Tras acabar hace nada con “El Señor de los Cielos (II)”, empiezo
una nueva telenovela. La elegida es de temática totalmente distinta (o al
menos, eso parece) a la anterior. Sí, hoy empiezo a ver “Mi corazón es tuyo” (Televisa, 2014).
Entre mis razones para verla están…
-Silvia Navarro y Jorge Salinas. Llevo
sin verla desde que acabó “Amor bravío”,
hace dos años, y ya tenía ganas de verla nuevamente en una telenovela. Si
además la telenovela tiene corte humorístico, está claro que Silvia me hará
pasar buenos momentos. Si a una gran actriz como Silvia le sumamos un gran
actor como Jorge, puede salir una dupla que dé mucho juego. En “Labios rojos”, una película que ambos
protagonizaron, también con tintes de humor (un humor distinto al que pueda
tener la telenovela) ya demostraron una gran química y fue precisamente en base
a esa película por lo que Juan Osorio se decidió a poner a Jorge como
protagonista al lado de Silvia.
-¿Mayrín Villanueva? Lo pongo entre
interrogantes, porque es una actriz que no sé catalogar muy bien. En “Mentir para vivir” no lo hizo mal, pero
sí que estuvo muy sosa como la protagonista. Qué sé yo si de villana se verá
mejor…
-Los pesos ‘pesados’ del elenco. Tener
a nombres como René Casados, Carmen Salinas o Norma Herrera es un atractivo más
para verla, sin olvidarme tampoco de Lisardo (que eso sí, no me gusta ese tinte
de pelo que lleva en las fotos promocionales de la telenovela).
Sin embargo, hay varias cosas que me
tiran para atrás…
-La historia. Vi “Ana y los siete”, la original española, cuando se emitió aquí. No
la vi completa, pero sí un buen número de capítulos y vale, era entretenida,
pero sin más. ‘A priori’, en la comparación Silvia Navarro – Ana G. Obregón,
sale ganando la primera. Lo mismo ocurre si comparamos a Jorge Salinas con
Roberto Álvarez. No lo tengo tan claro respecto de la villana; Silvia Marsó
hizo un papel estupendo en “Ana y los
siete”. Mayrín tiene el listón muy alto.
-Juan Osorio. Que “Mi corazón es tuyo” esté bajo su batuta me disgusta un pelín, en
el sentido de que las telenovelas de Osorio, cuando funcionan a nivel de
audiencia, pueden alargarse hasta el infinito (véase los más de 200 capítulos
de “Una familia con suerte” o los 181
de “Porque el amor manda”). Y ya se
sabe, más capítulos es igual a más relleno. Además, al menos antes, no era tan
cuidadoso con sus telenovelas como lo son otros productores de la empresa.
Dicho todo esto, solo me queda ir
viéndola, a mi ritmo. Ya le haré, cuando la termine, la correspondiente
crítica.
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