Debo
confesar que, desde el momento en el que Telemundo dio a conocer los primeros
detalles del proyecto, “La Impostora” me
llamó, y mucho, la atención. El motivo principal fue entonces la historia, firmada
por el gran Sebastián Arrau, y basada en una telenovela suya llamada “Cerro alegre”, emitida en Chile en
1999.
Cuando
se formó el elenco, el proyecto me sedujo aún más. Tenía que verla, sí o sí.
Me
puse a ello a principios de julio. A mediados de agosto la concluí.
SINOPSIS:
Blanca
Guerrero (Lisette Morelos) es una bella camarera
de la zona costera mexicana que tiene una gran habilidad para imitar a
cualquier persona. El día de fin de año su padre es despedido de la naviera
donde trabaja, perteneciente a la familia Altamira y comandada por la matriarca
del clan: Raquel Altamira (Christian Bach). Con el fin de ayudar a su padre a
recuperar su empleo, Blanca se infiltra, disfrazada, en la fiesta de máscaras
que la familia celebra para festejar el año nuevo.
*Logo de la telenovela. |
Allí
asiste al escándalo que arma Adriano Ferrer (Manuel Landeta), un poderoso
multimillonario, que acusa a Raquel, ante los asistentes a la fiesta, de haber
asesinado a Valentina Altamira, la mujer que Adriano amó en su juventud y con
la que tuvo un hijo cuyo paradero desconoce.
En
esa misma fiesta Blanca se besa, sin saber quién es, con Eduardo Altamira
(Sebastián Zurita), el primogénito de la familia.
Días
después el padre de Blanca sufre un sospechoso accidente y entra en coma. Es
entonces cuando Blanca, agobiada por las deudas de la familia, acepta ser
contratada por Adriano Ferrer para hacerse pasar por Victoria San Marino, una
inversionista millonaria de Nueva York, interesada aparentemente en invertir en
la naviera de los Altamira, un personaje con el cual Adriano busca descubrir el
paradero de su hijo, aquel que tuvo de joven con Valentina Altamira.
Todo
se complica cuando Blanca se enamora perdidamente de Eduardo Altamira, con
quien vivirá una entrañable historia de amor.
DATOS y TRAILER:
120
capítulos de 45 minutos. México, 2014 (Telemundo y Argos). Productora: Martha
Godoy.
PERSONAJES y
ACTUACIONES:
Antes
de ir uno a uno, comentar que la telenovela tiene muy pocos personajes. Pocos
pero, eso sí, muy bien definidos.
*Lisette, Christian y Sebastián. |
Empezando
por Lisette Morelos, debo comentar que ha sabido llevar de una manera muy
natural, nada sobreactuada, los dos personajes con los que tiene que lidiar en
la telenovela. Me ha gustado mucho su desempeño en esta telenovela y
personalmente me gustaría destacar de ella las duras escenas en las que su
personaje sufre numerosas torturas en la cárcel y en las que consiguió
transmitir ese sufrimiento del personaje al espectador de una manera increíble.
Su
galán en la historia es Sebastián Zurita, que interpreta a uno de los galanes
más inocentes e incrédulos que he visto en mi vida, algo que probablemente
derive de que en la historia original su personaje era una mujer (igual que la
impostora era un impostor). Sebastián ha mejorado desde “En nombre del amor”, aunque todavía le faltan cosas por aprender.
La química con Lisette únicamente se ve en las escenas (muy sensuales, por
cierto) de cama y poco más. No obstante, sí que debe resaltarse la química que
tiene con Macarena Oz (su hija en la telenovela, una niña adorable y a la que
veo mucho futuro en este mundo).
En
la telenovela brillan dos grandes estrellas de la actuación, que son Christian
Bach y Manuel Landeta. Sobre Christian, vuelve a ofrecernos una villana
psicópata, muy parecida a Antonia Guerra, y quizás hasta más irónica y satírica
de lo que de por sí era Antonia Guerra. Ha hecho un personaje épico, por el que
yo sentí cierta compasión cuando se revela el por qué actúa y es como es y que
tiene un final bestial, que acongoja hasta al espectador más insensible.
*Manuel Landeta es Adriano Ferrer. |
Respecto
de Manuel, nos ha regalado un personaje tierno, un padre desesperado por
encontrar a su hijo y arrepentido por cierto desliz de su pasado. Ha estado, en
pocas palabras, soberbio. No es de extrañar que haya sido premiado como Mejor Primer Actor en los premios Tu Mundo gracias a este personaje. Además, la química con Lisette se ha hecho visible en
la pantalla, igual que esa tensión sexual no resuelta que su personaje mantiene
desde un principio con la temida Raquel Altamira y que se revela en las
constantes riñas que ambos tienen.
Del
resto del elenco merece la pena detenerse en Begoña Narváez, Jonathan Islas y
Mauricio Henao.
Begoña,
por su parte, interpreta un personaje que lleva una doble vida: está dentro de
una mafia de tráfico de armas y, a su vez, es una madre arrepentida de haber
abandonado a su hija para dedicarse a ese mundo de la mafia. Begoña siempre me
ha gustado como actriz y aquí ha vuelto a demostrar que es una gran actriz y
que está de sobra preparada para algo más fuerte, como una narconovela o algo
de ese estilo. Ha pegado tiros, ha matado a no sé cuantos… No obstante, como comentaba, su personaje
tiene un lado muy tierno, que se muestra en esa relación que establece con su
hija después de haber pasado ocho años lejos de ella. Quizás no me gustó su
final, yo la hubiera dejado hasta el último capítulo.
*Sebastián, Jonathan y Mauricio, los hermanos Altamira. |
En
lo que a Jonathan se refiere, comentar que es increíble lo que ha mejorado como
actor desde “Bella calamidades”. Me
ha gustado mucho Cristóbal y me conmovió su historia, el saber por qué su madre
(la Bach) lo vio siempre como el patito negro de sus tres hijos. Lo mismo debo
decir de Mauricio Henao, que llevaba sin verlo varios años. A ambos les auguro
un buen futuro en sus respectivas carreras.
Bien
también para Armando Silvestre, que interpreta a Leónidas, el padre de Raquel,
y excelente descubrimiento el de Alpha Acosta, que en la historia es Valentina,
la mujer con la que Adriano tuvo un hijo y a la que él cree muerta. Empaticé
muchísimo con este personaje y las torturas por las que pasó ‘gracias’ a la
maldad de Raquel. Me emocionó muchísimo la escena en la que Adriano y Valentina
se reencuentran tras veinte años sin verse. Muy bien interpretado por Alpha,
que llevaba cinco años lejos del género.
Merecen
también que se mencionen los nombres de Simone Victoria (que interpreta a la
adorable Socorro, que tiene un final muy triste), Lupita Sandoval (como la
entrañable Tita, la dueña del restaurante donde pasa gran parte de la trama),
Julieta Grajales (que afrontó su primer papel de ‘largo recorrido’ y superó el
reto con creces), Uriel del Toro (cuya actuación fue mejorando conforme avanzó
la historia) y Elsa Amezaga (como la caprichosa hermana de Blanca, un personaje
que me hizo reír y enfadar a partes iguales y que tiene una moraleja un tanto
dudosa, con lo del tema de su aumento de pecho).
*Alberto Pavón es Iván Montenegro. |
Acabo
el repaso por elenco con dos nombres más: Alberto Pavón, un actor español que
interpreta al mafioso Iván Montenegro de una manera sublime, tanto que se le
llega a tener miedo. Tuvo una grandísima química con Christian Bach, de la que
se enamora perdidamente en la trama, aunque quizás tuvo un final precipitado…
¡Debió quedarse hasta el final!
El
otro nombre es Eugenio Becker, que interpreta a Salvador Estrada, un agente de
policía que se enamora de Blanca y la apoya en todo. Eugenio consiguió con su
personaje enternecer al espectador y, lo confieso, yo mismo llegué a fantasear
con la idea de que él y Blanca quedasen juntos, ya que hacían una pareja
estupenda.
TRAMAS:
Aunque
yo pensé que no, la trama principal llega hasta el final de la telenovela y
hasta el penúltimo capítulo no se sabe realmente quién es el verdadero hijo de
Adriano, con sorpresa incluida. A lo largo de la telenovela se le ‘cuelgan’ a
Adriano varios hijos que resultan no serlo, con el fin de hacer pensar al
espectador y que saque sus propias conclusiones, algo que a mí me encanta.
Matizo,
no obstante, que la historia de la impostora y la búsqueda del hijo de Adriano
aguanta hasta la mitad de la telenovela. Una vez que se descubre el engaño,
sigue la trama del hijo de Adriano y la historia de la impostora se transforma
en la historia de la venganza de Blanca contra Raquel.
Respecto
de la historia de amor principal, esta se resume en que en la primera mitad de
la telenovela los protagonistas están juntos, pero en la segunda, descubierta
la mentira, se separan y sufren y todo eso, hasta volver a acercarse en la
parte final. No hay mucho más que
contar.
*Begoña Narváez es Mariana Serrano. |
En
torno a ella tenemos otras historias de amor, como las de Adriano y Valentina y
Raquel e Iván (de lo mejor de la telenovela), la de Catalina y Ramón (también
bastante bonita) y la de Jorge y Karina (que quizás fue la que más me costó
entender, dadas las idas y venidas de ambos). Me gustó también la relación
enfermiza que mantienen en la telenovela los personajes de Mariana y Cristóbal
y la curiosa relación que entablan Rafael y Simona.
La
telenovela sigue un ritmo muy intenso en lo que a las tramas se refiere, dando
casi de manera constante pequeños giros de tuerca que hacen ‘reavivar’ el
interés del espectador y le obligan, como me pasó a mí, a replantearse quién es
en realidad el hijo de Adriano (de hecho, yo cambié mi apuesta unas cuantas veces
a lo largo de la historia).
Tras
varias muertes (unas cuantas) y después de haber puesto a Blanca y Adriano en
las peores situaciones, la telenovela termina de una manera coherente con el
resto de la historia, y la villana, como comentaba en el apartado anterior,
acaba de una manera muy cruel.
*Los personajes principales, en una sesión de fotos. |
No
obstante, por el camino quedan pequeños detalles que no encajan y que a mí me
‘chirriaron’ conforme iba viendo la telenovela. Así, por ejemplo, la prensa
cree, como todo el mundo, que Valentina está muerta. Sin embargo, cuando
desaparece del manicomio y Raquel la hiere, la prensa publica, como si tal
cosa, que Valentina Altamira ha sido atacada por Blanca Guerrero. Otra cosa que
no coincide es que se incida en que Eduardo y su hija no tienen el mismo grupo
sanguíneo y en los exámenes de paternidad que se hacen se muestre que sí lo
tienen. Tampoco queda claro qué pasó con Fernanda, la abogada y amiga de
Adriano, a la que Raquel secuestra, ni la edad de Sofía (se comenta que primero
tiene diez años, luego su madre habla en una ocasión de que tiene nueve, y su
padre, capítulos después, menciona que tiene ocho). También es curioso cómo se
usa el recurso de ‘mandar’ al coma a varios personajes (tres, para ser exactos)
y cómo despiertan de lúcidos esos personajes, como si más que haber estado en
coma hubieran estado durmiendo una siesta.
MÁS COSAS:
“La Impostora” transcurre, íntegramente, en
Acapulco. En la primera mitad de la historia se nos enseñan muchísimas playas,
los exteriores y vistas de la mansión Altamira… Sin embargo, en la segunda
mitad, esas localizaciones paradisíacas que ofrece Acapulco prácticamente
desaparecen, probablemente por falta de tiempo para desplazar al equipo hasta
allí.
Los
decorados están muy logrados, algo seguro en las producciones de Argos. Solo me
llama la atención una cosa, que es que Adriano vivía en una casa vanguardista
preciosa, que en la segunda parte reemplazan por un decorado cutre y pequeño,
eso sí, manteniendo al espectador la idea de que lo que ve es la misma casa que
la de capítulos anteriores.
*Gran parte del elenco, tras las cámaras. |
Sobre
la música, el tema principal es “Soy la
impostora”, de Laura Bello, una canción preciosa que refleja la historia de
la telenovela. El tema de entrada (que solo suena en la entrada) es “Para mí”, de Alejandra Guzmán, en una
versión horrorosa, que parece grabada de un concierto de la cantante, pues se
escuchan aplausos, vítores y demás ruido de concierto de fondo. ¿Tanto costaba
pagarle una versión ‘normal’ o sino elegir otra canción? Los ‘soundtracks’,
bien.
Respecto
al vestuario, solo objeto que a Sebastián lo intentan hacer parecer un padre
joven y moderno y en consonancia con esto le ponen cada pantalón y/o camisa que
parecen más propios de carnaval que de una telenovela. Sobre los estilismos,
tengo que comentar una cosa y es que, para quien no lo sepa, Christian Bach
lleva peluca en esta telenovela. Lo que no entiendo es por qué se le ven muy a
menudo unas patillas morenas, a ambos lados de la cara y que le pasan de los
mofletes, que quedan muy mal. Desconozco el por qué de este ‘atrezzo’. Si
alguien lo sabe, que me lo cuente.
Acabo
comentando dos cosas más. La primera, que Iván Montenegro es un personaje
español, interpretado por un actor español que mantiene su acento español, pero
al que le cuelan en los diálogos multitud de expresiones mexicanas que, en boca
de un español, quedan raras. La segunda, que en los últimos veinte capítulos se
abusa de los recuerdos, hasta tal punto de que hay capítulos en los que hay
ocho minutos de recuerdos de los personajes, repartidos por el capítulo (lo
hicieron así porque en la etapa final subió espectacularmente su audiencia en
EEUU y era para que los ‘nuevos’ pillasen lo que había pasado).
Concluyo
resumiendo, una telenovela ágil, corta, muy entretenida y con pocos personajes,
que juega y mucho con el espectador. Imagino que Nova la emitirá en España,
dado su acuerdo con Telemundo. Personalmente, la recomiendo.
-PUNTUACIÓN
FINAL: 8,2-
Comentarios
Porque ya ves que por ahi hay cierta españolita que anda de critica profesional, pero solo sabe insultar y desprestigiar el gran trabajo de estos actores y las excelentes telenovelas que nos brindan. saludos atte.
Porque en esa época todavía se hacían telenovelas... Ahora solamente series que solamente tienen lenguaje vulgar
Yo le di una oportunidad este año por Nova y no me arrepiento.
El listón y el interés están siempre en alto y no decae.