PRIMER VISTAZO: "Verdad oculta" (RCN y Dramax, 2019)

El 1 de julio RCN vivió su primer estreno tras el parón de rodajes que se produjo a causa de la pandemia, si bien fue un estreno rodado íntegramente antes de que comenzase la crisis sanitaria, Verdad oculta, producida en colaboración con Dramax y basada en la novela Una verdad oscura, del escritor y periodista colombiano Germán Castro Caycedo.

Una vez visto el primer capítulo, no sé muy bien qué deciros. Verdad oculta tiene un casting potente, quizás su mayor atractivo, liderado por Verónica Orozco y Rodrigo Candamil. Soy muy fan de Verónica y puedo no ser objetivo si digo que me ha encantado, y ojo con Candamil, que cambia radicalmente de tercio después de la segunda temporada de La ley del corazón, extremadamente cómica para su personaje. 
 

Por aquí andan también Andrés Felipe Martínez, Brian Moreno, que últimamente no para, y Gustavo Angarita Jr., por citar solo algunos de los nombres que conforman su elenco.
 

A nivel argumental es donde más hay que comentar. A mí me encantan las albóndigas, pero si comiese albóndigas todos los días, o tres o cuatro veces a la semana, acabaría hartándome. Sé que no es mi mejor símil, pero es lo que me está comenzando a pasar con este tipo de historias policiacas, con servicios de inteligencia, operaciones encubiertas y bla bla bla. Basadas en hechos reales o sin basar, en los últimos ocho o nueve años Colombia ha producido muchísimas historias con estos ingredientes: Infiltrados (Caracol y BE-TV); Corazones blindados (RCN, Sony y Teleset); Comando Élite (RCN y Dramax); En la boca del lobo (RCN, Sony y Teleset); Bloque de Búsqueda (RCN, Sony y Teleset); La ley secreta (Caracol), Operación Pacífico (Fox Telecolombia y Telemundo)… y seguramente alguna más que me dejaré.

Ese es el principal punto en contra que tiene Verdad oculta. Su primer capítulo tiene ritmo, pasan muchas cosas y se dan a conocer a los personajes principales, pero la historia se hace familiar, porque, pese a ser el primer capítulo, el espectador que lleva varias telenovelas de este tipo a sus espaldas se conoce ya muchos perfiles y situaciones: el compañero de academia que vuelve y revive viejos sentimientos en la protagonista, que fue su novia; una coronel de élite que es muy profesional pero cuyo matrimonio se va a pique; el jefe demasiado exigente, que parece compinchado con los malos; los narcotraficantes armando tiroteos… No niego que esta sea la realidad de algunas zonas de Colombia y que estas telenovelas tengan un componente de denuncia social, pero igual se les está yendo la mano a los productores colombianos a la hora de sacar adelante historias que, quizás por esa misma realidad, acaban pareciéndose, y mucho.

  

No tengo nada que criticarle a la realización, magnífica, con abundantes exteriores en parajes tan bonitos como los de la región de Urabá. Me ha gustado mucho, además, la musicalización.

No sé si la veré y si lo hago será dentro de algún tiempo y atendiendo a vuestros comentarios, los de quienes sí la llevéis al día o la vayáis viendo. Quizás me esperaba más para este primer capítulo y no tantos patrones comunes con otras telenovelas policíacas, que a todos nos suenan un poco. Desconozco, porque no me he leído el libro, si es una adaptación fiel o no de lo que en él se cuenta. Si alguien puede aportar más información, le estaré muy agradecido.