Llegan Jueves y Viernes Santo, dos de los mejores días del año para bloguear, nótese la ironía. Quienes no están de vacaciones están de puente y algunos, entre los que me incluyo, dormiremos estos días todo lo que no hemos podido dormir en las semanas previas. Por ello, como sucede también en Navidad y en el comienzo de diciembre, no me gusta sacar entradas sobre el género en fechas de bajo consumo. Como tampoco me gusta dejar días vacíos, suelo acudir a productos más allá del género, pero dentro del sector audiovisual. En esta entrada especial os hablo de cuatro formatos televisivos que descubrí en el último año y que bien merecen un poco de publicidad.
📺 Caso cerrado (Telemundo, 2001-2019)
Sí, ya sé que puede parecer raro empezar una entrada sobre formatos que descubrí en los últimos meses con un programa que lleva sin emitirse en Estados Unidos dos años, pero es un poco la magia de la tele… y de las ventas.
La doctora Ana María Polo llegó a Ten hace un año. Que este canal TDT apostase por telenovelas a comienzos de 2022 me llevó a echarle un vistazo y lo que comenzó siendo un vistazo a cómo emitían telenovelas acabó en un enamoramiento, como espectador, de este formato de juicios que no son juicios, sino arbitrajes bajo el mazo de mi colega la abogada Ana María Polo. Programas de juicios ha habido unos cuantos en la historia de la televisión española. Ninguno se acerca a Caso cerrado. Una fórmula narrativa sencilla ampara el desarrollo de cada proceso arbitral, con casos que abarcan temas para todos los gustos, desde divorcios a abusos sexuales, pasando por paternidades, asuntos laborales, filias y fobias en cuestión de sexo…
Evidentemente, este es un programa para ver partiendo de la base de que, como la doctora Polo reconoció varias veces, algunos casos son reales y otros se inspiran en la realidad. Además, unos y otros, son representados en ocasiones por actores y actrices. Pese a ese duelo entre realidad y ficción, el programa tiene un buen sustento jurídico y pericial, gracias a su equipo de psicólogos, médicos, policías, abogados, educadores sexuales… Siempre se aprende algo, más allá del caso concreto, y, también es de agradecer que se lancen mensajes universales, o que deberían serlo, como que un no es siempre un no, que todos somos iguales, o que la violencia verbal o psíquica hacia las mujeres tiene tanto de maltrato como la física.
Se puede estar de acuerdo o no en las formas y los fondos de cada uno de los asuntos. También cabe discrepar con la doctora Polo sobre sus resoluciones, pero lo que es innegable es que el programa, unas veces desde la realidad y otras desde el espectáculo, traslada una serie de mensajes muy interesantes para hacer de este un mundo un poco mejor. Suelo verlo todos los findes mientras como.
📺 Rutas bizarras (La 2 de TVE, 2021)
En la primavera del año pasado La 2 estrenó un programa que buscaba recorrer España a través de sus escenarios más particulares. Y cuando digo particulares, digo, por ejemplo, cementerios, museos como el de la tortura, o construcciones naturales y artificiales cuya razón de ser se intenta desentrañar desde hace mucho tiempo.
Los actores Marta Hazas y Xosé Antonio Touriñán (Touri) presentan este programa, cuyo gran acierto es ese, mostrar cosas que tenemos en este país y de las que poco se habla. La realización fue espectacular, al igual que la musicalización o su programación, en el segundo prime time de La 2. Sin embargo, le falló, para mi gusto, el guion. Un programa de este tipo no necesitaba que Marta y Touri actuasen siguiendo un guion. Aquí no son actores, son presentadores. Y el formato no pide que Marta discuta con Touri o que finjan que se lleven mal cuando es más que evidente que se adoran, como demuestran cuando se salen de guion.
No sé, en este tipo de programas el guion no debería ser más que la hoja de ruta que deban seguir los presentadores, no hay por qué meterles cosas que no vienen a cuento. Que copien, si hay una segunda temporada, de Las rutas d’Ambrosio, mi programa favorito de La 2 y casi que de la televisión. Es posible entretener y enseñar al espectador sin impostar, sin un guion de por medio.
📺 Language of Love (Channel 4, 2022)
Hay quienes tiran a matar contra los realities, olvidándose un poco de que la televisión es, por encima de cualquier cosa, entretenimiento y experimentación y que los realities nacieron, justamente, para entretener y experimentar.
En ese sentido, vi Language of Love por la tan interesantísima premisa de la que partían: seis chicos españoles buscaban el amor con seis chicas británicas y seis chicos británicos con seis españolas. Ni los/las británicos/as hablaban español ni los/las españoles/as hablaban inglés. Poco se ha hablado de este programa y de cómo, si hay un sentimiento entre dos personas, no importa nada, ni que esas dos personas no puedan comunicarse en una misma lengua. Es divertidísimo también cómo esa situación fuerza a unos y a otras a niveles muy infantiles de shippeo. Buen trabajo el de Davinia McCall y Ricky Merino, los presentadores de este programa. Buen hacer también el de los participantes. Las localizaciones contribuyen a que sea un reality que da gusto ver. Si hay una segunda temporada, en la que sí que deberían pulir algunos aspectos, ahí me tendrán como espectador. Como concursante no, porque hablo inglés y no aportaría mucho juego.
📺 Mi familia en la mochila (Family Run) (La 2 de TVE, 2021)
El cuarto formato no fue un descubrimiento en sentido estricto, porque ya había visto algún episodio de temporadas anteriores, pero sí que esta, la quinta, fue la primera que vi completa, porque se emitió entre enero y abril de este año, justo antes de Las rutas D’Ambrosio, que para mí son una cita imprescindible los sábados de cualquier invierno.
Una familia con su papá, Antonio, su mamá, Sonia, y sus tres hijos, Candela, Mateo y Jimena, de entre dieciséis años y cinco meses, recorren España buscando lugares y planes para toda la familia. Es una pasada acompañarlos en esta aventura, en la que no faltan las ocurrencias de los más pequeños y algún que otro momento de tensión. Antonio, amigo, si bajas de Sotres a Poncebos con Jimena a cuestas, por favor, lleva algo en lo que apoyarte, por si caes. Sufrí viéndote bajar por aquellos sitios con la niña. Bromas aparte, la realización es brutal, como la de todos los programas de este tipo que produce La 2, y en este que todos los de la familia presten su voz en off enriquece mucho el resultado final. También es cierto que se nota lo bien que se lo pasan tanto en rodaje como en montaje, porque hay chistes y guasas en los records que me cuesta creer que salgan de un guion. Si se mantiene la dupla con Gonzalo d’Ambrosio la próxima temporada, sin duda alguna ahí estaré para seguir las rutas de esta familia.
No soy muy de ver la televisión. De hecho, a diario solo veo la parte final de La ruleta de la suerte, la primera hora de Zapeando, el informativo de mi autonómica, un poco de El intermedio y un concurso que emiten a continuación también en mi autonómica. Llevo tiempo sin ver informativos nacionales y a la carta, lo único que veo en materia de no ficción, es El cazador, casi siempre mientras como entre semana. Por eso, de vez en cuando, viene bien salir de la rutina y toparte con formatos como estos, con los que aprendes cosas y pasas un buen rato.
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