El jueves día 13 conocíamos una de esas noticias que nos dejan con el cuerpo
helado: Edith González fallecía
tras luchar desde hace más de tres años contra un cáncer de ovario. Tenía 54
años.
Edith
tuvo claro desde niña que lo suyo era ser actriz. En 1970 y con solo seis años
debutó en televisión con la serie Cosa
juzgada, producida por Televisa. Un año despuñes, en 1971, se iniciaba en
las telenovelas con Lucía Sombra. Compaginó
cine, teatro y televisión durante los años 70, 80 y 90. Precisamente, fue la
televisión la que hizo que su rostro fuese conocido en todo el mundo. Los ricos también lloran (1979), fue su
carta de presentación a nivel internacional. Tres años después, su primer
protagónico, Blanca Vidal, también
traspasó fronteras. Lo mismo le ocurrió con algunas de las telenovelas que
protagonizó a continuación, como Monte
calvario (1986) o Rosa salvaje
(1988). Tras esta conoció el fracaso con Flor
y canela (1989), “una telenovela que por no ver no vio ni mi mamá”, como
aseguraba, con humor, en las entrevistas.
El
fracaso de Flor y canela lo vio
superado, con creces, gracias a Corazón
salvaje (1993). Edith y Eduardo Palomo dieron la vuelta al mundo con esta
telenovela, que posicionó a Televisa como una de las principales productoras de
los 90. Edith, continuó protagonizando en Televisa historias como La jaula de oro (1997), Nunca te olvidaré (1999), Salomé (2002), parte de Mujer de madera (2004) o Palabra
de mujer (2008). También se convirtió en la villana de Mundo
de fieras (2006-2007).
En
el 2008, tras terminar Palabra de mujer,
decidió aceptar la oferta de Telemundo e irse a Colombia para dar vida a Doña Bárbara. De nuevo, esta vez con
Christian Meier como compañero, dio la vuelta al mundo. De vuelta en México se
integró al elenco de Camaleones (2009-2010),
su última telenovela con Televisa.
Decidida
a recorrer nuevos caminos, en 2011 firmó una exclusividad con Azteca que le
permitió volver a triunfar a nivel internacional con Cielo rojo (2011-2012), al lado de su compadre Mauricio Islas. Tras
una participación especial en A corazón
abierto, Edith se convirtió en la protagonista de Vivir a destiempo (2013), junto a Ramiro Fumazoni y Humberto
Zurita. Funcionó muy bien en México y sí que se vendió, aunque no tanto como Cielo rojo. Para mí Vivir a destiempo es la mejor de de sus últimas telenovelas y de lo
mejor que ha hecho Azteca en su historia. Con esta productora y con Mauricio
Islas –y también Saúl Lisazo– repitió en 2014 en Las Bravo.
En
2016 volvió a Telemundo, aunque esta vez a sus estudios de Miami de la mano de Eva la trailera, junto a Arap Bethke y
Jorge Luis Pila. Al poco de concluir el rodaje anunció que padecía cáncer.
Enfrentó con optimismo la enfermedad y sin parar de trabajar. Así, participó en
varios capítulos de Tres familias
(2018), para Azteca, y este año formó parte como jurado de Este es mi estilo, un talent
de moda de Azteca.
A
muchos la noticia de su muerte nos pilló por sorpresa, pues dábamos por hecho
que había superado la enfermedad. Hace unas semanas tuvo una fuerte recaída que
la llevó al hospital, donde su vida llegó a su fin el pasado día 13.
México
la despidió con centenares de horas de programación especial y un homenaje
público en el teatro Negrete de la capital. Allí, Katie Barberi, una de sus
mejores amigas, recordó a Edith como “una gran mamá […] Una mujer organizada
que tuvo el detalle de llamarnos a sus mejores amigos desde el hosptial para
despedirse de nosotros”. Edith estaba casada con el abogado Lorenzo Lazo desde
2010. Casualidades de la vida, Lazo había perdido en 2009 a la que fuese su
primera esposa también a consecuencia de un cáncer. La actriz deja una hija,
Constanza, de 14 años de edad, y fruto de una relación anterior con el político
Santiago Creel.
Descansa
en paz, Edith. Con el enorme legado que nos dejas va a ser imposible olvidarte.
Comentarios
He estado viendo vídeos y trozos de los actos, he visto a los actores a su mamá a su esposo...todos allí en el teatro, con las flores blancas los mariachis de blanco, con los temas que ella escogió para su despedida, hasta el final decidió su vida (le dejó encargada a su amiga Katie Barberi la fiesta del 15 cumpleaños de su hija que preparaba Edith con mucha ilusión)
Una gran mujer, para mí siempre será doña Barbara.
«Descansa en paz Edith»
Solo decir esta gran frase del final de Doña Barbara: "Usted no puede morir, porque las leyendas como usted mi doña, se quedan en el corazón y en el alma de la gente... para siempre"
No la recordaba, pero sin duda alguna es una frase perfecta para despedir a Edith.