Fijaos
en la fotografía y quedaos con los cinco títulos que en ella aparecen. Luego os
cuento por qué:
Hace
algo más de año y medio alertaba en una
entrada del peligroso uso de la palabra “serie” para hacer referencia a una
telenovela de las de toda la vida. En aquel entonces, recuerdo que critiqué que
se usase ese término para hacer referencia a productos que no eran más que
telenovelas más cortas, o quizás con alguno de esos nuevos tintes que se están imprimiendo al
género.
Ahora,
tiempo después, me veo obligado a hacer una nueva entrada, con la situación
mucho más agravada: el género va camino de perder el nombre. Sí. Ya no se
producen telenovelas, ahora todo son series. Lo peor es que el propio género rechaza ahora ese
término que siempre se ha usado.
Telemundo,
Televisa, RCN, Caracol… Cualquiera de las grandes productoras, en las
presentaciones de sus últimos productos han evitado usar la palabra “telenovela”,
con independencia del número de capítulos que tenga. “La piloto” fue una serie, según Televisa.
Telemundo presentó “La Doña” como una
serie dramática. RCN hizo lo propio con “La ley del
corazón”. ¿Sigo?
No
es algo nuevo. En España todas las telenovelas producidas por TVE, Telecinco,
Antena 3 o Cuatro se presentaron en su día como “series”, “seriales diarios” o “series
de sobremesa”. Claro, que aquí puede que entren en juego las connotaciones
negativas que muchos tienen hacia el género, de ahí que se evite hablar de telenovelas.
Sin
embargo, no entiendo este cambio en Latinoamérica. Las telenovelas han sido
desde siempre sello de identidad de México, Colombia, Brasil, Argentina, Chile,
Perú… Han hecho de oro a personas y empresas y han propiciado que se
desarrollase el turismo, que se conociese la cultura de cada país, su lenguaje…
¿A qué viene lo de usar la palabra “serie”? ¿Vergüenza sobrevenida de lo que se
lleva haciendo décadas? No creo. ¿Afán por equipararse así a contenidos como
los que ofrece Netflix, por ejemplo? Quizás. Pero es un error grave y que, por
el camino que llevan, va a ser irreversible.
No.
No se puede dejar de llamar a una cosa por su nombre, de incluirla en la categoría
a la que pertenece, aunque se use otro nombre parecido o se pretenda incluir en
una categoría que, en teoría, parece más prestigiosa. En la fotografía del comienzo tenéis
un Código Civil, una novela de espías, una novela histórica, una comedia clásica
y un recetario. ¿Os imagináis, por ejemplo, que alguien le preguntase a Aristófanes
por su libro? Con el carácter que se gastaba, lo más seguro es que le soltase
un “es una comedia, gilipollas”.
Lo
mismo, quizás con menos descaro, respondería Le Carré a quien le dijese algo
del tipo de “me ha gustado mucho tu libro”.
“¿Qué libro? Yo solo escribo novelas”,
podría contestarle, teniendo en cuenta que es un tipo muy sutil y educado.
“Menudo libro más tocho
que os currastéis, pavos”,
podría decirle un joven de hoy en día al grupito de legisladores que en 1889
promulgó el Código Civil español y a los que después se encargaron de
reformarlo en cientos de ocasiones. “No
se trata de un libro, sino de un Código, un compendio jurídico”, le
espetaría cualquiera de ellos.
Tres
ejemplos que me sirven para incidir en que a las cosas tienen el nombre que
tienen, aunque algunos traten de ocultarlo o cambiarlo por otro. No. No son
series, son telenovelas, un género con unos cuantos subgéneros: telenovelas de misterio, policíacas,
narconovelas, bionovelas… Pero telenovelas, a fin de cuentas. Un género con
identidad propia que solo tiene en común con las series un componente de
ficción y la parte de la técnica con la que unas y otras se llevan a cabo.
Siempre quedaremos los que, como yo, no aceptemos el cambio de término y sigamos hablando de telenovelas, aún a contracorriente de la tendencia que parece
ser que sigue la mayoría, o al menos, los que mandan en el género.
Comentarios
A que te tienes que cambiar tu logotipo....jaja " Hablemos de series"... ( no pega mucho)
PD No ves que van a renovar la Constitución también???? Vaya lío que llevamos con la política!!!
Saluditos
En cuanto al resto, completamente de acuerdo. No entiendo que en Latinoamérica, la cuna de las telenovelas, se avergüencen así del género. Podría entender que Telemundo llamara "superseries" a sus telenovelas por temporadas (¿aunque por qué no "supernovelas"?), pero ya que a las telenovelas de temporada única las llamen series... Y ya con Televisa sí que me pierdo, cuando distinguen en sus premios entre telenovelas y series, no sé con qué criterio. Yo veo ahora mismo Caer en tentación y es una telenovela, muy novedosa y arriesgada, pero telenovela. Si cada vez que se hace una buena telenovela que se salga de los tópicos del género la llamamos serie, vamos a terminar considerando solo telenovelas a los bodrios de Nathalie Lartilleux.
Lo último ha sido ver cómo Nova anuncia Fatmagul. "Nova te trae la serie que conmocionó a todo un país y se convirtió en un fenómeno mundial. Una historia que ha revolucionado el mundo de las series". Por favor, ¡que es un canal de telenovelas! Entre que está doblada y la anuncian así, el público del canal, que lo que quiere es ver telenovelas, va a pensar que es una serie y no la va a ver.
Hay seguidores en NOVA que no pasan de gavilanes y frijolito!!
( siento los fans) pero de innovar ni mu....mira la lista del sabado, con esto ya está todo dicho....
Como si las telenovelas fuesen menos que las series,y no,no lo son
Las telenovelas hace mucho que existen,y cuando aqui en España se hicieron famosas fueron un boom,aunque muchos lo nieguen
Y las relegen a un genero de categoria menor,que segun esa gente,solo ven,parados y amas de casa
Y yo creo que aunque ahora no esten en su mejor momento en la pequeña pantalla en nuestro pais
Si hay otros muchos medios en donde arrasan
Coincido con Jucovi,yo las producidas tampoco las considero telenovelas
Excepto cuando en su dia se producian algunas con tintes telenoveleros como bien dice Jucovi:La verdad de Laura o El secreto por ejemplo
Saludos
@Tessa... Antes me retiro que cambiar el nombre del blog a "Hablemos de series". Por ahí no paso. Entiendo que hay que renovarse y todo lo que tú quieras, pero no pienso renunciar a la palabra "telenovela", por mucho que la industria me lleve la contraria.
@Jucovi... Completamente de acuerdo contigo en lo de las españolas. Son "soap operas", no lo podías haber dicho mejor. Copian el modelo que funcionó hace unas décadas en los EEUU y van tirando. Yo las considero telenovelas una vez que terminan definitivamente, teniendo así ese elemento tan típico del género que es un final.
No entiendo y me preocupa esa moda de que los propios productores hablen de "series", como ocurre en Telemundo o que distingan, cuando no hay nada que las diferencie, entre "series" y "telenovelas", como ocurre en el resto de casas productoras. Televisa ha vendido "La doble vida de Estela Carrillo" como una serie y "El vuelo de la victoria" como una telenovela. ¿Qué las diferencia? Únicamente que una es más corta que la otra y puede que tenga un poco más de presupuesto, pero eso lo ha habido siempre: telenovelas más cortas y más largas, con más y con menos presupuesto.
Y luego está lo que tú comentas. Ni ellos mismos se aclaran a veces, porque con "La candidata" hablaron de serie y al final a efectos de los TvyNovelas entró como telenovela. Lo mismo le pasó hace poco a "La ley del corazón" en Colombia.
@Rocío... Hoy en día hay telenovelas con más presupuesto que muchas de las series que se producen. Y en cuestión de técnica tampoco tienen nada que envidiar. Ahora mismo una telenovela de 90 capítulos puede competir al tú por tú con una serie de 13, por ejemplo, en presupuesto y en realización, algo que antes no pasaba.
No entiendo que justo ahora, con ese buen momento que están pasando (las audiencias ya son otra cosa), les dé por lo de llamarlas "series".
@Amaya... Y con dos temporadas, según tengo entendido, ¿no?
@Altair... La temporada no pinta bien con tanta repetición. Da la impresión de que están un poco perdidos, aunque anden anunciando algún estreno. A ver qué pasa...
Saludos!