CRÍTICA: "Te doy la vida" (Televisa, 2019-2020)

Cuando Te doy la vida se estrenó en México, en marzo del año pasado, hubo algo que me llamó la atención en aquella telenovela y que se reafirmó después de ver el primer capítulo. No me preguntéis qué fue, porque exactamente no lo sé. Con el transcurso de los meses, que se posicionase como el estreno más visto en México en los últimos cinco años me despertó aún más la curiosidad por esta telenovela que también funcionó notablemente en Estados Unidos. Por aquel entonces, hubo quienes achacaron su éxito al confinamiento derivado de la crisis sanitaria y a un aumento del consumo televisivo. Otros, en cambio, apuntaron a su guion y a la capacidad de resucitar un género, el de la telenovela clásica, que para muchos estaba muerto. 
Una vez vista esta telenovela, y a falta de datos concretos sobre la primera, me inclino más por la segunda opción, porque sí, Te doy la vida reivindica la telenovela clásica como modelo, aunque adaptada a los ritmos y formas del siglo XXI.

[¡CUIDADO! Si estás viendo esta telenovela o tienes pensado hacerlo, quizás no deberías leer esta crítica, ya que puede contener SPOILERS que hacen aconsejable su lectura después de haberla visto. De igual modo, advierto de que en los COMENTARIOS de esta crítica puede haber algún SPOILER].


SINOPSIS, TRÁILER y DATOS
A sus seis años, Nicolás (Leonardo Herrera) lleva meses luchando por salvar su vida, aquejado de una grave leucemia. Un transplante de médula ósea es la única opción que le queda y su única salvación es que Elena (Eva Cedeño) y Ernesto (Jorge Salinas), sus padres adoptivos, localicen a sus padres biológicos, pues ambos son incompatibles. En esa búsqueda, Elena y Ernesto dan con Pedro (José Ron), el padre biológico del niño, un humilde mecánico que nunca supo que Sofía, quien fuera su novia, había quedado embarazada y había dado al niño en adopción. 
Pese a la sorpresa inicial, Pedro se ofrece a donar su médula para salvar a Nico y, aunque en un primer momento tanto él como los padres adoptivos del niño limitan su acuerdo a esa donación, el trato hace que entre Nico y Pedro se cree un vínculo muy especial, para disgusto de Ernesto y de Gina (Danny Perea), la novia de Pedro. Aún habiéndose conocido en tan duras circunstancias, entre Elena y Pedro también surgirá una bonita historia de amor. 

 

México. Televisa, 2019-2020. 
81 capítulos. 
PRODUCTORA EJECUTIVA: Lucero Suárez. 
GUION: Edwin Valencia, Lucero Suárez, Carmen Sepúlveda, Luis Reynoso y Luisa Fernanda Gutiérrez, basado en Te doy la vida (2016), de María José Galleguillos. 
DIRECCIÓN: Sergio Cataño y Rubén Nelhiño Acosta. 
Emitida en México entre el 23 de marzo y el 12 de julio de 2020.

PERSONAJES y ACTUACIONES 
Te doy la vida cuenta con un elenco no muy amplio que encabezan Eva Cedeño, José Ron y Jorge Salinas. Confieso que cuando supe que Eva era la protagonista de esta telenovela me quedé un poco sin saber qué decir. La recordaba de A que no me dejas, donde tuvo un secundario que no era precisamente un personajazo y mientras que por una parte me alegraba ver una cara nueva protagonizando, por otra, tenía cierta inquietud por saber cómo Eva iba a llevar a Elena. Una vez vista la telenovela, no tengo duda de que Eva ha llegado para quedarse como protagonista. Me ha gustado mucho cómo, de una forma muy natural, se mete en la piel de Elena y asume los no pocos conflictos que se le presentan a esta mujer a lo largo de la historia. Quizás al principio le falta algo de soltura, pero no tarda en dejarse llevar y demostrar que le sobra madera para ser protagonista. Me ha recordado, en ese sentido, a Sandra Echeverría cuando la descubrí en Marina, su primer protagónico. Y pienso, sinceramente, que salvo que las cosas se le tuerzan mucho, lo tiene todo para tener una carrera en el género como la que se ha forjado Sandra. 
Eva, José y Jorge, en una imagen promocional junto a Leonardo

Eva tiene buena química con José Ron, su más experimentado compañero. A mí no me disgusta Ron, aunque es cierto que no ha parado de trabajar en los últimos años, lo que a nivel de imagen pueda haberlo quemado un poco. Como yo no me veo todas sus telenovelas, no tengo esa sensación. Aquí me ha gustado como Pedro, aunque Pedro recuerde en muchas cosas a Ramón: dos hombres más buenos que el pan, que a veces pecan un poco de ingenuos, que son mecánicos de profesión y que vienen de familias humildes. No obstante, si tuviera que elegir entre Pedro y Ramón, me quedo con Pedro. Me ha gustado más y está mejor llevado, en los muchos registros que tiene el personaje, incluso en el más dramático, que le sale alguna que otra vez. 
Jorge Salinas cierra el triángulo protagonista… ¡y de qué manera! Brutal, así de claro. Yo nunca había visto a Jorge como villano y me he llevado una sorpresa enorme viéndolo dar vida a este tipo que es un villano como los de toda la vida, cegado por su obsesión con Elena, pero que tiene algún matiz interesante, como el cariño que profesa por su hijo o ese pasado duro que puede justificar alguno de sus actos. Ernesto mueve los hilos de muchas tramas y sí, a veces llega a eclipsar a los protagonistas con sus retorcidísimos planes. Pese a que se presta para sobreactuar, Jorge controla muy bien a este personaje que seguramente le dejará algún premio en los próximos meses. 
Los tres se desviven por un niño, Nicolás, al que da vida Leonardo Herrera. A mí me ha gustado, incluso en las escenas más duras, que han de ser especialmente complicadas para un niño de tan pocos años, y, además, demuestra tener una química muy especial, muy paternofilial, con José, con Eva y con Jorge. 

César Évora es Nelson

Cinco pesos pesados del género arropan a los protagonistas. Uno de ellos es César Évora, que interpreta a Nelson, el jefe y casi que suegro de Pedro, otra sorpresa para mí, que nunca había visto a César en un rol con tintes cómicos –ni probablemente me lo habría imaginado, porque lo tengo muy asociado a villanos–. Con Nelson, César se reivindica como lo que es, uno de los grandes actores del género y uno de los más versátiles, capaz de brillar con un protagonista, con un villano o con Nelson, un personaje tan tacaño como simpático. Nelson es el padre de Gina, la novia de Pedro, una joven criada por su padre, viudo desde muy joven. Danny Perea interpreta a esta mujer, la otra gran villana de la historia, con más escrúpulos que Ernesto pero con una obsesión similar, en su caso, por Pedro. Me ha gustado, aunque el personaje no tiene mucha base y ha tardado un poco en convencerme. Al principio veía a Danny un pelín sobreactuada, pero mejora conforme la historia avanza y llega a los últimos capítulos disfrutando de Gina y haciendo que el espectador disfrute de ella. Buen trabajo. 

Erika Buenfil y Omar Fierro posan junto a sus tres hijas y su nieto

Erika Buenfil y Omar Fierro son otros dos de esos cinco pesos pesados e interpretan a Andrea y Horacio, los padres de Elena, arquetipo de matrimonio que nunca ha funcionado pero que permanecen juntos por costumbre y pese a ser totalmente distintos: Andrea es una mujer que vive de apariencias e ilusiones y Horacio es un empresario de éxito que, pese a ello, mantiene los pies en la tierra. Ambos tienen un toque cómico que hace que tanto Erika como Omar se luzcan juntos y por separado y muestren un poco lo que comentaba sobre César, su versatilidad a la hora de afrontar personajes en los que en un primer momento puede costar verlos. Andrea y Horacio han conformado una familia en la que, junto a Elena, están otras dos hijas: Irene, la mayor, y Gabriela, la más pequeña. Camila Selser interpreta a la primera, una mujer fría, falta de afecto, que vive obsesionada con un amor que pudo ser y no fue, el de Ernesto, que se fijó en Elena y no en ella. A partir de ahí, Irene se convierte en una pieza muy interesante a la hora de mover las piezas del triángulo principal, pues juega a favor del villano y de los protagonistas, lo que no es habitual en el género. Me ha gustado mucho esta actriz, que no conocía, y que ojalá vuelva a toparme en otra telenovela. Lo mismo puedo decir de Ara Saldívar, que interpreta a Gabriela, totalmente distinta de Irene, mucho más dicharachera y que Ara lleva con muchísima naturalidad. Sin dejar a Horacio, quiero también referirme a Mónica, su secretaria y el gran amor de su vida, un personaje precioso del que se ocupa Gloria Sierra, que además tiene una química muy tierna con Omar. Son, para mí, una de las parejas más bonitas que tiene la telenovela y sirven para mostrar cómo nunca es tarde para que dos personas comiencen una vida en común, por mucho que se hable de edades y de etapas vitales. 

Nuria Bages y Óscar Bonfiglio son Ester y Domingo

Los dos últimos de esos cinco pesos pesados también forman un matrimonio y son Nuria Bages y Óscar Bonfiglio, o lo que es lo mismo, Ester y Domingo, los padres de Pedro, una pareja que también lleva décadas casada y que, a diferencia de Andrea y Horacio, han mantenido vivo un amor de esos que a todos nos gustaría tener cuando lleguemos a los sesenta años que tienen los personajes. Esta es otra de mis parejas favoritas, aun cuando el guion no se porte muy bien con ellos. Siempre es un placer ver a Nuria y lo mismo puedo decir de Óscar, con el que llevaba años sin coincidir. Además de Pedro, Ester y Domingo tienen otro hijo, Samuel, un veinteañero que estudia Derecho y al que da vida Ramsés Alemán, otro de los descubrimientos que me deja esta telenovela y que estoy convencido que tendrá un gran futuro en el género. Me gustó la química que demostró tener con Ara, quien deja de ser su jefa para convertirse en su gran amor, aunque el guion tiene etapas en que no les favorecen mucho. 

Ricardo Margaleff interpreta a Agustín

La telenovela se mueve, más allá de estas familias, en otros dos escenarios claves. Uno de ellos es el taller de Nelson, en el que trabajan Pedro y un nutrido grupo de mecánicos, entre los que el guion hace destacar a Agustín (Ricardo Margaleff), otro personajazo al que es inevitable no tomar cariño pese a lo mal que lo trata Gina, su eterno amor no correspondido. Cariño también despierta Rosa (Dayrén Chávez), la administrativa del taller, una joven con un pasado muy duro y un marido terrible, el malvado Modesto (Miguel Ángel Biaggio). Me han gustado mucho estos tres personajes, que ya digo que son los que más favorece el guion, junto a otro de los mecánicos, Jimmy, con el que Mauricio Aburalach, su intérprete, muestra, después de Y mañana será otro día que lo suyo son los villanos, aunque este tenga un recorrido muy limitado. Menos aún, y es una lástima, es el recorrido que tiene Chano, interpretado por un grande de la comedia, José Manuel Lechuga, el inolvidable Sebastián de La vecina. Lo mismo se puede decir de Octavio Ocaña, que interpreta a Benito, otro de los mecánicos. 

Arturo Carmona y Rocío Santiago son el comandante Robles e Inés

El segundo de los escenarios importantes es la residencia geriátrica en la que vive Isabel, la madre de Ernesto. Luz María Aguilar interpreta a esta sufrida mujer que encuentra en una novicia, Inés, a una gran aliada. Ojito a Rocío de Santiago, la encargada de esa novicia, y al personajazo que se apunta a base de naturalidad, desparpajo y de una gran química con Arturo Carmona, el comandante Robles, su casi que mentor profesional y vital en la historia. Me ha encantado esta pareja, de la que podría sacarse un spin off interesante. Tampoco se queda atrás Marcela Salazar, que interpreta a Bernardina, otra novicia clave en las tramas que transcurren en el geriátrico. 
Con carácter episódico, por la telenovela desfilan otros rostros que enriquecen el elenco y constituyen un interesante aporte a la acción, como Luis Xavier, que interpreta al abogado Abreu; Maribel Guardia, Lisset y Luis Elena González, que comparten una trama muy divertida con César Évora, o Ricardo Kleinbaum y Luis Gática, que hacen algo parecido con Erika Buenfil. 
PERSONAJES Y ACTUACIONES: 1,8/2 

TRAMAS 
Te doy la vida se articula sobre el esquema clásico de protagonista conoce a protagonista, se enamoran y sufren las estrategias perversas de los villanos, que solo buscan impedir que estén juntos. La leucemia de Nicolás hace que Pedro y Elena se conozcan y entre ellos surja un amor muy bonito. Algo parecido les sucede a Samuel y Gabriela, los hermanos de los protagonistas, con una segunda historia de amor que se desarrolla en paralelo a la de aquellos. La leucemia de Nicolás es también el detonante para que Ernesto se obsesione con Pedro, que rápidamente le despierta envidia, y trate de impedir no solo que vea a su hijo, sino también a su esposa. Algo parecido le sucede a Gina. Los tópicos trilladísimos no tardan en aparecer cuando Andrea lamenta que sus hijas se hayan enamorado de hombres que han nacido en el seno de una familia humilde, sin tanto poderío económico como los Villaseñor, o cuando Gina adjudica a Pedro un embarazo con el único fin de retenerlo. No faltan los chantajes absurdos de los villanos que hacen que los protagonistas tomen decisiones aún más absurdas, incapaces de plantarles cara hasta bien avanzada la telenovela. Y sí, estas son, a grandes rasgos, las tramas principales de Te doy la vida

Ernesto trata de retener a Elena al tiempo que juega con Irene

Supongo que, por todo lo que os he dicho, esta historia os habrá recordado a numerosas telenovelas de décadas pasadas, cuando el género no recorría más caminos que aquel que hoy llamamos clásico. Sin embargo, y pese a ese componente, la telenovela engancha a partir de esas tramas y lo hace valiéndose de un buen ritmo, que hace que los engaños de los villanos se vengan abajo pronto, en cuestión a veces de cuatro o cinco capítulos, y de elementos novedosos, como el personaje de Irene, que juega a favor tanto de los protagonistas como de Ernesto, o todo lo que esconde este personaje y cómo se va desmontando y dando a conocer conforme pasan los capítulos. 

Nelson acaba fichado por culpa de un ligue

La telenovela engancha también por sus tramas secundarias, más livianas, más en tono comedia, si así quiere verse. En ese sentido, Nelson se lleva la palma con sus operaciones de tunning y las sustanciosas ganancias que le dejan; su amor no correspondido hacia Ester y las locuras que hace por ella, o con su fallido paso por una aplicación de citas en la que conoce a mujeres muy particulares. Andrea y Horacio no se quedan atrás en esto de lo cómico, con tramas tan absurdas como la estafa en la que cae Andrea al hacerse vendedora de productos de limpieza. 
También en los secundarios se encuentran historias de amor muy bonitas, como la que desde hace años mantienen Horacio y Mónica o la que surge entre la novicia Rocío y el comandante, aunque esta podría haber estado más desarrollada. Aun así, a mí me encantó. 

Historias de amor como la de Horacio y Mónica (arriba) 
o la de Samuel y Gabriela (abajo) enriquecen la telenovela

En general, esta telenovela tiene un buen ritmo, lo que lleva a que sus 81 capítulos se vean en un suspiro. El final es cerrado, pero extraño. No sé, acostumbrados como estamos a los finales de Televisa por todo lo alto, con una celebración especial o con un paraje espectacular de fondo, se hace raro que la telenovela termine entre decorados, en un momento de predecible éxito personal y profesional de Pedro y Elena. Supongo que haber grabado ese final justo en el comienzo de la pandemia restó posibilidades de desplazarse y acabar de otro modo, pero aun así, salvo por esto del final, no se nota que esos últimos capítulos fueron rodados a marchas forzadas en marzo, y rematados en junio, con la vuelta a los platós tras el confinamiento. Pese a lo bien que funcionó en México, no habrá segunda temporada, porque, según explicaba José Ron, la productora detesta las segundas temporadas y se quedará como está. 

Elena y Pedro, a punto de besarse en una escena

Por el camino se quedan, no obstante, tramas que pudieron haber dado más de sí, como el romance entre la novicia y el comandante, al que me refería hace unas líneas, y otras que no vienen para nada a cuento, como la muerte de un personaje que aportaba mucho a la historia y cuya desaparición no permite que se unan otros dos en una hipotética pareja, pese a que la historia se prestaba a ello. En el tintero se quedan cosas que podrían haber resultado interesantes, como una última conversación entre Gina y su padre; saber qué fue de Irene tras lo que vive en el penúltimo capítulo, o conocer a Sofía, la madre biológica de Nicolás. Os confieso que estuve toda la telenovela esperándome que Sofía apareciese en cualquier momento –ella o alguien de su familia– pero nada. Hubiera podido dar mucho juego. 
TRAMAS: 3,8/5

MÁS COSAS 
De las telenovelas producidas por Lucero Suárez que vi, Te doy la vida es la que mejor realización, mejor dirección y mejor fotografía tiene, gracias a que la productora tuvo más recursos económicos y materiales que en otras ocasiones. Se nota desde los decorados, como la casa de los Rioja-Villaseñor, el apartamento de Horacio y Mónica o las oficinas del Grupo Ferretero, por poner tres ejemplos de decorados bien hechos, amplios y que resultan francamente bien en pantalla. Hasta decorados más sencillos, como la oficina de Nelson, lucen gracias a su amplitud y el juego de colores y elementos de atrezo. Ese aumento de presupuesto también se observa en el uso de algunos interiores reales, como la sala de la mansión de los Villaseñor o el taller mecánico de Nelson, que puede que sea el mismo de Enamorándome de Ramón, con un importante lavado de cara. La telenovela apuesta, además, por numerosos exteriores urbanos del DF, como unos cuantos parques y calles, y por un paraje desértico y sobrecogedor que me encantó y en el que se pierde un personaje en los últimos capítulos. 
Salón de la casa de la protagonista

El aumento de presupuesto no se nota mucho, en cambio, en el vestuario de los personajes, que se guían por el mismo patrón a lo largo de la telenovela, y es que, salvo contadas excepciones, Pedro no se apea de lo informal, igual que Elena no renuncia a sus chaquetas, pantalones y francesitas, ni Ernesto a sus trajes. Solo Horacio y Domingo se ponen alguna vez un chándal y varían un poco lo que parece ser la asociación de los personajes a determinados estilos, algo que será cómodo para los responsables de vestuario, pero que choca al espectador, que espera algo más de variedad. 
La musicalización, excelente, compensa eso que os explicaba del vestuario, con un tema principal que tiene el mismo título que la telenovela y que interpreta Leonel García; una balada preciosa que también tiene ese título y que compuso y canta el gran Jorge Domínguez, y una canción más pop puesta en boca de Ara Saldívar que, sí, también se titula Te doy la vida. Se escuchan, junto a estos tres temas, otros que no he podido identificar, como la canción que acompaña a Mónica y Horacio, interpretada, creo, por Jorge Domínguez y de la que solo se oyen un par de palabras y algunos acordes en distintas escenas. 
Termino este apartado celebrando esos guiños que os mostraba hace unos días y que apelan a la complicidad de espectadores que, como yo, también vimos Enamorándome de Ramón, La vecina y otras telenovelas del equipo de Lucero Suárez. 
MÁS COSAS: 3/3 

Parte del elenco y del equipo técnico, en el comienzo de grabaciones

En un momento en el que muchos pronosticaban lo contrario, Te doy la vida demuestra cómo lo clásico puede funcionar, con un buen guion y un ritmo óptimo que no enquista los problemas durante decenas de capítulos, como sucedía antes con telenovelas de este corte. Los matices de algunos personajes, como Ernesto, enriquecen una historia que tampoco renuncia a lo cómico, en su afán de entretener y hacer pasar un buen rato al espectador. Si queréis leer otra opinión sobre esta telenovela, os dejo la que Iulia le hizo para el concurso de críticas del año pasado, una crítica con la que coincido en muchas cosas. 

PUNTUACIÓN FINAL: 8,6

Comentarios

Bayron181 ha dicho que…
No viste Ringo??
GAFEMO ha dicho que…
Buenas tardes, Bayron.

No, no vi "Ringo". Digamos que me enfadé tanto después de "Enamorándome de Ramón" que penalicé un poco a Lucero Suárez. Quizás la vea si llega a Nova, solo por curiosidad, aunque a Mariana Torres la tendré pronto en "Fuego ardiente", que espero ver antes de que acabe el año.

¿Tú la viste?

Un saludo!
Bayron181 ha dicho que…
Yo si la vi. A mi me gusto mas que Enamorándome de Ramón. Creo que en novelas Nova está. Deberías de mirartela. Otra historia clásica pero bien contada. Hay César evora tmabien tiene un personaje cómico.
Yolanda SH ha dicho que…
¡Hooola Gafemo! Si quieres ver a Jorge Salinas como "villano" te sugiero q veas "La que no podia amar" en la q "se lo lleva d calle" stupendamnt.
Ahi tbm comparte reparto con Jose Ron d rival x el amor d la prota.
La historia d amor q surge entre la novicia Rocío y el comandante(Arturo Carmona) no esta mas desarrollada xq Rocio de Santiago pillo el corona virus(www.infobae.com/america/entretenimiento/2020/06/12/), lo q la limito a la hora de rodar mas d una escena romantica con él. Aun así, a mí tbm me encantó.
Yo tbm espere q Sofia apareciese, pero nasti. No lo quiso el guion.
¡Muy buenas ambas criticas! a mi me gusto mucho la telenovela.
Yolanda SH ha dicho que…
Yo el spin off lo haria de Miguel Hernandez alias Ernesto Riobueno y el autentico Ernesto contando lo q sucedio antes tiempo atras d los hechos d la novela seria como un "Te dare/di la vida" y asi sabria con certeza si Miguel mato y como al verdadero Ernesto o hayandolo ya muerto se aprovecho d la circunstancia pa suplantarlo (esta parte si la explican claramnt en la telenovela me la he perdido). O d Gina la hija d Nelson, supuestamnt en ¿Los angeles? Sin un duro despues q su amante le dejo la cuenta tiritando (mas limpia q el jaspe) y sin apoyo alguno x su mala cabeza.
GAFEMO ha dicho que…
Buenas tardes:

Me la apunto, Bayron181. La verdad es que después de "Te doy la vida" me quedé con ganas de ver "Ringo"... Y si me dices que Évora también tiene un personaje cómico, me das otro motivo más para verla. A ver si saco un hueco para hacerlo.

Yolanda... "La que no podía amar" es una de esas telenovelas que me habría gustado ver y no vi. Si la repitiesen, me animaría. Desconocía que Rocío se hubiera contagiado, pero ahora todo tiene su lógica, de ahí que la historia quede como quedó, un poco desangelada. Apoyo tus ideas de spin off... O para conocer la verdadera historia de Ernesto, que, tienes razón, se queda corta en lo que al pasado de Miguel se refiere, o para saber qué fue de Gina en Estados Unidos.

Un saludo!