El viernes terminé Vencer la ausencia y lo hice casi sin darme cuenta, porque pensé que tenía diez capítulos más de los que realmente tenía. Sí, llevo unas semanas en la inopia por varias cosas que me han pasado y ya no sé ni cuantos capítulos tiene aquello que estoy viendo. Como no tenía pensado qué ver a continuación, he decidido ponerme con la T8 de El Señor de los Cielos (Telemundo y Argos, 2022-2023), que lleva un mes y poco emitiéndose en Estados Unidos.
No me gusta seguir al día una telenovela, pero vienen unos meses de sacar poco tiempo para estar frente al televisor, así que confío en no alcanzar el ritmo de Estados Unidos o, de hacerlo, que sea ya cuando se aproxime a su final.
Aurelio Casillas y yo nos conocimos hace nueve años, cuando me decidí a ver mi primera narconovela. En aquel entonces El Señor de los Cielos ya había emitido su primera temporada y estaba por estrenarse la segunda, que vi casi de seguido. Seis temporadas después, me dispongo a ver la octava, animado por el regreso de Rafael Amaya y con la curiosidad de ver cómo resuelven todo lo ocurrido en la séptima, que terminé de ver hace casi tres años.
Se suman a estos nuevos capítulos África Zavala, Rubén Cortada, Salvador Pineda y Yuri Vargas, entre otros. Cuando me preguntan qué me lleva a seguir una historia que supera los 600 capítulos, siempre digo lo mismo. Me entretiene y me divierte. Y sí, aun cuando el esquema argumental sea parecido entre las distintas temporadas, no por ello dejo de seguir viéndola. Es muy extraño, lo sé.
Si en Telemundo acaba para mayo, ya que tiene, en principio, 80 capítulos, confío en poder ofreceros su crítica en junio, antes de las vacaciones. Si veo que saco más tiempo para ver telenovelas, seguramente me anime con otra, pero ya os digo que tal y como voy desde que empezó el año, no creo que sea posible.
ACTUALIZACIÓN: Aquí os enlazo su crítica, una vez vista, y con el menor spoiler posible.
Comentarios