MIS DESVARÍOS: La nostalgia de releer el pasado

¿Compraríais algo que se ha publicado hace cuarenta o cincuenta años y que ahora se reedita con mejor calidad? Hace unas semanas volví a entrar a mi quiosco de confianza. Aclaro que nunca dejé de ir por allí, pero sí de entrar, porque es un local pequeño y desde que comenzó la pandemia y hasta hace apenas dos semanas atendían al público desde la puerta, para que nadie entrara y hubiese el mínimo riesgo de transmisión posible.

Como os decía, hace unas semanas volví a entrar al quiosco y me sorprendió ver en el estante de las revistas un par de ellas un tanto particulares. Una era esta:

“¿Pero qué es, que ahora reeditan lo que sacaron hace tantos años?", le pregunté a Enrique, el quiosquero. "Así es, en mejor papel y con mejor calidad gráfica, y en algunos aspectos con notas sobre la actualidad del asunto", me explicó él. Quise saber qué público tienen estas reediciones. "Pues hay un poco de todo, desde un geriátrico a varias peluquerías y centros de belleza, pasando por algún que otro coleccionista". Las revistas en cuestión eran dos, una, mensual, cuya última portada es la que ilustra esta entrada, y otra cuyo nombre me ha sido imposible recordar, porque no era, como esta, una revista que se siguiese editando a día de hoy o no con el mismo nombre. Me quedé con las ganas de echarles un vistazo a ambas, pero la normativa Covid impide manosear las revistas y como no soy seguidor de este tipo de prensa, no me apetecía pagar 2,95 por la de la imagen y otros tres y algo por la otra.

Salí del quiosco sorprendido por tan curioso hallazgo y con una pregunta en mi cabeza… "¿Y si la revista Telenovela hiciese lo mismo con todo ese material que tiene en su archivo desde hace ya casi treinta años?" Un número cada mes para recordar lo que sucedió cada año, desde sus orígenes en 1993. No sé vosotros, pero yo sí pagaría por un número en el que se rescatasen, por ejemplo, las entrevistas que hicieron a Edith González y Eduardo Palomo por Corazón salvaje. También sería bonito conservar con mejor calidad aquellos reportajes que se marcaban en las mansiones de los actores y actrices del género. Y sería interesante reeditar, en modo coleccionable, los resúmenes algunas de las telenovelas más destacadas de aquella época. No me importaría en absoluto pagar tres euros o cuatro o los que fueran por algo así, con un centenar de páginas bien hechas, en buen papel y con una serie de contenidos debidamente presentados.

Sé que mi idea, con toda seguridad, no se verá realizada y en estos momentos dudo incluso de la continuidad de la revista, después del ERE que acaba de aprobar el grupo Hearst, propietario de esta y otras publicaciones, pero tampoco pierdo la esperanza. Si hace unos años estuvieron muy de moda los coleccionables, ¿por qué no se pueden poner también de moda las revistas reeditadas, que tienen un algo de coleccionable, y que en un tiempo todos los quioscos tengan una estantería con las revistas actuales y otra, con las reeditadas?