Aunque tenía pensado verla en la segunda mitad del año, el hecho de que Vencer el miedo resultase la telenovela
que escogisteis para ver dentro del Proyecto
Telenovela en Común 2020 me llevó a cambiar de planes. El 2 de abril
comencé, con algunos de vosotros, a ver esta historia que, gracias al
confinamiento, terminé cuatro semanas después. Esta es mi crítica de Vencer el miedo.
[¡CUIDADO! Si estás viendo esta telenovela o tienes
pensado hacerlo, quizás no deberías
leer esta crítica, ya que puede contener SPOILERS que hacen aconsejable su lectura
después de haberla visto. De igual modo, advierto de que en los COMENTARIOS de esta crítica puede haber
algún SPOILER].
SINOPSIS
Barrio
El Peñón, Ciudad de México, 2016. Marcela (Paulina Goto) es una joven que vive
por y para la pintura, su gran afición, a la que aspira a dedicarse. Desde hace
un tiempo sale con Rommel (Emmanuel Palomares), el líder de una de las
pandillas que operan en el barrio. Marcela nunca ha sentido el cariño de su
padre, Vicente (Alberto Estrella), quien la desprecia por el simple hecho de
haber nacido mujer, algo de lo que también culpa a su mujer, la abnegada Inés
(Arcelia Ramírez). Solo Cristina (Jade Fraser), la hermana mayor de Marcela,
escapa de la ira de su progenitor, pues es una gran nadadora y en ella ha
volcado Vicente todas sus aspiraciones.
Un buen día, agobiada por su dura situación familiar, Marcela decide huir de la ciudad con su novio. Cuando se disponen a hacerlo, él la invita a robar un coche de alta gama que ha aparecido estacionado en el barrio y con su llave sobre una rueda. Aunque titubea, Marcela accede a la petición de Rommel, pero su plan no sale como esperaba, ya que poco después la policía la intercepta. El hallazgo en el maletero del vehículo del cadáver de un hombre hace que Marcela sea detenida y acabe en un centro para jóvenes. Rommel no solo sale indemne de todo lo sucedido, sino que también se olvida de Marcela.
Tres años después, cumplida parte de su condena, la joven abandona el centro con una misión, la de encontrar al verdadero asesino, ante los interrogantes que presenta el caso, que le es encomendada por don Horacio (César Évora), el padre de la víctima. Su salida del centro coincidirá con la llegada al barrio de Beto (Danilo Carrera), un joven pandillero que es en realidad Omar, el hijo del difunto, que por su propia cuenta también busca hallar al culpable y conocer cómo fue exactamente la muerte de su padre. Entre ambos surgirá una atracción que dará paso al amor.
DATOS Y TRÁILER
México.
Televisa, 2019. Con la colaboración del Population Media Center.
46
capítulos.
PRODUCTORA
EJECUTIVA: Rosy Ocampo.
GUION: Pedro Armando Rodríguez, Claudia
Velazco, Humberto Robles, Alejandra Romero Meza, Gerardo Pérez Zermeño, Gustavo
Bracco, Iván Cuevas y Claudia Caro.
DIRECCIÓN: Benjamín Cann y Fernando Nesme.
Emitida
en México entre el 20 de enero y el 22 de marzo de 2020.
PERSONAJES Y ACTUACIONES
Paulina
Goto encabeza el elenco de esta historia convertida en Marcela, una joven que
comete un error por el que acaba mandando su vida al garete. Me gusta cómo,
desde el primer momento, Paulina nos muestra una Marcela muy humana, algo en lo
que va a más, con sus virtudes y defectos, conforme avanzan los capítulos y el
personaje retoma su vida después de tres años internada en un centro juvenil.
Paulina ha hecho un muy buen trabajo, de una forma muy natural y ha conseguido
trasladar a través de Marcela una serie de mensajes muy importantes para chicas
y no tan chicas.
Danilo, Paulina y Emmanuel, en una imagen promocional |
Al lado de Paulina se encuentran dos jóvenes que son polos opuestos. Uno es Omar (o Beto); el otro, Rommel. Danilo Carrera da vida al primero y Emmanuel Palomares, al segundo. Me han gustado ambos, si bien es cierto que Danilo al principio se ve un poco encorsetado, aunque va soltándose conforme la historia avanza. Buen trabajo el de Emmanuel, capaz de hacer villanos como este y tipos tan buenos como su Rafael de Y mañana será otro día. Los dos tienen una gran química con Paulina, lo que se agradece.
En torno a Marcela gira una buena parte del elenco. Es el caso, por ejemplo, de Cristina, su hermana mayor. Jade Fraser interpreta a esta joven cuya vida y su forma de relacionarse con el mundo cambian tras pasar por algo que la deja marcada. Impresionante el trabajo de Jade, con este personaje, que pasa por situaciones durísimas y que a nivel interpretativo tuvo que ser, sin duda alguna, de los más exigentes. Lo mismo se puede decir de Arcelia Ramírez, que interpreta a Inés, la madre de Cristina y Marcela, otra de las mujeres que deben vencer el miedo dentro de la telenovela, en su caso, el miedo que le produce su marido Vicente, para mí el mejor personaje de la telenovela, cúmulo de muchos de los grandes males de la sociedad actual, desde el machismo a la violencia de género, pasando por una doble moral un tanto rancia que le lleva a intentar ser otra persona totalmente distinta en público. Sobresaliente el trabajo de Alberto Estrella con este tipo tan ruin.
Inés y su nieta Areli son dos de las mujeres que habrán de vencer sus miedos en esta historia
La
familia Durán Bracho se completa con Lorenzo, el hijo que tuvo Inés de soltera
y al que da vida un notable Axel Ricco. Lorenzo es el padre de Areli, la cuarta
mujer –junto a sus tías Marcela y Cristina y su abuela Inés– que debe vencer el
miedo o, en su caso, los miedos que le despiertan la adolescencia y un primer
amor, el de Yahir, cargado de dudas y temores, en parte porque a ella le falta
una figura materna y él es un niño abandonado por sus padres. Emilia Berjón y
Alessio Valentini interpretan a esta pareja, los personajes más tiernos e
inocentes de la historia. Pese a que ambos debutaban en el género, han salido
más que airosos de esta primera experiencia, gracias a su naturalidad y lo
cómplices que se han mostrado.
En torno a esta familia, en el barrio en el que viven, aparecen unos cuantos personajes. Uno de ellos es Tulio, el jefe de la policía de El Peñón, un tipo corrupto y despreciable que solo vive para sembrar el miedo en Marcela. Muy buen trabajo el de Pablo Valentín, un actor camaleónico, capaz de brillar con cualquier personaje.
En
el círculo de Marcela se encuentran sus amigas Rebeca y Jacqueline,
interpretadas por Nicole Vale y Geraldine Bazán. Nicole merece un protagónico o
una villana absoluta, porque es una grandísima actriz y lo ha vuelto a
demostrar, como ya lo hizo en la bionovela Silvia
Pinal, frente a ti, hace un año. Geraldine no se queda atrás; realmente
nunca entendí por qué últimamente le dan papeles de mejor amiga de la
protagonista o secundarios con poco peso, porque le sobra talento.
En ese mismo entorno de los Durán Bracho se encuentra Marcelo Córdoba, que interpreta a Rubén, el jefe de Cristina, otro tipo despreciable magistralmente llevado por este actor. No es el único que Cristina tiene cerca, ya que también lo está Mitre, el masajista del club deportivo en el que entrena, al que da vida un excelente Pedro de Tavira. Buen trabajo también para Michelle González, que da vida a Elvira, la extravagante y caprichosa mujer de Lorenzo, y Gabriela Carrillo, que interpreta a Maru, la excuñada y gran apoyo de Lorenzo en la educación de su hija.
Rubén vive obsesionado con Cristina |
De
los personajes del barrio me quedo, sin duda alguna, con dos: doña Efi y Lupe.
Beatriz Moreno interpreta a la primera, una metomentodo de cuidado, que en
ocasiones desata conflictos y en otras aporta cierto humor a la historia. Me
alegra que le hayan dado un personaje con cierto peso, después de papeles
irrelevantes como el que tuvo en Caer
en tentación, porque es una gran primera actriz. Lupe cae en manos de
Ariane Pellicer, que se mete en la piel de una vagabunda alcohólica que esconde
numerosos secretos. Me encanta Ariane y aquí se ha lucido, con un personaje tan
distinto a los que venía interpretando en los últimos años, siempre mujeres
acaudaladas y con problemas nimios.
Omar
aporta a la historia un par de hombres claves en la trama central de la
telenovela: su tío David y su abuelo Horacio. Alejandro Ávila es David, un tipo
oscuro con el que Alejandro se reivindica como lo que es, un actor de lo más
versátil, que en los últimos tiempos venía haciendo secundarios. César Évora
interpreta a su padre, todo un señorón, un personaje que le queda como anillo
al dedo a Évora. Se agradece ver también, aunque sea poco, a Moisés Arizmendi y
Adanely Núñez, el hermano y la esposa de David.
Alejandro Ávila es David Cifuentes |
El
elenco lo completan distintos jóvenes que interpretan a los miembros de las dos
pandillas que operan en Los Peñones. De todos ellos merecen una mención
especial por su buen hacer Yurem Rojas, que da vida a Sancho Clos, el escudero
de Omar en su periplo por el barrio, y Beng Zeng, que hace lo propio con La
Liendre, gran amigo de Marcela.
[PERSONAJES
Y ACTUACIONES: 2/2]
TRAMAS
Televisa
repitió hasta la saciedad que Vencer el
miedo era una “telenovela social”, porque iba a reflejar problemas de la
sociedad a través de esos personajes de los que acabo de hablaros. Esa vis "social"
se nota en la telenovela, que va más allá, con un toque activista, por así
llamarlo, con el que busca combatir y erradicar esos problemas. Yo hablaría,
más bien, de telenovela realista,
aunque suene más abstracto que lo de “social”. Cuando dieron los primeros
detalles de esta telenovela, pensé que harían algo más tipo falso documental
que ficción pura y dura, porque me costaba asumir que una telenovela al estilo
de Televisa se prestase a ser un buen medio para lanzar mensajes positivos
sobre temas tan sensibles como la violencia de género, el sexo o las drogas. Me
equivoqué, porque Vencer el miedo es
ficción, una telenovela en la que los mensajes están perfectamente incrustados
en distintas tramas, de una forma muy natural, sin rodeos, sin sutilezas. Si me
lo llegan a decir hace un año, no lo hubiera creído, es el docere et delectare horaciano aplicado a una telenovela. Solo por
eso, el paso que han dado desde Televisa merece ser aplaudido. Ahora bien,
dentro de esa ficción hay mucho que comentar, como en cualquier otra.
Marcela, en consulta con su ginecóloga hablando de las ETS |
Con
La
doble vida de Estela Carrillo Pedro Armando Rodríguez y Claudia Velazco
demostraron lo importante que es tener una historia bien pensada, de principio
a fin, a la hora de comenzar a rodar y la de posibilidades de juego que ello
abre para con el espectador. En Vencer el
miedo esta premisa se cumple solo respecto a la trama principal, la del
hombre que aparece muerto en ese coche que roba Marcela en el capítulo uno; el
resto no tiene esa planificación, o no tanta. La trama del encajuelado es, a mi
juicio, lo mejor que tiene la telenovela y la única trama que esquiva esa
misión educativa que tiene la historia, una trama muy bien pensada de inicio a
fin, no exenta de giros y de momentos que desconciertan al espectador, que
maneja siempre mucha menos información que los personajes.
Dentro
de las tramas más “sociales” me quedo, sin duda alguna, con Cristina e Inés y
todo lo que pasan a lo largo de la historia. Son, para mí, las que más mensajes
positivos lanzan, aun cuando tengan algún que otro paso atrás, como es el caso
de Inés y su intento fallido de divorcio, en el que se refleja cuánto pueden
llegar a pesar las opiniones de quienes nos rodean para tomar una decisión, lo
que no debería ser así. Son solo dos de las muchas tramas “sociales” que abarca
la telenovela, que en un 80 por ciento de su espectro argumental se compone de
tramas de este tipo, construidas sobre personajes muy realistas que viven
situaciones que cualquiera de nosotros podría vivir y actúan como cualquiera de
nosotros lo haría, unas veces con acierto y otras veces, errando. Valoro mucho, volviendo a las tramas "sociales", que se haya hablado abiertamente de aspectos importantísimos para la sociedad, valga la redundancia, como el hecho de que ante una agresión sexual lo primero que se debe hacer es denunciar; la importancia de los métodos anticonceptivos en las relaciones de pareja, o lo necesaria que es la educación para evitar que los más jóvenes caigan en manos de pandillas o redes de delincuencia. Dentro de esos mensajes positivos, me parece también fabuloso que hayan criticado los vicios del sistema, pero que, pese a ellos, la justicia siempre llega.
Vicente no ha sabido ser ni un buen esposo ni un buen padre |
El
amor tiene un peso muy limitado en la historia. La relación entre Marcela y
Omar fluye durante los primeros capítulos pero se estanca poco después, cuando
él se marcha del barrio sin razón alguna y ella decide volver con Rommel, pese
a todo lo que le ha tocado vivir por su culpa. Como veis, los personajes
reflejan también eso de que solo el hombre es el único animal que tropieza dos
veces con la misma piedra. Más allá de esta historia, poco hay que contar y lo
que hay no está precisamente bien llevado. De esta forma, de nada sirve que
Cristina se reencuentre hacia la mitad de la telenovela con su ex y gran amor
si se pasan no sé cuántos capítulos yendo y viniendo porque él tiene novia y no
sabe cómo romper con ella. También pierde su encanto al final de la historia la
trama romántica más bonita que tiene la telenovela, la relación entre Areli y
Yahir. Está muy bien eso de mostrar las dificultades y peligros de un amor
adolescente –algo que también hacen con una pareja paralela a esta, la de un
amigo de él y una amiga de ella– pero no tiene sentido el mensaje que transmite
el final de esta trama, que básicamente es que cuando se tienen 13 o 14 años
hay que tener amigos y amigas y no novio o novia. No sé vosotros, pero yo
conozco parejas que comenzaron a salir a esa edad y hoy o están casados o se lo
están pensando.
Tampoco hubiera estado mal trasladar el mensaje contrario, ese
que se suele decir a los adolescentes, sobre todo tras un tropiezo amoroso, que
es que a esas edades lo que toca es conocer gente y que el amor definitivo
tarda mucho en llegar. Hay también otra pareja a la que se le pudo haber sacado
más partido, la que forman Lorenzo y su excuñada Maru, aunque en este caso el
matrimonio de Lorenzo con Elvira justifica que no se dé esa relación.
La telenovela es, narrativamente, muy interesante, al menos al principio. La historia se relata en varios tiempos, desde 2009 a 2019. Cada uno de los quince primeros capítulos comienza con una escena del pasado que guarda estrecha relación con el presente y que ayuda al espectador a descubrir cosas que no sabía, como que Omar fue adicto a las drogas y que le costó mucho salir de ello.
Omar cayó en las drogas, como explica un flashback de la historia |
Sin embargo, este recurso cae en el olvido a partir de ese capítulo
quince, para jugar con el tiempo más cercano, con una escena inicial que
sucederá a lo largo del capítulo y tras la que se vuelve, bajo el rótulo de
“Horas antes” o “Un día antes” al punto donde se había quedado la historia en
el capítulo anterior. Me gustó muchísimo lo primero y creo que deberían haber
seguido con ese juego entre pasado y presente, no solo por lo interesante que
era para el espectador conocer más a fondo a los personajes, también por lo
mucho que aportaban a la telenovela esas escenas. Más o menos, algo parecido
ocurre con recursos que impregnan los diálogos como el monólogo interior –voz
en off de un personaje reflexionando sobre sí o sobre la historia–, que se ven
mucho en los quince primeros capítulos pero luego desaparecen.
Las
tramas cuentan también con algunos elementos concretos desaprovechados. Pienso,
por ejemplo, en un grupo de Whatsapp de los vecinos de El Peñón que sale una
sola vez, y que podría haber dado mucho juego, máxime teniendo en cuenta que
doña Efi estaba en él. Lo mismo sucede con algo que a mí me sorprendió por
inesperado: la madre de Omar vive, aunque al principio de la historia se nos dé
a entender lo contrario, por el hecho de que Omar vive con su abuelo, de que
fue él quien lo desintoxicó de las drogas o de lo apegado que estaba a su
padre. También se podía haber aprovechado mejor a ese personaje, con más
recorrido argumental.
Rommel no tiene reparos en salir con Rebeca, amiga de Marcela |
La
historia tiene un buen ritmo, en líneas generales. Es cierto que algunas tramas
avanzan menos de lo que deberían, pero, en conjunto, no está mal. Lo mejor, sin
duda, es esa trama del encajuelado que se resuelve por todo lo alto en el
penúltimo capítulo, dedicado casi exclusivamente a ello, y se remata, con un
pequeño giro en el último. Me pareció el broche perfecto para una gran trama.
Por
lo que respecta al final, Vencer el miedo
concluye de forma cerrada, pero dejando la puerta abierta a Vencer el desamor, la segunda de las
telenovelas “sociales” de esta nueva franquicia de Televisa. Lo hace con uno de
los personajes de esa segunda historia, la referencia a otro y con un rótulo
que expresamente advierte de que habrá que seguir venciendo más cosas. Quizás
en unos meses Marcela, Omar o hasta Rommel se dejen ver en Vencer el desamor, nunca se sabe. Lo mejor del final es, para mí,
el bonito epílogo con el que Marcela cierra la historia.
[TRAMAS:
3,5/5]
MÁS COSAS
El
realismo que tiene la telenovela lo impregna todo. De esta forma, nos
encontramos con decorados muy trabajados pero que no escapan de lo cotidiano.
No sé si me explico, pero el interior de la casa de los Durán Bracho podría ser
el interior de cualquier casa mexicana de una familia de clase media como esta.
Lo mismo se puede decir de los decorados que recrean el interior de la casa de
Lorenzo o de los de la vecindad de la que es propietaria doña Efi y por la que
pasan varios personajes.
Dos de los decorados de la telenovela, una nave abandonada y el cuarto de Inés y Vicente
Las localizaciones siguen esa misma tónica, con mucho barrio, mucha nave abandonada y mucho grafiti. Estoy seguro de que a todos los que la habéis visto se os ha venido a la mente algún barrio de vuestras ciudades que perfectamente podría ser El Peñón, al menos en lo que a exteriores se refiere. El lujo se reserva solo a los únicos personajes con auténtica fortuna económica que hay en la historia, la familia de Omar, dueños de una empresa acerera, que viven en una mansión de lo más vanguardista encaramada sobre una roca. No tengo nada que objetar a la dirección de escena, un trabajo del que se ha ocupado el equipo de Benjamin Cann, siempre preocupado por probar cosas nuevas como ese plano secuencia a cámara lenta que sigue al coche que roba a Marcela en los últimos instantes antes de colisionar.
El
vestuario tampoco se sale de esa línea realista que marca la historia, aunque a
veces roce lo hortera, y sí, me refiero a las riñoneras que, en pleno 2019,
siguen llevando algunos de los personajes. Igual es que no estoy al tanto de
que hayan vuelto a ponerse de moda, pero si no es así, debieron quedarse en su
época, los 90.
Termino
con un apunte sobre la musicalización. Bien los soundtracks y muy bien ese tema principal, tan pegadizo como
reivindicativo, Rompe el silencio, al
que Paulina Goto también presta su voz. Me gusta como cantante y como actriz,
lo que no siempre ocurre. La historia se prestaba para acoger más temas,
ligados a distintos personajes, pero no ha sido así.
[MÁS
COSAS 2,8/3]
Parte del elenco y el staff, en la presentación a los medios |
Si
buscáis una historia original que aúna intriga, realismo, denuncia social y
algo de amor, deberíais darle una oportunidad a Vencer el miedo. Un sobresaliente elenco saca adelante personajes
con los que no es díficil empatizar, pues son de lo más humanos. El buen ritmo de sus 46 capítulos hace que se
disfrute, aun cuando, argumentalmente, la telenovela tenga cosas mejorables. Se
agradecen algunos juegos narrativos que incorpora, aunque no llegue a consolidarlos.
PUNTUACIÓN FINAL: 8,3
Comentarios
Nova es mucho de emitir las de Paulina Goto,aver si se animase,o si yo pudiese verla por mi cuenta como he podido hacer con otras.
Los personajes muy bien llevados, actuan muy bien, se ven reales. Ines y Vicente perfectos, Marcela y Cristina también igual que Omar y Rommel, Danilo me gustó en este papel, lo vi en Pasión y poder y no me gustó.
Los jovencitos un amor de dulces, y el perrito también (te lo has olvidado) y lo «matan» los pandilleros me supo mal 😥
Yo al contrario tuyo, me gustó que a los jovencitos les dijeran que mejor de amigos, que es muy pronto de novios..pueden gustarse pero son taaan jovencitos 13 o 14 años que empezar con el sexo y los problemas derivados de ello lo veo muy pronto, y además estaba la parejita para ver lo que pasó, tienen edad de disfrutar de amig@s de salir entrar, ir de excursión, hacer deporte y formarse...etc. Gafemo cuando tengas hijos lo entenderás perfectamente!!
Y sí, todos los temas sociales los abordaron y estuvo bien, el final lo vi un poco teatrero y los personajes nuevos del final me sobraron, aunque quieran hacer segunda parte no hacía falta meterlos de golpe, con el rótulo de 'proximamente' ya sobraba.
Yo le pongo un 8,5 que no está nada mal.
(Me gustó la experiencia de verla conjuntamente, aunque comentaron muy pocos por todos los que votaron y supongo la vieron, me hubiera gustado más participación, me gusta leer diferentes opiniones, pero en fin, es lo que hay 😁)
Saludos😄
@Rocío... Es una telenovela entretenida y sí, Nova tiene ahí un flechazo con Paulina Goto. A ver si se animan, aunque siendo tan corta, en menos de dos meses se la ventilan.
@Tessa... ¡Me olvidé de nuestro Canijo, es verdad! ¡Pobre!
Lo de los adolescentes, tienes razón, seguramente sea por no tener hijos. Trato de ponerme en la piel de un Lorenzo y debe ser durísimo lidiar con estas cosas.
Tengo mucha curiosidad de saber cómo va a ser esa ¿segunda parte? ¿continuación? que nos anuncian al final. Ojalá no reabran nada de lo que ya habían cerrado aquí.
Yo también disfruté mucho con la experiencia conjunta. Comentamos unos pocos, pero estoy convencido de que había más gente viéndola que no comentaba, ya que el foro tiene unas 1.500 visitas y éramos pocos para haber hecho tantos clics, ¿no?
Un saludo!
Yo cuando pueda me veo Vencer el desamor.