CRÍTICA: "La nieta elegida" (RCN, 2021)

Llevaba un tiempo sin ver una telenovela de misterio, así que cuando supe que RCN apostaba de nuevo por este género, me alegré. Poco después conocí que Julio Jiménez e Iván Martínez firmaban los guiones de La nieta elegida, lo que me animó a ver esta historia, a la que dediqué buena parte del verano. En esta crítica os cuento qué me pareció.

⚠ ¡Atención! Esta entrada y sus comentarios contienen spoilers que aconsejan su lectura una vez vista la telenovela.

SINOPSIS, TRÁILER y DATOS 

Sara Roldán (Consuelo Luzardo) sufrió un duro golpe tras perder a su hijo menor, Sergio (Claudio Cataño), que fue hallado muerto en extrañas circunstancias.

Diez años después, la vida la lleva a conocer a Luisa (Francisca Estévez), la hija que Sergio tuvo con una mujer que acabó suicidándose cuando Luisa era apenas una niña. Ilusionada con este hallazgo, Sara se lleva a Luisa a vivir a su casa. Es allí donde ambas tendrán que lidiar con las intrigas de María Consuelo (Geraldine Zivic) y Nicolás (Juan Pablo Gamboa), los otros dos hijos de Sara, que rechazan a Luisa por considerarla una impostora que solo quiere hacerse con una parte de la fortuna familiar.

Los Roldán desconocen que Luisa es, en realidad, la pieza principal de un plan trazado por Braulio (Héctor García), el hombre que ha criado a Luisa y que, aun estando en prisión, desea vengarse de la familia. El propio Sergio, desde el más allá, se ocupará de proteger a Luisa. No será el único, pues Luisa contará también con el apoyo de un joven que se enamora de ella nada más verla, Juan Esteban (Carlos Torres). Su amor no será fácil y deberá enfrentar numerosos obstáculos, entre ellos Vivian (Juliette Pardau), la nieta mayor de Sara y exnovia de Juan Esteban.

RCN. Colombia, 2021.

72 capítulos*.

PRODUCTORA EJECUTIVA: Nana Velásquez.

GUION: Julio Jiménez e Iván Martínez.

DIRECCIÓN: Rodrigo Lalinde y Consuelo González.

Emitida en Colombia entre el 27 de septiembre de 2021 y el 1 de febrero de 2022.

*Una veintena tienen una duración de una hora, frente al resto, que son de cuarenta minutos.

PERSONAJES Y ACTUACIONES

La nieta elegida consigue articular un elenco en el que se combinan experiencia y primeras oportunidades y en el que nadie desentona.

Francisca Estévez debuta en el género (o casi) convertida en Luisa, la protagonista de esta historia. Me ha sorprendido lo bien que maneja al personaje, con muchísima naturalidad y brillando, especialmente, en los momentos más dramáticos de esta joven, con una psicología complejísima forzada en buena medida por lo que le ha tocado vivir. 

Kepa Amuchastegui, Consuelo Luzardo y Francisca Estévez

Francisca comparte créditos con una actriz que cuenta en su haber con una impresionante trayectoria artística. Hablo de la gran Consuelo Luzardo, que la arropa como si de verdad fuese su nieta. Da gusto verlas juntas y, como siempre, es un placer encontrarse con Consuelo, con la que llevaba sin coincidir desde la T1 de La Nocturna. Me alegro de que surjan personajes como Sara, que permitan seguir trabajando en roles protagónicos a actores y actrices con las tablas de Consuelo o de Kepa Amuchastegui, otro primer actor colombiano, que da vida a Augusto, el marido de Sara. Es un placer verlos compartir escena y disfrutar de dos personajes muy humanos, que han cometido unos cuantos errores, y que han visto evolucionar su matrimonio a una relación de amistad y compañía mutua.

Sara y Augusto han sido padres de tres hijos: Nicolás, María Consuelo y Sergio, interpretados, respectivamente, por Juan Pablo Gamboa, Geraldine Zivic y Claudio Cataño. Aunque en un primer momento el espectador empatiza solo con Sergio, el transcurso de la historia le permite ir descubriendo qué razones llevan a Nicolás y a María Consuelo a tratar de muy malas formas a Sara y a luchar entre ellos por el control de la fortuna familiar.

Juan Pablo Gamboa es Nicolás Roldán

Juan Pablo se luce como Nicolás, fuerte en apariencia, pero débil en la intimidad, como muestra el control que sobre él ejerce Rosa, su ambiciosísima esposa. Adriana Arango interpreta a esta mujer, que es uno de mis personajes femeninos favoritos, aun cuando muchas veces den ganas de pararle los pies. El carácter de Rosa también explica la manera de ser de Vivian, la hija mayor del matrimonio. Una soberbia Juliette Pardau demuestra que lo mismo puede interpretar a una protagonista que a una villana sin el más mínimo control de sus sentimientos, como es Vivian. Estoy seguro de que este personaje le abrirá muchísimas puertas. Más calmada es Laura, su hermana pequeña, una joven harta de las falsas apariencias en las que se mueve su familia a la que da vida Stephania Duque, otro de los grandes descubrimientos de esta telenovela. Le pronostico un futuro espectacular, porque pocas actrices jóvenes derrochan tanto talento, algo que desde el guion se potencia muchísimo a nivel de tramas.

Juliette Pardau interpreta a Vivian

Gracias a Vivian la telenovela cuenta con Juan Esteban como galán. Carlos Torres interpreta a este joven, criado en el seno de una familia pudiente, muy sensato y, a veces, demasiado inocente. Me gustó la química entre Carlos y Juliette y la que posteriormente nace entre él y Francisca Estévez, aun cuando son dos relaciones totalmente distintas. Muchísima química es la que también ofrecen Stephania y Sebastián Osorio, que interpreta a Milán, el hermano de Luisa, un joven que es todo lo contrario a Juan Esteban y que vive transformación brutal tras conocer a Laura y enamorarse de ella. Ojalá estos dos repitan como pareja, porque si por separado derrochan talento, juntos es impresionante.

Geraldine Zivic es María Consuelo, una madre separada con tres hijos

A diferencia de Nicolás, María Consuelo se ha visto obligada a sacar adelante sola a sus hijos, tres jóvenes interpretados por Carlos Báez, María José Camacho y Gregorio Urquijo. Adrián, Paola y Lucas son muy diferentes entre sí y aunque el guion hace que Adrián tenga más tramas, Paola y Lucas tampoco se quedan sin su espacio. No conocía a ninguno de los tres y me han convencido. Estoy seguro de que llegarán lejos si se lo proponen y que Carlos no tardará en recibir ofertas para interpretar a personajes de más peso, porque ha manejado como nadie a Adrián, pese a la inmadurez del personaje y las tonterías que comete muchas veces por inconsciente, como su relación con Olivia, la mejor amiga de Rosa, otra delicia de personaje, interpretado por Cristina Campuzano.

El tercer hijo de Nicolás y Sara es Sergio, un personaje que poco a poco se descubre al espectador, a través de sus apariciones fantasmagóricas y de flashbacks. No ha de ser fácil llevar a un personaje que no solo no está físicamente en la historia, sino que también es el detonante de ella, en cierta manera, y Claudio lo borda. Me ha gustado muchísimo.

Sin dejar el elenco principal, en él se encuentra Héctor García, que interpreta a Braulio, el padre de Luisa y el gran villano de la historia. Lo acompaña en sus planes Marcela Benjumea, que se luce como Esther, una mujer mezquina y cegada por el amor que le tiene a Braulio. Me encantó cómo ambos personajes se van coloreando conforme avanza la telenovela, todo un acierto por parte del guion. A Braulio lo apoya también Ignacio (Tuto Patiño), un personaje que llega hacia la mitad de la historia a la vida de los Roldán con oscuras intenciones. Me convenció Tuto Patiño en un papel que seguro será una excelente carta de presentación para futuras oportunidades en el género.

Erika, Florentino y Perpetua son grandes apoyos para Sara y Luisa

Cerca de la familia Roldán se hallan, como aliados de Sara, Florentino, su fiel chofer, y Érika, su mejor amiga y mentora de Luisa. Ricardo Vesga interpreta a Florentino, uno de los personajes masculinos más sensatos que tiene la telenovela, ese guardián perpetuo de Sara, que la cuida porque la quiere como a una madre, más allá de sus funciones profesionales. Margalida Castro, a la que llevaba algunos años sin ver, se ocupa de Érika, una mujer con la que podría pasarme horas hablando, porque no solo es divertidísima, sino que tiene una excelente cultura y sabe de todo. Cuando Margalida se junta con Consuelo en escena el resultado es una delicia, se nota que la amistad va más allá de sus personajes y que son dos primeras actrices que se llevan más que bien.

También en la mansión Roldán se encuentran Lucrecia y Elvira, dos empleadas del hogar muy distintas entre sí a las que dan vida Nayra Castillo y Mariam Castañeda.

El número de personajes secundarios es muy reducido y se limita a Rupert y Ferney, dos mafiosos que dan mucho juego, y de los que se ocupan Tito Alexander Gómez y Giancarlo Mendoza. Juego es el que también da Ana María Arango, que interpreta a Perpetua, ama de llaves de los Roldán, estrechamente ligada a Luisa y a Sergio, y que tiene unos diálogos espectaculares, pese a ser un personaje de un barrio humilde, que ha vivido dedicada a las labores del hogar. Me gusta cuando personajes así son los que te hacen reflexionar con aquello que dicen o hacen.

Ligadas a Juan Esteban aparecen también Diana y Mónica, una pareja interpretada por Alejandra Villafañe y María del Rosario que contribuyen a normalizar la presencia de parejas del mismo sexo en las telenovelas y que, además, son un apoyo clave para él y su relación con Luisa.

Patrick Delmas y Silvia de Dios, junto a Carlos Torres

Completan el elenco las participaciones especiales de Patrick Delmas y Silvia de Dios, como Germán y Daniela, los padres de Juan Esteban. Patrick mejora con los años y Silvia está igual de soberbia que siempre. Ambos se marcan unas escenas hacia el final de la telenovela que son memorables.

PERSONAJES Y ACTUACIONES: 2/2

TRAMAS

Podría decirse que La nieta elegida es una telenovela compleja en fondo y en forma. En forma, porque amalgama unos cuántos géneros, desde el misterio a lo policíaco, pasando por lo romántico e, incluso, algo a medio camino entre lo fantástico y lo paranormal. No es fácil mezclar todos estos géneros y es poco habitual que el resultado sea tan satisfactorio como lo es en este caso.

Sergio es un personaje clave en el desarrollo de la historia

La forma arropa al fondo con un desarrollo narrativo al servicio del misterio. La historia comienza directamente con la acción, que siempre se presenta de forma fragmentada. Podría decirse que al comienzo el espectador recibe un puzle de cien piezas en las que solo hay diez montadas. La información que se le da al principio es mínima, tanto que por no decir no se le dice ni qué vínculos unen a distintos personajes. Las noventa piezas restantes se le surten conforme transcurren los capítulos, hasta que al final puede ver, por fin, el puzle acabado. Me gustan mucho este tipo de fórmulas que juegan con la información que se le suministra al espectador. Enganchan, te llevan a plantearte infinidad de posibilidades y logran mantener tu atención en alto a lo largo de los capítulos. Desde la perspectiva de los creadores, imagino que no ha de ser fácil diseñar ese puzle y que, como parece haber sucedido aquí, antes de rodar hay que tener la historia bien trazada, para no dejar cabos sueltos ni piezas que no encajen. En ese sentido, Julio Jiménez e Iván Martínez hacen un trabajo impecable.

Siempre es difícil criticar una telenovela de este tipo sin cometer spoilers de gran entidad, por lo que voy a intentar no hacerlos al comentar aspectos más concretos de las tramas. La principal, el hallazgo de doña Sara, que de un día para otro descubre tener una nieta cuya existencia desconocía, se desarrolla sin problemas a lo largo de la telenovela. El oscurantismo que rodea a Luisa tiene su explicación, igual que muchos rasgos de su carácter o las reacciones de los Roldán a su llegada a la casa familiar. El toque fantástico, con las revelaciones de Sergio desde el más allá, enriquece aún más el eje principal de esta telenovela. Aunque en un primer momento cabe cuestionar que Luisa no guarde ningún recuerdo de su padre, pese a que él murió cuando ella tenía ocho años, la propia historia se ocupa de justificarlo: la relación de Sergio con la madre de Luisa no fue una relación convencional, sino que se mantuvo oculta durante mucho tiempo, hasta el grado de que en los últimos años entre ambos solo mediaron las cartas que Sergio le escribía y que ella no contestaba.

Sara es internada por sus hijos en un psiquiátrico

En torno a este eje se siembran muchas otras tramas, como la lucha entre Nicolás, Rosa y María Consuelo por hacerse con el control de la fortuna familiar, una lucha sin reparo alguno, en la que incluso Sara acaba siendo internada en un psiquiátrico en contra de su voluntad y sometida a sesiones de electrochoque. Llevaba tiempo sin ver algo tan cruel en una telenovela.

También la llegada de Luisa a la vida de los Roldán provoca cambios en las relaciones de otros miembros de la familia. El principal, la ruptura de Vivian y Juan Esteban después de que este se enamore de Luisa. Quizás esta trama romántica sea lo único clásico que tiene esta historia, una trama con dos enamorados y una ex incapaz de superar la ruptura que juega muy bien sus cartas para recuperar al galán y que a punto está de hacerlo en varias ocasiones. Como contrapunto, Laura y Milán dibujan una historia de amor nada común, no solo por lo diferentes que son, sino por cómo surge y se gesta algo que comienza siendo muy pasional y termina derivando en un amor enriquecedor para ambos.

Milán y Laura trazan una de las historias de amor más bonitas de la telenovela

El resto de tramas, en manos de otros Roldán como Adrián o Paola, enriquecen aún más esta historia. Es interesantísimo ver cómo Adrián intenta volar del nido pero fracasa y aprende la lección, o cómo Paola descubre que ligar por una aplicación puede tener sus riesgos. Completan el abanico argumental Esther y los personajes del barrio, que aunque a veces parecen irrelevantes en relación con la trama principal, acaban conectándose a ella de una u otra manera. En lo que al guion respecta, a La nieta elegida solo cabe reprocharle que no se le hubiera dado un peso mayor a Lucas, el menor de los nietos de Sara, pese a que podría haber dado más juego. Lo mismo cabe decir de Florentino, muy restringido a su faceta de chófer y casi que guardaespaldas de Sara.

Decía hace unas líneas que se nota cómo el guion de esta telenovela fue planificado a conciencia antes de empezar a rodar. Se nota desde el principio y hasta el final, en el que el espectador descubre que toda la acción ha transcurrido en un año. Parece poco tiempo gracias al ritmo con el que se desarrollan los acontecimientos, especialmente en la segunda mitad. Siempre pasa algo y, aunque algunos capítulos duran una hora, no se hacen pesados, al contrario. En la primera se maneja un ritmo más lento, pero no por ello menos interesante, que contribuye a descubrir más a los personajes que a la acción. Por cierto, resulta curioso también lo bien que se organizaron para emitirla en Colombia, pues, como me comentaba Steven hace algún tiempo, la dejaron muy en alto antes del parón por la programación navideña y la retomaron aún más en alto a la vuelta de las fiestas.

Luisa y Juanes, en una escena de los últimos capítulos

Esa estructura circular que dibuja la telenovela permite que concluya, en cierta manera, como empezó, aunque con todas las piezas del puzle encajadas. Es un final cerrado y clásico, muy clásico, poco habitual en una telenovela de este tipo y con una protagonista tan joven, pero mejor algo clásico que algo que pretenda ser novedoso y se pase de serlo. La palabra fin llega tras unos últimos capítulos repletos de acción, revelaciones y arrepentimientos y en los que no falta ese toque a medio camino entre lo fantástico y lo paranormal que tan bien manejan Julio Jiménez e Iván Martínez.

TRAMAS: 4,25/5

MÁS COSAS

Pocas veces se ven transiciones entre escenas como las que tiene La nieta elegida, transiciones hechas para la telenovela y que contribuyen a aumentar esa atmósfera de misterio que la envuelve. Son una buena muestra de cómo sus responsables cuidaron hasta el más mínimo detalle (salvo los periódicos que os mostré el otro día) para obtener una telenovela con una marcada personalidad propia, algo a lo que también contribuyen los instrumentales que acompañan a las distintas tramas o el tema Duele la vida, cuyo autor e intérprete desconozco, que suena en muchas de las escenas de Luisa cuando esta era niña.

La telenovela equilibra muy bien localizaciones y decorados, estos últimos centrados fundamentalmente en la casa Roldán y construidos no tanto por no poder alquilar una casa real, sino por contribuir también a esa atmósfera de misterio de la que antes hablaba. Vedlos vosotros mismos, con sus paredes oscuras, repletas de lámparas, sus grandes ventanales, la escalera con dos recorridos…

Uno de los decorados de la mansión Roldán, abajo, en localización

En general, es una producción con una factura impecable, que resulta particularmente agradable a la vista. La realización, la iluminación y la fotografía contribuyen lo hacen posible. Otros aspectos muy cuidados son el vestuario o la peluquería. No hay Roldán que no aparezca como un pincel en todos los capítulos, desde Sara a sus nietos, pasando por sus hijos o su marido. Todo lo contrario sucede con Esther y los personajes del barrio. Da gusto ver cómo adecuaron la psicología de los personajes también a aspectos como su imagen.

En mi tradicional diatriba de cierre sobre palabrotas, poco tengo que comentar. Se escuchan unas cuantas contadas, especialmente en boca de los personajes del barrio. Da la impresión de que los Roldán, por ser los Roldán, no las dicen, pero estoy seguro de que no es así. Ya sabéis lo que pienso al respecto de las mal llamadas palabras malsonantes.

MÁS COSAS: 3/3

La nieta elegida reivindica las telenovelas de misterio y deja claro por qué a Julio Jiménez se le conoce como el maestro del misterio. Él e Iván Martínez son los artífices de una historia bien articulada, llena de giros, que invita a jugar al espectador y que se disfruta mucho gracias al buen trabajo de un elenco soberbio y una realización de sobresaliente. 

Una historia original muy recomendable.

Elenco al completo, en la presentación a los medios

PUNTUACIÓN FINAL: 9,25

Gafemo

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