LA TRASTIENDA: El spam sigue sin ser pa mi

Hace algo más de un año os contaba que Bloguear tiene alguna que otra cosa que solo sirve para hacerte perder el tiempo, como sucede con el spam. Todos los días me llega algún comentario que tengo que mandar a spam o algún correo, que acaba en la misma carpeta. En el caso de Blogger, antes sí que desviaba parte del spam a la carpeta adecuada, pero desde el cambio del panel de moderación en septiembre, ahora lo tenemos que hacer nosotros. De Yahoo, ni hablo, porque como servidor de correo electrónico deja mucho que desear.

No obstante, pese a lo molesto que puede llegar a ser el spam, de vez en cuando trae consigo cosas divertidas. Es el caso de esta que os muestro a continuación, un comentario que alguien, posiblemente un bot, intentó publicar en una de las entradas del I Concurso de Críticas de Telenovelas, haciéndose pasar por un mexicano llamado Alfonso Vázquez:

"Fui un tramposo y mi esposa me atrapó varias veces"… Ay, Alfonso… ¡Qué pícaro! Resulta que ahora a ser infiel se le llama ser "tramposo". Alfonso no es tonto y sabe que lo mejor para arreglar un matrimonio no es hablar las cosas y tratar de buscarles una solución. Lo mejor es ir a un chamán que le hizo un "trabajo" –me hubiera gustado conocer los detalles– por "410 euros". Eso sí, el tal Lord Zakuza, el chamán es un vendehumo, porque le aseguró que la esposa volvería "dentro de 48 horas"… ¡Y resulta que regresó "después de tres días"! Pobre Alfonso, qué mal lo tuvo que pasar en ese día extra que medió entre el plazo del chamán y el retorno de la esposa. Menos mal que ella volvió diciéndole que todavía lo cama y él le juró no volver a engañarla. Ojalá haya sido así, Alfonso querido.

Las relaciones de pareja son uno de los dos grandes temas de este spam más elaborado; el otro es la donación de órganos y el trapicheo con medicamentos. Aquí os dejo una muestra, que posiblemente otro bot de nombre Fenna intentó publicar en mi crítica de la T7 de El Señor de los Cielos:

Sí, todo el mundo sabe que lo mejor para conseguir un riñón es un comentario en una página web o en un blog como este, donde hablamos de riñones y de transplantes todos los días. En fin, otro spam elaborado que no por ello deja de ser spam.

Menos elaborado que los anteriores es el spam más recurrente de los últimos meses, porque es raro el día en el que no me topo con uno de estos. Los hace un bot en cualquier entrada y tiene un punto curioso, porque comienza hablando de una telenovela para después ir perdiendo progresivamente la lógica del discurso, por llamarlo de alguna manera. Os dejo una muestra:

Igual es un hechizo atrayente de esposas del chamán de antes, no lo sé. Lo que sí sé es que todos los días tengo que perder un par de segundos de mi vida en mandar a spam uno o dos comentarios como este.

Como os decía hace unas líneas, el spam no solo llega al blog; también al correo electrónico. A diferencia del que llega al blog, el del correo suele estar más elaborado y seguir de cerca temas de actualidad, como es el caso de este mensaje:

Aparentemente está currado y podría colar, pero es llamativo que el supuesto remitente sea el Gobierno de Chile y que la dirección de correo electrónico desde la que lo envían termine en una extensión .br, propia de Brasil. Desconozco a dónde lleva el hipervínculo con el que termina, pero no me sorprendería que sea un virus, una estafa o las dos cosas.

Y a estafa también huele esta última muestra de spam, un mensaje que me llega todos los meses de una tal Laura Johnson, con una historia brutal:

"Soy Laura Johnson, ciudadana canadiense, una de aquellas víctimas de las estafas llevadas a cabo en África hace unos años, pero afortunadamente he recuperado lo invertido. Te escribo para darte detalles sobre cómo puedes recibir tu fondo, incluyendo el dinero que perdiste". Lo siento, Laura, pero yo no he invertido en fondos en África. Si me parece un riesgo cualquier fondo de inversión español, no os quiero ni contar lo que se me pasa por la cabeza solo de pensar en invertir en un fondo de inversión extranjero... Me pongo malo.

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