Para alguien que ha nacido en los 90, no deja de ser una fantasía trasladarse, aunque sea un momento, a la década inmediatamente anterior. Todo el mundo habla maravillas de los 80 y a quienes no pudimos disfrutarla siempre nos ha quedado la espinita de hacerlo.
La semana pasada encontré, en un contenedor de reciclaje de papel, una colección de pósteres publicados por la revista Antena TV a mediados de los 80, con figuras del fútbol de la época. Lo importante, detrás de los pósteres parrillas de programación que muestran lo interesante que era la televisión de la época, con solo dos canales, La 1 y La 2. Ambos, repletos de ficción, en unas cuotas mucho más altas que las que maneja la televisión actual, con seis generalistas que dedican horas y horas a la actualidad y los debates participados por los todólogos: personas que no saben nada pero creen saberlo todo.
En lo que al género se refiere, La 1 apostaba por aquel entonces por una repetición de Cuna de lobos en las mañanas. Catalina Creel abría una barra de ficción que contaba con títulos como Años dorados, años amargos, y producciones infantiles como Correcaminos, Nanny, Los mundos de Yupi o La aldea del Arce. Entremedias, informativos, y a la caída de la noche, más actualidad, con el polémico Fernando Sánchez Dragó cerrando la parrilla.
En La 2 más de lo mismo. Por la tarde, la telenovela De pura sangre. Luego, más ficción, deporte y un capítulo de Se ha escrito un crimen para rematar la parrilla y las emisiones de un canal aún en pañales, que solo contaba con programación desde las 14:30 y hasta las 0:30 h.
¡Qué de cosas hemos perdido pese a haber ganado en canales, en resolución, en medios, en técnica! Las seis generalistas actuales suman unas seis horas de ficción diaria, con tres telenovelas españolas llevándose la mitad del cupo. Es menos de la mitad de lo que ofrecía una televisión con solo dos canales hace cuatro décadas. Y no, no valen las plataformas para justificarlo.
Hemos preferido y estamos prefiriendo la actualidad a la ficción; lo real a lo inventado. Y lo real solo sirve para caldear ánimos y mortificar, máxime teniendo en cuenta el tono de algunos magacines que se emiten hoy en día. Ya es verano, época de pruebas y cambios en las parrillas. ¿Por qué no apostar por más ficción diaria? Toca entretener, toca olvidar y despejar la mente. Parece una idea utópica, pero en el verano de 2005, hace veinte años, La 1 y Antena 3 lo consiguieron con Amarte así y Pasión de gavilanes. En 2006, también en verano, llegaban Rebelde y Yo soy Bea a Antena 3 y Telecinco. En unos días Antena 3 estrenará La encrucijada, aunque no será diaria, sino semanal, pese a contar con 60 capítulos. Quedan balas en la recámara. Programadores, no os olvidéis de la ficción.
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