Hace unos días os hablé, un poco por encima, del nuevo editor de Blogger. Hoy me propongo explicaros con mayor detalle los incontables perjuicios que ha traído ese nuevo editor a los blogueros como yo y a la propia actividad de bloguear. Lo hago secundando la protesta que unos cuantos blogueros hemos emprendido a través de la Plataforma por el Antiguo Editor de Blogger.
Blogger es una plataforma gratuita propiedad de Google. Desde 2008 o 2009 quienes la usamos veníamos disfrutando de un editor tan limitado como sencillo, en el que preparar una entrada era tan sencillo como copiar y pegar desde Word y subir las imágenes y/o vídeos correspondientes, con un par de fórmulas sencillas, que rara vez daban problemas. Maquetar una entrada como el primer vistazo de Imperio de mentiras, que publiqué ayer, comportaba unos cuatro o cinco minutos.
Hace unos meses, Blogger anunció la puesta en marcha de un nuevo editor, que implantó en paralelo al anterior, manteniendo ambos hasta el 19 de septiembre, cuando, sin ningún aviso, se nos impuso el nuevo, incluso a los que ya habíamos advertido de las grandes carencias de este nuevo editor.
Lo que antes llevaba cuatro o cinco minutos ahora lleva media hora, sin exagerar. Es imposible copiar y pegar, directamente, el texto desde Word, porque se desconfigura. Las imágenes se cargan y se colocan como les da la real gana. Y lo peor, muchas veces guardas algo y acaba saliendo publicada otra cosa, con menos imágenes de las que habías subido, cambios en la tipografía que habías utilizado, enlaces que aparecen de la nada… Vamos, un jaleo en toda regla.
Fuimos cientos de usuarios de Blogger los que pusimos el grito en el cielo a través de un formulario de comentarios que tiene la plataforma y mediante esa comunidad de ayuda que ofrece Google en una web externa. No se nos hizo ni el más mínimo caso y es más, se censuraron algunas de nuestras intervenciones en la comunidad de ayuda.
Dado que algunos no nos amedrantamos y seguimos protestando, desde Blogger se nos reconoció que habían incluido mejoras, aunque poco después descubrimos que las últimas mejoras se habían incluido en la semana del 5 de septiembre, antes de que se implantase como obligatorio el nuevo editor. En más de un mes no han hecho nada, así de claro. Nada más que reírse de nosotros mismos y darnos respuestas tan pomposas como carentes de sentido.
No sé qué va a pasar en este conflicto, pero está claro que los blogueros no deberíamos callarnos y que vosotros, quienes dedicáis un tiempo de vuestra vida a leernos, debíais saber lo que está pasando. Hay quienes sostienen que esta es una maniobra de Google para desquiciarnos y que abandonemos una plataforma que ya no es tan rentable como antes, porque cada vez quedamos menos blogueros. Pues igual, quién sabe.
Por mi parte, os digo que si no se acometen las mejoras que llevamos demandando o, en su caso, se nos devuelve el antiguo editor, en los próximos meses buscaré alternativas para trasladar todo el contenido del blog a otra plataforma o a un portal web que me garantice funcionalidad, un gasto comedido de tiempo y, especialmente, tranquilidad. Os seguiré informando.
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