Hace unos años una persona muy conocida aquí en Asturias nos contaba en petit comité que tenía un insomnio gigantesco y se pasaba la noche viajando con Google Earth por todo el mundo. "Y no sabéis lo que me presta, aprovechas el tiempo, ves mundo, aprendes cosas", nos decía.
Esta anécdota es una buena introducción para hablaros de algo parecido que hago gracias a este blog, viajar por el mundo descubriendo parajes y aprendiendo. En estos nueve años y pico he recorrido parajes de Hispanoamérica que algún día espero llegar a conocer. Me he adentrado en haciendas, explotaciones ganaderas y negocios, y he transitado por infinidad de carreteras, asomándome a miradores públicos y privados.
A lo largo de todo este tiempo, he descubierto infinidad de datos sobre el pasado colonial de distintos pueblos y ciudades, sus industrias, algunos atractivos turísticos curiosos, su gastronomía o su clima. ¿Sabíais que en Mineral del Monte, México, una de las delicias gastronómicas son las pastes, una empanada originaria de Inglaterra que llegó allí de una forma muy curiosa? ¿Y que en Villa de Leyva, en Colombia, puede verse el esqueleto de un kronosaurio de ocho metros de longitud? ¿Y que la temperatura media de Valparaíso, en Chile, es de 18º C? Son solo tres ejemplos de las muchas notas que he tomado yendo de aquí para allá, mientras preparaba distintas entregas sobre localizaciones de las telenovelas, reutilizandos y otros apartados del blog.
Si algún día me toca la Bonoloto, no descarto irme a recorrer ese mundo que he descubierto a través de la pantalla de mi ordenador, gracias a Google Maps y Google Street View. Ya me veo abriendo un blog para relatar el viaje a mi estilo, centrándome en lo que veo y evitando el posado-postureo. Sí, aborrezco a la gente que se va de viaje solo para hacerse fotos sin tan siquiera fijarse en lo que le rodea.
Dicen que viajar enriquece y es cierto, incluso, cuando el viaje no es más que un sencillo y económico tour virtual.
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