Sigo con más cosas de Cuando me enamoro (Televisa, 2010-2011), tras la primera entrega del lunes. Os recuerdo que todas las imágenes se amplían al hacer clic sobre ellas y que, al igual que la entrada del lunes, esta es válida para quienes la habéis visto y para quienes no, pues los spoilers son mínimos.
I. Jerónimo, el forrado
Durante
toda la telenovela se insiste en que Jerónimo es un hombre inmensamente rico,
con participaciones en distintas empresas e incluso miembro del consejo de
administración de un banco, el Banco Humanitario, lo que también da algo de
juego en la telenovela. ¿Cuán rico es Jerónimo? En el capítulo 52 se descubre,
cuando la cámara enfoca su ordenador en el momento en el que Linares se deleita
viendo sus números… ¡Y quién no!:
Quiero
creer que para un hombre como él, que llevaba muchos años en España, el saldo
disponible sea en euros. Interpreto así que Jerónimo es mil millonario, con esa
cifra de 1.483.697.320 euros, casi 1.500 millones de euros en saldo disponible,
a los que se suma algo más de un millón en inversiones y saldos de tarjetas,
chequeras…
Soy
consciente de que me he montado una película, pero es que ya que te dan los
números, como para no hacerlo.
II. Un guiño a la
directora de ambientación
Si
unos capítulos antes aparecían en escena Martha Carrillo y Cristina García, en
el capítulo 59 hace lo propio la directora del departamento de ambientación,
Laura Ocampo, aunque no físicamente, sino colocando su nombre en un elemento de
ambientación, el tablero que informa de los pacientes ingresados en una planta
del hospital:
Me
pareció muy bonito que la directora de ambientación apareciese en un elemento
de ambientación. No sé si sería decisión propia o de alguien más, pero es un
detalle precioso.
III. Dos títulos para el
mismo periódico
Capítulo
88, una mina de cosas. Jerónimo desayuna leyendo un periódico, que claramente
se ve que es El País, porque en la
contraportada figura el logotipo, básicamente. Cuando lo apoya en la mesa para
tomar el teléfono, el periódico muestra una portada encabezada por el título Diario Luz:
Evidentemente, es un error de atrezo. A alguien se le olvidó una contraportada falsa o algo que disfrazase de otro periódico a ese ejemplar de El País. Espero que tan siquiera desde el grupo Prisa le hayan mandado algo a Juan o al equipo de producción por la publicidad encubierta de su diario.
IV. Monterrubi, abreviatura de Monterrubio
Tras
desayunar, Jerónimo se dirige al consultorio de la doctora Marina (Martha
Julia) y allí observa, en un archivador el expediente de Roberta Monterrubio,
que le interesa por una cosa que tienen por ahí pendiente. Bueno, miento,
realmente ve el expediente de otra Roberta, de Roberta Monterrubi:
Sé
que es una chorrada que se debe a que les faltó espacio para la o, pero me recordó a los rótulos de los
autobuses cuando no tienen espacio para incluir el destino completo y lo abrevian
como les da la gana.
V. Dos libros que se
complementan muy bien
Sigo
en el mismo capítulo y con Marina, aunque en el consultorio de Valle de
Guadalupe. Ojo a los libros que tiene la doctora detrás de sí, los del lomo
verde. Puede que nunca antes se hayan juntado tan bien dos títulos:
Otelo, por un lado, y ¿Cómo aceptar nuestros errores?, por otro. Tiene que estar
preparado por el departamento de ambientación, o no se explicaría esta
coincidencia. Colocar un libro que habla de aceptar errores casi al lado de un
ejemplar del Otelo es como si se
colocase un libro que hable de la locura al lado de un Quijote, por ejemplo. Como filólogo, me encantó esta asociación
conceptual-temática.
VI. Jerónimo, detrás de
ti está la directora
Dejo
el capítulo 88 para pasar al 102 y a un nuevo cameo de un miembro del equipo
técnico que pudo verse con ocasión de un desfile de trajes tradicionales
organizado en Valle de Guadalupe:
Detrás
de Jerónimo, observando atentamente a las modelos, se encuentra la mismísima
Karina Duprez, responsable de la dirección de la telenovela. Otro cameo
curioso.
VII. Un diálogo de
besugos
Termino
con una de las mejores cosas que descubrí en este segundo pase, una escena que
puede que tenga el diálogo más absurdo con el que me topé en años y que se me
pasó por alto cuando la vi por primera vez, con Matías (José Ron) y su abogado
como protagonistas. Dentro vídeo:
[Matías] –Aquí no hay hijos ni los habrá, incluso
podemos demostrarlo con el expediente médico de Roberta, donde queda de
manifiesto su esterilidad.
[Abogado] –No creo que haga falta, pero no
estaría por demás mostrar el expediente médico de la señora Roberta donde
indica que perdió al hijo que esperaba y que no podrá tener más.
Tranquilos
si no lo entendéis, es que es un diálogo de besugos, porque no hay por donde
cogerlo. Quiero creer que en guion no vendría así y que José Ron o el actor que
interpreta al abogado se liaron con el diálogo y el error pasó desapercibido,
quedando como uno de los mejores peores diálogos de la historia de las
telenovelas.
Mañana,
última entrega, que abriré con juguetes sexuales… o casi. Os espero.
Comentarios
A ver, perdieron el hijo que esperaban y quedó estéril, pues si, ya no habrá hijos dice (normal si quedo estéril) y pueden hacer un certificado, pues correcto no??
No le veo nada que no cuadre, ya te explicas a ver si lo pillo 😂😂
(Como disfrutas sacandole jugo jaja)
Saludos 😇
Me acordé de este diálogo ahora que busco una cosa así para las clases y acabo de ver tu comentario. La gracia está en que Matías le propone conseguir ese informe, pero el abogado le responde que no hace falta, para inmediatamente después sugerir hacerse con ese informe.
Un saludo!