HABLEMOS DE LO IMPORTANTE: Las telenovelas y su capacidad para evadirnos

“Las telenovelas me salvaron la vida”. Esta afirmación me la hizo Néstor, nombre ficticio, hace casi un año en uno de los correos que nos intercambiamos. Conozco a Néstor desde hace cinco o seis años, ya que con él, como con muchos de vosotros, mantengo una amistad basada en la correspondencia. Su afirmación me inspiró la primera entrega de Hablemos de lo importante. El pasado mes de diciembre ambos conversábamos a través de Zoom, yo desde España y él desde México. Antes de aquella videollamada, y tras conocer que su situación actual es totalmente distinta a la de aquel entonces, le propuse contar su caso y reflexionar, en torno a él, sobre cómo el género puede paliar los efectos de una situación personal compleja gracias a una función que a menudo no se destaca lo suficiente, la de entretener. Aquí tenéis el resultado de aquel encuentro.


–Buenas, Néstor. Me impactó tu reflexión. Las telenovelas te salvaron la vida, ¿cómo?
–Imagínate, Gafemo, que en cuestión de unos días pierdes todo lo que daba sentido a tu vida. Me quedé sin chamba después de casi una década sin parar y mi pareja decidió poner fin a nuestra relación, que estaba bastante consolidada. Caí en una depresión y se me quitaron las ganas de todo. Siempre usé como evasión las telenovelas, pues ni tomo ni fumo ni soy muy de practicar ejercicio. La barra de Las Estrellas me permitía distraerme, olvidar un momento mi situación.

–¿Cabría decir que fue algo así como aprovechar los problemas ajenos, los de la ficción, para olvidarte de los propios?
–Totalmente. Y más allá de olvidarlos, relativizarlos. Veía algunas situaciones en las telenovelas que me hacían pensar que tarde o temprano yo saldría de aquello y que seguía vivo y con salud. También que era normal estar deprimido después de haber pasado por lo que pasé.

–Entiendo que el género jugó un papel importante en tu recuperación…
–Sí. Fue una crisis que se me extendió durante todo el año pasado y si me recuperé fue gracias a la terapia que tomé con una psicóloga y a la distracción que me ofrecían desde la televisión. Sábados y domingos echaba en falta mis telenovelas, no te lo niego (ríe).

–¿Qué le dirías a alguien que esté pasando por una situación similar a la tuya?
–Lo primero, que no tengan miedo en reconocer que están tristes o que tienen pensamientos negativos y que acudan a un profesional de la salud mental. Si cuando nos rompemos una pierna vamos al doctor, cuando algo se quiebra en nuestra cabeza o en nuestro ánimo, deberíamos ir también. Lo segundo, que ocupen sus cabezas en algo. Yo lo hice con las telenovelas y con autodefinidos. Es como infundir calma a un órgano que necesita paz.

–¿Cómo te encuentras ahora?
–Bien. La terapista me dio de alta hace unas semanas y conseguí salir del agujero. Encontré una chamba nueva con la que estoy más o menos contento y me volví a abrir al amor, a ver si hay suerte.

–¿Sigues viendo telenovelas?
–Por razones de horario, solo la estelar. Desde bien chiquito recuerdo ver telenovelas y no creo que las vaya a dejar nunca (ríe). Ahorita estoy con Cabo, aunque ya vi dos versiones anteriores, y me está gustando. Te la recomiendo a ti y a todos tus lectores.

–¿Quieres lanzar un mensaje a la industria, a partir de tu propia experiencia?
–Gracias, de verdad. Las telenovelas se hacen por muchas razones, pero que tengan ese poder de acompañar en malos momentos es algo que pocas veces se remarca. Además, en México tenemos una industria que aún tiene potencia y que nos ofrece historias muy dignas.

Nuestra conversación continúa sobre títulos y algún que otro rumor sobre el género en el otro lado del océano. Quiero darle las gracias a Néstor por aceptar mi invitación para contar su caso en la primera entrega de esta sección. El suyo es un perfecto ejemplo de ese poder que tiene el género, esa capacidad de evadirnos a través de la ficción, de la que alguna vez hemos hablado en el blog, pero a la que no suele prestársele mucha atención. Me alegro de que el primer entrevistado de esta sección haya conseguido recuperarse de esos golpes que a veces nos trae la vida y comparto plenamente su mensaje sobre la salud mental, otra pandemia del siglo XXI.

Comentarios

AlexAyaoiHD ha dicho que…
En mi opinión que va a ser muy directa, me parece un milagro que una o varias telenovelas latinas actuales puedan hacer ese servicio tan completo como se necesita, ya que actualmente hay muchas de hasta 80 - 94 capítulos de 43min y eso la verdad es que no me parece que de suficiente recorrido para entretenerse el tiempo suficiente si se han visto muchas. A lo mejor antes si, por que se hacían de 100, 137 incluso 150 capítulos o más y había series tv largas de 5-7 temporadas de 22 capítulos, pero claro que es mi opinión.

Y un buen ejemplo de ficción que pudiese hacer más sobre todo si mezclas con telenovelas es Once upon a time que tiene varias líneas temporales y en la t3 tiene 2 tramas contínuas, aunque llenaba más en su momento por que en un blog de fans ponían post de promo, review y otro de curiosidades del capítulo y así durante las 7 temporadas y eso es como perderse por los extras de un dvd/bd. Ahora sin ese blog "vivo", siendo las telenovelas y series actuales de la duración que tienen, yo veo más factible hacer la cura con series Turcas como Hercai, Mujer y Stiletto Vendetta que tienen bastante recorrido y a lo poco mezclar con 1 o 2 telenovelas de las actuales y las diarias ya hechas que tengan al menos 400 capítulos. Si, son muchos capítulos pero la gracia es que rellena entre 46min - 1h (varia la duración) durante esos 400 capítulos que se pueden consumir en 400 días, 200 o según apetezca ver.

Como dije es solo mi opinión y mi forma de verlo, aunque también creo que es una dura realidad, aunque claro depende de la situación de cada uno, si la vida no te deja mucho tiempo, pues las latinas están bien y hasta hacerte findes de seguir 26 capítulos de 2 - 3 infantiles o total de 150 capítulos de Rebelde Way y/o Floricienta. Pero si se dispone de más tiempo libre y se necesita más, diarias, Turcas y hasta Once upon a time (esta serie para ambos casos)