Iba por la calle charlando con un colega. No recuerdo muy bien por qué, pero mi colega se puso hablar de lo que pensaba sobre no sé qué tema una persona que no
es que me caiga muy bien. “Me tiene hasta la madre, él y sus tonterías”, le
dije. Mi interlocutor se quedó un poco con cara de no haberme entendido.
Realmente no me había entendido. “Quiero decir que estoy cansado de él y de sus
tonterías”, le aclaré.
Una
pequeña anécdota que ilustra el tema de esta entrada en la que quiero mostraros
una de esas caras ocultas del género de las que pocas veces se habla: cómo términos
y expresiones que escuchamos en las telenovelas se incorporan a nuestro
lenguaje, a veces solo como modismos, y otras, para quedarse.
Corría
1995, cuando a Gregorio Salvador le financiaron un curioso proyecto de
investigación: estudiar cómo las telenovelas, en pleno auge en España, habían
afectado al lenguaje de los españoles. Este filólogo eligió como muestra de su
estudio la provincia de Burgos, cuna del español, y se recorrió distintas
localidades escuchando hablar a la gente. La investigación se recogió en un
libro que recoge ejemplos tan curiosos como los siguientes:
-Frente
a un escaparate, dos chicas conversaban sobre unos zapatos. “Son muy chéveres”,
le decía la una a la otra.
-En
una terraza de un bar una mujer pedía a su marido que “agarrara” la copa.
-En
un pueblo una mujer discutía con su marido: “¡Malagradecido!”, le llamaba, pues
se adueñaba del televisor para ver el Tour de Francia justo cuando emitían Abigail.
-Se
topó a una mujer que le decía a otra que iba a hacer un “llamado” en una cabina
telefónica ya que en su casa no funcionaba el teléfono.
Junto
a estos cuatro ejemplos, observó que la gente utilizaba palabras del español de
América para referirse a conceptos muy dispares: “sindicalero”, por
sindicalista; “abusador”, por abusón o “anestesiólogo” por anestesista, entre
otros muchos ejemplos.
Pese
a que es un libro de apenas treinta páginas, el estudio de Gregorio Salvador,
que lleva por título El español hablado
en los culebrones -se lo pasaré, porque estábamos en 1995- es una joya que
muestra cómo el género enriquece el idioma, importando expresiones y palabras
del español de América al español que se habla en España. De los ejemplos que
os copiaba muchos acabaron quedándose y lo que en 1995 sonaba un poco extraño
hoy suena perfectamente normal. “Rajoy se acaba de mostrar para con sus
votantes como un malagradecido”, comentaba un tertuliano en la radio hace unas
semanas, tras conocerse que Rajoy dejaba su escaño de diputado.
Ese
trasvase de términos y expresiones se mantiene hasta nuestros días. El propio
Gregorio Salvador, que siguió estudiando este fenómeno, apuntaba en una conferencia
de 2004 un ejemplo: dos amigas iban por la calle y una le dijo a la otra algo
así como “Pepe y yo estamos pololeando”. Era la época en la que Machos causaba furor en TVE.
Aunque
me haya centrado en Gregorio Salvador, porque me parece que es el que con más
ejemplos aborda este tema, son unos cuantos los expertos que han dedicado
tiempo y esfuerzo a estudiar esta cuestión y que merecen, al menos, ser
citados: Humberto López Morales, María del Rosario Llorente (que tiene un
estudio muy interesante en el que comenta cómo han calado las palabras “celular”
y “computadora” en el español peninsular), Raúl Ávila y Juan Manuel Lope
Blanch.
Que
no os avergüence si se os escapa algo como lo que se me escapó a mí en la
anécdota con la que abría esta entrada. Aunque pueda no parecerlo, es una forma
de enriquecer el idioma.
Comentarios
Saludos
Muy buena entrada, me ha encantado y me he sentido identificado. Bueno, si hacen el estudio conmigo, no dan abasto, ya que yo adopto desde hace más de diez años -de telenovelas pero hasta de El Chavo del ocho- y no sólo palabras y conceptos sino refranes típicos, lo de ``No se puede tapar el sol con un dedo´´ ``Matrimonio y mortaja del cielo bajan´´ no son muy comunes aquí y personas que les encanta los refranes pero no las telenovelas, no conocen casi ninguno de mi repertorio.
Rocío, ¡estoy contigo, ya somos dos!, pero esto tiene su lógica y es que hay palabras o conceptos que no tenemos una palabra ``nuestra´´ para designarlos, cuando le dices igualado/a a alguien (aunque no tengamos servidumbre) ¿qué otra expresión podríamos decir que sea mejor sinónimo, porque decir atrevido, o metiche, no sería lo mismo, ya que no sólo nos referimos a dar consejos o meterse en una conversación sino hacerlo cuando no te puedes codear con el resto de interlocutores. Además yo también empleo muchísimo ``no te exaltes´´, ``no te agüites´´ seguidas de me siento compungido, amohinado, apachurrado, agüitado, compungido, achicopalado, necesito que alguien me apapache, que no tengo perro que me ladre/no me calienta ni el Sol, me dejó por el piso...
Y por supuesto y no sé si considerarlas en este grupo pero también expresiones de algún personaje, como algunas de El clon, o el ``te hace falta Jesús´´ o cuando Ximena Sermeño (Verónica Jaspeado) en un papel muy cómico en Un gancho al corazón decía entre otras cosas aquello de ``¿Te puedo decir tres cosas?´´ o ``Besísimos´´ jajaj me pasé años dando besísimos a todo el mundo en los primeros años de esta década (ya me daría corte).
Por cierto Gafemo, podrías poner una especie de encuesta o lluvia de ideas para entre todos ir añadiendo las palabras propias de telenovelas que más hayamos escuchado o adoptado como propias y a ver si hacemos una gran lista abierta, una especie de minidiccionario del que quedase en un lateral del blog para que en cualquier momento se pueda ampliar vocabulario.
Saludos cordiales.
Recordé otras como ``No hay pájaros en el alambre´´ (parecida a nuestro no hay moros en la costa), Villas y castillas, (por nuestro teta y sopa) o Voy a ver si puso la marrana, me fui en camión (para designar al autobús urbano/la guagua, o la charola, para referirse a una bandeja (yo en casa digo charola en vez de bandeja), Argüendera/o, Zarrapastroso/a (como pordiosero/a), el carro (coche), la alberca (piscina, que aquí sería una especie de estanque), o está padrísimo o está chido o ¡qué chido!... trapear el piso, el closet, hacer la colada, un regaderazo (ducha) ``la pijama´´ -pronunciada piyama- que estoy empezando a decirlo así yo también. y muchísimos que ahora no recuerdo, pero las uso casi diariamente.
Saludos.
Yo he adoptado también la expresión"Me hace el mandado",que pex?(en vez de que pasa?
Y saludos como"Osea Hello"
Habrá gente que pensará que estoy loca o no me entiendan pero es que me sale sin darme cuenta jj
Saludos