ESTÁN PASANDO COSAS: Erratas, un micro y una fecha que no cuadra en "La Bandida"

La Bandida (Azteca, Sony y Teleset, 2017) encierra unas cuantas curiosidades dignas de ser destacadas, unas por raras y otras, por llamativas. Aquí comienza un nuevo Están pasando cosas.

Y nada mejor que comenzarlo por lo primero que se ve en la telenovela, su entrada. En ella se aprecian, al menos, un par de erratas. Una de ellas es la que se localiza en el primero de estos dos nombres:

Albi es Albi, sí, pero no es de Abreau, sino de Abreu. Podría pasar como una errata aislada, por un apellido que no es precisamente común, pero vais a ver en seguida que lo de las erratas es una constante siempre que aparece un rótulo. En la entrada hay una más, que afecta a José Carlos Femat:

Femat, no Fermat, como quedó escrito. Llamadme puntilloso, pero el apellido artístico de Rocío y que mantiene su hija Shaila es Dúrcal, llano y con tilde, no Durcal, agudo y sin tilde. Debo comentar que ninguna de estas erratas se corrigió y que todas salen en los 62 capítulos que tiene la historia. Mejor suerte tuvieron, en ese sentido, algunos actores y actrices que realizaron actuaciones especiales y cuyos nombres se sobreimpresionan al comienzo de los capítulos en que aparecen. Bueno, mejor suerte… por decir algo, ya que muchos fueron víctimas del mismo rotulista que hizo la entrada. Van varios ejemplos:
Chistian Chávez, el alter ego de Christian Chávez

Jenny Key, para rebautizar a Jenny Kay.

Cristel Klitbo, la forma en que llamaron a Christel Klitbo.

Y Corrido Intrumental, uno de los temas de la banda sonora, que igual era instrumental, pero que se quedó en Intrumental.

Que los rótulos son un punto débil en La Bandida está claro, pero es que lo son desde el primero que aparece en todos los capítulos, una curiosa y contradictoria advertencia al espectador:

"Es una historia de ficción inspirada, parcialmente, en la vida de Graciela Olmos", vale. Parece, entonces, que tenemos una historia de ficción que bebe "parcialmente" de la vida de un personaje real. Sin embargo, poco después se nos indica que "no obstante que las historias que se narran son totalmente ficcionadas". ¿No quedamos en que la telenovela toma "parcialmente" una vida y un personaje reales? ¿Es posible ficcionar "totalmente" a partir de algo que se ha tomado "parcialmente" de la realidad? A mí me cuesta concebirlo. La advertencia riza el rizo al explicar que "cualquier similitud con nombres, situaciones, historias y hechos serán el resultado de una mera coincidencia". Vale que estas últimas palabras buscan que la telenovela se libre de responsabilidades judiciales, pero si se parte de un personaje y una vida reales y se toman nombres reales, que la ficción se parezca a la realidad no es una "coincidencia", sino algo lógico.
Entradas y rótulos aparte, La Bandida tiene una realización muy cuidada a la que solo se le pueden reprochar algún que otro gazapo y un par de cosas. Una, de carácter técnico, que es este micro que se cuela en plano, como podéis ver en este vídeo que me propocionó Altair:

La otra tiene que ver con la ambientación en el pasado. No encontré nada que no cuadrase en esa ambientación temporal que maneja la telenovela, desde principios del siglo XX hasta los años 60, más allá de este cartel que anuncia una actuación de Graciela Olmos para el jueves 24 de agosto de 1920:
Tirando de calendario he comprobado que el 24 de agosto de 1920 no fue jueves, sino martes:

De todas maneras, que a una producción de época solo se le puedan reprochar estas dos cosas habla muy bien de la realización y de los encargados de atrezo. Suelo estar atento a que los coches cuadren en fechas con las épocas en que transcurre la acción, a los muebles y a otros elementos de atrezo, pero aquí no he encontrado nada que destacar. Todo cuadra, salvo esa fecha.

Comentarios

Altair ha dicho que…
Hola Gafemo!!

Me había dado cuenta con lo de "Intrumental" y "Durcal". Lo demás se me había pasado completamente. El de los rótulos se lució.

Saludos