En
el momento en el que muchos de vosotros estéis leyendo estas líneas yo estaré
viendo el final de “Los Miserables”,
a mi ritmo (la idea era verla a ritmo de Nova, pero me he adelantado). ¿Qué
pasa cuando una telenovela se acaba? Pues que hay que buscar otra… Hoy comienzo
a ver “Yo no creo en los hombres”.
Quien
dice hoy, dice comencé a verla hace dos días, pero por cuestiones de
organización de mi caótica vida, no he podido hacer el habitual ‘post’ de impresiones y expectativas que
hago siempre que empiezo a ver una telenovela.
He
elegido “Yo no creo en los hombres”
por las siguientes razones:
-Las críticas. Los verdaderos expertos en
telenovelas (y no aficionados como yo), han elogiado esta adaptación de la
telenovela homónima producida por Televisa en el ya lejano 1991. Un buen guión,
personajes ‘redondos’ con los que el
espectador empatiza, y una producción impecable son algunos de los atractivos
que destacan de esta telenovela. En alguna página he leído que está al tú por
tú con “El color de la pasión”, que,
como sabéis, me encantó.
-El elenco. Adriana Louvier me parece una de las
grandes actrices de esta nueva ‘hornada’
que está presentando Televisa (junto a Esmeralda Pimentel y Ana Brenda). A ella
hay que sumarle Flavio Medina, que me encantó en “Quiero amarte” y en “Amor
bravío”. Junto a estos dos, debo destacar la larga lista de primeros
actores y actrices que encontramos en esta telenovela: Rosa María Bianchi (de
vuelta al género después de “La fuerza
del destino”), Luz María Jerez, Alejandro Camacho, Azela Robinson Juan
Carlos Barreto…
-La productora. Todo el mundo habla elogia a Giselle
González. Es la primera telenovela que hace en solitario y va a ser la primera
que vea suya, ya que no vi ninguna de las que hizo junto a Roberto Gómez (me
quedó la espinita de “Para volver a amar”, después de las buenas críticas que
tuvo y su éxito en México).
-Abogado. Que el protagonista sea un prestigioso
abogado, hijo de un referente en el mundo judicial, es otro atractivo más, al
menos para mí, que me encanta el mundo jurídico e ir conociéndolo a nivel de
México a través de las telenovelas. La pega es que el protagonista sea Gabriel
Soto, que donde todo lo más que me convenció fue en “La fuerza del destino”, especialmente con la segunda ‘parte’ de su
personaje (quienes la hayáis visto, sabréis de que hablo).
Como
siempre, aprovecharé todo lo que pueda esta telenovela para ‘gazapos’, ‘reutilizandos’ y lo que surja. Espero en un par de meses hacerle
la crítica oportuna.
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