CRÍTICA: "Silvia Pinal, frente a ti" (Televisa, 2017-2018)

Cuando en marzo alguien me recomendó Silvia Pinal, frente a ti no le presté mucha atención. Realmente, porque nunca había visto una bionovela o telenovela biográfica. También porque, siendo sincero, pensaba que poco o nada podría interesarme la vida privada de esta primera actriz mexicana. Ya sabéis que suelo valorar a los actores y actrices por cómo son en lo profesional, dejando al margen ideologías, matrimonios, aficiones y demás factores que no suelen importarme.
En los meses posteriores más personas me escribieron recomendándome esta historia. Al final me decidí a verla, movido por la curiosidad de ver mi primera bionovela y de saber cómo es posible tratar la vida de una persona en una veintena de capítulos que vi a lo largo de junio. Esta es mi crítica de Silvia Pinal, frente a ti.

[¡CUIDADO! Si estás viendo esta telenovela o tienes pensado hacerlo, quizás no deberías leer esta crítica, ya que puede contener SPOILERS que hacen aconsejable su lectura después de haberla visto. De igual modo, en los COMENTARIOS de esta crítica puede haber algún SPOILER].

SINOPSIS
Guaymas (Sonora), 1931. Merilú Hidalgo (María de la Fuente) es una joven que se queda embarazada tras un breve noviazgo con un hombre que la abandona al conocer su estado. Merilú da a luz a Silvia Hidalgo, una niña que al poco tiempo se convertirá en Silvia Pinal, tras el matrimonio de su madre con el coronel Luis Pinal (Arturo Peniche).
La niña crece escuchando las canciones de la XEW, la emisora de radio más famosa de México, sin saber que el director de la emisora, Moisés Pasquel (Luis José Santander), es su padre biológico. Conocerá a Moisés en un viaje que realiza con su madre al DF cuando apenas tiene diez años, un viaje en el que entrará en contacto con el mundo artístico de la capital.
Poco después, tras el traslado de la familia a la Ciudad de México, Silvia comienza a hacer sus pinitos en radio, teatro y cine. Nace así una de las más grandes actrices de México y también una de las más internacionales, con películas rodadas en Cuba, España, Italia y Argentina, entre otros países. Su vida y su trayectoria artística son repasadas en esta historia en la que Lara Campos, Mía Rubín, Nicole Vale e Itatí Cantoral interpretan a Silvia Pinal en distintas etapas de su vida. La propia Silvia narra y comenta algunos de los momentos más importantes de su carrera como actriz, productora y presentadora y de su faceta como madre y esposa.

DATOS y TRÁILER

México. Televisa, 2017-2018.
21 capítulos.
PRODUCTORA EJECUTIVA: Carla Estrada.
GUION: Adriana Lorenzón y Rosa Salazar.
DIRECCIÓN: Mónica Miguel, Carla Estrada y Víctor Fouilloux.
Emitida en México entre el 24 de febrero y el 22 de marzo de 2019.

PERSONAJES Y ACTUACIONES

En una bionovela como esta, que parte del nacimiento de la actriz, es difícil hablar de elenco fijo porque por obvias razones ningún actor permanece desde el primer capítulo hasta el último. Simplemente unos participan en más capítulos y otros en menos.

Itatí Cantoral interpreta a Silvia Pinal
Itatí Cantoral es Silvia durante dieciséis o diecisiete episodios, desde que el personaje roza la veintena y hasta el final, con unos sesenta y pico años. El trabajo de Itatí en es sublime. Se nota que se empapó de todo lo concerniente a Silvia y que ha querido en cierta forma homenajearla a través del personaje. Itatí es una de las actrices más naturales que hay en México y brilla en esta historia, en la que le toca hacer de todo, mostrando sus numerosos matices como intérprete. Es lo que tiene llevar un personaje a lo largo de un marco temporal tan amplio, de prácticamente toda una vida.
También tengo buenas palabras para Nicole Vale, la joven que interpreta a Silvia de joven, durante los primeros cuatro o cinco capítulos y que para mí ha sido todo un descubrimiento.

Silvia, de niña, en su llegada al DF con sus padres
Si algo queda claro a lo largo de la historia es lo importante que la familia es para Silvia. Arturo Peniche da vida al coronel don Luis Pinal, su padre adoptivo, el hombre con el que se casa Merilú cuando Silvia es una niña pequeña. Siempre es un gusto ver a Peniche en acción y más con un personaje tan tierno como este. María de la Fuente y Kenia Gascón se meten en la piel de Merilú en las diferentes etapas de su vida. Me ha gustado más María que Kenia, si bien las dos han hecho un buen trabajo. Muy bonita también la química que tuvieron María y Arturo. Ya crecida, Silvia comienza a convivir con su abuela Jovita, de la que se encarga con acierto Patricia Bernal. 
Silvia tiene cuatro hijos, en distintas épocas de su vida. La primera, cuando es poco más que una adolescente; la segunda, cuando es ya una reconocida actriz internacional, y los dos últimos, cuando su carrera se vuelve a desarrollar en México. Adriana Nieto interpreta a Livia, la mayor, un personaje complejo, que tiene mucha tensión con su madre. Me ha gustado mucho Adriana y me alegro de que poco a poco vuelva al género tras más de una década de ausencia. Odemaris Ruiz se ocupa muy bien de la Livia adolescente durante un par de capítulos. Cassandra Sánchez Navarro es Viridiana, la segunda de las hijas de Silvia y la más parecida a ella. Llevaba unos años sin ver a Cassandra y he disfrutado mucho con ella y lo genial que está dando vida a este personaje. María Chacón brilla convertida en la rockera y rebelde Alondra, la tercera hija de Silvia, y Manuel Mansalva cumple como Luis Felipe, el cuarto y único hijo varón de la protagonista, del que la historia se ocupa más bien poco.
En esta bionovela también tienen su espacio los hombres que marcaron la vida sentimental de Silvia. Alberto Casanova interpreta a Rafael Banquells, su primer marido y padre de Livia. Rafael no es un mal tipo, pero Silvia lo conoce en una época en la que el más tarde famoso productor estaba venido a menos, con una notable diferencia en las formas de ver la vida que los conduce al divorcio. Gran trabajo el de Alberto, que repite con Itatí tras El Chema. Marcelo Córdoba es Arturo de Córdova, un galante actor que mantiene con Silvia un romance breve pero intenso. Es un placer volver a coincidir con Marcelo, que se muestra más que cómodo con este personaje. José María Galeano da vida a Enrique Rodríguez Alday, El Güero, otro breve pero aún más intenso amor en la vida de Silvia. Un amor apasionado, de esos que dejan una huella profunda. Buen trabajo el de José María.

   
El Güero, Gustavo, Felipe y Tulio son algunos de los hombres a los que Silvia entregó su corazón
 

Pablo Montero, como Gustavo Alatriste, es el hombre que lleva a Silvia al altar por segunda vez y con el que Silvia concibe a Viridiana. Pablo no defrauda y borda este personaje que en cierta forma contribuye al reconocimiento internacional como actriz de Silvia. A ese segundo matrimonio seguirá un tercero, con Felipe Román, un joven cantante, ídolo de masas, que se vuelve una pesadilla en la vida de Silvia y con el que tiene otros dos hijos, Alondra y Luis Felipe. De los hombres que pasan por la vida de Silvia este es el que más matices tiene. Gonzalo Guzmán, el actor que le da vida, tenía un gran reto por delante y lo ha superado con creces. Tras su tercer divorcio, Silvia mantiene un breve noviazgo con Fernando Frade, otro cantante, también más joven que ella, del que se ocupa Mane de la Parra. Es un Felipe Román reloaded y esta vez Silvia sabe pararle los pies a tiempo y tomar distancia de él. Muy bien para Mane. Tras todo este periplo sentimental, Silvia halla la calma con Julio Fernández, un carismático político con el que disfruta un amor maduro y sereno. Ernesto Laguardia, con el que Itatí trabajó en varias ocasiones anteriormente, interpreta a este buen hombre, para mí el mejor de los que pasan por la vida de la protagonista. Es impresionante lo bien que se entienden Itatí y Ernesto, por eso que os decía de que compartieron escena varias veces. Ernesto se luce con el que para mí es uno de los mejores personajes masculinos de la historia.
Más allá de la familia y del amor, Silvia es una mujer que cultiva la amistad. Yo cifraría en cuatro los amigos claves en su vida y también en su trayectoria artística. Uno es Emilio Azcárraga, el director de Televisa. Harry Geithner se mete en la piel de este hombre, el principal apoyo personal y profesional de Silvia, su Pato, durante décadas. Harry está de matrícula de honor, así de claro. Como con Ernesto, Itatí también trabajó con Harry en distintas ocasiones, y se nota. De hecho, yo diría que la relación de amistad que une a los actores se traspasa a los personajes. Gabriela Rivero es Sonia Gascón, La Gorda, la gran amiga y consejera de la protagonista durante décadas. Muy buen trabajo el de Gabriela, a la que llevaba unos años sin ver. También una amistad de décadas es la que mantiene Silvia con Eva, una maquilladora a la que conoce en sus primeras películas y que le presta ayuda en los episodios más duros de su vida. La gran Leticia Perdigón se encarga sin problemas de este personaje. El cuarto amigo es un hombre, el director de cine Luis Buñuel. Roberto Blandón interpreta a este aragonés y lo hace bien, exagerando un poco, al estilo Buñuel, aunque el acento se le va mucho de las manos, mezclando seseo, ceceo y lo que surja.

Jorge Gallegos es Pedro Infante, gran amigo de Silvia
En IMDB figura un elenco compuesto, en total, por más de cuarenta actores y actrices, muchos de los cuales participan en un capítulo o dos, a lo sumo. Es imposible mencionarlos a todos, por lo que cierro este apartado otorgando un halago a cuatro que a mí me gustaron mucho y que además dan vida a personajes muy conocidos: Ricardo Franco, como Jorge Negrete y Jorge Gallegos, como Pedro Infante, dos de las primeras amistades que entabla Silvia en el mundo artístico; Plutarco Haza, como Gregorio Wallerstein, su representante durante años, y Luis José Santander, que regresó al género tras ocho años de ausencia para dar vida a Moisés, el padre biológico de Silvia, director de la emisora XEW en los años 40 y 50. Sobre Luis José, me gustaría añadir que fue un placer volver a verlo en acción después de tantos años de ausencia. Ojalá este personaje lo haya animado a volver definitivamente a las telenovelas.
[PERSONAJES Y ACTUACIONES: 2/2]

TRAMAS
Silvia Pinal, frente a ti abarca un marco temporal amplísimo, de siete décadas, desde que la protagonista nace en 1931 y hasta que tiene unos 69 años, en el 2000. Imaginaos lo que debe ser condensar tanto en tan poco, en solo 21 capítulos.
Como novato que soy en esto de las bionovelas, pensaba en que me iba a encontrar una narración lineal, año a año o alguna cosa así. Estaba equivocado, ya que la historia selecciona y se detiene en los momentos más importantes de la vida de Silvia Pinal. Esa vida es en sí misma un eje cronológico y narrativo del que la bionovela extrae determinados momentos.
Ahora bien, ¿qué hay de ficción y qué de realidad en una historia como esta? Le he dado muchas vueltas, hasta llegar a concluir que todo es una ficción aunque un tanto peculiar. Sí, se basa en hechos y personajes reales, pero aparecen ficcionados. Así, por ejemplo, se cambian los nombres de aquellos personajes que aún viven y se recrean mediante decorados o localizaciones algunos de los escenarios en los que transcurre la vida de Silvia. Lógicamente, son actores quienes interpretan a los personajes, otro hecho que la lleva al terreno de la ficción. Eso sí, pese a ser ficción tiene un toque de documental que pone la auténtica Silvia con sus pequeñas intervenciones a lo largo de los capítulos para comentar detalles o reflexionar acerca de lo que se ha mostrado o se va a mostrar al espectador. Es un producto interesante para ser estudiado por aquellos a los que les guste la teoría de la ficción en el plano de la narrativa audiovisual.

Silvia, paseando con Arturo de Córdova por Acapulco
Yendo ya a las tramas, esta bionovela se mueve en dos planos, el personal y el profesional. Empezando por el primero, tiene mucho de telenovela clásica, con una protagonista que no tiene mucha suerte en el amor y que vive distintos romances que de una u otra forma la acaban marcando. Sí, es muy clásico y las tramas están repletas de tópicos, como la tormenta que cae el día que Silvia decide irse de casa con Rafael, desobedeciendo así a sus padres, o la declaración de amor que aquel le realiza colgado de la reja de su balcón. Es muy clásico pero a la vez es muy interesante, porque a través de las tramas y de su ambientación temporal se introducen reflexiones acerca de aspectos como lo avanzado que estaba México en temas como el divorcio o el voto femenino, aprobados en la década de los 50. También se plantea lo duro que es vivir el maltrato en una relación y los tabúes que existían en los 70 a la hora de que la víctima hiciese público ese maltrato. Silvia permite también que se aborde lo complicado de conciliar vida personal y profesional y las trabas con las que se topaban (y se siguen topando) muchas mujeres con hijos que también trabajan.
En ese sentido, la historia presenta a la protagonista como una mujer adelantada a su tiempo, pionera en muchos aspectos y adalid de distintos logros en el plano social gracias a su participación en distintas campañas y al programa Mujer, casos de la vida real, que produjo y presentó durante dos décadas.

Buñuel, Gustavo y Silvia en el rodaje de Viridiana
Es ese plano, el profesional, el otro nivel en el que se mueven buena parte de las tramas. Un nivel que es de lo más interesante, pues permite conocer,  a través de la protagonista buena parte de la historia de la edad dorada del cine mexicano, los comienzos de la televisión en el país azteca y el atraso que en ambos campos manteníamos en España, con una férrea censura. Por daros un dato, en México la televisión llegó en 1946. En España tardó una década, hasta 1956. La historia aborda estas y otras cuestiones a través de la trayectoria artística de Silvia, una actriz todoterreno que rodó sus principales películas en México, España e Italia y que fue y es un rostro popular en la televisión mexicana, donde además de actriz ha ejercido como presentadora. De todo ello, me quedo con la historia que hay detrás de Viridiana en la España de 1961. Desconocía todo lo que les sucedió con la censura, lo que ocurrió después en Cannes y posteriormente con las cintas de la película y me ha encantado. No había visto la película y lo hice al poco de terminar esta bionovela. Me gustó mucho.
Como os decía más arriba, esta historia va dando pequeños saltos en el tiempo para detenerse en los momentos más relevantes de la vida de la protagonista. Por ello van y vienen algunos personajes y quiero pensar que también por esa razón aparecen y desaparecen otros o se omiten ciertas cosas. Por ejemplo, en el capítulo 4 aparece la abuela de Silvia, a la que no se había hecho mención antes. Unos capítulos después, la madre de Silvia se casa tras enviudar, se va a no se sabe dónde y vuelve años más tarde sin marido y sin que se sepa qué le pasó, si volvió a enviudar, si se divorció… 
Silvia, ayudando a su madre en su segunda boda

Hay también un error curioso de guion. No os lo voy a spoilear porque lo tengo para el juego de los gazapos. Prometo reescribir estas dos líneas cuando salga publicado para enlazarlo y comentarlo debidamente.
En cualquier caso, el ritmo es bueno. Los capítulos se pasan volando y cuando se termina lo que deja es un poso de incredulidad, en el sentido de que parece mentira que en 21 capítulos se condense tanto tiempo y tantas historias… Pero es así.
El final es cerrado, con la historia deteniéndose en un punto de comienzos de la década de los 2000 y aunque hubo medios que apuntaron la posibilidad de continuar narrando la vida de Silvia hasta la actualidad, Carla Estrada, con todo el sentido del mundo, declaró que lo que había que contar ya había sido contado.
[TRAMAS: 4,5/5]
MÁS COSAS
Se nota que detrás de esta historia hubo un duro trabajo de documentación en aspectos como el vestuario, los peinados o las canciones que estaban de moda en las distintas épocas. Está todo cuidadísimo y precisamente, sobre la música, debo aplaudir que esté tan presente en la historia, con actuaciones de archivo que se intercalan a modo de transiciones entre escenas y que permiten recorrer la historia musical de México, con actuaciones de Agustín Lara, José José, José Alfredo Jiménez y una larguísima lista de nombres. Han sabido también sacar provecho del archivo para contextualizar lo que sucede en las distintas épocas, un poco al estilo de lo que hacen en Cuéntame al inicio de cada capítulo.
Insisto, la musicalización es magnífica y sinceramente no entiendo por qué no se aprovechó el éxito de esta bionovela para lanzar una lista de reproducción en Spotify con todos los temas que se escuchan en ella, tanto en esos vídeos de archivo como para ambientar distintas escenas. Los instrumentales o soundtracks son también espectaculares, como el que cierra cada capítulo, que es precioso, como de película:

Quizás ese trabajo de ambientación flojea un poco en lo que al atrezo se refiere. Ya os expliqué el otro día que en una escena ambientada en 1969 sale un coche a escala de finales de los 90. Hay también más cosas que no cuadran y que apuntaba Tessa, que vio al mismo tiempo que yo esta bionovela: muebles muy modernos para determinadas épocas, luces incrustadas en el techo en los años 60 y 70… En todo  caso, ni los decorados ni en general el atrezo, merecen un solo reproche. Para lo que han tenido que armar y desarmar para recrear tantos años, que se les hayan escapado detalles como lo del coche o lo de los muebles es pecata minuta.
Se ve que hubo presupuesto, aunque debió haber tenido más. Hubiera estado genial haber rodado en España las escenas que transcurren en España. Si no había presupuesto, una coproducción con alguna cadena o productora española podía haberlo solucionado. Es lo único que tengo que criticar sobre las localizaciones, ya que esas plazas situadas a saber dónde que recrean Barcelona no quedan nada bien en escena. Es tan cutre como si hubieran recreado las playas de Acapulco, que tanto salen en la historia, en las orillas de un lago de cualquier parque del DF.
Nada que objetar a la realización y dirección. Se nota que Carla Estrada sigue teniendo un equipazo, igual que cuando producía telenovelas. En ambos aspectos nada tiene que envidiar esta bionovela a muchas películas de Hollywood.
[MÁS COSAS 2,5/3]

Buena parte del elenco, en la presentación a los medios

Si buscáis una historia llena de romances, con abundantes dosis de cine, televisión y música, ambientada en un contexto real, el de la vida y trayectoria artística de Silvia Pinal, esta bionovela os gustará. Cuenta, además, con un elenco magnífico, en el que Itatí Cantoral se luce, y un guion que se detiene en los puntos más interesantes, en los planos personal y profesional de la actriz. La calidad técnica con la que Carla Estrada siempre ha trabajado hacen de esta bionovela un producto muy recomendable, especialmente para iniciaros en esto de las bionovelas, como fue mi caso.

PUNTUACIÓN FINAL: 9

Comentarios

tessa ha dicho que…
Gafemo estaba esperando la critica, la has hecho de -10- muy buena critica 😇
Me doy cuenta de que si no se tomaran apuntes no habría critica, porque cuando la acabas de ver está todo fresco, pero en pasar algo de tiempo ya solo son pinceladas.
He recordado todo, lo de la madre que desaparece y sale la abuela, lo de los decorados, la cutrez de la España de Franco.
Ya leí el lunes que no grabaron en Barcelona y salió un poco ridicula la ciudad...pero en general han hecho una buena bioserie, además verdad debe haber cuando la sra. Pinal va contandolo.

Me ha hecho gracia que vistes Viridiana, yo toda no pero videos de youtube todos los que encontré !!hay que ver que curiosos que somos!!jaj😂

También añadir que el cantante José Jose murió hace pocos dias y salía allí (y hay culebrón por todo restos herencia..etc etc, perdón por lo de culebrón pero aquí pega mucho)

Y bueno la disfrutamos un montón y has puesto una buena nota, yo creo también le pondría un -9-

PD-los emoticonos me salen en el teclado de la tablet, ni idea porque tu no tienes, soy negada para la informática, se que me lo preguntaste hace unos dias.

Saluditos Gafemo😃
Gafemo ha dicho que…
Buenos días, Tessa:

Hay que tomar apuntes siempre porque es lo que tú dices, en poco tiempo nos olvidamos de muchas cosas.
Así es, al día siguiente de terminar de verla me puse con "Viridiana" y me gustó mucho, aunque el final... ¡Menudo final! Se nota lo que les pasó con la censura, pero aun así si se lee entre líneas se puede ver que supieron darle una vuelta para contar lo que querían contar sin escandalizar. Somos curiosos pero está bien serlo, ¿no?

Supe lo de José José y todavía esta mañana leía en Twitter cosas del show-funeral que le hicieron. Una vez más, qué elegante fue Christian Bach ahorrándose todo esto y ordenando que su muerte no se conociese hasta días después.

Gracias por lo de los emojis. Yo normalmente os contesto desde un ordenador y lo que venía haciendo era combinaciones de teclas, las que se usaban y usan en Facebook y Twitter para 'emojiar' pero parece ser que en Blogger no funcionan.

Un saludo!
rocio ha dicho que…
Buenas tardes,yo recién acabo de terminar esta bionovela que me sorprendio gratamente y que no crei como Gafemo que fuese a interesarme tanto.
Me ha parecido apasionante,intensa e interesante,Que vida ha tenido,le ha pasado de todo!!
Era a veces un lio con los hijos y las parejas enterarse,sobre todo porque a algunos le cambiaron los nombres.
Fue innovador y enriquecedor que la propia Silvia comentase cada capitulo aderezado con documentos históricos de la época y con videos musicales de entonces.
Sin duda las bionovelas son todo un acierto,yo que llevo visto varias y quiero ver más destaco que se descubre a la persona detrás del/de la artista y es muy interesante.
Saludos