Hace justo cinco años, a comienzos de junio de 2017, concluían las grabaciones de Mi adorable maldición. Entre quienes se despedían de aquel proyecto se encontraba su protagonista, Pablo Lyle. Satisfecho con el trabajo realizado, Lyle aseguraba a varios medios que se tomaría un tiempo de vacaciones para volver al género con fuerzas renovadas. Mucho me temo que no va a ser así, por lo menos a corto plazo.
Pablo Lyle debutó en las telenovelas allá por el 2006, en la telenovela juvenil Código postal. A ella la siguieron Verano de amor (2009); Una familia con suerte (2011-2012), Cachito de cielo (2012), y Por siempre mi amor (2013-2014). Terminada esta, le llegó la oportunidad de protagonizar La sombra del pasado (2014-2015). Su buen hacer le permitió sumar dos protagónicos más, en Corazón que miente (2016) y Mi adorable maldición (2017), siempre de la mano de Televisa.
En paralelo a su trabajo en televisión, Lyle hizo teatro y participó en diversas series, la última de ellas, Yankee, producida por Netflix y estrenada en 2019. En aquel entonces este actor originario de Mazaltán estaba en el mejor momento de su carrera. Sin embargo, su reacción ante algo tan cotidiano como una discusión de tráfico, lo llevó a vivir un ocaso profesional. El 31 de marzo de 2019, Pablo Lyle discutió con un conductor en Miami y le propinó un puñetazo que le ocasionó un derrame cerebral. Falleció días después. Aunque han pasado tres años, el juicio aún no se ha celebrado, y Pablo Lyle permanece en Miami bajo libertad condicional geolocalizada y el pago periódico de una fianza. Si nada lo impide, el juicio se celebrará el 5 de julio, en menos de un mes, y será entonces cuando este actor sabrá si puede o no recuperar su trayectoria profesional.
Creo que este es el mejor ejemplo de cómo, ante un calentón por algo tan banal como un tema de tráfico, lo mejor es tomar aire, pensar durante unos segundos y dejar que el calentón vaya a menos. No merece la pena que por actuar sin pensar echemos a la basura nuestra vida.
Comentarios
Yo nunca lo e visto actuar,, ojala se resuelva todo y pueda continuar con su vida.
Evidentemente, tiene que pagar por lo que hizo. Su caso es el mejor ejemplo de cómo, por no pensar, en un visto y no visto tu vida se puede ir al traste.
Un saludo!