¡ADIÓS, 2020! Las telenovelas que vi este año (II)

Continúo con lo que ha dado de sí, para mí, este 2020 en materia de telenovelas. Ayer os hablé brevemente de cuatro de las ocho telenovelas que he visto completas y hoy hago lo propio con las otras cuatro. 

V. Cuando me enamoro (Televisa, 2010-2011) 

Por algo así como una promesa que me hice a mí mismo después de verla en 2011, este año volví a ver esta versión de La mentira, en la que los 39 primeros capítulos siguen a la original y el resto es todo cosecha de Martha Carrillo y Cristina García, dos guionistas que me gustan mucho.

   

Disfruté lo indecible reencontrándome con Silvia Navarro, Juan Soler, Rocío Banquells, René Casados, Julieta Rosen… Y trayendo de vuelta una serie de recuerdos que tenía tanto sobre la telenovela como sobre mi vida en el momento en el que la vi por primera vez, hace ya una década. Pude fijarme en detalles que en aquel entonces me pasaron desapercibidos y corroboré por qué esta telenovela arrasa en audiencias aún hoy, cuando lleva ya cinco pases en España. 

Unos personajes entrañables, quizás más planos que redondos, pero a los que es inevitable tomar cariño, y un guion lleno de obstáculos para los protagonistas hacen que no sea difícil reengancharse a la historia de Renata y Jerónimo. La magnífica musicalización y sus exteriores, entre haciendas, viñedos y el lujo de la gran ciudad, hacen que atrape y que volverla a ver sea un auténtico deleite. 

Adelanto desde este instante que me he marcado otra fecha, todavía muy lejana en el tiempo, para un tercer visionado. 

VI. La Nocturna (T2) (Caracol, 2019-2020) 

Y así como fue un placer reencontrarme con Jerónimo, Renata y los demás personajes de Cuando me enamoro, también lo fue volver a disfrutar de Mario y Esther, los mejores profes de Colombia, en la T2 de una historia que me cautivó allá por el 2018 y que volvió este año con importantes novedades.

   

La Graham añadió a su oferta académica una nueva carrera, Derecho, y para ello sumó a Ángela Piedrahíta y John Alex Toro como profesores y a Marianne Scheller, César Mora, Rosmeri Marval, Michel Orozco, Brian Moreno, Jaisson Jeack y Juan Pablo Llano como alumnos. Si la primera temporada bebió de la sociedad colombiana y sus problemas, esta lo hizo aún más y se atrevió a tocar temas como la eutanasia, el aborto, la corrupción o la xenofobia. La Covid-19 obligó a adelantar el final, lo que no impidió que la historia se cerrase muy bien, aunque quedasen escenas grabadas fuera del montaje final. 

¿Habrá tercera temporada? Pienso que no. No rindió muy allá en audiencias –sí en ventas, bajo el título de Contigo aprendí– y Caracol, que recientemente presentó sus novedades para 2021 no la incluyó entre ellas. En cualquier caso, a sus espectadores nos queda un buen recuerdo y una lección: los sueños nunca duermen, que nunca es tarde para cumplirlos. Al género lega algo muy importante, que es cómo las telenovelas pueden mirar a la sociedad y convertirse en altavoces de sus debates y problemas, un camino que debería seguirse recorriendo desde la ficción. 

VII. Juegos de poder (Mega, 2019) 

Gracias a Jucovi supe de esta telenovela, con la que volví a Chile después de muchos años sin darme una vuelta por allí. El miércoles os ofreceré mi crítica, pero os adelanto ya que mi regreso a las telenovelas chilenas no me ha decepcionado en absoluto.

   

No quiero profundizar mucho en las tramas, porque es una telenovela llena de giros que llevan al espectador a seguirla enganchadísimo, pendiente de lo que los personajes hacen, dicen y dejan de hacer o decir. Digamos que Juegos de poder es, argumentalmente, una mesa llena de canicas perfectamente ordenadas sobre la que alguien da un golpe que hace que las canicas se descoloquen sin parar de girar y mezclarse de mil maneras. Y sí, ese movimiento imparable de las canicas es justamente el que mantiene en vilo al espectador hasta el último capítulo. 

La historia hace un guiño a un suceso real, la muerte de un chileno tras ser atropellado por el hijo de un candidato al Senado. Un incidente similar es el punto de partida que permite adentrarse en la familia Beltrán-Egaña para descubrir infinidad de secretos, muchos de ellos impresionantes. 

Un magnífico elenco encabezado por Álvaro Rudolphy, Francisca Imboden y Jorge Zabaleta añade un plus de calidad a esta historia que me ha dejado muy buen sabor de boca. 

VIII. Te doy la vida (Televisa, 2019-2020) 

La última telenovela que vi completa este 2020 me permitió reencontrarme con un subgénero al que le tenía perdida la pista, el de las telenovelas clásicas, las de toda la vida. Lo hice gracias a la que fue la telenovela más vista de México este año.

   

Ya en el concurso de críticas Iulia definió Te doy la vida como una telenovela romántica, de esas que abundaron hasta no hace mucho pero que en los últimos años se producen más bien poco, porque el género ha eclosionado en nuevos caminos. 

Te doy la vida, cuya crítica os ofreceré el próximo mes, no busca más que entretener con una historia pensada para toda la familia, una historia sencilla, que toca la fibra sensible en varias ocasiones. Los personajes, aun con ciertos matices, se dividen en buenos y malos, como antaño, y los hay que, más allá de la acción, ponen un toque cómico que se agradece mucho. Eva Cedeño da la sorpresa como Elena, la protagonista, y José Ron hace un muy buen trabajo como Pedro. Sin embargo, y esto también lo comentaba Iulia, quienes más brillan son Jorge Salinas, que es un malo malísimo, y César Évora, que cambia totalmente de registro para convertirse en el simpático jefe-suegro de Pedro. 

Estupenda la musicalización y genial el aumento de presupuesto para Lucero Suárez, que ha mejorado muchísimo los decorados y las localizaciones. Merecido lo tiene, después de dos o tres telenovelas que han arrasado. 

Hace unos días comencé con la T2 de Enemigo íntimo, pero he tenido que pararla por algo muy curioso que os contaré en unos días, porque se presta a reflexión. En su lugar, a la espera de retomarla, he comenzado a ver otra telenovela a la que le tenía muchas ganas, aprovechando que está gratis y al completo en Youtube desde hace unos meses. Ya hablaremos de todo ello, aunque será en 2021. 

Termino aquí mi particular balance de un año difícil, con muchas cosas raras, pero que he aprovechado bastante en lo que a telenovelas se refiere. Constato algo que ya enía observando desde hace uno o dos años: la telenovela clásica no ha muerto, algo que sí parece haber ocurrido con las narconovelas. Quizás resuciten en un futuro, no lo sé, pero es lo que tiene haber ido y venido infinidad de veces por ese camino. 

La pandemia ha hecho de este un año duro para las productoras, pero poco a poco parece que vuelven a producir. Ojalá no haya nuevas olas y se vuelva pronto al ritmo anterior a la pandemia. 

Tengo varias reflexiones sobre el momento que atraviesa el género, pero queda mucho 2021 para plantearlas. Espero vuestros balances sobre las telenovelas que hayáis visto y sobre cómo veis el presente del género.