Todo aquel que la ha visto cae rendido a los encantos de La hija del mariachi, una telenovela de la que es imposible hallar una crítica negativa. Pese a su éxito en público y crítica al otro lado del Atlántico, nunca llegó a emitirse en abierto en España. Por ese motivo, siempre tuve la espinita de verla, más después de que Tessa lo hiciese y me comentase lo mucho que merecía la pena.
A finales de agosto me puse con ella y la terminé justo tres meses más tarde. En las siguientes líneas os cuento qué me ha parecido.
⚠ ATENCIÓN Esta entrada y sus comentarios contienen spoilers que aconsejan su lectura una vez vista la telenovela.
SINOPSIS, DATOS Y TRÁILER
Emiliano Sánchez Gallardo (Mark Tacher) vive por y para su negocio, dado que es propietario de una empresa dedicada a la importación de vehículos. Miembro de una familia de la alta sociedad mexicana, su vida transcurre entre lujos y mujeres. Un día, el Cuerpo Federal de Investigaciones repara en que la empresa de Emiliano está siendo usada para el lavado de dólares. En una redada, los socios de Emiliano son detenidos y este, que desconoce el fraude, huye siguiendo los consejos de aquellos, que buscan precisamente inculparlo en la trama delictiva.
Su destino inicial es Brasil, pero un problema con su vuelo lo lleva a Bogotá. Al poco de llegar es atracado y, sin nada en bolsillo, tiene la suerte de pasar frente a Plaza Garibaldi, un bar de temática mexicana que cuenta con su propia banda de mariachis. Su voz femenina, Rosario (Carolina Ramírez), se encarga de ayudar al recién llegado.
Emiliano, sabiendo que su situación judicial es complicada, decide entonces adoptar la identidad de Francisco Lara y entrar a trabajar en el bar como mariachi. Es allí, junto a Rosario, donde descubrirá su verdadera esencia, donde se percatará de que, durante décadas, había vivido solo, sin auténticos amigos, y, sin lo más importante, un amor tan puro como el que le ofrece Rosario.
147 capítulos.
PRODUCTOR EJECUTIVO: Alessandro Basile.
GUION: Mónica Agudelo y Felipe Agudelo.
DIRECCIÓN: Diego León Hoyos.
Emitida en Colombia entre el 4 de septiembre de 2006 y el 24 de enero de 2008*
*En mi caso, he visto la telenovela a partir de la repetición que tuvo en Colombia entre 2016 y 2017.
PERSONAJES Y ACTUACIONES
Si alguien me preguntase cómo es La hija del mariachi, yo le diría que es, ante todo, una telenovela de personajes. Recuerdo pocas telenovelas con personajes tan redondos y que transmitan tanto al espectador. Lo consiguen gracias al trabajo de quienes los perfilaron sobre el papel y de quienes se encargaron de darles vida.
Carolina Ramírez y Mark Tacher son Rosario y Emiliano |
Carolina Ramírez y Mark Tacher encabezan un elenco no muy amplio, en contra de lo que puede parecer en un primer momento. Rosario es una protagonista llena de virtudes, como su tesón para sacar adelante una carrera y a su familia tras haberse quedado huérfana de padre. Es el contrapunto ideal a Emiliano, que siempre ha vivido rodeado de lujos y sin ningún tipo de necesidades. Es muy bonito ver cómo Emiliano, convertido en Francisco, se transforma gracias a lo que la vida y Rosario se encargan de enseñarle. La química entre Carolina y Mark es abrumadora. Se nota que ambos disfrutaron de este proyecto, conscientes de que marcaría un antes y un después en sus carreras.
Aunque la telenovela se titule como se titula, no solo la protagonista es mariachi. Junto a ella y Francisco se encuentran unos cuantos más, agrupados en torno a un bar, Plaza Garibaldi, en el que todos ellos interpretan su repertorio. El cantante principal y director del grupo es Manuel, El Coloso, un joven que siempre ha estado enamorado de Rosario, sin verse correspondido. Gregorio Pernía interpreta magistralmente a este tipo, un caradura de manual que, pese a ello, tiene un corazón enorme, como se descubre a lo largo de la historia. El Coloso es el rival de Francisco, sí, pero ello no le impide ser su camarada, aunque aparentemente ambos se lleven como el perro y el gato. Lo que me he reído con este tipo y sus dimes y diretes con Francisco. Es la primera vez que coincido con Gregorio en una telenovela, pero ya os digo que no será la última. He descubierto a un grandísimo actor.
Gregorio Pernía es Manuel, El Coloso |
Al violín se encuentra Fernando, El Mil Amores, el ligón del grupo, que pronto se convierte en el amigo más fiel con el que se ha topado Emiliano en su vida. Mario Duarte interpreta a este personaje, que además tiene una bonita trama amorosa con Leticia, la camarera del bar y mejor amiga de Rosario. Diana Ángel se encarga de esta joven, la eterna enamorada no correspondida de El Mil Amores. La química entre ambos es extraordinaria y la suya es una historia que complementa perfectamente a la de los protagonistas.
Las trompetas del grupo están en manos de Sigifredo y Raúl, El Sentimental y El Mañanitas, dos hombres muy diferentes entre sí, pues mientras Sigifredo tiene una familia desde hace décadas, El Mañanitas intenta formar la suya lejos del control de su madre, lo que no es tarea fácil. Me han gustado mucho los dos personajes, pero El Mañanitas para mí es de los mejores de la telenovela, porque tiene una vis cómica impresionante. Te ríes solo con verlo en escena. Luis Eduardo Arango y Horacio Tavera se encargan de ellos. Hablando de El Mañanitas es necesario aludir también a Lourdes y doña Lidia, su amor y su madre. Esmeralda Pinzón interpreta a la primera, una prostituta que comparte pensión con Francisco, y que, gracias a ello, conoce a El Mañanitas, por el que abandona su antiguo oficio. Me hubiera gustado un spin off solo con Lourdes y El Mañanitas… ¡Qué pareja más bonita! Bueno, con ellos y con Inés Prieto, que interpreta a doña Lidia, la madre sobreprotectora de El Mañanitas, otro personaje con el que te mueres de risa.
Alfonso Ortiz y Luces Velázquez interpretan a don Carlos y doña Eulalia |
Hablar de Plaza Garibaldi exige detenerse en sus dueños, don Carlos y doña Eulalia, un matrimonio alocado en el que ella es la que manda, que para eso es una persona de alturnia. Alfonso Ortiz, lamentablemente fallecido, y Luces Velázquez se convierten en esta extraña pareja, en la que ella comienza en un segundo plano pero termina convertida en uno de los personajes principales gracias a su simpatía y las morcillas lingüísticas que mete. Hace unos días veía a Luces en Café con aroma de mujer y me sorprendía el cambio y lo bien que maneja todos los registros, desde la comedia más surrealista que muestra aquí hasta la tragedia más absoluta de la que es su última telenovela hasta la fecha. Merece también una mención positiva Estefanía Borge, que interpreta a Virginia, la hija de ambos, un personaje que siento que pudo haber dado más a nivel de guion.
Completan la plantilla principal del bar Luisa Fernanda Giraldo como Mireya, la administradora, y Morella Zuleta, como Aurora, otra camarera. Si bien Mireya da cierto juego a nivel argumental, Aurora se desdibuja conforme pasan los capítulos, pese a que sus conocimientos sobre astrología podrían haber sido un elemento narrativo más recurrente.
Lucía (Laura Torres) y Raquel (Alejandra Borrero) son la familia de Rosario |
Más allá del bar, aunque ligados a él, aparecen otros personajes como Raquel y Lucía, la madre y la hermana de Rosario. Siempre es un placer disfrutar de Alejandra Borrero, convertida aquí en una mujer humilde que se desvive por que sus hijas no vivan lo mismo que le tocó vivir a ella. Una jovencísima Laura Torres interpreta a Lucía, una niña dicharachera que es la aliada perfecta de Francisco y Rosario. A Laura la conocí ya más mayor, en telenovelas como Hermanos y hermanas y le vi un talento que ya tenía desde niña. Menos amables son otros personajes que rodean a Rosario, como Javier Macías, un abogado que vive obsesionado con la cantante. Es la excepción que confirma la regla, un villano clásico, sin apenas matices, interpretado por el siempre genial Nicolás Montero. Su contrapunto cómico y amable es el doctor Soto, su colega y amigo, un tipo muy peculiar del que se ocupa Antonio Sanint.
Daniel Lugo y Alpha Acosta interpretan al comandante Salas y la teniente Morales |
Lejos de Colombia, en México, la telenovela nos presenta a la familia de Emiliano y a sus peores pesadillas. Guillermo Murray, Paloma Woolrich y Tanya López dan vida a los padres y la hermana del protagonista, una familia que sufre en carne propia la persecución a la que se ve sometido Emiliano, orquestada desde la Policía por el comandante Salas y la teniente Morales. Daniel Lugo y Alpha Acosta interpretan a una pareja que recuerda a Sherlock y Watson, con Waltson convertido en una joven teniente enamorada de su jefe, a punto de retirarse. Me encantó la pareja y la química que consiguieron Daniel y Alpha, que son dos actores de nivel.
Esa persecución a la que se ve sometido Emiliano hunde sus raíces en una trama delictiva orquestada por quienes se decían sus amigos, un auténtico eje del mal en el que se encuentran Miguel Corona (José Luis Franco), abogado de Emiliano; Steve (Ariel Díaz), su socio, y Martín (Rodolfo Valdés), su socio y casi cuñado. Los tres hacen un gran trabajo, que en el caso de Rodolfo se enriquece con la magnífica evolución del personaje. Una segunda víctima de esta trama es Felipe, el mejor amigo de Emiliano, un hombre con mala suerte al que da vida Luis Caballero, con el que no había coincidido nunca y que ha sido otro de los descubrimientos que me deja esta historia.
Completan el elenco una lista casi interminable de secundarios y episódicos, como Silvio Ángel, que encarna a don Genaro, el dueño de la pensión en la que vive Francisco; el capitán Bernal, estrecho colaborador de Salas y Morales, del que se ocupa Alberto Valdiri, y un jovencísimo Andrés Hurtado, que da vida a Rorro, el hijo de El Coloso. Pese al talento que demostró, su trayectoria artística llegó a su fin casi cuando empezó, ya que no hizo más telenovelas y solo en 2012 intervino en un episodio de un unitario colombiano.
PERSONAJES Y ACTUACIONES: 2/2
TRAMAS
Rico empresario mexicano es acusado de lavar de dólares y se fuga, malaconsejado por su abogado, para evitar ir a la cárcel. Llega a Colombia, y, por casualidades de la vida, acaba en un bar de mariachis, donde se enamora de la cantante del grupo, del que también termina formando parte, bajo una nueva identidad. Con estas cuatro líneas se puede resumir la esencia argumental de una telenovela que, como explicaba Altair hace unos días en su recomendación, es rica en alma, pero pobre en tramas. Ojo, no quiere decir que sea una mala telenovela; al contrario, es una telenovela con mucho mérito, que logra enganchar pese a que su arco argumental sea mínimo. Hay grandes títulos de la literatura española a los que les pasa lo mismo (véase, a modo de ejemplo, La colmena, de Camilo José Cela, o Insolación, de Emilia Pardo Bazán).
Rosario y Emiliano se enamoran desde que se conocen |
El espectro argumental de la historia, que ya digo que es el que es, se encuentra planificado desde los primeros minutos de la telenovela, que llevan a la policía hasta la empresa de Emiliano. Su fuga hace que se abra una investigación que, en cierta forma, acompaña a la trama principal a lo largo de los capítulos. Esta y otras tramas secundarias, algunas episódicas y otras más o menos permanentes, arropan a Emiliano y Rosario en su relación, la principal trama romántica de la telenovela y uno de sus grandes atractivos. Pocas parejas he visto como esta. Se apoyan mutuamente y se transfieren rasgos de su personalidad, como sucede en las parejas reales. Con sus idas y venidas, sus penas y alegrías, el espectador disfruta de su historia, incluso cuando entran en juego los celos. Confieso que es la parte que menos me ha gustado de su relación, pero asumo que es ficción y que realmente dan mucho juego. En la vida real, por favor, absteneros de ser celosos o celosas. Los celos no llevan a nada.
La investigación policial en torno a Emiliano también trae consigo una trama romántica, que se desarrolla a fuego lento, y que une al capitán Salas y a la teniente Morales. Me ha gustado y se nota que estaba tan planificada como la de Emiliano y Rosario.
El Milamores y Leticia también viven un amor con idas y venidas |
En el conjunto de tramas secundarias, debo destacar otra romántica, la que une a El Milamores y Leticia, también cocinada a fuego lento. El Coloso y sus conquistas también tienen su punto, al igual que el amor que surge entre El Mañanitas y Lourdes, buena prueba de que cuando hay amor los perjuicios y los dimes y diretes no importan nada.
A nivel argumental echo en falta un mayor peso para doña Raquel, la madre de la protagonista. Podría habérsele sacado algo más allá de lamentarse por el futuro de su hija junto a un mariachi. En torno a ella queda uno de los interrogantes que deja la historia, y es que realmente nunca llega a saberse cómo murió su marido. Al comienzo plantean la posibilidad de que fuera asesinado por algo así como un ajuste de cuentas sentimental, pero, por mucho que se habla de Pedro, nunca llega a descubrirse quién y por qué acabó con su vida. Como ya comenté en el apartado anterior, también creo que Virginia pudo haber tenido más protagonismo, como correlato femenino de Javier Macías. Me hubiera gustado una alianza entre ellos para acabar con la relación de Rosario y Emiliano, no sé, algo de vidilla para un personaje que en su época fue vendido como la villana de la historia.
Pese a que no hay mucho más que contar en torno a las tramas, sí que necesito destacar un elemento que hace que esta telenovela enganche, y es el humor que salpica a todos los personajes y a prácticamente todas las tramas, incluso las más serias. No es una comedia, por supuesto, pero tiene el humor como una constante, a veces para relajar conflictos entre los personajes, con recursos como los eternos duelos a puñetazos de Lara y El Coloso, y otras, para divertir al espectador, como las ocurrencias o la jerga tan particular que tiene Eulalia. Quienes defendemos el humor como forma de vida disfrutamos de historias como esta, que lo llevan en su ADN.
Aunque tenga más de 140 capítulos, que no os asuste. Comienza en alto y mantiene el ritmo hasta el final, aunque no apoyándose en las tramas, sino en los personajes y en otros elementos, como la musicalización, de la que toca hablar en el siguiente apartado. La telenovela se resuelve bien, con un final sin sobresaltos, que llega varios capítulos después de que se cierre la trama principal. Explicado así puede que suene raro, pero quiero evitar spoilers. Se agradece esa calma final, porque permite al espectador despedirse con tranquilidad de los personajes y participar de su júbilo antes de cerrar definitivamente la historia.
Cuando comencé a verla, varios de vosotros me recomendasteis que viese también el desenlace de la versión internacional, que cuenta con dieciocho capítulos menos. Mantengo esa recomendación para quienes la vayáis a ver.
TRAMAS: 4/5
MÁS COSAS
Rosario y su madre conversan en el patio de su casa con Sigifredo |
Esta es una telenovela que se disfruta particularmente a través de los sentidos. Una realización sublime seduce a la vista y lo hace a partir de una serie de localizaciones reales llenas de colorido, que van desde el bar Plaza Garibaldi a la pensión de don Genaro, pasando por la casa de Rosario o la mansión de la familia de Emiliano. Los pocos decorados que se observan, como las dependencias de la policía mexicana, se encuentran muy bien construidos, pese a que no era lo habitual en la época.
Si se le pusiera esta telenovela sin sonido a alguien, lo más probable es que piense que es una telenovela mexicana. El vestuario está impecablemente seleccionado y destacan, en especial, los trajes de mariachi, que son impresionantes.
Es precisamente la música que suena durante todos los capítulos uno de los grandes atractivos de la telenovela. No solo endulza el oído, sino que permite descubrir un repertorio de canciones que son mucho más que canciones, son poesía pura y dura. La BSO de esta telenovela es tan amplia que se editó en cuatro discos que contienen grandes temas de José Alfredo Jiménez, Antonio Aguilar, Vicente Fernández… Si tuviera que quedarme con cuatro o cinco, me quedaría, sin duda alguna, con No volveré, Después de ti, La faltona, Cucurrucucú paloma y Nos estorbó la ropa. La telenovela no sería nada sin las voces de Jairo del Valle, Adriana Bottina, Patricia del Valle y Alejandro Scarpetta, que doblan, respectivamente, a Emiliano, Rosario y El Coloso cuando de dar el cante se trata. Me alegro que se les haya reconocido públicamente su trabajo, ya que no sería la primera vez en la que cantantes que actúan casi como si de dobladores se tratase pasan desapercibidos dentro y fuera de la industria audiovisual.
La hija del mariachi enriquece también otro sentido, el del aprendizaje. El impecable trabajo que se hace desde el guion sobre cuestiones de dialectología es de lo mejor que tiene la telenovela. Para alguien que, como yo, estudia el español de América en sus ratos libres, es una delicia ver cómo hay variaciones en los niveles diatópico, diastrático y diafásico, que esta telenovela refleja muy bien. Se nota que sus creadores hicieron investigaciones y labores de campo para construir el maravilloso trasfondo lingüístico de la telenovela.
MÁS COSAS: 3/3
Otra espinita más que me saco. Sigo sin entender por qué no llegó a España, porque estoy seguro de que hubiera triunfado. Un elenco de sobresaliente, con personajes muy humanos, hace que esta telenovela se disfrute. La música que la envuelve en todo momento es otro de sus puntos fuertes. Sí, falta un soporte argumental más amplio, pero no por ello deja de ser un producto de gran calidad, que engancha y entretiene a partes iguales.
Merece la pena verla.
PUNTUACIÓN FINAL: 9
Gafemo
⚠Y ADEMÁS, podéis encontrar otra crítica de esta telenovela en el archivo del blog. Fue con la que Carla S. participó en el Concurso de Críticas de Telenovelas de 2020. Aquí os dejo su enlace.
Comentarios
Es una telenovela que hay que verla y sobretodo escucharla por la música y los personajes, se vive con ellos con su historia, sufres y cantas y te alegras todo junto, es una telenovela de sentimientos.
Yo discrepo de la mamá doña Raquel en que no se le dio peso en la historia, es una mujer marcada por Pedro su marido, esta enferma de artritis en sus manos, y siendo de casa rica se enamoró perdidamente de Pedro y le fue fatal, se embarazó super joven y la familia le dío la espalda, por eso ve la historia de su hija repetida y no quiere le pase. Don Carlos siempre estuvo enamorado y doña Eulalia lo sabe. Pero no pasó de aquí, es una historia blanca sin malos fondos. Doña Raquel decía lamentándose que Pedro te daba 23 horas de sufrir pero 1 h de «tocar el cielo»
También a destacar la calle La Laguna, donde Lara va a «enlagunarse» allí los temas que canta son de los que duele el alma.
Es una telenovela que hay que verla y si se puede repetir mejor, es de las que gustan y gustan. También añadir que sin el guaperrimo de Mark no sería lo mismo, igual le queda bien el pelo corto, más largo, con barba...etc etc.
Fue un gusto poder darte algunos datos y videos, como la entrada de ayer, quede sorprendida del cambio del teatro por el precioso Auditorio.
También fue un placer poder comentar capítulos contigo, ha quedado una bonita experiencia, gracias!!
Saludos
Creo que nadie la ha descrito mejor que tú. Es una telenovela de sentimientos.
Es que por eso mismo que comentas de Raquel me hubiera gustado que tuviese más desarrollo. No sé, que apareciese alguien de su familia, que se profundizase un poco en el amor que don Carlos le tuvo/tiene o en ese pasado tormentoso con Pedro.
Un placer haberla comentado contigo y muchas gracias por la recomendación. Es una de esas telenovelas que sí o sí hay que ver.
Un saludo!
"La costeña y el cachaco" también me gustaría verla en un futuro. El problema, entre comillas, que tengo, es que vi "La vecina" y aún la tengo muy fresca. Algo leí sobre la adaptación, en plan como que en México se habían ido mucho a la comedia más extrema, frente a la original que no lo es tanto.
Un saludo!
Lourdes