ME CHIRRÍA: Finales entre decorados

Hace unos días alguien subió una pieza del final de Los miserables, en concreto el último minuto. No me preguntéis por qué, pero acabé viéndola y recordando algo que no me gustó de esa telenovela y que generalmente no me gusta en ninguna: los finales entre decorados.

Ya que se cierra una telenovela, qué menos que dedicar al público una última toma, unos últimos segundos, con los protagonistas al aire libre o en una localización real. No pido un paraje espectacular, sino cualquier sitio más o menos abierto que no traslade esa sensación que da el final de Los miserables. En él, los protagonistas se casan en la capilla del hospital donde trabajaba ella, una capilla que es un decorado que sale varias veces a lo largo de la historia.

Llamadme maniático, pero no sé, este tipo de finales entre decorados me produce una impresión de desgana, de prisa por querer terminar lo antes posible. Quizás por ello los aborrezco. No me gustan en absoluto.

Desconozco exactamente qué motivos hay detrás de un final entre decorados, pero algo me hace pensar que el dinero y los tiempos son responsables, muchas veces, de que se termine de esta manera que a mí no me convence en absoluto. Por favor, si se va a contar una historia, téngase la prevención de fijar un presupuesto para el final ya desde que se empieza a grabar. También convendría, aunque quizás sea más difícil que lo anterior, fijar y respetar unos tiempos que permitan llegar a ese final bien planificado desde el inicio.

Os dejo, para cerrar la entrada, un vídeo del final de Los miserables y otro del de La vecina. Comparad y decidme cuál os parece más bonito o qué sensaciones os producen ambos: