Hace más de tres décadas debutaba en las telenovelas el hijo menor del torero
mexicano Manuel Capetillo, un joven llamado Eduardo que había alcanzado una
gran popularidad como cantante en el grupo Timbiriche, al que se integró en
1985.
Corría
1986 cuando Eduardo Capetillo se convertía en el villano de Martín Garatuza, su primera telenovela,
producida por Televisa. Su buen hacer le permitió protagonizr Morir para vivir tres años más tarde, en
1989, junto a Claudia Ramírez. Fue el comienzo de una carrera imparable, que en
los 90 le llevó a encabezar elencos como los de Alcanzar una estrella (1990-1991); Marimar (1994), o Camila
(1998-1999), en la que compartía créditos con quien se convertiría en su
esposa, Biby Gaytán.
Con
la entrada del nuevo siglo, Eduardo fue el elegido para protagonizar, junto a
Lola Forner y Lorena Bernal, El secreto,
la primera producción de Europroducciones (participada por Televisa) para Radio
Televisión Española. Esta historia, producida por Carlos Moreno Laguillo y Carlos
Orengo, fue un auténtico éxito en España, hasta el grado de que tuvo una
segunda temporada, en una época en la que era muy poco habitual esta práctica.
Pese
al éxito de El secreto y a que tuvo
alguna que otra oferta para quedarse en España, Eduardo decidió volver a
México, donde en 2002 protagonizó ¡Vivan
los niños! junto a Andrea Legarreta, a la que siguió Amy, la niña de la mochila azul, con Nora Salinas, en 2004. Tras
convertirse en el tercer vértice del triángulo principal de La madrastra, en 2005, protagonizó con
África Zavala la telenovela Peregrina,
en 2006, y se convirtió en uno de los
hermanos Reyes en Fuego en la sangre,
rodada en 2008. Después de rodar una participación especial para En nombre del amor, decidió cambiar de
aires y fichó por Venevisión para protagonizar junto a Litzy la telenovela Pecadora, en 2009. Un año después volvió
a Televisa para integrarse en el elenco de Soy
tu dueña, en la que coincidió con Gabriela Spanic, con quien protagonizó,
entre 2012 y 2013, La otra cara del alma,
una producción de Azteca. Este fue su último proyecto hasta la fecha.
¿Qué
fue de Eduardo Capetillo en estos últimos siete años? Un lujoso rancho es el
escenario en el que transcurre la vida de este actor, junto a su mujer y sus
hijos. Alejado de las telenovelas, en los últimos años ha dado algún que otro
concierto y, más recientemente, se ha iniciado en el coaching emocional, con vídeos como al que pertenece la captura que tenéis sobre estas líneas. El mes pasado impartió, dentro de esta nueva faceta, una conferencia
titulada Perdido fue como me encontré.
¿Volverá
a las telenovelas? A corto plazo, no, aunque su nombre estuvo sobre la mesa en
varias ocasiones, como en 2016, cuando estuvo
a punto de convertirse en el villano de Mujeres
de negro, o a comienzos de este año, cuando sonó
para La mexicana y el güero. Aunque
él no se ha pronunciado al respecto, parece que su relación con Televisa no
está muy allá tras su marcha, hace unos años, a Azteca. Ojalá se anime a
volver, con Televisa o con quien sea. Yo disfruté mucho de Eduardo en El secreto, una telenovela que me
encantó y en la que tuvo una química tremenda tanto con Lola como con Lorena,
sus compañeras en la historia.
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