CRÍTICA: "Vivir a destiempo" (Azteca 13, 2013)

Desde que se estrenó en México, allá por febrero de este año, me llamó la atención. No sé exactamente por qué, pero me dije “tienes que verla”. Por cuestión de tiempo no pude ponerme a ello hasta agosto de este año y la vi a un ritmo trepidante, de veinte capítulos por semana. Me encantó. Hablo de “Vivir a destiempo”.

SINOPSIS:
*Logotipo de la producción.
Paula Duarte (Edith González) y Alejandro Monroy (Ramiro Fumazoni) fueron novios en sujuventud. Terminaron cuando él se fue a estudiar al extranjero, obligado por su padre, a quien Paula le parecía poca cosa para él. El padre de Paula, un hombre maníaco-depresivo, se suicida. Ella, su madre y su hermana se ven obligadas a salir adelante solas. Buscando olvidar a Alejandro, Paula empieza a salir con Rogelio Bermúdez (Humberto Zurita). Él, muchos años mayor que ella, la seduce y embaraza. Se casan, y tienen dos hijos: Daniel (Carlos Marmen) y Tania (Marcela Guirado). Por su lado, Alejandro se casa con Amparo Ávalos (Wendy de los Cobos), una mujer promiscua y caprichosa. Tienen un hijo, Eduardo (Luciano Zacharsky). Al cabo de los años, Alejandro se divorcia, harto de las múltiples infidelidades de Amparo.
Paula y Alejandro vuelven a encontrarse, veintitantos años después, gracias a que Tania y Eduardo se hacen novios. Ella batalla por salir de la apatía en la que cayó su vida, gracias a Rogelio, un hombre misógino y dominante, con el que ha sido profundamente infeliz. El amor lucha por abrirse paso otra vez entre Paula y Alejandro, pero son demasiadas las cosas que los separan.
*Edith González y Ramiro Fumazoni (Paula y Alejandro)
La vida de todos los personajes está inmersa en pasiones, intrigas, conflictos, ambiciones. Paula descubre que Rogelio le es infiel con alguien en quien ella confía ciegamente. Ha comenzado a trabajar y a sentirse independiente, y es entonces cuando decide terminar con la farsa que es su matrimonio y darse una oportunidad para ser feliz con Alejandro. Sin embargo, la corriente los arrastra a ambos y no pueden nadar contra ella. Problemas con sus hijos, intrigas de Rogelio y Amparo… tragedias que los golpean en forma inclemente…
“Vivir a destiempo” muestra la lucha de la clase media por salir adelante en un mundo en crisis. La lucha de los padres por rescatar a sus hijos y mostrarles el camino correcto. La lucha de los jóvenes por sortear sus problemas y definir quiénes son y hacia dónde van. Adultos y jóvenes en búsqueda de su propia identidad. Amor, odio, pasión. Sarcasmos, humor negro, cariños sinceros y otros traicioneros… Frustraciones y grandes satisfacciones. Eventos crudos y violentos, otros tiernos y emotivos, que nos llevan a la risa o a las lágrimas.

DATOS y TRÁILER:

150 capítulos. México, 2013 (Tv. Azteca). Productora: Fides Velasco.

PERSONAJES y ACTUACIONES:
Esta es una de esas telenovelas donde inevitablemente acabas cogiendo cariño a todos y cada uno de los personajes, y los acabas viendo como parte de tu familia o de tu círculo de amistades. Ello hace que aún muchos extrañemos a Paula o a Alejandro, una semana y pico después del final de la historia. Es algo que a mí me ha pasado en muy pocas telenovelas, el lograr esa empatía con todos los personajes.
Yendo uno por uno, debo decir que Edith González está espléndida como Paula Duarte, un personaje que fue hecho para que ella lo interpretara y eso se nota en pantalla. Borda un personaje redondo que pasa por tres etapas muy distintas. En lo personal opino que Edith se ve igual de joven que cuando protagonizó “Corazón Salvaje”. Pareciera que tuviese un pacto con el diablo o que el tiempo no transcurriese para ella… Y también valoro mucho de ella que sea una actriz que elige únicamente proyectos novedosos o con calidad en los últimos años, algo que pocas hacen.
*Humberto Zurita, Edith González y Ramiro Fumazoni (Rogelio, Paula y Alex)
La química de Edith con Ramiro es bestial. Tienen una complicidad que traspasa la pantalla y debo reconocer que Ramiro ha sido todo un descubrimiento. Es un actor que se ve muy comprometido con su personaje, actuando de una manera muy natural que llega al espectador. Recuerdo una escena en la que Alejandro pierde a un ser querido (no daré más detalles) y llora desconsoladamente en el tanatorio durante varias escenas. No pude evitar llorar. Catarsis pura y dura. Espero volver a ver a Ramiro pronto en otra historia y auguro que pronto (si no las ha recibido ya) recibirá ofertas de otras cadenas…
El tercero en discordia es Rogelio Bermúdez (Humberto Zurita), un tipo machista pero gracioso. Me encantaron los pensamientos ‘extraños’ de Rogelio, así como sus sueños raros y sus peleas con su suegra Doña Carolina, en las que mutuamente se llamaban de todo. Zurita es un actorazo y lo ha vuelto a demostrar en esta ocasión. Hacía mucho que no lo veía en pantalla (desde “Marina”) y ha sido todo un gusto volver a verlo. Es un actor que tiene química con todos los personajes que lo rodean, especialmente con las mujeres (se acuesta con unas cuantas a lo largo de la historia) y que borda cualquier personaje, como ocurre con Edith.
Otra gran actriz que encontramos en esta historia es Andrea Noli, interpretando a Sonia, la liviana hermana de Paula. No es la típica villana, es una mujer normal que tiene un marcado lado desenfrenado y un lado sensato que explota atormentándose por un hecho de su pasado que es el que condiciona su final en la historia. Es una joya de personaje y Andrea ha sabido sacarle el máximo partido. Me gustó mucho más que el último personaje que había visto de esta actriz, Lucrecia, en “Cielo rojo”.
*Verónica Merchant, Miri Higareda y Juan Manuel Bernal
Otros que también se lucen son Juan Manuel Bernal (Patricio) y Verónica Merchant (Cristina). A Verónica la conocía de antes y no me decepcionó. Es la mejor amiga de Paula y tiene un personaje realmente bueno, de mujer casada atrapada en un matrimonio desgastado por la rutina. Su marido, Patricio, se cansa en un momento dado de esa rutina y comienza a buscar nuevas ‘alternativas’, hasta el punto de convertirse en un adicto al sexo y echar a perder su matrimonio. Tienen una complicidad tremenda en la historia y mucha química con sus respectivos compadres, Rogelio y Paula.
Wendy de los Cobos borda el personaje de la polioperada Amparo pese a ser uno de los que más tarda en ‘destacar’ en la historia, pues tarda varios capítulos en aparecer de continuo.
Victor Huggo Martín interpreta a Salvador, el amigo de Alejandro, el típico amigo que todos quisiéramos tener. Fue otro personaje que me llegó al alma, muy bien interpretado, al igual que Beatriz (María Renée Prudencio) que en la historia es la mujer de Salvador y mejor amiga de Amparo y Sonia.
*Israel Amezcua, Gabriela Roel y Rafael Sánchez Navarro
Geniales también Rafael Sánchez Navarro (Martín) y Gabriela Roel (Eleonora). Llevaba años sin verlos en pantalla y fue todo un gusto reencontrármelos juntos. Martín es un tipo atormentado, cobarde que cede ante cualquier presión, mientras que Eleonora es una mujer desquiciada que padece un síndrome que le lleva a envenenar a sus seres queridos con el fin de llamar la atención. Como he dicho, brillantes.
Mención honorífica para dos grandes actores: José González Márquez (Félix) y Marta Verduzco (Carolina), los abuelos de la historia que tras muchas idas y venidas acaban casándose y siendo felices. Es una historia preciosa dentro de la telenovela y la química entre ambos es buenísima. Adorables ambos.
También me ha gustado mucho Doña Chole (Carmen Delgado), una mujer humilde que se mueve por dinero y que no duda en decir las verdades a la cara (y en tratar de seducir a Alejandro). Me encantó también su extraña relación con su hija Mirna, papel que borda una actriz hasta hace nada desconocida para mí y que se llama Mayra Sierra).
*Parte del elenco juvenil
Por último, me gustaría destacar el buenísimo casting juvenil hecho en esta telenovela. Todos los actores jóvenes parecen en realidad hijos de los que aparentan ser sus padres, no solo físicamente, sino también en lo que a carácter se refiere. Mención especial para Marcela Guirado, que maneja perfectamente a la bipolar y caprichosa Tania. Le auguro también un buen futuro profesional, al igual que a Luciano Zacharsky (Eduardo), que también borda su papel.
Carlos Marmen (Daniel), Miri Higareda (Berenice), German Girotti (Julio) o Ivonne Zurita (Rocío), entre otros, completan un elenco casi perfecto. Y digo casi, porque me desentonó mucho Roberta Burns que interpreta a Marisol y que para mi gusto (ojo, es una opinión personal) no acaba de encajar en la historia y la veo bastante plana a la hora de actuar, aunque sí que es cierto que mejora a lo largo de los capítulos.  

TRAMAS:
Aunque 150 capítulos puedan parecer muchos, la trama principal del rencuentro de Alejandro y Paula los aguanta perfectamente, desde el capítulo 5 en el que se vuelven a ver, hasta el final. Prácticamente están juntos desde el capítulo 38 hasta el 150, con las pequeñas discusiones propias de una pareja y algún disgustillo por el medio.
Es una trama que no se hace en absoluto pesada y a ello contribuyen dos cosas: la química entre Edith y Ramiro y las historias que se dan alrededor de ambos.
En la primera etapa vemos que Paula tiene que aguantar los malos tratos, humillaciones y vejaciones de Rogelio, su marido, hasta que se harta, lo denuncia y le pide el divorcio al tiempo que inicia su primera aventura profesional. Chapeau por esta trama, actual y que lanza un mensaje muy positivo a mujeres en esa situación.
*Rogelio, con sus 'mujeres' en uno de sus sueños.
Luego ya vemos a una Paula más madura, más inteligente y más fuerte, que no se deja doblegar por nada ni nadie.
Pero pese a estar en la cárcel Rogelio no aprende la lección y continúa durante toda la telenovela seduciendo, humillando, maltratando y vejando a muchas más mujeres (Sonia, Amparo…).
Tanto Paula como Alejandro tienen que luchar para sacar a sus hijos de dos adicciones distintas pero a la vez muy parecidas como son las drogas (caso de Tania) y el alcohol (caso de Eduardo), temas que también lanzan un mensaje positivo a la audiencia que ve como, por ejemplo, Eduardo acude a alcohólicos anónimos a rehabilitarse.
Pero hay más tramas conectadas con la principal, como la de los ‘swingers’ Cristina y Patricio, una trama en la que la moraleja viene a ser algo así como “valora lo que tienes en casa antes de salir a buscar cosas distintas”. Otra trama interesante es la de Salvador y Beatriz, que se conocen en una cita a ciegas y se enamoran perdidamente, sin saber ninguno de ellos que Salvador es el padre de Julio, el hijo adoptado de Beatriz.
Los líos familiares de la familia Campos, con una madre como Eleonora, obsesionada en llamar la atención de su marido, que ha dejado de quererla para fijarse en jovencitas, y unos hijos como Rocío, enferma desde su nacimiento, o Mauricio, adicto a las drogas, ocupan también parte de la historia.
*José González y Marta Verduzco (Félix y Carolina)
Otra trama preciosa y muy emotiva es la que comentaba antes de los abuelos, Doña Carolina y Don Félix, ambos viudos, que se conocen de toda la vida y que pese a llevarse como el perro y el gato se enamoran y se casan dándose felicidad mutua en el invierno de sus vidas. Aunque esta trama no tenga el final que me hubiera gustado, sí valoro que Don Félix no cayese en el olvido y constantemente aparezca en la historia (SPOILER) a modo de fantasma. 
El amor también está presente en los jóvenes, con las idas y venidas de Tania y Eduardo, o la extraña relación que comienzan Daniel y Berenice (ella ama a Julio pero pese a todo, se decide a salir con Daniel).
En líneas generales me gustaron mucho todas las tramas de esta telenovela, ya que directa o indirectamente están vinculadas a la trama principal, que es la de Paula y Alejandro.
No obstante me sobraron algunas, como la de Chole y su ‘marido’ Eladio (la aborrecía, menos mal que se separan y él desaparece de la historia y el personaje de Chole mejoró muchísimo gracias a ello) o la trama de Berenice y lo que le ocurre en un día que sale de fiesta con sus ‘amigas’ y que queda impune ya que solo Tania recibe su castigo al final de la telenovela. También me aburrió mucho la trama en la que Marisol decide heredar la fortuna de sus padres por sus propios métodos. La estiraron demasiado y quedó muy arrinconada en el final. Debió comenzar a desarrollarse mucho antes.
El final es muy coherente con lo que fue la historia (nos dejan incluso con el alma en vilo a falta de diez minutos para acabar el capítulo final). Les confieso que pensé que al final todo iba a ser un sueño de Alejandro o de Paula, estilo “Pecados ajenos” (ambas son obra de Eric Vonn). Afortunadamente no fue así.

MÁS COSAS:
Se nota que Eric Vonn es la mente de la que salió la idea. Como escritor me gusta mucho y he de decir que esta historia es bastante mejor que “Cielo rojo” (lo último que vi suyo y que por cuestión de tiempo no llegué a acabar). En “Cielo rojo” todo eran enredos y filiaciones desconocidas u ocultas, llegando a parecer a veces una caricatura del género. “Vivir a destiempo” es una historia cotidiana, con personajes como usted y como yo, con sus problemas, que ríen, lloran, sienten y padecen. Son personajes que no son ni buenos ni malos, tienen su corazón y actúan, para bien o para mal, motivados por algo concreto.
*El elenco junto a la productora en la presentación.
Los diálogos son excelentes. Debo destacar que Vonn usa las palabras que los mexicanos usan en su día a día, sobretodo la juventud. Como anécdota, cuando oí la palabra “churro” en la telenovela me quedé extrañado, hasta que supe qué significa en México y cómo la maneja la juventud. Los diálogos, junto a lo bien que está hecho el casting, hacen que las relaciones entre los personajes parezcan reales, que los personajes tengan una gran química entre sí, como comentaba antes.
Los decorados son espectaculares, bastante mejores que los de Televisa, muy cuidados y nada acartonados. En general se cuida hasta el más mínimo detalle de la telenovela (excepto algunos auriculares o pinganillos que se ven en las orejas de los personajes y que no deberían verse. No me gustan).
Sí que pincha un poco en el vestuario, especialmente en el de las mujeres. ¿Cómo osan vestir a Edith en ocasiones como una muñeca y en otras como lo que en España llamamos ‘cani’ (como cuando le ponen unos pantalones de rayas blancas y negras, que parecía una cebra)? Y lo mismo con Andrea o Verónica, Amparo (que casi siempre va de negro, ¿por qué?) o Doña Caro.
Quizás hicieron falta más locaciones, aunque eso sí, las que nos enseñaron, fueron preciosas (como la ‘cabaña’ en la montaña de Paula y Alejandro o los escenarios de Veracruz).
Otro punto a favor de la telenovela es la canción que abre cada capítulo (con una entrada, dicho sea de paso, hermosa) y sirve para ambientar las escenas de Paula y Alejandro. La canción se titula “Vivir a destiempo” y es interpretada por Aranza (véase en el vídeo  situado sobre este párrafo), una voz hasta hace poco desconocida para mí. Es una canción que no te cansas de oír, muy positiva y la tremenda voz que tiene Aranza hace que sea una canción realmente perfecta. Me gustaría conseguir el disco que sacaron de la telenovela. He estado buscándolo en internet pero no lo he encontrado.
Genial también la constante referencia que los personajes y los decorados hacen al tiempo, a través de los relojes, omnipresentes en una historia que lleva la palabra ‘tiempo’ en su título.

Para acabar, aunque me hubiera gustado extenderme algo más, pues he disfrutado mucho de esta telenovela, comentar algo que ya destacaba al principio. Es muy recomendable y engancha desde el primer capítulo. Para mí, la mejor telenovela mexicana del 2013 (o al menos de lo que va de este año) y con un mensaje muy bonito: nunca es tarde para recuperar a ese gran amor de juventud que todos tenemos.

-PUNTUACIÓN FINAL: 9,5-

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