Los
exteriores son siempre un punto a favor de cualquier telenovela por una
sencilla razón: el espectador prefiere ver un escenario natural, ya sea una plaza
de una ciudad, una playa o un campo que un decorado. Sin embargo, los
exteriores también tienen algunos contras, como el que quiero comentaros hoy.
En
el siguiente vídeo tenéis una escena de “La
Doña” (Telemundo y Argos, 2016). Valeria (Daniela Bascopé) habla con su
hijo Diego (Leo Deluglio) en una céntrica plaza. No vais a saber de qué, porque
es ‘spoiler’ y el vídeo no tiene sonido precisamente para que no os entretengáis
con lo que están hablando. Quiero que observéis a todos los que pasan por
detrás de ellos:
Como habréis comprobado, son decenas los viandantes que o se giran, o se paran, o miran directamente a la cámara. Los hay apoyados en las columnas de la plaza, alguno detrás… El único que está ahí por guión es ‘Lopecito’ (Mauricio Isaac), que está detrás de Diego, con un chaleco azul.
Igual
soy un poco raro, pero es algo que se ve muy a menudo en exteriores y que como
espectador, me desconcentra de aquello que estoy viendo. Es como si tanto mirón
me sacase de la atmósfera en la que te envuelve la telenovela, para recordarte
que lo que estás viendo, aunque parezca real, no es más que un teatro con
actores. No sé si me explico…
Eso,
como espectador. Me pongo del otro bando… ¿Quién no se pararía o echaría una
mirada furtiva si va por la calle, ve cámaras, técnicos de sonido, de
iluminación, de no sé qué más y, por supuesto, a los actores? Yo creo que todos
nosotros lo haríamos, ¿no? Aunque luego saliésemos en la telenovela como
pánfilos que contemplan a dos actores haciendo una escena, que es lo que ocurre
con muchos de esos extras no deseados con los que cuenta esta de “La Doña”.
¿Cómo
solucionar esto, satisfaciendo a espectadores medianamente exigentes, como un
servidor? No hay solución. Aunque cerrasen al público la plaza, siempre habrá
alguien que se quede contemplando la escena. Si colocan carteles enormes
pidiendo a la gente que pasase por allí que no mirasen lo que ocurre, tarde o
temprano aparecería alguien que miraría. Es la curiosidad innata del ser humano
y, al final, un pequeño precio que debemos pagar aquellos que somos firmes
defensores de los exteriores.
Comentarios
Ahora bien vista... hasta se paran y todo, me extraña, porque ponen extras que caminan y pasan, y los ves pasar 2 o 3 veces..
Muy observador Gafemo, si señor!!
A la hora de rodar en exteriores es normal este tipo de cosas y situaciones, pues la gente es curiosa de nacimiento y mas ante grabaciones. Te pasa en series, peliculas, novelas, etc... de cualquier pais.
Yo no me fijo en eso por que me parece un poco "tonteria", lo importante es la escena y punto que es lo que trama desenvuelve.