Cuando en febrero vi el primer capítulo de El
Barón, me llevé una grata sorpresa. Una narconovela que parecía diferente,
que Telemundo coproducía junto a Sony Pictures y Teleset con guion de Jörg
Hiller y que además estaba protagonizada por María Elisa Camargo. Eran factores
que animaban a verla y a ello me dispuse unos meses más tarde. La comencé a finales
de julio y la terminé en los primeros días de septiembre. En esta crítica os
cuento qué me ha parecido El Barón.
[¡CUIDADO! Si estás viendo esta telenovela o tienes
pensado hacerlo, quizás no deberías
leer esta crítica, ya que puede contener SPOILERS que hacen aconsejable su
lectura después de haberla visto. De igual modo, en los COMENTARIOS de esta crítica puede haber algún SPOILER].
SINOPSIS
Nueva
York, años 70. Nacho Montero (Francisco Angelini) es un joven mexicano que
acaba de graduarse en Finanzas. Soñador y visionario, decide iniciarse en el
mundo del contrabando de tabaco con sus amigos colombianos Ramiro (Variel
Sánchez) y Judy (Tania Valencia). La buena marcha del negocio le lleva poco
después a importar y distribuir
marihuana tanto en Estados Unidos como en Canadá. Es en este país donde conoce
a Isabel (María Elisa Camargo) una mexicana de la que se enamora perdidamente y
que poco después se convierte en su esposa. Aunque las cosas le van bien con el
tráfico de marihuana, su proveedor colombiano, Pablo Escobar (Mauricio Mejía)
lo convence para distribuir una nueva droga llamada cocaína.
Con
la cocaína, si bien las ganancias son mayores, también lo son los problemas que
esta sustancia trae a la vida de Nacho y su esposa. De esta forma el CENTAC
estadounidense comienza a seguirles la pista, con una investigación capitaneada
por los detectives Joe Fernández (Jorge Luis Moreno) y Paul Thompson (Andrés
Echevarría). No solo los agentes de la autoridad supondrán un quebradero de
cabeza para Montero y los suyos. Compartir territorio con la temible Griselda
Blanco (Juana Arboleda) les llevará a temer por sus vidas en más de una
ocasión.
DATOS y TRÁILER
Colombia
y Estados Unidos. Telemundo, Sony Pictures y Teleset, 2018.
59
capítulos.
PRODUCTORAS
EJECUTIVAS: Silvia Durán
y July Sierra.
GUION: Jörg Hiller, Johanna Gutiérrez,
Carolina Barrera y Patricio Hernández.
DIRECCIÓN: Rodrigo Triana y Danny Gavidia.
Emitida
en Estados Unidos entre el 30 de enero y el 25 de abril de 2019.
PERSONAJES Y
ACTUACIONES
Francisco
Angelini es Nacho Montero, El Barón. A Francisco lo conocí hace dos años en La
hija pródiga y me gustó. Como Nacho lo he visto bien, mejor al final
que al principio, donde se ve que le falta rodaje tanto a Nacho como a él a la
hora de interpretarlo. Conforme la
historia avanza va haciéndose con él y al final, en los últimos veinte
capítulos, se luce. En cualquier caso, se le nota que disfrutó lo indecible con
este personaje y no es para menos, porque Nacho es un tipo peculiar dentro del
negocio del narcotráfico en el que se mueve.
Francisco Angelini y María Elisa Camargo son Nacho e Isabel |
María
Elisa Camargo interpreta a Isabel, la esposa y gran amor de Nacho. Son tal para
cual, aun cuando Isabel tenga más sensatez que su marido. María Elisa está
genial, como siempre. Es una de las actrices más naturales y entregadas que
conozco y se nota que dio el todo por el todo a la hora de ser Isabel. Su
química con Francisco no está nada mal.
Siguiendo
los pasos de Nacho se encuentran dos policías. Jorge Luis Moreno da vida a Joe
y Andrés Echevarría a Paul. No dejan de ser el clásico dúo de policías en el
que uno es el poli bueno y correcto y el otro el menos bueno, más caótico e
incorrecto. A Jorge Luis Moreno le toca ser este último. Me ha gustado. Puede
que sea su mejor personaje hasta la fecha, mejor incluso que El Patas de Mi
familia perfecta, aunque al principio está un pelín sobreactuado. Lo
mismo puedo decir de Andrés, que interpreta al poli bueno. Los dos hacen una
pareja interesante, con mucho feeling
y bastante favorecida por las tramas, como os explicaré en el siguiente
apartado. Vigilando el trabajo de estos dos se encuentra Kristina Lilley, que
interpreta a la sargento Farley. Kristina brilla con cualquier personaje,
incluso con uno como este, tan diferente a los que venía haciendo en los
últimos años. Está soberbia.
Julián Díaz (Drake), Tania Valencia (Judy) y Variel Sánchez (El Paisa) |
Dentro
del mundo del narcotráfico en el que se mueve Nacho aparecen unos cuantos
amigos y enemigos. Entre los amigos se encuentra Ramiro, El Paisa, un joven muy
al estilo de Nacho. Variel Sánchez da vida a este personaje, que a mí no me ha
disgustado, aunque siento que a nivel argumental pudo dar más juego. Tania
Valencia es Judy, otra amiga de Nacho, aun cuando hay momentos en los que juega
en otras ligas. Tania ha hecho un buen trabajo y ha sabido sacar partido de
Judy en las distintas etapas por las que pasa el personaje. Otro gran amigo de
Nacho es David Liebermann, al que da vida Kornel Doman, el gran descubrimiento
que me deja esta historia. Quedaos con su nombre, porque debutó en televisión hace
apenas cuatro años y me da a mí que va a tener una gran trayectoria.
Julián
Díaz, como Drake, y Gabriel Tarantini, como Justin, completan el círculo más
íntimo de amigos de Nacho. Drake es su jefe de seguridad, un tipazo, que Julián
Díaz lleva con acierto. Justin es un joven que entra en este mundo buscando
cierta autonomía y alejarse del control de sus padres, el agente Paul y Carla.
Muy bien para Gabriel, con un personaje en el que no me imagino a otro actor
después de haberlo visto a él. Ya que la he mencionado, Carla cae en manos de
Natasha Klauss, otra grande del género que vuelve a brillar con un personaje
que pasa por muchas cosas a lo largo de la historia.
Nacho
trafica con la mercancía que produce Pablo Escobar. Mauricio Mejía se convierte
en el poderoso narcotraficante, un personaje que aquí tiene peso, aunque pocas
tramas, y que él saca adelante sin problemas. Esa mercancía también suscita el
interés de otros, como el corrupto agente Zamora, un tipo abominable
interpretado magistralmente por Carlos Camacho.
Juana Arboleda es Griselda Blanco, La Madrina |
Sin embargo, solo los
auténticos jeques del negocio se encargan de distribuirla a gran escala y entre
esos jeques hay una mujer que es la que pone las reglas: Griselda Blanco, La
Madrina. Espectacular, increíble, brutal, excelente… Todo lo que se diga del trabajo
de Juana Arboleda, la actriz que da vida a este personaje, es poco. Esta
excéntrica y poderosa mujer es la auténtica villana de la historia y Juana la
maneja que da gusto verla. Es mi personaje favorito y corrobora lo que ya dije
de Juana hace un año, al hilo de Paraíso
Travel, donde la
descubrí: es una grandísima actriz.
Como
en toda narconovela que se precie, aun cuando esta tenga sus cosas que la hacen
diferente, Nacho tiene que tener amoríos con alguna mujer más allá de su
esposa. Es aquí donde entran en juego Michelle Rouillard y Lorena García, que
son Marcela y Cecilia, dos amantes del
protagonista en distintos momentos de su vida, que se convierten en auténticas
pesadillas para él, sobretodo la última. Muy buen trabajo el de ambas, a las
que no conocía. Brutal también la química que tienen Francisco y Lorena y que
ha ido más allá del set de rodaje, ya que se enamoraron y están juntos desde entonces. Cosas
bonitas que tiene pasar tantas horas compartiendo grabaciones.
El
elenco de esta historia, que como veis es bastante reducido, se completa con
participaciones especiales de actores de la talla de Julio Bracho y Carolina
Gómez, que interpretan Gerónimo y María
Clara, los padres del protagonista; Juan Pablo Llano, como Mauricio, un amigo
de María Clara y socio de Nacho; Pedro Suárez, que es Alberto, el hermano de
Ramiro y colaborador de Nacho; Brian Moreno, como Pacho Herrera, el líder del
cártel de Cali, un capo homosexual muy peculiar, y Tim Jansen, que da mucho
juego en determinados momentos de la trama como Kyle, la expareja de Isabel.
[PERSONAJES
Y ACTUACIONES: 2/2]
TRAMAS
El Barón es una narconovela diferente por
muchas razones, algo que jugó en su contra en lo que a términos de audiencia se
refiere, al menos en su emisión en Estados Unidos ya que desconozco cómo le ha
ido en otros países.
Isabel y Nacho en una romántica escena en la playa |
Quedándome solo en la superficie, es una narconovela
diferente por el contexto en el que se desarrolla, con los últimos años de la
década de los 70 y principios de los 80 como marco temporal de la acción, algo
poco habitual en las narconovelas. Sin profundizar mucho en los personajes, es
posible percatarse a simple vista de que Nacho e Isabel no son Aurelio Casillas
y Mónica Robles. Para empezar, él es un tipo instruido, de buena familia, que
incluso lee a Kant. Ella, sin que el espectador conozca mucho de su pasado, se
revela una mujer con escrúpulos y muy humana. Una humanidad que se pone de
manifiesto en que Nacho se niega a matar y no mata a nadie a lo largo de la
telenovela, o en que él e Isabel acuden en varias ocasiones a la iglesia a
rezar y a misa, o que bailan en discotecas llenas hasta la bandera, sin
esconderse de nadie. Nacho es también el primer narcotraficante con el que me
encuentro al que se le ve consumir en alguna ocasión aquello que vende.
La
historia transcurre, contextualmente hablando, en los comienzos del
narcotráfico en los Estados Unidos. Que en ella aparezcan personajes reales
como Pablo Escobar o Griselda Blanco llevó a Telemundo a venderla como una
historia basada en hechos reales. Esa creencia se avivó con algunas promos y la
propia entrada, en la que aparecen supuestos recortes de prensa e imágenes de
archivo. Sin embargo, esta historia no se basa en hechos reales. Vale, alguno
hay, sí, porque hay personajes que existieron, pero no Nacho, Isabel y los
suyos. No hubo un barón que traficó para Escobar en Estados Unidos y por ende
una historia sobre un personaje ficticio es claramente una ficción. Eso sí, una
ficción ambientada en un contexto real, con algunos personajes reales, pero que
no por ello permiten que la historia lleve esa etiqueta de “basada en hechos
reales”. Lo explicaba muy bien Francisco Angelini en una entrevista para el diario La Opinión, en la que deja claro que “El Barón es una historia
de ficción que está situada en una situación que fue real. Hay una
investigación histórica […] pero es un personaje ficticio”. Muchos, entre los
que me incluyo, pensamos en un primer momento y a tenor de lo que se anunció y
se vio, que esta era una historia que partía tanto de hechos como de personajes
reales. Nos equivocamos.
Paul y Joe, agentes del CENTAC y principal pesadilla de Nacho |
Aclarado
ese extremo, me gustaría entrar a comentar algo de las tramas. El Barón tiene de todo. Se pueden
encontrar tramas románticas, como la que escriben Nacho e Isabel prácticamente
desde el inicio, una trama clásica, muy como las que había en las telenovelas
de hace unas décadas, inclusive con amantes del galán furiosas y desquiciadas, y
con una protagonista que es una santa y que le perdona todo a su gran amor, pese
a lo cínico que es Nacho en lo que a sus amoríos con otras se refiere. Hay más
tramas románticas, como la que une a Carla y Paul, que tiene un fuerte
contenido dramático, o el breve noviazgo con Lidia que marca la vida de David,
el amigo de Nacho.
Junto
a estas y otras tramas románticas la historia cuenta con un importante
componente policíaco en manos de Paul y Joe. Hay que tener en cuenta que todo
transcurre a finales de los 70, donde la corrupción entre los agentes de
policía y la falta de medios impiden que estos agentes obtengan logros
notables. Aun así, se disfruta ese juego gato-ratón que el CENTAC mantiene con
Nacho durante buena parte de la historia. En Nacho y sus negocios recaen tramas
propias de una narconovela, con cargamentos, guerras entre cárteles,
laboratorios en la selva, jóvenes vendiendo en las esquinas y todo eso que
normalmente se ve en cualquier narconovela. La llamo así porque tiene estas
tramas y porque los medios insisten en llamarla así, pero realmente el
equilibrio entre tramas románticas, policíacas y sobre el narcotráfico es tal
que más que una narconovela es algo así como una telenovela clásica, de corte
policíaca y con tintes de narconovela. Puede sonaros raro y tenéis razón, pero
es difícil de catalogar y como he dicho varias veces a lo largo de la crítica
no es una narconovela al uso ni en personajes ni en tramas ni en otras cosas,
como el hecho de que sea el propio Nacho quien guíe las tramas e introduzca
distintas escenas mediante una narración en off, anticipando al espectador
pequeñas informaciones sobre lo que va a pasar en capítulos posteriores, pero
sin desvelar nada, tratando de aumentar su interés en aquello que va a ver. Es
un buen recurso, quizás más habitual del cine o del teatro, pero que no
desentona en una historia como esta.
Nacho y Pablo Escobar en un laboratorio de droga en la selva |
El
ritmo de las tramas es bueno, si bien El
Barón se pierde a menudo en las tramas secundarias. Entiendo que se busque
retratar los comienzos del narcotráfico, pero las reuniones del cártel de
Medellín o el viaje de todos sus miembros a Panamá aburren y mucho. Lo mismo
sucede en determinados momentos con algunos agentes del CENTAC, como Cabrera,
un corrupto chiflado que llega a meter a todos sus compañeros en una celda sin
que ninguno de ellos se rebele contra él, aunque algo pase después. Sin dejar
de hablar del ritmo, la historia se narra con saltos temporales, pero sin
ninguna marca o leyenda en la que se indique cuánto tiempo transcurre. Con el
paso de los capítulos y los cambios físicos de los personajes da la sensación
de que se han tenido que ver unos cuantos años de la vida de Nacho y los suyos.
Sin embargo al final se revela que desde que Nacho e Isabel se conocen y hasta
su última escena han pasado solo dos años, muchos menos de los que el
espectador cree. Parece un juego de los guionistas, un juego que a mí me ha
gustado, aunque reconozco que prefiero que me vayan indicando años, saltos
temporales y demás cuando veo una telenovela.
La
historia concluye con un final difícil de calificar. Yo diría que es abierto,
pero un buen epílogo del protagonista se ocupa de cerrarlo. Un epílogo con
moraleja incluida, aunque cualquier espectador puede intuirla: el narcotráfico seguirá
existiendo, por mucho esfuerzo que las autoridades pongan en combatirlo. Quedan,
pese a ello, ciertas cosas en el aire, que supongo que dejaron así por si había
una continuación. Es evidente que no va a ser así.
Una
vez vista, se tiene la sensación de contemplar un puzle más o menos completado
a partir de una serie de piezas que al principio parecían difíciles de encajar.
Ese puzle no tiene fisuras. No hay nada, o yo no he encontrado nada, que no
encaje en lo que a las tramas se refiere. Sí que hay cosas que no cuadran en
materia de ambientación, aunque eso os lo cuento en el siguiente apartado.
[TRAMAS:
3/5]
MÁS COSAS
El
sello de Sony Pictures y Teleset se nota en lo que a realización y dirección se
refiere. Una vez más han tirado la casa por la ventana, jugando con drones, planos multicámara y
efectos digitales. Dentro de estos últimos merece la pena destacar el buen
trabajo que han hecho con las escenas en las que los personajes viajan en
avión. Puede que haya un chroma y un
ordenador detrás de ellas, pero no se nota tanto como ocurría, por ejemplo, en
las primeras temporadas de El Señor de
los Cielos. Sí que, como pequeña pega, deberían mejorar las escenas en las
que los personajes viajan en coche, en las que muchas veces aún se sigue
notando esa green screen detrás de
los vehículos.
Mansión de La Madrina en Miami |
Aunque
predominan los exteriores, algunos tan impresionantes como las casas de Nacho y de La Madrina en Miami, la historia tiene también decorados bastante bien hechos, como las
dependencias policiales o las bodegas de los distintos narcotraficantes. Por
cierto, esta historia transcurre en Estados Unidos y Colombia, países en los
que también se rodó. Puede parecer una tontería, pero ya sabéis que muchas
veces por falta de tiempo o de presupuesto lo de rodar en los distintos países
en los que transcurre la acción es algo que no se hace.
Rodar
algo ambientado a finales de los 70 exige una labor importante de ambientación
y atrezo. Han cumplido con creces, aunque se les han escapado pequeños detalles
como que Pablo Escobar anduviese por su finca en quad a finales de los 70 –este
vehículo comenzó a comercializarse casi veinte años después– o que en una de
las bodegas de Nacho en Miami aparezca una moderna impresora HP de esas que van
con tóner y que por lo menos son de principios de los 2000. También hay escenas
que supuestamente transcurren en México en las que salen los mismos coches de
policía que se veían en Miami. Sin dejar la ambientación, reconozco que me ha
gustado mucho el vestuario, muy setentero y yeyé.
La
musicalización es estupenda, aunque prácticamente todos los temas que se
escuchan son versiones de temas en inglés, algunos tan míticos como el tema de
AC/DC Highway to hell, versionado por Carlos Santos y Gonzalo
Sargaminaga, o One way or another, de
Blondie, al que aquí ponen voz Cony Ucrós y Orlando Pérez Rosso. También hay
otros temas compuestos ad hoc, como es
el caso del principal, Fragile we are,
interpretado por Ben Foerg.
De
nuevo termino una crítica lamentando que no se nos haya permitido escuchar las
palabrotas que impregnan algunos diálogos. Nunca me cansaré de insistir en lo
necesario que es acabar con esta censura al trabajo de guionistas y actores,
que repercute para mal en la experiencia de quien se sienta a ver una
telenovela, serie o lo que sea. Eso sí, vamos avanzando en otro tipo de
censuras: aquí salen personajes fumando marihuana, algo que hace poco más de
dos años los de Telemundo censuraban con un borrón en El
Chema.
[MÁS
COSAS 2,5/3]
Jorge Luis, María Elisa, Francisco y Variel en la presentación a los medios |
Como
experimento dentro del mundo de las narconovelas, aunque en sentido estricto no
lo sea, demuestra que es posible trazar historias de amor y de corte policíaco
en medio de un mundo tan peliagudo como es el del narcotráfico. Un buen elenco,
en el que destacan especialmente María Elisa Camargo y Juana Arboleda, saca
adelante sin problemas esta historia que no está basada en hechos reales,
aunque haya personajes que sí existieron, y que no tiene un mal ritmo, aun
cuando en ocasiones se pierda en tramas secundarias que estancan el desarrollo
de la acción principal. Visual y
estéticamente se disfruta mucho, pues no en vano Sony Pictures y Teleset llevan
años trabajando tanto en cine como en televisión y se nota.
PUNTUACIÓN FINAL: 7,5
Comentarios
Que criticas haces más completas y bien hechas, me encantaría verlas y poder opinar.
Actualmente solo veo «Madre» los domingos y nada más, ya con las turcas me he saciado taaanto que ya no tengo ganas de ver ninguna, y por Internet me cansa mucho..
Yo soy de las de las de antes, por la tarde si veo algun rato es 'Pasión de G' son las que me gustan, me atrapan, como 'D.Barbara' ahora ya me tienen que gustar los protagonistas para verlas.
Y ultimamente entre turcas y narconovelas además ya la competencia va todo por Netflix, ha cambiado todo mucho.
Bueno yo te sigo en el blog igual, ya no puedo poner comentarios, pues no voy al día en telenovelas!!
Saluditos igualmente😃😉
@Tessa... A ver si para 2020 volvemos a coincidir con alguna telenovela. El sector audiovisual está cambiando y nos está saturando un poco a todos, entre televisión, internet, plataformas... Agradezco que sigas ahí al pie de la pantalla :) Para los que blogueamos la fidelidad de quienes nos dedicáis unos minutos de vuestras vidas es la mayor recompensa que pueda haber.
@Rosario... Entre tú y yo, no te pierdes mucho. Necesitaba un par de vueltas, de guion, de concepto y de todo antes de haberse puesto a rodar. Aun así, han hecho lo que han podido pese a que faltaban muchas cosas por pulir.
Un saludo!
Con estas palabras yo me despedí de la serie en mi cuenta de instagram. A lo mejor seré una de las pocas personas que quedó totalmente enganchada con esta historia y para mí, la verdad, es una de las mejores series de Telemundo. La amé y le guardo un cariño muy especial. Me parece una lástima que el público estadounidense no le dio la oportunidad a algo diferente de las narcoseries de siempre. Para mí es una verdadera joya y me quedé con muchas ganas de una continuación. Francisco Angelini hizo un gran trabajo, bueno, todos lo hicieron. Y me gustó mucho la idea de que el personaje principal esté narrando la historia. Algo que no es muy común. Me doy cuenta de lo mucho que extraño esta serie. Gracias por esta crítica, me trajiste unos recuerdos hermosísimos.
Veo que te encantó. La verdad es que sí, es una pena que no funcionase en Estados Unidos, porque aunque para mí flojee en algunos aspectos, en otros ha sido muy novedosa. Ahí está esa narración del protagonista, haciendo cómplice al espectador, el juego entre personajes reales y personajes ficticios, cómo nos 'engañaron' con el tiempo que aparentemente pasa en la historia... Hay pequeñas grandes novedades que el tiempo dirá si otras telenovelas adoptan o simplemente las dejan pasar. Como experimento, en ese sentido, ha sido genial.
Un saludo!