Nacida en Barcelona, la infancia de María Lorena Anna Silvia Silvetti Riera, más conocida como Anna Silvetti, transcurrió entre Los Ángeles y México, a donde sus padres se mudaron. Ellos, compositores de profesión, se encargaron de inculcarle una pasión por el arte que la llevó a matricularse en el popular CEA de Televisa, tras estudiar y hacer teatro durante su adolescencia.
Gracias a su paso por el CEA –fue una de las alumnas de su primera promoción– obtuvo, en 1982, un papel secundario en Vivir enamorada. Este fue el comienzo de una carrera que la convirtió en una habitual de las telenovelas producidas por Televisa, con secundarios en títulos como La gloria y el infierno (1986); Rosa salvaje (1987-1988); Morir para vivir (1999); Agujetas de color de rosa (1994-1995), o Pueblo chico, infierno grande (1997). Justo al finalizar las grabaciones de esta última, decidió trasladarse a Miami y empezar allí una nueva profesional, de la mano de Venevisión, Univisión y Fonovideo. La alianza de estos tres gigantes le permitió seguir demostrando su talento en títulos como La mujer de mi vida (1997); Secreto de amor (2000-2001), o Rebeca (2003). En el 2005 se pasó a Telemundo para formar parte de El cuerpo del deseo, tras la cual volvió a las filas del ahora dúo Venevisión y Univisión, en telenovelas como Amor comprado (2007-2008); Eva Luna (2010-2011); Rosario (2013), o Cosita linda (2014). Esta fue su última telenovela y sus grabaciones terminaron a finales de 2013.
¿Qué fue de Anna Silvetti en estos últimos ocho años? Cabe comentar que Anna se retiró de las telenovelas, aunque solo como actriz, ya que en 2014 volvió al género como directora escénica de Voltea pa'que te enamores, de Univisión y Venevisión, la última telenovela que ambas productoras rodaron en Estados Unidos.
Su retiro como actriz de telenovelas coincidió también con su decisión de apartarse del doblaje, un mundo que la apasionaba, pero en el que cada vez surgían menos oportunidades. Decidida a dar un giro a su vida, se centró en el teatro, con títulos como El color del deseo o La belleza del padre, ambas del dramaturgo cubano Nilo Cruz, y se sumó a un exitoso proyecto que la actriz mexicana Adriana Barraza puso en marcha en Miami, el Adriana Barraza acting studio, del que es profesora desde hace más de siete años.
"Me fascina el mundo de la dirección de actores", explicaba en una entrevista hace unos meses con el streamer Jaime Jamaica, al tiempo que reconocía sentirse feliz de "poder escoger" entre actuar y dirigir y, en el primer caso, qué papeles hacer. En esa y otras entrevistas se nota su cariño hacia el género y lo agradecida que está a la popularidad que le dio. En ninguna se ha pronunciado sobre un posible regreso, pero estoy convencido de que si le llega un personaje interesante, lo hará. Ojalá Telemundo, que es la única que produce ahora mismo en Miami, anime a ofrecerle un personaje a su altura. A mí me gustaba mucho como actriz.
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