CRÍTICA: "El Señor de los Cielos" (T7) (Telemundo y Argos, 2019)

Un año más, y ya van siete, sigo siendo fiel a mi cita anual con El Señor de los Cielos. El pasado 1 de febrero comenzaba a ver la séptima temporada de esta producción de Telemundo y Argos, una temporada diferente que, para bien o para mal, marca un antes y un después en la historia de los Casillas. Verla me llevó menos de dos meses, y a finales de marzo la concluí. Aquí comienza mi crítica de la T7 de El Señor de los Cielos.

[¡CUIDADO! Si estás viendo esta telenovela o tienes pensado hacerlo, quizás no deberías leer esta crítica, ya que puede contener SPOILERS que hacen aconsejable su lectura después de haberla visto. De igual modo, advierto de que en los COMENTARIOS de esta crítica puede haber algún SPOILER].

SINOPSIS

Amado Casillas (Matías Novoa) permanece desde hace un año privado de libertad en una pequeña celda, custodiado por un buen número de agentes. Su destino más inmediato pasa por ser extraditado a los Estados Unidos para cumplir condena, pues así lo solicita desde la DEA  Joe Navarro (Guy Ecker), que confía en que Amado pague por sus crímenes. Mientras tanto, lejos de allí, su hermanastro Aurelio (Rafael Amaya) sigue sin recuperarse del coma en el que entró tras ser atacado por Milton Jiménez, El Cabo (Robinson Díaz). La situación de ambos Casillas preocupa a la familia y en especial a Diana (Isabella Castillo), Rutila (Carmen Aub) e Ismael (Iván Arana). Los tres se deciden a rescatar a Amado antes de que sea trasladado a los Estados Unidos. El éxito de su plan se ve ensombrecido por una triste noticia: Aurelio fallece tras haberle sido aplicado un tratamiento con el que la familia buscaba despertarlo del coma.
Sin Aurelio, los Casillas se verán obligados a demostrar que la familia unida puede con todo, en especial con quienes tratarán de aprovecharse de la situación para introducir nuevas drogas en el mercado y enterrar lo que queda del viejo cártel de Sinaloa, fundado años atrás por Aurelio y su hermano Víctor. Entre esos nuevos enemigos se encuentra el líder del cártel de los Balcanes, Renzo Volpi (Nacho Fresneda), acompañado de su secuaz, el agente de la CIA Baltasar Ojeda (Eduardo Santamarina), y Pío Valdivia, el nuevo alter ego de Milton Jiménez.

DATOS Y TRÁILER 

México y Grecia. Telemundo y Argos, 2019.
75 capítulos.
PRODUCTORES EJECUTIVOS: Mónica Francesca Vizzi, Mariana Iskandarani y Marcos Santana.
GUION: Luis Zelkowicz, Juan Manuel Andrade, Iris Dubs, Carmina Navarro y Luis Felipe Ybarra. 
DIRECCIÓN: Sergio Osorio, Jorge Ríos y Mauricio Corredor.
Emitida en Estados Unidos entre el 28 de octubre de 2019 y el 31 de enero de 2020.

PERSONAJES Y ACTUACIONES

Los Casillas, en una imagen promocional
Matías Novoa encabeza el elenco de esta séptima temporada convertido de nuevo en Amado, bueno, en un nuevo Amado, si me permitís el juego de palabras. El de ahora es Amado Casillas; atrás queda Amado Leal, El Águila Azul, aquel hombre vengativo que conocimos hacia la mitad de la sexta temporada. El nuevo Amado es más humano, con sus defectos y sus virtudes. Amado se revela esta temporada como un gran estratega y mucho mejor negociante que su hermanastro Aurelio, pues no en vano fue agente de la CIA. Quizás ahí radica la mayor diferencia entre ambos Casillas, en la formación que tiene Amado y que no tenía Aurelio; el conocimiento del enemigo permite a Amado aliarse con él hasta el grado de colaborar estrechamente con quienes hasta no hace mucho perseguían a los Casillas. Me ha gustado el cambio del personaje y me ha gustado mucho Matías. Me alegro de que le vaya bien en Telemundo, donde no ha parado de trabajar desde que llegó hace un par de años para protagonizar Enemigo íntimo.
Junto a él se encuentra Isabella Castillo, que vuelve a brillar en la piel de Diana Ahumada, una mujer tan astuta como decidida, cuando de hacer negocios y proteger a su familia se trata. Es impresionante la química tan bonita que tienen Matías e Isabella, que no en vano son marido y mujer en la vida real. Eso sí, yo habría explotado un poco más ese feeling esta temporada.

Robinson Díaz se convierte en Pío, alter ego de El Cabo
Amado y Diana han sido objetivo de distintos enemigos de los Casillas, aunque por encima de todos ellos ha brillado uno: Pío Valdivia. Genial el golpe de efecto que han dado convirtiendo a Robinson Díaz en el polo opuesto de El Cabo, un personaje que perfectamente podría pasar por nuevo, de no ser por pequeñas manías que lo delatan, como su odio a los Casillas. Magnífico trabajo, una vez más, el de Robinson, que se le nota que lo pasa en grande en la piel de este tipo tan peculiar, obsesionado con acabar con los Casillas y que de momento lleva alguna que otra victoria en su marcador. Junto a él, esta temporada también ha brillado Eduardo Santamarina. No entendí muy bien su personaje, cuando llegó a finales de la temporada pasada, pero en esta me ha fascinado, aun cuando es el personaje más vomitivo que he visto en los veinte años que llevo viendo telenovelas. ¡Qué ser más asqueroso! Creo que es lo más bonito que se le puede decir a Eduardo de un personaje que lleva más que bien y que seguramente le habrá dado algún que otro quebradero de cabeza, porque el público muchas veces no distingue entre actor y personaje.
Un tercer villano, desaprovechado para mi gusto, ha sido Renzo Volpi. Nacho Fresneda ha hecho un trabajo de diez, con un personaje que pudo haber dado muchísimo más juego del que finalmente dio, al estilo del Tony Pastrana de Emmanuel Esparza de hace un par de temporadas.
Todos estos villanos tienen un objetivo común: los Casillas. En la familia siguen Carmen Aub, como Rutila, e Iván Arana, como Ismael. Nada que reprochar a ninguno de ellos, aunque el guion de esta temporada haya dejado a Rutila un poco al margen. También sigue la inigualable Lisa Owen. Siempre es un placer verla y sobrecoge las escenas que se marca en estos capítulos, en las que es inevitable soltar alguna que otra lagrimilla. A la familia vuelve Luzma, la hija menor de Aurelio y Ximena, aunque encarnada por Renata Manterola y no por Gala Montes. 
Renata Manterola es la nueva Luzma

Después de ver en este personaje a Gala durante dos o tres temporadas, cuesta acostumbrarse a Renata, que aun así pone todo de su parte para que el espectador no note el cambio, pero, insisto cuesta no acordarse de Gala. No soy partidario de estos cambios, aunque insisto, Renata no tiene culpa alguna y su trabajo es impecable. Simplemente, son las circunstancias.
Los Casillas no solo tendrán que lidiar con sus enemigos, también con las fuerzas del orden. Me gusta que hayan mantenido al cuarteto de la anterior temporada, integrado por José Sedek (Bernardo Castillo), Guy Ecker (Joe Navarro), Daniel Martínez (Guillermo Colón) y Karla Carrillo (Corina Saldaña). Es un placer verlos en acción, especialmente cuando trabajan los unos con los otros, porque tienen una química tremenda, fruto precisamente de llevar trabajando juntos un par de temporadas. Nunca me cansaré de alabarlos y de destacar, especialmente, lo mucho que ha crecido Karla como actriz desde que la conocí hace tres años en El Chema.
El elenco de esta séptima temporada se completa con infinidad de personajes secundarios, unos nuevos y otros, viejos conocidos. Entre los nuevos me quedo con el gran descubrimiento de la temporada, Julián Román, que interpreta a Joaquín Estrella, el socio de Pío en sus negocios, todo un personajazo muy bien llevado por este actor colombiano, al que no conocía. 
Julián Román es el licenciado Joaquín Estrella

Estrella llega, además, muy bien acompañado a la historia, junto a su mujer Violeta, a la que da vida Danna García. Un placer reencontrarme con ella, aunque al personaje se le pudo sacar más partido a nivel de guion. Ojalá Danna vuelva a Telemundo y a protagonizar, que se la echa de menos.
La anfitriona de este matrimonio en México es Evelina, la esposa de Pío. Ninel Conde repite como esta mujer tan peculiar, con la que es inevitable no reírse. Estupenda, Ninel.
Dejando lo cómico aparte, en el ámbito político-militar repiten también Dayana Garroz, como la comandante Ámbar Maldonado, simplemente, espectacular; Roberto Escobar, como el comandante Valdés, genial con su acento cubano y Marisela Berti, como Edith, con más peso argumental que en la temporada anterior, lo que le permite lucirse mucho más. En torno a estos personajes aparece uno nuevo, Rita, una inmigrante venezolana encarnada por la gran Coraima Torres. Ojo a la progresión de Rita en la historia, al juego que ha dado y al que podrá dar en una eventual octava temporada. Me encanta Coraima, ya lo sabéis.
Más cerca de los Casillas se encuentran Alejandro López, que sigue siendo El Súper Javi, esta vez con una trama muy penosa, que hace que lleguen a la historia las actrices colombianas Mabel Moreno y Ángela Jurado. Buen trabajo el de ambas, como madre e hija, aunque su trama y conexión con El Súper Javi es de lo menos potente que han inventado en estos siete años de telenovela. También por aquí vuelven a andar Alberto Guerra y Fernando Noriega, como El Chema Venegas y El Rojo. Continúan, además, dos parientes de los Casillas: Esther y Berenice Ahumada, ambas con un interesante recorrido argumental. Espectacular el trabajo de Claudia Lobo (Esther) y no menos el de Thali García (Berenice), que esta temporada ha estado acompañada por Alan Slim (Jaime), que sigue haciendo de las suyas.
Sin ser familia, cerca de los Casillas están también El Greñas (Alex Walerstein), Laura (Karen Sandoval) y Arístides, Istúriz para los amigos, (Daniel Martínez Campos). Muy buen trabajo el los tres y estupenda la química de Karen con Iván Arana, tanto como la de Daniel con Renata Manterola, con la que se marca escenas tan intensas como bonitas.

Denia Agalianou y Eduardo Santamarina, Ojeda y Dalila
Ya os digo que el número de secundarios es inmenso, así que voy a permitirme cerrar este apartado con cuatro que me han gustado mucho: Elsy Reyes, Alosian Vivancos, Manuel Landeta y Denia Agalianou. Elsy repite como la incisiva periodista Carla Uzcátegui y si me gustó en las temporadas anteriores, en esta me encantó, con ese giro amoroso que la ha llevado a estar con Castillo. Entre la naturalidad de Elsy y el personajazo que es Carla, es imposible no aplaudirla. En el caso de Alosian, me gustó también su naturalidad a la hora de llevar a Dylan, un personaje complicado por su adicción a las drogas y la relación que mantiene con Cecilio, un personaje con el que Manuel Landeta ha demostrado lo versátil y gran actor que es. Termino con Denia, otro gran descubrimiento que me deja esta temporada. Impresionante lo bien que lleva a Dalila, su personaje en la historia, y las durísimas situaciones que vive esta agente de la CIA por culpa de la tóxica relación que mantiene con Baltasar Ojeda. Espero que, de haber octava temporada, la integren al grupo de los policías, porque Dalila se lo merece después de todo lo que ha vivido en estos capítulos.
[PERSONAJES Y ACTUACIONES: 1,8/2]

TRAMAS
Me habréis escuchado decir de esta historia que igual que se llama El Señor de los Cielos podría llamarse Las aventuras y desventuras de Aurelio Casillas. Sin Aurelio, ambos títulos carecen de sentido y el espectro argumental de la temporada muestra que ya no estamos en El Señor de los Cielos, sino en lo que perfectamente podría pasar como una secuela que podría llevar por título Los Casillas frente al mundo.

Diana y Amado sufren altibajos esta temporada
Argumentalmente hablando, esta temporada tiene de todo. Quien busque acción, la encontrará en Amado, Diana y el grupo de los policías. Quien espere por traiciones y planes siniestros hallará en Pío y sus socios unas cuantas muestras. Para el amor también hay espacio, con Amado y Diana, doña Alba y Pulque, Ismael y Laura o Luzma e Istúriz. Más allá del amor, rozando el poliamor, se encuentran unas cuantas tramas que involucran a la comandante Maldonado con varios personajes o a Pío, Evelina y sus nuevos amigos colombianos. Si se desea escudriñar la carga social de esta temporada, en Rita se encontrará una buena dosis de realismo, con las caravanas de migrantes como trasfondo y con todos los intereses ocultos que esconden estos movimientos. Tampoco faltan comentarios sobre otros temas como los asesinatos de periodistas en México, aunque, sorprendentemente, esta temporada no es tan crítica con el gobierno como las anteriores. De hecho, Gómez Labrador es el primer presidente que no sale en la historia como personaje, pese a que Bernardo sigue siendo secretario de Estado o equivalente y el narcotráfico continúa dando muchos quebraderos de cabeza al país. Espero que este no sea un beneplácito político hacia el actual presidente de México, porque de serlo me decepcionaría bastante de una historia que ha disparado a diestro y siniestro contra todos los políticos, sin distinciones. Me agrada, no obstante, que la dualidad entre político corrupto y político incorruptible haya seguido existiendo de la mano de Jaime y Esther, aunque, una vez más, la victoria haya sido para los corruptos. 
No me extraña, en ese sentido, Navarro, Colón, Bernardo y hasta Carla Uzcátegui se lamenten en más de una ocasión de lo ineficaz que es la ley contra la corrupción que cometen aquellos que legislan. Por cierto, ¿alguien me explica por qué Colón y Corina ahora son agentes de la CIA, si hasta la temporada pasada lo eran de la DEA?

Los Casillas lloran a Aurelio en su funeral
Sin Aurelio Casillas la historia se ve obligada a tomar nuevos rumbos que pasan por un viaje a Grecia en el que Amado y Diana entran en contacto con distintos personajes que darán pie a una serie de tramas. Quizás ese fue uno de los errores de la temporada, pretender introducir un gran número de personajes secundarios de golpe y al inicio, a los que se suman otros que llegan a las vidas de los que se quedan en México, como la prima del Súper Javi y la hija de ambos. Pese a que lo hacen con la intención de atrapar al espectador, al final lo que consiguen es lo contrario, ya que además muchas de esas tramas, lastran otras más importantes y acorralan, argumentalmente hablando, a otros personajes, como ha sido el caso de Rutila, limitada a una trama sentimental absurda.
Bien es cierto que si se logra aguantar esa etapa inicial, la historia fluye mucho mejor con los personajes nuevos ya integrados y la acción de vuelta en México. Para mí es en este punto donde comienza la temporada y donde acaba lo que fue El Señor de los Cielos para dar paso a la secuela sobre los Casillas. Aunque parezca que no, porque Rafael Amaya dejó grabados varios flashbacks inéditos repartidos a lo largo de la temporada, Aurelio ya no está entre los suyos y es hora de que la familia tome las riendas del negocio. Me ha gustado, en ese sentido, el reparto más o menos equilibrado de las tramas más narconovelísticas entre Amado, Diana e Ismael. Los tiempos han cambiado y la familia también, hasta el grado de que los nuevos Casillas no dudan en colaborar con la policía ni en destruir algún cargamento interceptado a sus enemigos. Incluso se llegan a plantear varias veces dejar el negocio. Parecen otros, ¿verdad? 
Este giro a mí no me ha disgustado, en parte, por el potente arco de tramas que han tenido los villanos: Pío, Ojeda y, en menor medida, Volpi, han hecho lo imposible por acabar con los Casillas. La guerra entre bandos mantiene viva la historia y hace que todavía se disfrute mucho entre tiros, persecuciones y tretas de unos y otros.
Renzo Volpi, haciendo de las suyas

Aplaudo, en el desarrollo de la temporada, que los guionistas hayan sido valientes y se hayan decidido a terminar de una vez por todas con personajes que no aportaban nada, aunque también hayan matado a alguno que prometía y que se ha quedado en una ilusión. También me parece muy valiente que hayan mostrado una vez más, sin tapujos, distintas relaciones homosexuales, tanto con hombres y con mujeres como protagonistas. Creo, no obstante, que se han dejado cosas sin desarrollar que podrían haber sido interesantes, como saber qué fue de Milena o de Arelys, dos personajes que acabaron la sexta temporada pero que no volvieron en la séptima, pese a estar vinculados a personajes que siguen, o que se explotase al fin la trama de la hija desaparecida de Joe, que además se parece mucho a Corina. Esta última trama podría haber sido un filón interesante.
Sé que ha habido quienes han criticado una trama, la relación tan tóxica que mantienen Ojeda y Dalila. Estoy de acuerdo con quienes han tildado a Ojeda de machista, abusador y de todo lo que queráis, porque lo es. Claro que es un ejemplo negatívisimo para los jóvenes, pero esto es ficción y la ficción busca entretener, para instruir están otras cosas. Si se ve partiendo de eso, de que es ficción, no entiendo esas críticas. También hay quienes han calculado que la edad de doña Alba sobrepasa los noventa años y echan en cara que se case en esta temporada y haga planes de futuro. Lo dicho, es ficción y el tema de las edades de los personajes hay que pasarlo muchas veces por alto, aunque no veo en dónde esté el problema de que una señora de noventa años pueda casarse si así lo desea.
Esta temporada tiene un buen ritmo, con unos cuantos giros que comportan casi siempre muertes de personajes, que pillan por sorpresa al espectador, lo que se agradece. Si se ve a un ritmo de dos capítulos al día, como lo hice yo, os aseguro que no os aburriréis, al menos una vez hayáis superado esos primeros capítulos con tanto personaje nuevo, que descolocan un poco. La acción te atrapa y es inevitable levantarse alguna que otra vez del sofá para discutir con Amado por algún que otro plan extraño, como el que lo lleva a los brazos de Dalila para cazar a Ojeda, o enfadarse porque los guionistas siguen empeñados en separar a Rutila de Javi y en que Colón, Bernardo y Navarro se cuelguen, como mucho, una medalla por temporada.

Otro funeral, doble en esta ocasión, cierra la temporada
Los acontecimientos siguen su curso hasta desembocar en un final muy abierto, pero que paradójicamente no contiene ni un continuará ni un fin ni nada. Eso sí, es espectacular y arriesgado, en especial si se contempla de cara a una octava temporada. ¿La habrá? Poco es lo que se sabe. Debería haberla, aunque solo fuese para cerrar la historia de una forma más coherente. Eso sí, si lo que se pretende es continuar más allá de la octava, es hora de hacerlo en forma de un spin off ante la aparente imposibilidad argumental de recuperar a Aurelio Casillas. Hubo Aída sin Aída, pero no puede haber El Señor de los Cielos sin El Señor de los Cielos, así de claro. La historia es ahora de los Casillas.
[TRAMAS: 3,5/5]

MÁS COSAS
En algunas entrevistas leí que habían rodado esta temporada en tres meses, lo que me parece un trabajo encomiable. Pese a que el ritmo debió ser frenético, no se nota en la dirección, estupenda una vez más con la incorporación del colombiano Sergio Osorio. Tampoco en la realización, con todo tipo de medios, incluyendo una buena flota de drones que se ven en algún que otro detrás de cámaras.
Sí que ese ritmo frenético se nota en el recorte que han sufrido los exteriores, menos que en temporadas pasadas, y en algunos efectos especiales. Agradezco que hayan bajado el ritmo de granadazos que tenía la sexta temporada y que haya habido más tiros, pero han usado un efecto especial un poco raro, que no queda bien en pantalla y es que el explosivo que usan crea un polvillo color granate que simula ser sangre, pero que es eso, polvillo, aunque intenten pasarlo como líquido.

Amado, brindando por un negocio en Grecia
Más allá de esto de los disparos, aun habiendo pocos exteriores, los que hay están bastante bien elegidos y mención aparte merecen esos paradisíacos lugares de Grecia que se muestran en los primeros capítulos, sin duda un valor añadido a esta temporada, aunque argumentalmente ya os dije que ese viaje a Grecia desocoloca más que aporta.
Aun cuando esté mayormente rodada en interiores, los decorados escasean, en pro de escenarios reales, como esa oficina de impresionantes vistas que se gasta Castillo o la vanguardista casa en la que viven durante toda la temporada los Casillas.
Nada que objetar al vestuario, en la línea de las temporadas anteriores. Lo mismo se puede aplicar a la musicalización, con un tema de entrada que pega mucho con la idea del spin off que refería antes. Se titula Los Casillas y sí, tiene alguna que otra rima forzada como mujeriego y griego o quemarropa y Europa. Pero da igual, tiene su punto, sobre todo en el verso final: "Fue Aurelio y ahora es Amado, los odiados señores del cielo". Es la que acompaña a la entrada, esta que os dejo por aquí:

Lamento, una vez más, terminar una crítica hablando de censura. No merece la pena insistir en lo de las palabrotas, pero sí en que la censura haya llegado a extremos tan absurdos como el pixelado de una peineta dibujada en un papel, como os conté hace unos días.
[MÁS COSAS 2,5/3]

Lo que durante seis temporadas fue El Señor de los Cielos se transforma en esta séptima tanda en una historia que hereda algunos personajes, unas pocas tramas y el título de la anterior, pero que debería, insisto, operar como un spin off, porque argumentalmente lo es. Un elenco solvente y un buen ritmo narrativo hacen que, pese a todo, la historia siga entreteniendo y se le puedan seguir sacando cosas para comentar, como habréis podido ver en esta crítica.

PUNTUACIÓN FINAL: 7,8


Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Esta temporada no tuvo ranting. Se sarparon mataron a uno de los mejores. Y Amado no tiene que manejar el negocio. Lo tendrian que hacer sus hijos de Aurelio
Unknown ha dicho que…
Esta 7ma temporada, sin pies ni cabeza, demasiadas historias sueltas, sin sentido y personajes de mas, el chema; lo rebajaron a un segundon de los casillas, para eso, mejor ni lo metian de nuevo, parece como que anda pidiendo disculpas a todos, por eso el actor original no debe haber querido seguir
Anónimo ha dicho que…
un asco rotundo la serie apenas vi como 5 cap adelantados a ver q pasaba y luego no la quise ver, como va a ser q matan al protagonista en q cabeza cabe eso por dios... para eso hubieran terminado la serie y no dado tal temporada tan desagradable... enojado tanto ver y seguir la serie para esta cagada....
Anónimo ha dicho que…
Esta temporada es una total porqueria, los personajes tomaron actitudes desesperantes e irritantes en especial las mujeres. no tiene sentido la trama, no siguen una linea y le dan un giro totalmente aburrido. me estoy viendo la temporada porque he sguido la serie desde el inicio, pero me da hueva y flojera ver los capitulos.
Fabian ha dicho que…
Hasta la 5 temporada estuvo tremendo,en la 6 temporada, esperando que Aurelio saliera del coma, en la 7 temporada 1 capítulo fue lo último que mire, merecía otro final, lástima que no sé dieron cuenta los guionistas..


Anónimo ha dicho que…
La censura es en Telemundo estados Unidos pero no así en Netflix y en Telemundo internacional. Saludos. Ojalá haya critica de la T8.
GAFEMO ha dicho que…
Me imaginaba lo de la censura. Desconozco la legislación audiovisual estadounidense, pero no deja de sorprenderme que se obligue a censurar palabras malsonantes en una historia previamente calificada para mayores de 14 años (creo recordar) y con un contenido fuerte.
Habrá crítica de la T8. Tengo ganas de que se estrene, necesito saber cómo van a continuar la historia después de lo sucedido en la T7.

Un saludo!