En
la primavera del 2012 Telemundo anunciaba a bombo y platillo su nueva gran
apuesta para el horario estelar: “El
rostro de la venganza”. La historia, original del gran Sebastián Arrau, fue
presentada por este a varios canales chilenos que la rechazaron dados los
polémicos temas que tocaba. Finalmente el proyecto llegó a Telemundo y la
cadena se decidió a convertir el guión de Arrau en una telenovela que se
estrenó en el verano de 2012.
SINOPSIS y PERSONAJES:
Tras
pasar veinte años de su vida en la cárcel pagando un crimen que no recuerda
haber cometido, pese a que todo el mundo le acusa a él de haber matado siete
niños en un colegio cuando él también era un niño, Diego Carrasco (David
Chocarro) sale de prisión y adopta una nueva identidad para comenzar una nueva
vida y protegerse de su pasado. Con la ayuda de su psiquiatra, Antonia
Villaroel (Maritza Rodríguez) y del banquero Ezequiel Alvarado (Saúl Lisazo),
recibe una nueva identidad, la de Martín Méndez.
Antonia
y Martín inician una relación sentimental, siendo ella su primer amor. Tratando
de averiguar lo que realmente ocurrió en “la
matanza del San Gabriel”, como así apoda la prensa al asesinato de siete
niños en el colegio San Gabriel de Miami en el año 1992, que presuntamente
realizó Diego, Antonia comenzará a descubrir cosas que los padres de los niños
supervivientes de la masacre tratan de esconder, pagando muy caro por sus
averiguaciones...
TRAILER:
DATOS: 113 capítulos (aprox) de 45 minutos.
EEUU (Telemundo). Productor: Aurelio
Valcárcel Carroll.
PERSONAJES y ACTORES:
Empezando
por Diego o Martín, debo decir que para ser el primer papel protagónico de
David Chocarro, este me ha sorprendido para bien. Entiende el personaje,
metiéndose en la piel de un niño con aspecto de adulto, al que la tragedia en
el colegio le privó de vivir muchas cosas y le hizo pasar veinte años en la
cárcel.
Antonia
Villaroel es un personaje que recuerdo con mucho cariño. Maritza Rodríguez está
espléndida en la piel de la psiquiatra y tiene mucha química con David.
*Saúl Lisazo es Ezequiel Alvarado. |
El
personaje de Saúl Lisazo es un mafioso de cuidado, y Saúl intenta cogerle el
punto,
sobreactuando en algunas ocasiones, pero en general está muy bien, con un toque irónico a la par que satírico que él da al personaje (y que ya vi en otros personajes de este actor, como el que interpretaba en "El Clon"). La que sí me
parece muy ‘acartonada’, sobre todo en los primeros veinte capítulos, es
Elizabeth Gutiérrez (Mariana en la historia), que tarda en coger el punto a su
personaje, para muchos la protagonista de esta historia.
Los
otros villanos (Roberto Mateos y Felicia Mercado) están bien, sin más, aunque
Felicia personalmente me gustó más en la última etapa de la historia que al
principio.
De
los secundarios me quedo con Alex Maldonado, un adulto tímido, tartamudo y
acomplejado, magistralmente interpretado por José Guillermo Cortinés (al que no
conocía). También hay que destacar los personajes de Natalia (Paloma Márquez),
la esposa de Alex Maldonado, Víctor Leyton (un psicópata al que Martín conoce
en la cárcel), Verónica Baeza (una afamada periodista cuyo hermano murió en la
tragedia del colegio, interpretada por Wanda d’Isidoro), Marcos (hijo mediano
de Ezequiel, interpretado por Rafael León) y el comisario-detective Tomás
Buenaventura (Paulo Quevedo). Todos estos actores merecen un gran aplauso por
su trabajo, sin duda alguna.
Tanto
Jonathan Islas como Cynthia Olavarría estaban muy ‘artificiales’ en sus
respectivos papeles. La muchacha que interpretaba Kimberley Dos Ramos me
resultaba pesada, al igual que el personaje de Felipe Ríos que era
inaguantable.
*Marlene Favela es Alicia (Eva). |
Sin
embargo, quien se merece una ovación por su trabajo en la historia es Marlene
Favela,
que se incorpora hacia la mitad de la historia dando vida a Alicia
Ferrer, un enigmático personaje que resulta clave a la hora de descifrar todo
lo relacionado con la matanza del colegio y los posteriores asesinatos que se
producen en la historia. Alicia Ferrer (o Eva Sanmaniego) tiene una doble vis.
Al principio es una enfermera adorable, que cuidó a Martín en la cárcel, donde
se enamoró de él. Sin embargo, SPOILER, conforme avanza la trama, acaba
convirtiéndose en una peligrosa psicópata dispuesta a matar a todo aquel que
descubra un gran secreto que guarda o que, simplemente, se interponga entre
Martín y ella.
Como
iba diciendo, Marlene Favela me sorprendió (para bien) en este personaje. Es
más, me atrevería a decir que como villana gana más que como la típica niña
buena que le había tocado encarnar en anteriores historias. Está soberbia y
desde aquí animo a que Telemundo le ofrezca la posibilidad de hacer más
villanas, porque, pese al cambio de registro, le salen genial.
TRAMAS:
La
trama principal da mucho juego desde un principio. El niño que mató a tiros a
siete compañeros de clase porque se reían de él y dejó en coma a un profesor,
es un tema novedoso en las telenovelas, pero más novedoso es lo que pasa a raíz
de esa base argumental…
No
voy a contar mucho, porque es una telenovela de misterio y no quiero desvelar
más de la cuenta, pero esta novela rompe muchos ‘moldes’. Aquí nos hablan de
‘electroshocks’ (una técnica bestial mediante la cual, con descargas
eléctricas, se borran los recuerdos de la mente de una persona). Aquí se habla
del “bullying” que muchos niños sufren en el colegio. Aquí mueren personas de
formas inimaginables (asesinadas con un taladro, decapitadas…). Aquí violan a
un hombre.
Entre
tanta novedad y sin olvidarnos que esto es una ‘telenovela’, están las tramas
amorosas. Me quedo con la de Martín y Antonia, un amor que, como se demuestra
en el final de la historia, va más allá de la muerte. Antonia fue el gran amor
de Martín y él no consigue olvidarla, pese a que SPOILER muere tiroteada al
poco de comenzar la telenovela. Luego mantiene un apasionado romance con
Mariana y luego se enamora de Alicia, pero no llega a querer a ninguna tanto
como a quiso a Antonia, su primer y gran amor. La historia de Alicia (o Eva) está muy bien integrada en la historia, pese a que surgió en parte dado el abandono de Elisabeth Gutiérrez (Mariana) de la telenovela por causas aún desconocidas.
Junto
a Martín y sus chicas tenemos otras historias amorosas, como la de Miguel Ángel
y Katherina, que surge a partir de un embarazo no deseado; o la de Marcos y
Verónica, otra de mis preferidas.
*Mariza R. (Antonia), David C. (Martín) y Ely G. (Mariana) |
Manejar
una telenovela de misterio implica estar atento a todos los detalles y dar
pistas, poco a poco, a los espectadores y Sebastián Arrau y sus compañeros
logran todo ello a través del desarrollo de la historia. Únicamente, y siendo
casi una anécdota, se les escapa que Eva Sanmaniego, en 1992, hable de Martín
con su madre (cuando Martín es la identidad que adopta Diego al salir de la
cárcel, en 2012). Lo demás perfecto, ya que logran que la intriga y la
curiosidad del espectador, se mantengan hasta el final de la historia, cuando
todo se descubre.
Si
hay algo que me gusta de este tipo de historias es que no toman al espectador
por tonto y le dan en bandeja todos los detalles de la telenovela para que él
únicamente tenga que verla, sin pensar en nada. En estas telenovelas los
guionistas hacen que los espectadores piensen, aten cabos, traten de averiguar
quién es el asesino (y lo logran, yo sospeché de varios antes de que se
descubriera quién era).
MÁS COSAS:
Tenía
todos los ingredientes para triunfar: buen elenco, una buena y polémica trama…
pero no triunfó. Telemundo se la cargó decidiendo emitirla en EEUU en capítulos
de apenas veinte minutos de duración, compartiendo horario con la exitosa “Pablo Escobar”, que hacían que una
historia ágil se volviera lenta y que costase trabajo seguirla. Cuando “Pablo Escobar” terminó, los capítulos
pasaron a durar cuarenta minutos y pasó lo que debió pasar: la audiencia mejoró
y las tramas se agilizaron. Fue un grave error que espero no vuelvan a cometer
nunca más.
Otro
error fue ambientarla en Nueva York. De hecho allí se rodaron escenas de los
primeros capítulos, pero el resto se rodó en los decorados acartonados de los
estudios de Telemundo Miami. La telenovela abusaba de los interiores (de los
decorados) y eso falló en su contra. Debieron ambientarla en Miami desde un
principio, ya que así se hubieran podido aprovechar mejor los exteriores que
ofrece esta ciudad, mostrándose playas, edificios miamenses… De todas formas este
no es un error único de esta historia, sino que también está presente en otras
como “Aurora” o “Una maid en Manhattan”. El decorado de la cárcel era también
penoso.
No
me gustó tampoco un buen número de escenas en las que se ve el micrófono
colgando, grabando la voz de los protagonistas… Ya podían evitar eso, con lo
mal que queda en pantalla.
Sí
que acertaron bastante con los looks y vestuario de los distintos personajes y
con la banda sonora, compuesta de tres canciones (“Volver a nacer”, “Golpe a golpe” y “El rostro de la venganza”), de distintos estilos –pop, balada y
rap, respectivamente-, y que recogían de qué iba la historia y se adecuaban a
la perfección al personaje de Martín Méndez, así como a sus sentimientos y
vivencias fuera de la cárcel. Sí que hay que decir también que en la primera
parte de la historia se escucha más música de fondo (tanto canciones como
incidentales), que en la segunda.
En resumen, una telenovela entretenida que rompe todos los moldes: asesinatos por doquier, un psicópata que el espectador debe descubrir conforme avanza la historia, violaciones, cárceles, tríos, tráfico de drogas, prostitución y un largo etcétera de temas 'poco habituales' en las telenovelas se dan cita en "El rostro de la venganza", una de las varias telenovelas de Telemundo que yo llamo 'telenovelas policiacas' o 'telenovelas de misterio'.
-PUNTUACIÓN
FINAL: 8-
Comentarios
Es una telenovela basura sin ningún tipo criterio ..qui la escribió es un demente..no quisiera leer otras cosas..por que serán igual o peor ..
en resumen: si hubiesen cuidado más los detalles de algunos asesinatos par que sean como los de alguien te mira, le hubiesen hecho matar a 2 más por que si en plena huida y hubiera terminado con eva recien escapada de prisión, hubiese sido genial