Se dice de mí es el tema principal de Yo soy Betty, la fea (RCN, 1999) y de su
más reciente versión, Betty en Nueva York
(Telemundo, 2018-2019). Precisamente en una entrada sobre esta última versión
Yolanda SH me proponía dedicar un Más
allá de la letra a este tema, cuya historia conocía solo en parte. Esta
entrada es el resultado de aquella propuesta.
Se dice de mí surgió mucho antes de Betty, más de
medio siglo antes. En 1943 el poeta argentino Ivo Pelay y el director de
orquesta uruguayo afincado en Argentina Francisco Canaro, que además eran
grandes amigos, componían este tema al que prestó su voz otro uruguayo afincado
en Argentina: Carlos Roldán. El tema revestía los ritmos de la milonga
gauchesca, un género musical típico de Argentina y Uruguay. Os dejo un
fragmento conservado de aquella grabación original:
En
1954, Francisco Canaro autorizaba una nueva versión para la película Mercado de abasto, con una novedad: la
actriz y cantante argentina Tita Merello se ocuparía de cantarla, adaptando
para ello pequeños elementos del la letra, como las terminaciones de género (“feo”,
“fea”, por ejemplo). Así se vio y se escuchó en la propia película:
El
tema se hizo popular en Argentina, pero más allá de sus fronteras pocos
conocían esta milonga. Los directivos de RCN repararon en ella cuando, en 1999,
preparaban Yo soy Betty, la fea. La
bogotana Yolanda Rayo la interpretó con un ritmo más cercano a la salsa
colombiana que a la milonga argentina-uruguaya:
Dos
décadas después, Telemundo actualizaba este tema para Betty en Nueva York, dotándolo de un ritmo que tira más a lo
electro. Su intérprete es, según apuntan algunos seguidores, la propia Elyfer
Torres; según otros, la cantautora Patricia Fernández. Telemundo no ha querido
aclarar este punto, pero tras oír las voces de una y otra, yo me inclino más
por Elyfer:
Tomo
para esta entrada la letra del tema de Yo
soy Betty la fea, a grandes rasgos la misma que Tita Merello interpretó en
los años 50:
Se
dice de mí...
Se
dice que soy fea,
que
camino a lo malevo,
que
soy chueca y que me muevo
con
un aire compadrón.
Que
parezco un dinosaurio,
mi
nariz es puntiaguda,
la
figura no me ayuda,
y
mi boca es un buzón.
Con
este comienzo tan potente, me imagino a los directivos de RCN locos de
contentos cuando descubrieron este tema. Le queda como anillo al dedo a la
historia. Se nota que esta canción es fruto del talento de un argentino y un uruguayo
afincado en Argentina en el uso de algunas palabras: “malevo” significa ‘de
hábitos vulgares, propio de los arrabales’ en Argentina y Uruguay y “compadrón”,
aplicado a una persona, ‘tipo popular, jactancioso, provocativo, afectado en
sus maneras y en su vestir’. Vamos, la pobre mujer es una vulgar estrafalaria.
Lo
único que no me cuadra con Betty es lo del dinosaurio. No es que la mujer se
minusvalore, es que este tema fue compuesto en origen por hombres para una voz
masculina y con ciertos toques de humor, como este del dinosaurio.
Si
charlo con Luis, con Pedro o con Juan,
hablando
de mí los hombres están,
critican
si ya la línea perdí,
se
fijan si voy, si vengo o si fui.
Se
dicen muchas cosas,
mas
si el bulto no interesa,
¿por
qué pierden la cabeza ocupándose de mí?
El
espíritu criticón de quienes nos rodean y que tanto sufre Betty. “Bulto” en
Uruguay y Argentina es algo que no tiene importancia. Viene a decir algo así
como que si lo importante “no interesa, ¿por qué pierden la cabeza ocupándose
de mí?”.
Yo
sé que muchos que desprecian con mentiras,
y
suspiran y se mueren cuando piensan en mi amor
Y
más de alguno se derrite si suspiro,
y
se queda si lo miro, resoplando con temor.
Si
fea soy, pongámosle,
que
de eso ya, yo me enteré.
Mas
la fealdad que Dios me dio,
mucha
mujer me la envidió,
y
no dirán que me creí,
porque
modesta siempre fui.
Yo
soy así.
¡Ahí, ahí!
Es hora de demostrar al mundo que más allá de la fealdad hay talento, hay
inteligencia y más cosas. Me encantan esos dos versos de “mas la fealdad que
Dios me dio, mucha mujer me la envidió”.
Y ocultan de mí,
ocultan que yo tengo unos ojos soñadores,
y además otros primores que producen sensación.
Si soy fea se que en cambio tengo un cutis de muñeca,
los que dicen que soy chueca no me han visto en camisón.
Los hombres de mí critican la voz,
el modo de hablar,
la pinta, la tos.
Critican si ya la línea perdí,
se fijan si voy, si vengo o si fui.
ocultan que yo tengo unos ojos soñadores,
y además otros primores que producen sensación.
Si soy fea se que en cambio tengo un cutis de muñeca,
los que dicen que soy chueca no me han visto en camisón.
Los hombres de mí critican la voz,
el modo de hablar,
la pinta, la tos.
Critican si ya la línea perdí,
se fijan si voy, si vengo o si fui.
Me parece
la mejor parte de la canción, en la que la mujer reafirma todo aquello bonito y
positivo que tiene, después de haber aguantado todo lo que ha aguantado.
Se dicen muchas cosas,
mas si el bulto no interesa,
¿por qué pierden la cabeza ocupándose de mi?
Yo sé que muchos que desprecian con mentiras
y suspiran y se mueren cuando piensan en mi amor.
Y más de uno se derrite si suspiro,
y se quedan si lo miro, resoplando con temor.
Si fea soy, pongámosle,
que de eso ya, yo me enteré.
Mas la fealdad que Dios me dio,
mucha mujer me la envidió,
y no dirán que me creí,
porque modesta siempre fui.
Yo soy así.
El
mejor cierre, el mejor remate para una canción bonita y en la que se nota, como
habéis visto, el uso de términos propios del español de Argentina y Uruguay en
el que se manejaban quienes la crearon. Una canción en la que también se ve el
juego de rimas obra de un poeta como Ivo Pelay, que juega con las terminaciones
de los versos pares para crear asonancias y consonancias de una forma enriestrada.
Una canción sencilla, creada en Argentina con la intervención de dos uruguayos –uno de sus compositores y su primer cantante– que más de siete décadas después aún sigue sonando gracias a la segunda vida que le han dado las Bettys, primero, la de Colombia, con vuelta al mundo incluida, y ahora, la de Estados Unidos.
Una canción sencilla, creada en Argentina con la intervención de dos uruguayos –uno de sus compositores y su primer cantante– que más de siete décadas después aún sigue sonando gracias a la segunda vida que le han dado las Bettys, primero, la de Colombia, con vuelta al mundo incluida, y ahora, la de Estados Unidos.
Ivo
Pelay falleció en 1959; Francisco Canaro, en 1964, y Carlos Roldán, en 1976.
Ninguno de los tres conoció el éxito de aquello que surgió como una milonga
guachesca y que se convirtió en un tema emblemático dentro del género de las
telenovelas.
Comentarios