Hace
justo un mes, os hablé de Quasi, un conocido mío de mi época de instituto (ya
llovió mucho) y su
afición al género.
En
aquella ocasión no os conté una manifestación concreta de esa desmesurada
afición al género de Quasi. No os la conté, pese a ser algo curioso y muy
gracioso, porque no sabía cómo hacerlo y tampoco sabía si debía o no hacerlo.
Me
he pasado todo el mes dándole vueltas en mis ratos libres… Y me he decidido, no
sé si para bien o para mal, a hablar de ello. No voy a entrar a valorar lo que
os voy a contar, totalmente real, insisto. Entiendo que hay personas muy
conservadoras a las que les pueda parecer ofensivo o grotesco, pero no lo hago
precisamente para ofender a nadie; al contrario, lo hago para que paséis un rato entretenidos, mientras os cuento esta anécdota tan singular.

¡Cuál
sería mi sorpresa de encontrarme en su bandeja de entrada un correo de M. una
famosa actriz del género! Estaba ya abierto y no tenía ningún asunto, así
pinché en él. El cuerpo del mensaje traía algo así… “Me agrada que te hayan gustado aunque no las hice pensando en que los
hombres disfrutaran tanto de ellas, pero aún así, me alegra que las disfrutes.
Saludos”. Me quedé de piedra. Si ya de por sí era casi imposible contactar
con un actor o actriz del género por correo electrónico (en aquella época no había
Twitter ni Facebook ni historias de estas), más imposible era que el actor o
actriz en cuestión te respondiera. Y él tenía una respuesta de M., una actriz que
cualquier aficionado al género conocerá, y que en los últimos años ha hecho papeles tanto de protagonista como de villana en telenovelas de Telemundo (y creo que he dicho mucho comentando esto).
Pero,
¿qué le había escrito él para haber obtenido aquella respuesta, un tanto
extraña? Pues lo siguiente… “Buenas
noches, M. Te escribía para felicitarte por la sesión de fotos que has hecho
para la revista X. Me encanta cómo has salido y la verdad es que no puedo parar
de masturbarme con ellas. Espero no molestarte, solo soy sincero”.
Imaginaros
la cara que se nos quedó a los cotillas que leímos aquel correo. Y aunque solo
yo conocía a M., todos acabamos buscando en Google las controvertidas
fotografías. No estaban mal… Quasi, por su parte, nunca supo que le habíamos leído tan íntimo correo, aunque igual lo sospechó por una sencilla razón: cuando volvió al aula nos pilló partiéndonos de risa. Cosas de adolescentes.
Comentarios
Cosas de adolescentes/jovenes
Lo raro es que la artista en cuestion le contestara. Estas fotos ya saben ellas/os que mas o menos provocan esto
Pero bueno son recuerdos que te hacen sonreir
Todos tenemos los nuestros. Saludos