CRÍTICA: "Mi secreto" (Televisa, 2022)

 



No es un secreto que soy muy fan de las telenovelas que produce Carlos Moreno Laguillo y, siguiendo ese fanatismo, este año me dispuse a ver Mi secreto. No recuerdo exactamente cuándo empecé a verla, pero fue a comienzos de 2024. La concluí casi seis meses después, a finales de mayo. En las siguientes líneas os comparto mis impresiones de este remake de Ha llegado una intrusa (Televisa, 1974).

¡ATENCIÓN! Esta crítica y sus comentarios pueden contener spoilers. Si no has visto la telenovela pero prevés hacerlo, te recomiendo que leas esta crítica una vez la veas.

Valeria (Macarena García) ha crecido en un internado de Madrid con su inseparable amiga Natalia (Isidora Vives). Al poco de cumplir la mayoría de edad, Valeria descubre los malos pasos en los que anda Natalia, que coquetea con el narcotráfico. El azar quiere que el descubrimiento se produzca mientras viajan a Marruecos y que ambas tengan un accidente, en el que dan por muerta a Natalia.
Asustada, Valeria decide volver a su México natal. Para ello, toma la identidad de Natalia y se presenta en el rancho Moncada, donde reside la familia de su amiga. Lo que no imagina es encontrarse allí con todo tipo de hostilidades por parte de Alfonso (Fernando Ciangherotti) y Fedra (Claudia Ramírez), el padre y la madrastra de Natalia. Tampoco sospecha encontrar allí el amor en manos de Mateo (Diego Klein), el hijo del capataz del rancho, Hilario (Luis Felipe Tovar). El rancho Moncada será escenario de un amor noble y puro, así como de mentiras, engaños y secretos que intentarán enturbiarlo.

 

·Televisa. México, 2022
·120 capítulos.
·PRODUCTOR EJECUTIVO: Carlos Moreno Laguillo.
·GUION: Martha Carrillo, Cristina García, Fernando Garcilita, Mario Iván Sánchez y Erick Arroyo.
·DIRECCIÓN: Luis Eduardo Reyes y Rubén Nelhiño Acosta.
·Emitida en México entre el 12 de septiembre de 2022 y el 24 de febrero de 2023·

PERSONAJES y ACTUACIONES:
Diego Klein y Macarena García son Mateo y Valeria

El espectador se suele dar cuenta de lo mucho que ha envejecido cuando se encuentra protagonizando una telenovela a una actriz que recordaba como una dulce niña. Es lo que me ha pasado a mí con Macarena García, la tierna hija de Mariano Albarrán en Amor bravío. Macarena debuta por todo lo alto como protagonista y lo hace con un personaje que maneja a la perfección, pese a esas dos vidas que acarrea y los conflictos internos que le genera haber suplantado la identidad de su amiga. Me ha gustado muchísimo su trabajo. 
Lo mismo puedo decir de Diego Klein, al que no conocía, y que me ha encantado. La química de ambos es brutal y ya sea juntos o separados, su trama amorosa derrocha ternura y complicidad con el espectador.

Claudia Ramírez es Fedra

El debut protagónico de Macarena y Diego se halla arropado por una larga lista de grandes actores y actrices. Permitidme que empiece con Claudia Ramírez, que interpreta a la temible Fedra. ¡Qué lujazo es ver a Claudia otra vez! De mala o de buena, es una de las mejores actrices de su generación. También de las más versátiles. La acompaña en esta aventura el siempre soberbio Fernando Ciangherotti, que interpreta a Alfonso, un hombre débil y manipulado por su esposa. Si como hermanos derrocharon una gran complicidad en Fuego ardiente, como matrimonio aquí se lucen.
Pese a estar casada con Alfonso, Fedra no ha podido olvidar a Ernesto, su gran amor. Arturo Peniche da vida a este buen hombre, que vive atormentado por un error del pasado. Un error que hizo que su pareja, Daniela, cayese en coma, y que tuviera que mandar a la hija de ambos a un internado. Karyme Lozano interpreta a esta noble mujer, prima de Fedra, que es uno de los personajes más positivos de la historia. Es un gustazo ver a Arturo y a Karyme en acción. Por separado son siempre un sí, pero juntos son un sí rotundísimo. Ojalá repitan pareja artística en un futuro.
Todos estos personajes están, de una u otra manera, vinculados a la hacienda Moncada, al igual que Hilario y Elena, el capataz y el ama de llaves. Luis Felipe Tovar y Alma Delfina interpretan a estos dos viudos, o casi, en el caso de Elena, que se encargan de arropar a Valeria desde el primer momento. Llevaba años sin coincidir con ellos y ha sido un placer. Es inevitable tomarles cariño.

Isidora Vives da vida a Natalia

La experiencia de estos seis actores se combina no solo con las caras nuevas de los protagonistas, sino también con los de otros miembros del extenso elenco juvenil. Es el caso de Isidora Vives, que demuestra, con Natalia, que tiene mucha madera como villana. Lo mismo sucede con Chris Pazcal, que se mete en la piel del rudo Gabino, amante de Fedra y ejecutor de varios de sus crímenes. Por aquí también anda Ramsés Alemán, como Iker, un abogado clave en la segunda parte de la historia. Ramsés pide protagónico, tiene un talento que le corre por la sangre, pues no en vano es nieto de Julio Alemán. Rocío Reyna, Lalo Palacios, Ana Paula Martínez, Laura Vignatti, Juan Luis Arias, Susana Jiménez, Daniela Martínez, Erick García Rojas, Solkin Ruiz y Mauricio Aburalach completan ese nutrido elenco juvenil.

Eric del Castillo interpreta al padre David

La historia se ambienta en el pueblo ficticio de Valle del Ángel, en el que se encuentran vecinos tan pintorescos como Carmita y Joaquín, un matrimonio muy salsero al que dan vida Vanessa Bauche y Luis Fernando Peña y que son otra pareja extraordinariamente tierna. El primer actor Eric del Castillo, como el padre David, el cura del pueblo, pone la nota religiosa a esta telenovela.
Soy consciente de que he sintetizado mucho el elenco, ya que es muy extenso, puede que demasiado para una telenovela de hoy en día, lo que, como se verá más adelante, tiene efectos en las tramas. Aun así, pese a lo extenso, es un elenco soberbio, con el único de Andrés Baida, que se convierte en Rodrigo. Presentado como un coprotagonista, su personaje no pasó de secundario y tampoco le permitió lucirse como, estoy seguro, podría haberlo hecho de haber sido un auténtico coprotagonista.

TRAMAS:
Mi secreto es una telenovela que nació concebida para 120 capítulos, pero que, por lo que sea, se escribió como si fuera una de las antiguas telenovelas de 180. Y aquí radica el que es a la vez su único pro y contra: la historia se halla bien contada en lo que a las tramas principales se refiere, pero las secundarias arropan en exceso. Aun así, el ritmo narrativo es muy bueno y dentro de las tramas secundarias hay tramas muy interesantes, algunas incluso con temas fuertes, como violaciones a menores o violencia de género. Otras, igual no tanto. El exceso de personajes del que os acabo de hablar es lo que tiene, que al final cada uno debe contar con una trama y el arco argumental termina por agrandarse mucho.

Mateo y Valeria se besan en el jardín testigo de su amor

La trama central es, como os adelantaba, una trama de lo más romántica y clásica. Un amor, una mentira y un secreto que perturba a la protagonista y rompe al galán cuando se descubre. Pese a ello, Mateo y Valeria no dejan de estar enamorados ni un solo segundo, e incluso, pese a la separación forzada que sufren, su historia se mantiene en lo más alto. Es precioso, además, que ambos intenten retomar sus vidas con otras personas pero no tarden en darse cuenta de que son el uno para el otro y en que deben dejar de perder el tiempo.

El coma de Daniela la separó de Ernesto por veinticuatro años

Lo romántico se vertebra también gracias a Daniela y Ernesto, en una relación pausada en el tiempo durante veinticuatro años y enriquecida por los sentimientos que Alfonso comienza a tener por Daniela en cuanto la conoce. También es extremadamente bonita la relación que surge entre Hilario y Elena, que se conocen de toda la vida y se enamoran en su senectud, cuando el amor se envuelve más que nunca en compañía y apoyo mutuo. Unas cuantas lágrimas derramó el que escribe con esa trama, que me atrajo muchísimo.
El contrapunto a lo romántico cae en manos de la villana. Fedra es muy oscura, pero no renuncia por ello a un punto cínico que es una gozada. Su relación con Alfonso y su eterno amor por Ernesto dan mucha vidilla a la historia. También su odio hacia Daniela. Se agradece que no se anden con parangones: Fedra es mala, lo sabemos desde el primer capítulo, y mala termina, sin redimirse de nada de lo que ha hecho.
Una segunda villana, Natalia, enriquece la historia con su regreso hacia la mitad y revitaliza no solo lo relacionado con Mateo y Valeria, sino también a la propia Fedra, a veces como su colaboradora; otras, como su enemiga más acérrima.

Carátula del fin de la primera parte

Porque sí, Mi secreto se divide en dos partes o temporadas. Es una división que no va a ninguna parte en lo que a su estructura se refiere. No hay ningún espacio temporal entre ellas, ya que se emitieron de seguido y se comercializan de seguido. Tampoco en lo argumental, más allá de remarcar un giro de guion que hace que todo se tambaleé cuando Natalia, a la que Valeria daba por muerta, acaba regresando a la que fuese su hacienda.
Sigo manteniendo, como refería en el anterior apartado, que Rodrigo, el personaje de Andrés Baida, pudo haber dado mucho más juego como el coprotagonista que se nos vendió, pero que no pasó de secundario, con unas tramas que aportaban poco. Lo mismo cabe decir de otros personajes, como Tomás, que va y viene, o Fabiola, que no se sabe muy bien qué pretende en la vida y a la que se le dedica, para mi gusto, demasiado tiempo.
Como os decía, el ritmo narrativo es bueno, aunque haya capítulos en los que las tramas secundarias saturen un poco. Y no, pese a tener 120 capítulos, no se hace pesada en absoluto. La historia se resuelve con un final que es uno de los más bonitos que recuerdo, en el que todo queda atado y bien cerrado. Valle del Ángel y la hacienda Moncada cierran sus puertas al espectador dejándole un buen sabor de boca y, lo más importante, echando de menos las aventuras y desventuras de sus habitantes.

MÁS COSAS:
Una de las razones por las que me fascinan las telenovelas de Carlos Moreno Laguillo es la musicalización que las impregna. En este caso, Tommy Torres pone voz al tema principal, titulado como la telenovela, y que es una pasada.
Pero no se queda atrás ninguno de los otros temas, que corren por cuenta de Mara Cruz, como Mentiras, Impostora de un amor o Secreto, con Orlando di Pietro.

Pese a ser muy fan de Carlos y sus producciones, no puedo dejar de reprocharle que, casi veinte años después, siga apostando por decorados que se me antojan muy pequeños y con demasiadas esquinas y formas poco convencionales. También por alguno que otro un tanto acartonado. Aun así, debo decir en su defensa que en esta ocasión lo compensa con la recreación de un pueblo en exteriores, algo sobre lo que poco se ha hablado. Valle del Ángel no solo no existe, sino que se construyó para la ocasión en un exterior de Televisa San Ángel. Sin duda alguna, presupuesto bien invertido, porque los exteriores son una de las grandes bazas de la historia, como ese formidable rancho o las granjas de ganado vacuno que se usan como localizaciones.

Decorados de Valle del Ángel

El vestuario mantiene los códigos de otras producciones de este mismo equipo, con personajes claramente identificados por los colores que portan. Así, Fedra siempre viste de tonos oscuros, símbolo del mal, en tanto que Valeria luce tonos pastel y rosas, que representan todo lo contrario.
Celebro, por último, que no hayan ahorrado en palabras malsonantes ni en censuras de ningún tipo, como debe ser pero muchas veces no es.

Parte del elenco, en el claquetazo de inicio de grabaciones

Si buscas algo clásico, una historia de toda la vida, bien contada, con unas cuantas tramas principales que enganchan y, eso sí, alguna secundaria que se hace molesta, que no pesada. Pienso que es normal: si al espectador le fascinan los protagonistas, no quiere perder el tiempo en secundarios. Aun así, en líneas generales, se toma cariño a prácticamente todos y cada uno de los personajes de esta telenovela, que se cuentan por decenas. La musicalización, insisto, es una pasada.

PUNTUACIÓN FINAL: 9,5


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