ESTÁN PASANDO COSAS: Un donante precoz, el curriculum de Herrera y un guiño a Aurelio Casillas

Segundo Están pasando cosas dedicado a La suerte de Loli. El primero salió publicado, como recordaréis, hace unos días, y podéis echarle un vistazo en este enlace.

Entrada libre de spoilers

Ojo a lo que se viene, que es posiblemente lo mejor que tenga esta entrada y de lo mejor que se ha visto en esta sección. En un capítulo sale la ficha de un donante de esperma, un tal Raúl Acuña:
La ficha es oro puro. Para empezar, en surname (apellido) figura Raúl y en forename (nombre), Acuña. A todos nos ha pasado lo de cubrir un impreso en el que figura el orden apellidos y nombre y hacerlo al revés. Lo que es menos común es lo que viene a continuación, y es que su date of birth (fecha de nacimiento) es, en orden day-month-year (día-mes-año) el 8 del 18 de 1980. Efectivamente, no tiene sentido alguno. Menos lo tiene la date this donor first supllied for use in treatment (fecha en la que se usó una muestra del donante por primera vez), que es el 2 del 20 de 1990, según el orden ya comentado. Sí, Raúl tenía diez años cuando usaron su semen para una inseminación. Puede decirse que no había dejado los biberones y ya estaba donando esperma.
El colmo de los errores lo completan los apartados dedicados a la height (altura) y al weight (peso), ya que el que hizo la ficha se confundió y colocó un 62 para la altura, pese a que había dos casillas con un pequeño espacio, para un decimal, y 198 para el peso. No me digáis que no es el mejor documento de atrezo que habéis visto nunca en una telenovela.
La historia de las fichas del Seed Bank (banco de semillas, literalmente), no se queda aquí. Unos capítulos antes habían sacado esta otra, de otro donante, un argentino cuyo nombre no figura:
Si os fijáis, podréis ver que este argentino nació el 2 del 21 de 1980 y su donación se usó por primera vez el 2 del 20 de 1990. Es otro donante precoz... ¡Y también pesa 198! ¿Se puede hacer mal una simple hoja dos veces? Aquí tenéis la prueba de que sí. 

Es difícil superar lo anterior, pero os traigo un documento que, por lo menos, lo iguala. Puede que los no españoles no entendáis la gracia, pero tranquilos, que lo explicaré. El documento en cuestión es la Wikipedia de Salvador Bravo (Jesús Moré):
El texto empieza señalando que "Salvador Bravo es un periodista y locutor de habla hispana" y bla bla bla. A partir del segundo párrafo viene lo bueno, porque, señala "Desde 2004 hasta 2015 dirigió el matinal Herrera en la Onda". Sí, los españoles nos imaginamos qué Wikipedia real pudieron haber tomado para esta de Salvador. Lo corroboran los datos que aparecen bajo la imagen, como la fecha de nacimiento, el 8 de julio de 1957 (el año no acierta a leerse bien) o su cónyuge, Mariló Montero. Los datos de la Wikipedia, que habla de la COPE y de Canal Sur, confirman que esta Wikipedia no es la de Salvador Bravo, sino la de Carlos Herrera, un muy conocido locutor de radio español. No niego que tenga sus fans, es respetable, pero nunca he entendido ni su éxito ni su forma de hacer periodismo. De hecho, confieso que soy de los que aún estamos esperando a que cumpla aquella famosa promesa de "si gobiernan PSOE y Unidas Podemos me voy a Somalia". 

Si hace unas semanas os mostré un autoguiño en esta telenovela, hoy os traigo otro, el que Octavio (Joaquín Ferreira) hace en esta escena:
 
"Esto parece una novela, La suerte de Octavio", asegura tras descubrir que tiene un hijo fruto de la donación de semen que llevó a cabo cuando era joven. Bien podría serlo, no descarto que Telemundo haya tomado la idea para otra telenovela. 

Termino con un guiño soberbio, a la altura de los de la entrada del otro día, porque Melissa (Mariana Seoane) se encuentra en una timba que Bruno (Rodrigo Vidal) organiza en su casa a alguien muy parecido a uno de los personajes más míticos de Telemundo, el mismísimo Aurelio Casillas:
 
El guiño tiene su gracia, más allá del parecido, ya que Mariana fue parte de la T6 de El Señor de los Cielos, en la que vivió un tórrido romance con Aurelio, interpretado por Rafael Amaya. Al final va a ser verdad eso de que el pasado siempre vuelve, aunque sea para hacer un guiño. 

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