber, que llamaríamos hoy. Manuela es otro personajazo, también real, aunque menos conocida que Bolívar y que, como se muestra en la telenovela, fue un emblema de lo que luego llamaríamos feminismo y de la defensa de los derechos y libertades en pleno siglo XIX.
Luis Gerónimo Abreu y Shany Nadan, Bolívar y Manuela |
Podría decirse que en torno a Bolívar y Manuela se organizan el resto de personajes. En la web de distribución de Caracol leía que por Bolívar pasaron más de 200 actores, figurantes no incluidos, y si echáis un vistazo a la página de Wikipedia, veréis que la lista es casi interminable. No se puede, con un elenco tan amplio, ir uno por uno, así que voy a centrarme en unos cuantos, los que más me han gustado.
Dentro
de los personajes que marcan la adolescencia y juventud de Bolívar, me quedo
con sus hermanos, María Antonia y Juan Vicente, y con el esposo de aquella,
Pablo Clemente. Rosmeri Marval y Ricardo Mejía interpretan a los hermanos de
Bolívar, muy distintos entre sí pero totalmente unidos cuando lo que toca es
defender su patrimonio. María Antonia tiene, además, una de las tramas más
bonitas que hay en la historia de la mano de Erick Rodríguez, que interpreta a
Pablo Clemente, primo de los Bolívar y marido de la citada María Antonia. ¡Qué
personaje! Es inevitable no tomarle cariño a este pobre hombre, que sufre una
enfermedad mental que acaba poco a poco con él y que, como seguramente le
sucedería al auténtico Pablo Clemente, solo genera rechazo e insinuaciones a su
alrededor. Eso es lo que despierta, por ejemplo, en Carlos, el tío de los
Bolívar. Este individuo es de lo más repulsivo que he visto en las dos décadas
que llevo viendo telenovelas, pero tiene que ser así. Gran trabajo, en ese
sentido, de Álvaro Bayona, que interpreta a este personaje.
Por
supuesto, tengo que dedicar unas palabras a Ernesto Benjumea que brilla como el
profesor Simón Rodríguez. También a Ana Harlem y Bárbara Perea, Matea e
Hipólita, dos de las esclavas de los Bolívar y que Simón considera como de su
familia.
Pasados
los años, ya con Bolívar en Europa, aparecen en torno a él nuevos personajes.
Me quedo, de todos ellos, con uno: el marqués de Uztáriz, mentor de Bolívar y
responsable de que conozca a María Teresa. Manuel Navarro se nota encantado con
este personaje clave, como digo, en el desarrollo personal y como militar del
venezolano.
Hans Martínez interpreta al capitán De Paula |
En
torno al Bolívar adulto aparecen muchos otros personajes. Entre ellos está su
mano derecha durante la liberación, el capitán Francisco de Paula. Hans
Martínez se luce como este capitán, que pasa de ser el brazo derecho del
libertador a su pesadilla cuando toma el poder de Bogotá. Otro de los grandes
apoyos de Bolívar es el general Sucre, mucho más fiel que De Paula. Julián
Trujillo interpreta a este militar, clave en la fase final de la liberación.
Gran trabajo el de Julián Trujillo, igual que el de Ed Hughes, que se mete en
la piel de Daniel O’Leary, capitán del ejército inglés y cronista de todo lo
que hace el ejército patriota. Mención aparte merece Pedro Roda, que encarna al
soldado y pintor Diego Aponte, un personaje muy tierno y quizás de los más
desarrollados dentro la historia.
Una
vez se produce la liberación, la historia se abre para que entren otros
personajes y que el espectador conozca el sentir de los colombianos con ese cambio
político que llevan a cabo Bolívar y los suyos. Es así como llegan Marcela
(Andrea Gómez), una prostituta al servicio de los realistas que ve cómo su vida
cambia tras la liberación; Blanca (Amparo Conde), esposa de un capitán del
ejército patriota que pasa siete años sin él, o Gervasio, un antiguo verdugo
del bando realista que lucha por comenzar una nueva vida tras la liberación.
Magnífico el trabajo de Kepa Amuchastegui con este personaje tan humano y con
tantos matices, pese a ese pasado tan duro.
Entre
los más de 200 actores que pasan por Bolívar
hay un pequeño grupo de intérpretes españoles con los que me gustaría cerrar
este apartado. A Manuel Navarro se suma José María Galeano, como Felipe
Martínez y Aragón, último virrey español de Caracas. A la realeza también
pertenece Olga Hueso, irreconocible como la reina María Luisa de Parma.
Cristóbal Suárez, como Manuel Mayo, y Carlos Aguilar, como el teniente Barreiro,
son otros de los españoles que se dejan ver en esta producción, que cuenta con
un elenco amplísimo fruto de un excelente trabajo de casting.
[PERSONAJES
Y ACTUACIONES: 2/2]
TRAMAS
Bolívar
no solo es una telenovela sobre la vida del libertador Simón Bolívar.
Es, o pretende ser, un reflejo de una época histórica clave en la configuración
de la América que conocemos hoy. Puede que Bolívar no lograse llevar a cabo esa
idea de América una, libre y unida, que la liberación emprendida por él, pero
el espíritu del general venezolano sigue aún muy presente, sobre todo en
América del Sur.
A la izquierda, Simón, de niño en clase con Simón Rodríguez. A la derecha, Simón y Mª Teresa bailan en Madrid
La telenovela tiene un desarrollo totalmente lineal: comienza con Simón siendo un niño y acaba con Bolívar, diciendo adiós a este mundo después de unas décadas intensas y habiendo visto cumplido una buena parte de su propósito. La primera mitad de la historia aborda la vis más personal y romántica del joven Simón: la muerte de su madre, sus estudios en Europa, su matrimonio con María Teresa, el regreso de ambos a América… En paralelo, nuestro protagonista se va impregnando de una serie de ideas revolucionarias que marcarán su destino. Ideas que ya conoce en Venezuela, siendo un adolescente, y que perfila gracias a sus estudios en Europa y a lo que allí ve, en un continente marcado por la Revolución Francesa. En el capítulo 26 la historia vira a lo político, a lo bélico, si queréis llamarlo así, con las primeras batallas de la liberación. Es entonces cuando Bolívar se revela un gran estratega, capaz de subir el páramo de Tisba con su ejército, sin apenas medios y en invierno, con el fin de avanzar sin ser detectados por el ejército realista.
Una vez la liberación comienza a dar frutos, hacia el capítulo 40 la historia integra unos cuantos personajes de Bogotá y poblaciones aledañas para mostrarnos cómo viven los primeros meses libres. Pese a ello, la telenovela no renuncia a esa dimensión personal del capitán y fruto de ello, se aborda su apasionada relación con Manuela Sáenz y sus disputas personales con los otrora aliados de su ejército.
Bolívar y los suyos en dos momentos de la liberación
Como
podéis ver, hay tramas para todos los gustos. La primera mitad de la telenovela
tiene un ritmo magnífico y se empatiza mucho con Simón y todo lo que le pasa.
En la segunda el ritmo baja, no tanto por las batallas, sino por esas tramas
que involucran a los nuevos ciudadanos libres o a la propia Manuela Sáenz. Está
claro que Manuelita tenía que salir en una telenovela como esta, pero ¿era
necesario que sus tramas comiencen ya desde que es una niña a la que le faltan
veinte años para toparse con Bolívar? Pienso que no. Lo que le sucede durante
su adolescencia en Quito se podía haber obviado, o, a lo sumo, presentado de
alguna forma por parte del personaje adulto. Sus primeras tramas desconciertan
un poco, rompen el ritmo y aunque luego la van a mejor, sigue habiendo momentos
en los que lo que le pasa a Manuela merma el ritmo de aquello que le está
sucediendo a Bolívar o a los suyos. Lo mismo se puede decir de esas tramas de
los bogotanos, a las que aludía hace poco. Es el caso del triángulo amoroso que
se da entre Julio, Berta y Marcela, que también tiene otros vértices, o las
eternas reuniones que protagonizan los contrarios a Bolívar, planificando cómo
acabar con él y que tienen, para mí, demasiado peso en determinados momentos de
la historia, aun cuando sea más importante que otras tramas.
Después
de lo que os contaba el otro día, me guardaré la típica referencia al final que
siempre suelo hacer. Insisto, una vez más, en que no
debería considerarse spoiler
decir que en una telenovela como esta es muy probable que el personaje
principal muera. Yo, personalmente, lo prefiero. No tendría ningún sentido
terminar con las últimas batallas de Bolívar o con él disfrutando de su amor
con Manuelita. Es lo que tiene trabajar con hechos históricos, en los que la
muerte de personajes como Bolívar es algo que cabe esperar y que es algo normal
en producciones como esta.
Bolívar y su ejército cruzan el páramo de Tisba |
Más
allá de las tramas concretas, algo que me ha gustado mucho de Bolívar es el tono con el que trabajan
los acontecimientos históricos. Podían haberla usado para polemizar, pero no ha
sido así. Los españoles y los patriotas aparecen retratados con sus virtudes y
sus defectos. Los unos y los otros beben, tienen escarceos amorosos con
prostitutas y hay derramamientos de sangre y lágrimas en ambos bandos. Aun así,
tengo que comentar algo que me ha sorprendido en el discurso que maneja Bolívar
en la telenovela. Cada dos por tres justifica lo que va a hacer con palabras
del tipo de “Escribiremos la historia” o “Pasaremos a la historia”. ¿Realmente
Bolívar estaría tan preocupado por lo
que diría la historia de él y los suyos como lo está el Bolívar de la
telenovela? Es que hay veces en las que parece que lo que hace lo hace más
interesado en lo que los libros de historia digan de él que en liberar a los
pueblos americanos. También se manejan conceptos políticos que no tengo yo muy
claro que se usasen con tanto arbitrio en el siglo XIX. No creo que se hablase
entonces de “bolivarismo”, un término que los personajes usan unas cuantas
veces. Tampoco creo se utilizase tan a menudo como lo hacen en la historia los
términos “dictadura” y “tiranía”, que se muestran con el valor que tienen hoy
en día pero que no tengo yo muy claro que tuviesen hace dos siglos. Lo digo
como espectador, porque no soy historiador, aunque haya leído sobre la
conquista y todo lo que vino después. Quizás por eso, porque no soy un experto,
no he encontrado nada que chirríe desde la perspectiva histórica.
Navegando por
internet me topé con un artículo en el que Inés Quintero, historiadora y
miembro de la Academia Nacional de la Historia de Venezuela no deja muy
bien parada a la telenovela desde una perspectiva histórica. No critica errores
de ambientación, sino más bien cambios en el carácter de algunos personajes que
aparecen “tergiversados”, según sus palabras. No hay que olvidar que esto es
ficción, por mucha realidad que tenga como base, y que la ficción busca
entretener. Hay otros géneros didácticos y más apegados a la realidad, pero si
lo que se busca es eso, entretener, a veces no queda más remedio que cambiar algunos
enfoques de esa realidad a partir de la que se construye la ficción.
[TRAMAS: 3,5/5]
MÁS COSAS
Producciones
como Bolívar suponen un esfuerzo
titánico en todos los niveles si se quieren hacer bien, como sido el caso. La
realización es, simplemente, estupenda. Han tirado la casa por la ventana con
drones, grúas y un amplio catálogo de medios de rodaje. También en materia de
efectos especiales han hecho cosas increíbles, como las acongojantes
mutilaciones, degüellos, muñones y heridas que se ven en las distintas batallas
o los viajes en barco, recreados a base de ordenador y con un resultado final
de diez.
Esta historia está rodada mayormente en exteriores, muchos de ellos naturales. Es lo que tiene viajar dos siglos atrás en el tiempo, que no puedes mostrar edificios, carreteras, coches... En ese sentido, abundan bosques, lagos, llanos y montañas. También, aunque en menor medida, hay localizaciones urbanas, como algunas callejuelas y plazas de lugares como Popayán o algunos parques y calles del Toledo antiguo. Los pocos decorados de los que hacen uso están bastante bien conseguidos, si bien se limitan a estancias privadas de algunas viviendas, ya que en muchos casos se han utilizado interiores reales de casas.
Localizaciones en Toledo (España) y Popayán (Colombia) |
Esta historia está rodada mayormente en exteriores, muchos de ellos naturales. Es lo que tiene viajar dos siglos atrás en el tiempo, que no puedes mostrar edificios, carreteras, coches... En ese sentido, abundan bosques, lagos, llanos y montañas. También, aunque en menor medida, hay localizaciones urbanas, como algunas callejuelas y plazas de lugares como Popayán o algunos parques y calles del Toledo antiguo. Los pocos decorados de los que hacen uso están bastante bien conseguidos, si bien se limitan a estancias privadas de algunas viviendas, ya que en muchos casos se han utilizado interiores reales de casas.
Nada que objetar al vestuario decimonónico, acorde al estatus social e individual de cada personaje, aunque debo una mención especial a esos trajes militares tan bien logrados que lucen Bolívar y los suyos.
Varios personajes con distintos vestuarios |
La musicalización es otro punto fuerte de esta historia, aunque se base en instrumentales como el de la entrada, con ese toque épico que tiene. Hay soundtracks muy bonitos, como el que ambienta las escenas entre María Teresa y Simón, que es precioso.
No
sé cómo la habrá emitido Caracol, pero en Netflix, que es donde la vi, se puede
ver escuchando palabras como “puta” o “mierda”. No abundan, pero a mí me
encanta oírlas. Ya sabéis lo que pienso sobre la censura absurda de este tipo
de palabras que todos usamos, por muy malsonantes que sean.
Si
queréis adentraros en la vida de Simón Bolívar y, de paso, viajar a la América
de principios del siglo XIX, esta telenovela os gustará. Un notable elenco,
fruto del buen trabajo de casting, saca adelante una historia que engancha, con
buen ritmo, aun cuando algunas tramas secundarias la lastren un poco. José
Ramón Barreto y Luis Gerónimo Abreu brillan interpretando al general que cambió
para siempre el rumbo de América.
[MÁS
COSAS 3/3]
PUNTUACIÓN
FINAL: 8,5
Comentarios
Este año espero que veas teleseries colombianas del momento:
Enfermeras 2019-2020
Amar y Vivir 2020
Pa Quererte 2020
La Nocturna 2 2020