Dados mis escasos conocimientos sobre licores y bebidas alcohólicas en general, comienzo esta entrada pidiendo disculpas por los errores que seguramente cometeré hablando de bebidas espirituosas. Como he comentado alguna vez, solo bebo en Nochebuena y Nochevieja… y la última Nochevieja me tocó pasarla con Covid.
Hecha esta aclaración, como habréis imaginado, hoy toca hablar de alcohol. Exactamente de dos empresas que tomaron su nombre del de una popular telenovela ambientada en la producción de tequila, Destilando amor.
La primera Destilando amor de esta entrada es una tienda virtual peruana que, según su Facebook, se dedica "a la distribución y venta de licores nacionales provenientes de las haciendas más tradicionales del Perú". Entre esos productos se hallan piscos, vinos, cremas y macerados "elaborados con los más altos estándares de calidad". Destilando Amor Licores Shop –ese es su nombre completo– no produce un mililitro de alcohol, sino que comercializa lo producido por distintas haciendas a partir de uvas y otros frutos.
Si bien en un primer momento, cuando empezó a funcionar, hace siete meses, Destilando amor reproducía en su logo todo el nombre de la empresa, en la actualidad utiliza las iniciales DA acompañadas de un racimo de uvas moradas, acompañado del "Licores Shop" que ayuda a identificarla como una tienda de licores.
La segunda empresa con nombre inspirado en el título de la popular telenovela de Televisa es Destilando Amor Tragos Macerados y se halla en Arequipa, la segunda ciudad más poblada de Perú. En este caso, y según explican en su Facebook, sí se ocupan de, al menos, una parte del proceso, el de la maceración. Esta empresa comercializa macerados de cereza, de maracuyá o de aguaymanto, tal y como puede verse en un vídeo publicado en su perfil y que cuenta, como no podía ser de otra manera, con la canción Por amarte, de Pepe Aguilar, como banda sonora.
Esta empresa de macerados funciona desde hace dos años y lo hace con un logo propio, un pelín más elaborado que el de la anterior.
Debo reconocer que, pese a que no bebo alcohol, no me importaría probar alguna de las cosas que he visto mientras preparaba esta entrada. En concreto, me ha dejado muy interesado todo el tema del aguaymanto, un fruto cuya existencia desconocía y desde ya os digo que voy a intentar hacerme con una planta o, al menos, con semillas.
Tengo que contaros que esta entrada se iba a completar con un tercer Destilando amor alejado de los licores pero no de los placeres, porque era una lencería erótica. En el tiempo que medió entre que me documenté y me puse con la entrada, la lencería había desaparecido de la faz de internet. No sé, igual no les iban bien las cosas o se jubilaron sus propietarios, a saber. Hay también un cuarto Destilando amor del que os quiero hablar, pero ese bien merece una entrada para él solo, la que saldrá en unos días. Como siempre, se admiten apuestas sobre su área de negocio.
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