CRÍTICA: "La ley del corazón 2" (RCN, 2018-2019)

Fruto de una de esas casualidades que tiene la vida, el 10 de julio comenzaba a ver La ley del corazón 2. Ese mismo día, pero de 2017, veía el primer capítulo de la primera temporada. Dos años son los que también han pasado desde que publiqué la crítica a lo que entonces ya se sabía que iba a ser la primera temporada de esta telenovela colombiana.
Hoy os cuento qué me pareció la segunda temporada de La ley del corazón, pero ya os adelanto que pese a ser algo más larga que la primera, tardé tres semanas menos en verla. Algo tiene que, por lo menos a mí, me enganchó más.

[¡CUIDADO! Si estás viendo esta telenovela o tienes pensado hacerlo, quizás no deberías leer esta crítica, ya que puede contener SPOILERS que hacen aconsejable su lectura después de haberla visto. De igual modo, en los COMENTARIOS de esta crítica puede haber algún SPOILER].

SINOPSIS

Tres años después de la quiebra de Cabal, Ortega, Domínguez y Asociados, los antiguos miembros del despacho han seguido distintas trayectorias. Así, Pablo (Luciano D’Alessandro) ha fundado un nuevo y modesto bufete en compañía de María del Pilar (Mabel Moreno), Nicolás (Iván López), Catalina (Lina Tejeiro) y Alfredo (Rodrigo Candamil) y aunque las cosas no les van tan bien como antes, siguen trabajando. Julia (Laura Londoño), por su parte, regresa a Colombia tras haber pasado un tiempo en España ampliando su formación. La distancia la ha hecho romper con Pablo y aunque él lleva meses saliendo con Lucía (Laura de León), una joven abogada que también trabaja en su nuevo despacho, ni él ha olvidado a Julia ni Julia lo ha olvidado a él.
El azar lleva a Julia a regresar a Colombia en el mismo vuelo que su exprofesora, la también abogada Adela Zambrano (Alejandra Borrero). El reencuentro le permitirá a Julia comenzar una nueva vida laboral en Colombia, al lado de Zambrano. Sin embargo, el divorcio de su jefa, casada con el prestigioso abogado Alonso Olarte (Jorge Cao), hace que Adela se vea obligada a empezar de cero, para lo que decide asociarse con Pablo y sus colegas. La quintaesencia de Cabal, Ortega, Domínguez y Asociados se ve recuperada de esta forma en Zambrano, Domínguez y Asociados, un nuevo despacho que hará que las vidas de Pablo y Julia se vuelvan a unir.

DATOS Y TRÁILER 

Colombia. RCN, 2018-2019.
146 capítulos*.
PRODUCCIÓN EJECUTIVA: Enrique Afanador y Nana Velázquez
GUION: Felipe Agudelo, Sergio Osorio y Lizet Zárrate.
DIRECCIÓN: Sergio Osorio y Víctor Cantillo.
Emitida en Colombia entre el 10 de septiembre de 2018 y el 22 de abril de 2019.
*Realmente son algunos menos, en torno a 135, ya que del 54 al 74 tienen una duración de veinte minutos y hay unos cuantos que sobrepasan los cincuenta.
[Si el tráiler no se os reproduce, podéis verlo en la web de Produ, a través de este enlace, que se abrirá en una pestaña nueva]

PERSONAJES Y ACTUACIONES
Esta segunda parte pedía que repitiesen el mayor número posible de aquellos que integraron el elenco de la primera y así ha sido.

Luciano y Laura repiten como Pablo y Julia
Laura Londoño y Luciano D’Alessandro vuelven a ser Julia y Pablo. Si en la primera temporada tuvieron una química tremenda, en esta es aún mayor. De nuevo, tanto Pablo como Julia han demostrado que puede haber personajes antiarquetípicos,  con inseguridades, con errores y con las vueltas, muchas vueltas, que dan a las cosas más sencillas como reconocerse mutuamente que todavía se quieren. Si en la primera parte estuvieron geniales en está lo están todavía más si cabe.
Laura de León es la encargada de dar vidilla a la relación entre Julia y Pablo. Lucía no es una villana al uso, ya que está llena de matices, como prácticamente todos los personajes de esta historia. Laura partía con la desventaja que supone incluir un nuevo personaje en una telenovela donde el resto ya tienen largo recorrido. No la conocía y me ha gustado mucho, aunque es verdad que en los primeros capítulos le falta soltura, una soltura que toma rápido y que hace que ella y su personaje vayan a más conforme avanza la historia. Muy bonita, por cierto, la química que demostró tener con Luciano  y con todo el grupo original de abogados.

Adela, Nicolás, María del Pilar, Lucía, 
Catalina, Alfredo y Marcos, abogados de Zambrano, Domínguez y Asociados
Iván López, Mabel Moreno, Rodrigo Candamil y Lina Tejeiro son algunos de ese grupo original de abogados que también repiten. Nicolás y Alfredo vuelven más criminales que nunca, especialmente Ortega. Iván está que se sale en esta temporada y Rodrigo no se queda atrás. Nadie se puede imaginar lo que me he reído con ambos y sus respectivos amores, María del Pilar y Catalina. El personaje de Mabel Moreno es quizás el que más cambia en esta continuación. Antes de verla, leí comentarios de espectadores que lamentaban ese cambio y que apuntaban que el personaje perdía su esencia. No sé, yo no lo he visto así. Como muchas mujeres, María del Pilar inicia una nueva etapa en esta temporada pero en ningún caso renuncia a sus ideales de igualdad ni a ese feminismo que siempre la ha caracterizado. Se ve en muchos de los casos que lleva como abogada y en muchas de las opiniones que vierte dentro y fuera del bufete. Cata, ahora convertida en la esposa de Alfredo, sigue siendo la misma mujer dulce de la primera parte, un amor de personaje. Gran trabajo el de los cuatro y una vez más, gran complicidad entre todos. Se nota que más allá del trabajo hay una muy buena amistad entre todos ellos.

Juan Pablo Barragán y Katherine Castrillón son Marcos y Evelyn
La segunda temporada recupera también a Marcos Tibatá, el fichaje estrella del bufete en la primera. Juan Pablo Barragán vuelve a lucirse con este hombre tan peculiar, al que le toca sufrir un poco en los primeros capítulos, pero que después tiene unas cuantas alegrías. También en esta segunda temporada Marcos ha estado más integrado en ese grupo original, lo que sin duda ha beneficiado al personaje, igual que el hecho de que haya estado perdidamente enamorado de Evelyn, otro de los nuevos personajes, al que da vida Katherine Castrillón. Gran trabajo el de esta actriz, a la que no conocía, y que ha tenido una química brutal con Juan Pablo.
Del resto de abogados de Cabal, Ortega, Domínguez y Asociados, la segunda temporada cuenta también con Iván (Manuel Sarmiento) y Elías (Mario Ruiz). Buen trabajo el de ambos, aunque es verdad que a nivel de guion Iván y, especialmente Elías, podían haber dado más juego. 

Judy Henríquez vuelve a ser Carmen
Afortunadamente para los abogados y para los espectadores, Judy Henríquez repite como Carmen, la recepcionista y casi madre de todos estos profesionales, ese personaje tan tierno que a muchos nos robó el corazón en la primera parte. Magnífica, como siempre, esta grandísima actriz.
Decía en la sinopsis que la esencia del viejo bufete se mantiene en Zambrano, Domínguez y Asociados y así es. Al nuevo despacho se suman cuatro abogados. Una es Adela, la socia capitalista, a la que da vida Alejandra Borrero, una mujer que mantiene el espíritu de Hernando Cabal como nexo de unión de todos los letrados. Es un personajazo, que además tiene una trama preciosa con otra de las incorporaciones, Macarena, interpretada por Giovanna Andrade. Muy buen trabajo el de ambas, aunque el guion y los tiempos parece que no las beneficiaron. Ya os hablaré de ello más adelante. Los otros dos abogados que se incorporan al nuevo bufete son Valentín y Marcial, conocidos como Bechara y Mahecha, sus respectivos apellidos. Mario Espitia, al que no conocía, se mete en la piel de primero, un personaje con más sombras que luces y que da mucho juego a lo largo de los capítulos. Tengo que seguirle la pista a este actor, que me ha gustado mucho. Fernando Arévalo interpreta a Marcial, otro personajazo, con mucha comedia encima, que tiene también sus matices y que se convierte en el abogado-investigador del nuevo despacho. Gran trabajo el de Fernando, que además encajó genial en el grupo con este personaje tan o más tierno que su Guillermo de Paraíso Travel.
Fuera del bufete, la segunda parte cuenta de nuevo con María Cristina (Helena Mallarino), la alocada y divertidísima madre de Julia, con la que Helena vuelve a lucirse. A ella se suman se suman otros personajes tan o más alocados, que son los padres de Alfredo: Ramón (Jairo Camargo) y Beatriz (María Helena Doering). A carcajada limpia me he reído con las ocurrencias de Ramón, sus peleas con Beatriz, su hijo y su nuera, y sus hazañas con su fiel escudero y cuidador, genialmente interpretado por Aco Pérez.
Repite también la genial Amparo Conde como Lola, la madre de Marcos, y lo hace con un recorrido argumental mucho mayor y más entretenido, aunque resuelto de una forma que a mí no me ha convencido mucho.
No todo es color de rosa en La ley del corazón 2, que cuenta con dos villanos a los que temer, involucrados además en el desfalco del fondo Platinum que provocó la quiebra del despacho de la primera temporada. Ellos son Alonso y Gonzalo. El gran Jorge Cao interpreta al primero, un abogado con prestigio pero sin escrúpulos, que durante veinte años estuvo casado con Adela. Un villano de esos que parecen hechos a medida de actores de la talla de Cao y que a mí me recordó a su Melquíades de Te voy a enseñar a querer

Manuel Navarro es Gonzalo, el malvado padre de Lucía
Manuel Navarro interpreta al segundo, un empresario de origen español, padre también de Lucía, y que además es amigo de Alonso. Ojalá nunca nadie se cruce con personas que puedan parecerse a cualquiera de estos dos, que son de temer.
A este elenco más o menos fijo se suman personajes que van y vienen, muchos a través de los casos que llegan o están conectados con el bufete. Como en la anterior temporada, se ha tirado de actores y actrices de nivel como Fernando Solórzano, que interpreta a un hombre casado con tres mujeres; Natalia Ramírez, que interpreta a la madre de Lucía y que acude al despacho para divorciarse; Coraima Torres, que interpreta a Marisela, una famosa actriz que quiere divorciarse de un marido un tanto peculiar, o Juan Pablo Agudelo, uno de los cabecillas del desfalco del fondo Platinum.
Se agradece, por último, haber vuelto a disfrutar, aunque solo sea en unas cuantas escenas repartidas a lo largo de los capítulos de Carlos Benjumea y su Hernando Cabal y del fallecido Javier Gnecco, que daba vida a Jaime, el padre de Julia.
 [PERSONAJES Y ACTUACIONES: 2/2]



TRAMAS
Una de las cosas en las que incidí en la crítica de hace dos años fue en la manera en la que se distribuían las tramas en la primera temporada, con mucho peso a los casos y muy poco al plano personal de los distintos abogados y a sus relaciones. Por esa razón, me alegró comprobar que en esta segunda parte han hecho todo lo contrario, dando a las tramas personales mucho más peso que a los casos.
 
María del Pilar y Nicolás y Cata y Alfredo viven plenamente su amor...

   
...acompañados de tramas como el 'embarazo' de Alfredo y Nicolás o los problemas sexuales de Alfredo

Así, por fin, a lo largo de esta segunda temporada María del Pilar y Nicolás avanzan en su curiosa relación. Lo mismo se puede decir de Catalina y Alfredo, cuyo matrimonio se ve entorpecido por el deseo frustrado de ser padres y los problemas de los progenitores de Alfredo. Marcos también tiene lo suyo en lo que a tramas se refiere, con el descubrimiento de quién es su padre, ese hombre que abandonó a su madre al saber que estaba embarazada, y la llegada a su vida de Evelyn, un amor tan bonito como diferente a su relación con Camila en la primera temporada y que sirvió, de paso, para dar más tramas a Lola, la mamá de Marcos. Entretanto, y para no perder la costumbre, Pablo y Julia comienzan separados, con Pablo saliendo con Lucía, pero no tardan mucho en volver a estar juntos. En ese sentido, me gustó que esta vez la que sufriese un poco fuese Julia, después de todo lo que pasó Pablo al ver a Julia con Camilo en la primera temporada.

Adela y Macarena se deciden a disfrutar de su amor
Entre las tramas de los nuevos personajes me quedo, sin duda, con ese proceso de liberación que emprende Adela cuando decide divorciarse de Olarte e irse a vivir con Macarena.
Como veis, a los abogados les pasan muchas más cosas que en la primera temporada a nivel personal. También, como novedad, se convierten en más de una ocasión en protagonistas, directa o indirectamente, de los casos. De esta forma vemos a Elías, a Pablo y a Bechara sentados en el banquillo de los acusados para responder distintas demandas. También a Alfredo defendiendo los intereses de su padre por el desfalco del fondo Platinum o representando a María Cristina en un caso de estafa. Catalina toma parte en el divorcio de los padres de Lucía y Nicolás y Marcos y Alfredo representan a los antiguos socios de Cabal, Ortega, Domínguez y Asociados en el proceso por lo del fondo Platinum.
Más allá de estos casos, los profesionales de Zambrano, Domínguez y Asociados también llevan, como en la primera parte, casos de clientes que llegan al bufete con algún problema. Eso sí, a diferencia de la anterior temporada, donde los casos se resolvían en unos pocos capítulos, en esta los hay que se dilatan bastante, como ocurriría si estuviésemos ante la justicia real. Hay un poco de todo en lo que a los casos se refiere, pero siempre con ese toque especial que ya tenían muchos de los de la primera parte: el hombre que está casado con tres mujeres y al que las tres le piden el divorcio; el caso del embarazo con superfecundación heteropaternal que deriva en un parto de gemelos un tanto curioso; el proceso de chico con pseudohermafroditismo que quiere ser para todo el mundo una chica, o, para mí el más interesante desde un punto de vista jurídico, el de la pareja en la que, una vez embarazada ella, él quiere tener a la criatura y ella, abortar. De nuevo, como en la primera temporada, se ha vuelto a ver uno de los grandes defectos del Derecho y es que la ley siempre va por detrás de la sociedad y de lo que esa sociedad necesita. No voy a entrar a valorar si la realidad jurídica y legislativa de Colombia está bien representada o no, porque básicamente no la conozco, pero sí me gustaría saber si, como se ve en los juicios que se muestran, los abogados no llevan togas. Me resultó llamativo en la primera temporada y me sigue sorprendiendo. Terminando con los casos, sí que me habría gustado que algún antiguo cliente volviese por el despacho con nuevos problemas y saber así qué fue de su vida. 
El ritmo de todas estas tramas, personales y profesionales, es bueno y realmente pocas se hacen pesadas. De las personales, únicamente retiraría alguna como la de un amigo de Nicolás que llega para torcerle un poco la existencia o la del ex de María del Pilar que de repente aparece para pedirle matrimonio. De los casos, vuelvo a insistir en que me han gustado mucho todos o prácticamente todos.

La plantilla del despacho, de comida en un capítulo
El único error que tiene esta temporada guarda relación más con cómo se concibió, con 80 capítulos, y cómo terminó siendo, con más de 130. ¿Qué quiero decir? Pues que a partir del capítulo 80 se van muchos personajes –pienso que por otros compromisos de los actores, que habrían firmado solo esos 80 capítulos iniciales– y a partir de ese capítulo comienzan a aparecer flashbacks en una telenovela que no hacía un uso especialmente notable de este recurso, pero que a partir de ese episodio 80 mete unos cuantos en cada uno, lo que a veces parece un relleno porque muchos de ellos son totalmente innecesarios y recuerdan cosas ocurridas o en el mismo capítulo o en el anterior. Es curioso que abunden estas cosas innecesarias y que se hayan olvidado de revelar algo tan necesario como saber qué pasó con Rosa y su embarazo. Vale que Yesenia Valencia no sigue en esta temporada, pero Manuel Sarmiento sí e Iván pudo haber dicho algo al respecto, igual que Julia comenta en varias ocasiones qué fue de Camilo, que tampoco sigue.
Pese a todo esto que os acabo de contar, la segunda temporada es, a mi juicio mejor que la primera. Ya no es una telenovela comenzada a escribir por Mónica Agudelo y continuada por su hermano Felipe. Es una telenovela escrita por Felipe y su equipo de principio a fin, y se nota. Esta segunda parte es mucho más uniforme que la primera y tiene una comicidad que lleva a reírte sí o sí en cada uno de los capítulos, ya sea con las imitaciones geniales de Nicolás, con lo disparatadas que son algunas tramas o con los magníficos y mordaces diálogos, algunos con doble sentido, como esa “profunda marca” que dejó un novio negro en María del Pilar, el hecho de que a Marcos se le “inunde la canoa” cuando ve a Evelyn o que esta le asegure, en un momento dado y mientras le sirve un café, que le gustaría dejarlo “caliente y con poca leche”, como el café que se va a tomar.
Pablo y Julia en uno de sus momentos más románticos

Esta segunda temporada culmina con un final muy bonito, intenso, clásico y bastante más cerrado que el de la primera. Se atan todos los cabos previamente abiertos y es una bonita forma de despedirse de una historia y unos personajes a los que es inevitable tomar cariño y echar de menos, tras seguir sus peripecias durante más de 250 capítulos. Parece ser que no habrá una tercera parte y en ese sentido supieron ser previsores y despedir la historia por todo lo alto.
[TRAMAS: 4/5]

MÁS COSAS
Si la realización de la primera temporada fue de sobresaliente, la de esta no se ha quedado atrás. Lo que han ahorrado por el hecho de aprovechar buena parte de los decorados de la primera temporada lo han destinado a localizaciones y a casas reales en las que grabar buena parte del día a día de los personajes. Me encantó la nueva casa de Nicolás y me fascinó la que se compran Cata y Alfredo hacia la mitad de la historia. Espectacular. Yo pagaría por vivir en una casa como esa. Tampoco está nada mal la de Julia, que aunque nos la hayan querido hacer pasar como que era la de la primera temporada, realmente no lo es, aun cuando también se sitúe en el campo. Han apostado también, una vez más, por estancias reales de edificios para ambientar distintas partes de juzgados y tribunales, aunque en esta temporada los juicios se hayan desarrollado en una sala hecha a base de decorados bastante bien conseguidos, todo hay que decirlo.
 
La sala de juntas del despacho y la sala de vistas del juzgado, dos de los decorados de esta temporada


No han reparado en gastos en lo que a cámaras y medios técnicos se refiere. Basta con ver, por ejemplo, algunas escenas de la huida que Pablo debe llevar a cabo en la supuesta Venezuela, país en el que transcurre un caso, o todo lo que sucede al inicio del primer capítulo. En ese sentido, la dirección es impecable y se nota muchísimo en el resultado final.
Sobre el vestuario, creo que voy a repetir lo mismo que dije hace dos años: da gusto ver lo elegantes que van siempre estos profesionales, pero es lógico, trabajando en un despacho del nivel de Zambrano, Domínguez y Asociados.
Como en la primera temporada, los encargados de la musicalización han hecho un trabajo digno de elogios. A los temas que ya se habían empleado en aquel entonces, como Me llamas, de Piso 21; Aire, de 69 nombres, o Si dejo de creer, de Individúo, se han sumado otros temas que tardé poco o nada en añadir a mis listas de reproducción. Es el caso de Quiero verte, de 69 nombres; de Mira, de Panga Nébula; de Amo a un extraño o Tus ansias, de La Tenaz, o mis favoritos, Delirio y Retrato, ambos de Los Makenzy, aunque el primero lo interpretan a dúo con Pipe Bravo. Si tenéis tres minutos, escuchad Retrato y ved el videoclip, porque si la letra es preciosa, con esa historia que se nos cuenta en el videoclip la canción acaba siendo redonda. Además, junto a los anteriores, han sumado un tema en inglés que se titula Leave you burning y que está interpretado por Andy Powell. También Mabel Moreno y Laura Londoño prestan sus voces para interpretar distintos temas a lo largo de los capítulos. Dentro de ellos, es impresionante el Te digo adiós, de Laura Pausini, que Laura Londoño versiona para un escena preciosa, ya casi hacia el final de la telenovela.
Los soundtracks también están de matrícula de honor.
[MÁS COSAS 3/3]
 
El elenco, casi al completo, en la presentación a los medios
Puede que La ley del corazón 2 no funcionase tan bien como la primera temporada ni en audiencia ni en ventas, pero aun así, RCN y todos los que han trabajado en ella deberían estar muy orgullosos de lo que han hecho. Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, pero La ley del corazón 2 debe ser una de esas excepciones que confirman la regla. El elenco de la primera temporada se consagra en esta continuación, reforzándose gracias a la llegada de nuevos personajes que aportan aire fresco a la historia. En cuanto a las tramas, para mí es un acierto que hayan tirado más por lo personal que por lo profesional, lo que ha permitido perfilar y desarrollar mejor la veintena de casos que se cuentan. Todo ello se encuentra impregnado de un muy buen ritmo, lo que hace incluso que las tramas menos relevantes se pasen rápido. Es, también, una telenovela que se disfruta mucho tanto a la vista como al oído, gracias a su magnífica realización y a esa gran banda sonora de la que os hablaba hace unas líneas.
Con todo esto, es difícil no echar de menos a Pablo, a Julia, a María del Pilar, a Nicolás, a Cata, a Iván, a Marcos… y a toda esta panda de personajazos a los que es inevitable querer, después de tantos capítulos siguiendo sus andanzas.
Como espectador, ha sido un placer.

PUNTUACIÓN FINAL: 9

Comentarios

tessa ha dicho que…
Bueno Gafemo que decir.....magnifica crítica, me he metido de lleno al conocer a los personajes y a mi manera la he visto y me ha encantado 😇😇

Me sabe mal no verla, pero es que en internet me cuesta, además soy poca paciencia y tengo que ver más y más y me estresso, ojala la pasaran por Nova en hora prime.

Comentarte que el video que pones del trailer no lo dejan ver y he buscado el tema 'Retrato' y que triste pordios!!! a quien iba referido este tema??quien se les murió a los personajes???

Tu critica de diez Gafemo, ya solo faltaría entrar a tu blog y verla :YO ME APUNTO 😄😄 sería un placer..

Saluditos 😉
Lucía Dasilva ha dicho que…
Cabal Ortega Dominguez*
Yo diría que Nicolás tiene la misma casa que en la primera temporada, o al menos creo que cuando Aguasanta se queda con él unos días, es en esa casa. Ese es un personaje que he echado bastante de menos, porque solo sale en una escena (bastante particular por cierto) y se la menciona un par de veces.
Discrepo de lo que comentas de Marcial. De todo menos entrañable.
Las comparaciones nunca fueron buenas pero esta segunda temporada fue mejor que la primera, sin duda.
Saludos.
GAFEMO ha dicho que…
Buenas noches:

@Tessa... Lo primero, darte las gracias por el aviso del tráiler. Me lo habían bloqueado después de subirlo para esta entrada y no me había dado cuenta. Está resubido, aunque enlazado a Produ, que es donde lo había conseguido.
Después de lo que pasó con la primera parte, dudo que Nova arriesgue y compre esta segunda temporada. Qué se yo si para el Novelas Nova, pero no tiene pinta. Por internet es complicado verla y conseguirla. No sé qué pasa con RCN, que en ese sentido no es como Televisa o Telemundo, que hay cientos de webs con sus telenovelas.
"Retrato" es un tema precioso, pero en la telenovela lo usan para ambientar los momentos románticos de Marcos y Evelyn. Es muy curioso, porque la letra ya deja ver que no es que sea una canción muy alegre, pero la música pega con lo que son Marcos y Evelyn y sí, cuando ves el videoclip da mucha penita.

@Lucía... Lo corregí en cuanto vi tu comentario. No se pueden hacer las críticas de memoria y sin internet a mano, porque se corren riesgos como este. Lo triste es que la releí y fui completando cosas que no tenía muy seguras, pero eso se me quedó.
Con la casa de Nicolás, ahora que lo dices, tengo mis dudas. Puede ser, aunque en la primera temporada me suena como con con más bosque alrededor. Con todo lo que vive Nicolás hubiera sido un puntazo que Aguasanta le hiciese aunque fuese una visita rápida. Habría dado juego.
Marcial es de esos personajes que o te caen bien o te caen mal y que si te caen bien, por muy bien que te caigan jamás te los llevarías a casa. Es un poco, salvando las distancias, como Sheldon Cooper, que o lo adoras o lo detestas.

Un saludo!
Unknown ha dicho que…
Yo quisiera si alguien encontró la música que suena de fondo en los momentos de tencion, ó en los momentos emotivos. Porque yo los busque y no logre encontrar nada. Si alguien sabe, agradecería que me dijeran
Marce ha dicho que…
Vi varias veces todos los capitulos de ambas temporada y quedas esperando maa... como que serias la vida de Pablo y Julia... ahora casados, si tendrian hijos.
La vida de Cata y Duperly siendos papas que tantas dudas tenian sobre semejante respondabiñidad y ...y sin hablar de Maria del Pilar y Nicolas... y las vida de los otros personajes.
Pero tendrian que volver los 6 juntos... porque si hacen desaparecer un personaje como el de Julia en la versióm mexicana ya mo seria lo mismo...
Es una historia queda para mas... mucho mass....

Anónimo ha dicho que…
La casa de Nicolás sí es la misma, al menos es la misma construcción/decorado que se usa en la primera, puede que no esté ubicada en el mismo lugar, pero la misma casa sí es, mismos muebles, el bar, la cocina y su habitación son los mismos, el que sí cambió de casa fue Dominguez.
Victoria. ha dicho que…
Muy buena reseña.

En la parte en la que mencionas que en la primera se resolvían los casos más rápido y en la segunda tardaban más, es, según yo, porque en la primera el tiempo pasa más rápido que en la segunda. Sabemos que la segunda transcurre en aproximadamente 7 u 8 meses tomando como referencia el embarazo de María del Pilar, sin embargo en la primera es más complicado saber cuándo tiempo hay entre el primero y el último capitulo. Hay algo muy curioso, y es que, en la escena (respectivamente cuando Julia se entera que Pablo es divorciado) en la que Jimena le menciona a Julia que lleva 6 meses divorciada con Pablo, aproximadamente por el capítulo 20-25, pero casi por esos mismos capítulos, Camilo en una conversación con Alfredo menciona que lleva tan solo 2-3 meses en la cárcel, cuando sabemos que tanto el divorcio como el arresto ocurren con 1 solo día de diferencia. Teniendo en cuenta lo largos que pueden llegar a ser los procesos en vida real, tomando como ejemplo el caso de Don Carlos, el proceso de Jimena o el juicio de Camilo y toda la investigación que hacen, diría que en la primera temporada vemos como mínimo año y medio o incluso dos, mientras que la segunda transcurre en tan solo meses, quizás por eso da la sensación de que los casos tardan más o menos, o al menos es lo que percibo yo.