De piedra nos quedamos los seguidores
de la telenovela Marina cuando, a
finales de 2007, y pocos días después de su estreno en TVE, la propia cadena
nos anunciaba lo siguiente:
Y de piedra nos volvimos a quedar cuando, en el capítulo del día siguiente, comprobamos que, efectivamente, teníamos un nuevo Ricardo continuando con las tramas hasta entonces abiertas en la telenovela y que el aviso que les mostraba en el vídeo no era una broma de mal gusto
El motivo oficial de ese cambio fue que Mauricio Ochmann (Ricardo #1), hubo de ingresar en un centro de desintoxicación por su adicción a las drogas y en su lugar se eligió a un actor con una reconocida carrera: Manolo Cardona (Ricardo #2).
Debo reconocer que Ochmann como actor me parece uno de los mejores del género y he visto prácticamente todas sus telenovelas desde Amarte así, Frijolito. Me parece un actor muy natural, que sabe meterse en la piel de los distintos personajes que ha interpretado y que siempre tiene química con las actrices que le ponen al lado (especialmente con Sandra, con la que coincidió nuevamente en El clon).
Por ese motivo, cuando supe que Mauricio iba a ser reemplazado por Manolo, me entraron mis dudas sobre seguir viendo o no la telenovela. Seguí, pese a que Manolo nunca acabó de convencerme (pese a que me acostumbré a verlo en pantalla). Hizo un buen papel, sin más, y podría decirse que tenía química con Sandra Echeverría, pero hasta ahí.
Lo vi muy soso, especialmente al principio y en la etapa en que su personaje está en el hospital, y que dura como treinta capítulos.
Sin embargo, en lo que a audiencia se refiere, el cambio de galán no afectó a la telenovela, no al menos en nuestro país, ya que se convirtió en un gran éxito, llegando la revista Telenovela, junto a TVE, a sacarla en DVD. Empezó con poco más de 1,4 millones de espectadores y un 14% cuota de pantalla y acabó con un 27% y 2,2 millones de espectadores. Con eso creo que se dice todo.
A mí me entretuvo bastante, aunque hubo alargues innecesarios. Lo mejor de Marina fue descubrir a Sandra Echeverría, una actriz que, a día de hoy, es una de mis actrices favoritas y a la que sigo en su carrera desde entonces.
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