Pocas telenovelas hay que tengan un título que sea a la vez sugerente y abstracto. Entre esas pocas se encuentra una, Pasión de gavilanes. Quiero que hagáis un ejercicio de imaginación y que penséis, antes de seguir leyendo, qué tipo de negocios pudieron haber surgido a partir de ese título. Os doy una pista extra, y es que si pensáis en avicultura, por lo de los gavilanes, vais en el camino equivocado.
A finales del año pasado abría sus puertas el primer Pasión de gavilanes del que os voy a hablar. Situado en la calle Principal de la aldea Estoraque, en el municipio de Quesada, provincia de Jutiapa (Guatemala), este primer Pasión de gavilanes es, en efecto, un autohotel.
¿Qué ofrece? Pues, como explican en un anuncio que circula por Facebook, "lindas y cómodas habitaciones, con un clima rico y un mirador espectacular". Si os interesa saber qué tipo de clientes tiene un autohotel, os respondo con el lema de este: "porque cuidar tu privacidad nos interesa, en un lugar especial". En su Instagram pueden verse algunas de las habitaciones de este autohotel, todas ellas con camas muy amplias en las que no faltan las flores.
Como seguramente hayáis visto en la primera imagen, el autohotel recibe a sus visitantes con un cartel de grandes dimensiones en el que aparece su nombre, con una tipografía que recuerda al logo de la telenovela, y un segundo cartel, con una imagen de Juan (Mario Cimarro) y Norma (Danna García) dándose un fuerte beso.
El de Guatemala no es el único establecimiento hotelero que lleva el nombre de esta telenovela. Existen algunos más, como el Motel Pasión de Gavilanes, del que no puedo aportar mucha información. Sé que está en la calle Imbabura, en la ciudad de La Maná (Ecuador), pero no he podido encontrar ni fotografías ni perfiles en redes sociales y el Street View de Google solo recorre la calle principal de esta ciudad ecuatoreña.
Más suerte he tenido con un tercer establecimiento, un poco más completo que los anteriores, el Estadero Pasión de Gavilanes, situado en el kilómetro 17 de la carretera a Ciénaga, en el barrio de Aeromar, en la ciudad de Santa Marta, Colombia.
El estadero ofrece hospedaje –de hecho tiene hasta apartamentos con piscinas, hinchables, eso sí– y comidas y cenas. El precio es de 25.000 persos colombianos por habitación y noche; de 35.000 si se alquila un apartamento por dos horas, y de 80.000 diarios si el apartamento se alquila por días.
Confieso que es el que más me ha gustado y que no me importaría quedarme unos días por allí, máxime teniendo en cuenta que el precio de un apartamento por día es de 18 euros al cambio, o puede que algo menos, porque a mí las piscinas no me gustan.
El estadero, que tiene una página en Facebook repleta de fotografías, ha adoptado el logo de la telenovela y ha realizado algún que otro anuncio con imágenes de Rosario (Zharick León).
Estos tres establecimientos hoteleros surgieron, en cierta manera, inspirados por la telenovela con la que comparten título. Tres establecimientos creados para el disfrute de distintos placeres, que no son los únicos que llevan como nombre el título de la telenovela. Hay un cuarto Pasión de gavilanes, que además es una empresa, de la que os hablaré en otra ocasión, porque merece una entrada para ella sola. No os voy a desvelar de qué es esa Pasión de gavilanes, pero sí que ha aprovechado bastante bien el título en el concepto de negocio que maneja. Os lo cuento en unas semanas.
Comentarios