[Esta crítica forma parte del III Concurso de Críticas de
Telenovelas organizado por este blog. Puede contener SPOILERS]
Vi
esta telenovela en el 2012, casi al ritmo de México, y me gustó. El año pasado,
aprovechando que Nova la repitió en el horario de las tres de la tarde, me
decidí a verla por segunda vez. Sé que es algo que muchos no hacéis por falta
de tiempo, pero volver a ver una telenovela que ya se ha visto es una
experiencia totalmente recomendable: se disfruta mucho y se descubren detalles
que en el primer visionado pueden haberse pasado por alto.
FICHA TÉCNICA
País:
México.
Productora:
Televisa.
Año: 2012.
Basada en De pura sangre (Televisa, 1989).
Guionistas:
Martha Carrillo, Cristina García y Denisse Pfeiffer.
Producción:
Carlos Moreno Laguillo.
Número de
capítulos: 166 –aunque los diez primeros duran 20 minutos-.
ARGUMENTO
Camila Monterde (Silvia Navarro) es una joven veterinaria que está a punto de casarse con Luis (Valentino Lanús), su novio desde hace años. Tras celebrar con sus amigos su compromiso, Luis y Camila tienen un accidente de tráfico en el que él muere.
Decidida
a recuperarse física y psicológicamente de lo ocurrido, Camila se refugia en el
rancho La Malquerida, dedicado a la cría de toros de lidia y propiedad de su
tío don Daniel (Rogelio Guerra). Allí conoce a Alonso (Flavio Medina), el
administrador del rancho, un tipo ambicioso y fuertemente influenciado por su
madre Isadora (Leticia Calderón) que consigue llevarla al altar tres años más
tarde.
Poco
después de la boda entre Alonso y Camila, don Daniel descubre los planes que el
marido de su sobrina, junto a Isadora y al cómplice de esta, Dionisio (César
Évora), han diseñado para el rancho: convertirlo en un complejo turístico en
cuanto Camila lo herede. El anciano, delicado de salud, pretende evitarlo
haciendo testamento a favor de Daniel Díaz Acosta (Cristián de la Fuente), un
hijo que tuvo de joven con una muchacha chilena. Don Daniel fallece días más
tarde y Daniel es llamado a recibir su herencia. Para evitarlo, Isadora y
Diniosio contratan a un matón para que viaje a Chile y acabe con él. El plan no
les sale del todo bien, ya que es Miriam (Lisset), la mujer de Daniel, quien
acaba muriendo asesinada. Su esposo es inmediatamente detenido y enviado a
prisión, acusado de haber matado a su mujer para cobrar un seguro de vida que
esta había suscrito a su favor días antes de su muerte y de lo que no le había
informado.
Díaz
Acosta consigue huir de prisión y llegar a La Malquerida, donde con una nueva
identidad, la de Andrés Duarte, pretenderá vengarse de Camila, a la que cree
responsable de lo que le sucedió a su esposa. Sin embargo, un amor bravío surge entre ellos, haciendo
que Daniel olvide sus planes de venganza y se alíe con Camila para evitar que
Alonso, Isadora y Dionisio se hagan con el control del rancho.
ACTUACIONES
Pocas
telenovelas pueden presumir de tener un elenco como el que tiene esta, con un
nivel extraordinario. Silvia Navarro disfruta muchísimo de Camila. Se le nota.
Se entrega muchísimo al personaje, para mí el mejor que ha hecho en los últimos
años, teniendo en cuenta que aún no he visto Caer en tentación. La química que consigue con Crisitán de la
Fuente es sublime, haciendo que De la Fuente se suelte la melena y deje de
estar tan comedido como está en los primeros capítulos.
Leticia
Calderón se luce como Isadora, una villana muy diferente a su gran Carlota Espinosa
de los Monteros (En nombre del amor),
ya que Isadora es una mujer que vive la vida sin reparos católicos o moralistas
y que tiene tras de sí una historia personal dura que explica parte de su
comportamiento. A su lado está César Évora, que consigue gracias a Dionisio un
villano excepcional, movido en un primer momento por su afán de hacerse con La
Malquerida y posteriormente, por su obsesión con Camila. La pareja que hacen
Leticia y César debería volver a repetirse. Son dos grandísimos actores.
Flavio
Medina y Laura Carmine se ocupan también de hacer maldades, como Alonso y
Ximena, el esposo y la hermana de Camila. Son dos actores a los que descubrí en
esta telenovela y a los que he seguido la pista. Aquí realizaron un magnífico
trabajo, tanto juntos como por separado.
En
el entorno de La Malquerida aparecen otros personajes. Es el caso de Piedad y
su hija Luzma, interpretadas respectivamente por Yolanda Ventura y Mariana Van
Rankin. El personaje de Yolanda es muy parecido al que tuvo en Cuando me enamoro,
aunque ciertos matices los diferencien. El de Mariana es uno de los más tiernos
de la historia. Lo mismo puede decirse de Pablo (Eddy Vilard), el novio de
Luzma. Son una pareja preciosa, pese a lo que le toca vivir por culpa de
Leoncio (José Elías Moreno), el tío de la muchacha y villano de esta historia
de amor. Gran trabajo el de todos ellos.
Precisamente,
Pablo es uno de los Albarrán, los dueños de la hacienda Buenaventura y vecinos
de los Monterde, una familia integrada por sus padres, Cayetano (Luis
Couturier) y Rocío (Norma Herrera) y tres hijos: Mariano (René Strickler),
Yago (Juan Diego Covarrubias) y el propio Pablo. Tanto Luis como Rocío,
Mariano y Juan Diego han sacado adelante estos personajes sin ninguna
dificultad. Otra cosa es que en la historia aporten poco y lleguen a lastrar en
algunos momentos la trama principal, con la excepción de Cayetano, que se ve
involucrado en una serie de tramas con Isadora, y lo que he comentado de Pablo.
La
Malquerida y Buenaventura se ubican en un pequeño pueblo del Estado de México
que sirve para ambientar las historias de otros personajes. Es el caso de
Viviana (Fernanda Castillo) y Rafael
(Alex Sirvent), dos jóvenes recién llegados al pueblo, por distintas causas, y
que rápidamente entablan amistad con Camila. Forman una de las parejas más
bonitas de la historia, gracias a la naturalidad tanto de Fernanda como de
Alex. En el pueblo también se encuentra la posada atendida por Amanda (María
Sorté) y su hija Natalia (Florencia de Saracho), dos personajes que al
principio parecen relleno pero que acaban dando juego y que a mí me han
gustado. Por el pueblo andan también el padre Baldomero (José Carlos Ruiz), el
padre Alejandro (Alejandro ¿) o el notario Osvaldo Becerra (Héctor Sáenz),
entre otros personajes que aportan mucho a la historia en distintos momentos.
Me
he dejado para el final a Olivia Bucio, que brilla como Agustina, la madre de
Camila y lo he hecho por una simple razón: después de años con papeles
insignificantes, Agustina le permitió a Olivia recordar a los productores y al
público lo gran actriz que es y que puede con personajes redondos y con peso
como este o los últimos que ha venido haciendo.
TRAMAS
Amor bravío se basa en De pura sangre (Televisa, 1989) en buena medida. A la base que le aporta
la original hay que sumarle un alargue ordenado por Televisa que las
guionistas, Martha Carrillo y Cristina García, supieron llevar bastante bien, o
por lo menos mejor que en anteriores ocasiones.
La
trama central se encuentra inspirada en El
conde de Montecristo, de Alexander Dumas y Auguste Maquet. Como el
protagonista de la novela, Daniel es encarcelado injustamente tras verse en
cierta forma traicionado por el hermano de su esposa. Consigue huir de una
prisión que recuerda mucho a la de la novela y a través del mar llega a México,
donde con una nueva identidad pretende hacer justicia. La historia de amor que
surge entre él y Camila recuerda mucho a las de las telenovelas clásicas
mexicanas, no solo por el ambiente en el que transcurre, un rancho de la categoría
de La Malquerida, sino también por cómo poco a poco en torno a ellos van
desatándose ciertos nudos argumentales que los unen todavía más, hasta el grado
de hacer que ambos cuenten con una hermanastra en común.
El romance entre
Camila y Daniel está muy bien llevado hasta que la base aportada por De pura sangre se acaba y comienza el
alargue propiamente dicho. A diferencia de lo que ocurrió en Cuando me enamoro
o En nombre del amor, las guionistas supieron alargar la historia con los
personajes que ya tenían, sin tener que sacar parientes o viejos amigos para ir
rellenando capítulos. Contemplaron esa posibilidad desde un principio, por lo
que se ahorraron de escribir escenas como el entierro de Miriam, lo que dio a
su vez cierta verosimilitud a lo que ocurre una vez el alargue comienza a
desarrollarse. De todas formas, hay algo que les quedó cojo: los motivos que
llevan a Abraham, el hermano de Miriam, a detener y enviar a prisión a Daniel.
Vale que no lo soportase y que no confiase en él, pero de ahí a hacer lo que
hace, me parece exagerado. El alargue cuenta también con una trama totalmente
fantástica, que es el terrible contagio que sufre Daniel por un virus, el
cabrex, que las guionistas se sacaron de la manga, ya que no existe. El alargue
se hace pesado por momentos, ya que mientras que los villanos no dejan de tocar
las narices mientras dura la base de la original, en el alargue pasan casi a un
segundo plano, pero recupera el buen ritmo en los últimos capítulos.
De
manera paralela a la historia de Camila y Daniel se desarrollan otras muchas
tramas. Es el caso del triángulo amoroso, por llamarlo de alguna forma, que
surge entre Dionisio, Isadora y Agustina como parte del plan de los dos
primeros para hacerse con La Malquerida; de la relación entre Alonso y Ximena y
su final, tan impactante; del romance entre Viviana y Rafael o el de Luzma y
Pablo, fuertemente sacudido por el hecho de que Luzma sea violada por su tío y
quede embarazada. Una trama fuerte, de incesto, que me sorprendió mucho, ya que
se abordó como tal, sin florituras que pretendiesen rebajar la gravedad y lo
impactante del asunto.
Sobran
muchas de las tramas en las que participan los hermanos Albarrán y que desde el
punto de vista de la historia no son más que relleno. Es lo que me parece el
romance tan forzado entre Diego y Natalia o que el pobre de Mariano ande toda
la telenovela detrás de Camila sabiendo que ella no siente nada por él. Ese
espíritu de las telenovelas clásicas se ve también en las tramas de esta
familia, cuando se desvela, por ejemplo, que Pablo es un Monterde, pues Rocío
lo tuvo en una aventura extramatrimonial con su vecino, o Cayetano se deja
llevar por los tóxicos consejos de Isadora para separarse de su esposa y
casarse con ella solo por venganza.
La
telenovela cuenta con un buen número de nudos argumentales que se van desatando
para dar lugar a pequeños giros y sorpresas: parentescos insospechados con unos
cuantos hijos que descubren quiénes son sus verdaderos padres, secretos que
guardan distintos personajes… Con unos villanos como los que tiene esta
historia, los asesinatos y ataques que estos llevan cabo entre sí y para con otros personajes son
tremendos y muy fuertes: aquí se cortan lenguas, se echa ácido, se ponen toros
a herir a quien pinte, hay tiros, algún cadáver mal enterrado… ¡Qué sería de
una telenovela sin un buen par de villanos como los que tiene esta!
El
final es congruente, esperable y esperado. En cierta forma cierra un círculo
que se abre al comienzo de la telenovela: se presenta la tercera edición del
libro que Rafael comienza a escribir sobre toros de lidia y que posteriormente
se convierte en una novela con la historia de amor de Camila y Daniel. Los
buenos terminan felices y contentos y los malos en prisión y con terribles
castigos. Solo queda un cabo suelto: Piedad se había encontrado un bulto en un
pecho y aunque había ido a hacerse las pruebas, no se llega a saber más.
Yolanda Ventura comentó que el montaje del último capítulo había dejado fuera
algunas escenas de su personaje, entre ellas una en la que el doctor le
informaba de que no tenía cáncer.
Con
una última escena en la que Camila y Daniel se besan a las puertas de Amor
bravío, el nombre con el que rebautizan a La Malquerida, y título de la novela
de Rafael, termina esta historia.
OTRAS COSAS
Reconozco
que me sorprendió ver el nivel de reutilización de decorados que tiene la
telenovela. El interior de La Malquerida comparte con la casa de las Espinosa
de los Monteros de En nombre del amor
ventanas, cortinas, la fuente, la escalera y diversos muebles.
No
es el único caso: las habitaciones del hospital al que acuden los personajes de
Amor bravío son idénticas a las del hospital de Cuando me enamoro. En el rancho Buenaventura se observan también
distintos muebles que se vieron en La Bonita y Cruz de Amor, las haciendas de
esta última telenovela.
Con
decorados han recreado el interior de una hacienda tan espectacular como lo es
La Gavía, el nombre real de La Malquerida, situada en Almoloya de Juárez y que
data del s. XVIII. Como localización, es de las más bonitas que recuerdo, ideal
para crear un lugar que acaba siendo un personaje más de la trama, silencioso,
testigo de todo cuanto acontece entre sus muros.
La
realización es buena, muy buena para la época en la que se rodó la telenovela,
cuando todavía no se apostaba por cámaras de cine ni grandes efectos
especiales, como sí ocurre, cada vez con más frecuencia, hoy en día.
Esta
telenovela se encuentra producida por Carlos Moreno y su nombre es sinónimo de
espectaculares bandas sonoras. Vicente Fernández pone voz al tema principal,
titulado como la telenovela y hace una participación especial en ella. Carlos Macías corre con buena parte del resto de
canciones, con baladas tan espectaculares como Divina tú, Amarte así, Olvidarte jamás o Tu perfume. Samo se luce también con su Tan solo pido. Silkon, David Cavazos y Juan Pablo Manzanero completan
la banda sonora. En cuanto a los soundtracks,
estupendos, con mucha guitarra, muy acordes con la temática y la ambientación
de la historia.
Debo
detenerme en algo que me ha sorprendido del vestuario. Han querido demostrar
que es una telenovela muy mexicana y mucho mexicana, como diría Rajoy, hasta el
grado de vestir de charros a casi todos los personajes masculinos que trabajan
en el rancho. Es un traje bonito y los actores lo lucen de maravilla, pero, ¿en
serio hay gente en México que atienda animales o trabaje en el campo vestido de
charro, con su pantalón y chaleco ceñidos, sufriendo el calor que debe dar ese
traje? Quiero pensar que se trata de una licencia creativa. Las mujeres visten
de una manera más normal, más de calle, a excepción de Camila, que apuesta más
por lo vaquero, pero sin caer en trajes regionales, como ocurre con los chicos.
CURIOSIDADES
Haber
seguido en su día esta telenovela casi a ritmo de México me permite saber una
serie de curiosidades con las que quiero terminar esta crítica. Para empezar,
en la fase de castings, un reportero de una revista confundió a Cristián de la
Fuente con Mario Cimarro y se corrió el rumor de que Cimarro
iba a protagonizarla. Carlos Moreno tuvo que salir a desmentirlo.
La
telenovela generó polémicas desde el momento en el que se supo que iba a
hacerse. Colectivos animalistas criticaron que se molestase a los toros de
lidia y pidieron por activa y por pasiva que no se mostrasen corridas de toros.
No se
mostraron corridas, aunque sí se
recreó una novillada para la telenovela sin que ningún animal saliese herido o
muerto. Cuando el tema de los animales comenzaba a calmarse, saltó otra
polémica: un toro murió
tras ser sedado para poder rodar una escena. Resulta que el toro estaba
nervioso y le proporcionaron un sedante para calmarlo. Falleció y los
colectivos animalistas volvieron a cargar contra la telenovela. Comparto con
ellos que fue un accidente que pudo no haber sucedido si la escena hubiese sido
concebida sin necesidad de que el toro entrase en acción.
Algunos
medios apuntaron a un posible
romance real entre Cristián y Silvia, lo que ellos desmintieron con humor.
Pocos fueron los que destacaron algo que me pareció un gran gesto de entrega a
su trabajo por parte de Flavio Medina: se rapó al cero para dar más
verosimilitud a los últimos capítulos de Alonso, rechazando así que le vendasen
la cabeza o le colocasen una calva postiza.
Una última curiosidad: en algunos de los enlaces que he puesto aparecen referencias a Lidia de amor. Este es el título con el que la producción trabajó hasta decantarse por el de Amor bravío, con el subtítulo de Cuando manda el corazón, siguiendo el tema de Vicente Fernández.
De
vez en cuando se hacen telenovelas que funcionan y que dan mucha suerte a los
actores que forman parte de ellas. Amor
bravío tuvo una audiencia correcta en México, pero arrasó en Estados Unidos
y en otros muchos países en los que se emitió, como en España. Fue el primer
protagónico de Cristián de la Fuente en México, que sigue encabezando elencos
de distintas telenovelas. Terminado el rodaje de Amor bravío, Fernanda Castillo fue elegida para primero antagonizar
y luego protagonizar El Señor de los
Cielos, en Telemundo, convirtiéndose en una de las actrices más cotizadas.
Juan Diego Covarrubias pasó también a protagonizar, pues al poco de terminar
esta telenovela le ofrecieron De que te
quiero, te quiero, en Televisa. Diego Soldano, que debutó en México con
esta telenovela, continuó su trayectoria gracias a Telemundo y tiene pendiente
el estreno de Desaparecida, que
protagoniza junto a Andrea Noli para Azteca.
Curiosidades
aparte, Amor bravío es una telenovela
que bebe de lo clásico para ofrecer una historia campestre ambientada en
nuestros días y cargada de pequeños giros que hacen que sea fácil engancharse a
ella, aun cuando algunas tramas la lastren un poco. El alargue, más lógico que
en otras telenovelas y sin necesidad de introducir nuevos personajes, merma
ligeramente la historia de los protagonistas y el actuar de los villanos, hasta
los últimos capítulos, que son trepidantes.
Por
lo demás, una telenovela que se disfruta mucho, con un elenco espectacular, una
gran banda sonora y unas localizaciones que a mí me encantaría visitar.
NOTA: 9,25
CRÍTICA REALIZADA POR EVA
-PAÍS: España-
Comentarios
Va a ser muy difícil puntuar este año o no, todas se merecen ganar.
Saludos
saludos!
A mi tambien me gustó mucho Amor bravio,en realidad todo lo que hace Carlos Moreno me gusta,aunque no he podido ver sus ultimas producciones
Mucha suerte!
Tengo que ponerme al día con las críticas del concurso, porque esta semana he estado un poco desconectada. A ver si esta tarde voy leyéndolas.
Gracias a todos y a Gafemo por la oportunidad que nos da.