“Hoy la imagen de México que se ve en casi todo el mundo son las series del narco o
relativas […] y eso no nos hace ninguna justicia. México tiene que promover
otros guiones, se puede y se debe, y queremos hacerlo”. Con estas declaraciones,
hechas hace unos días, el secretario de Relaciones Exteriores de México,
Marcelo Ebrard, volvía
a encender el debate sobre las narconovelas.
Una
vez más se reabre un debate que para mí es absurdo y que demuestra que los
gobernantes no saben discernir entre ficción y realidad. También es verdad que algunos
espectadores tampoco hacen esa distinción. Aun cuando puedan inspirarse en hechos
reales, El Señor de los Cielos, La reina del Sur o Rosario Tijeras, por poner tres ejemplos, son ficciones. No son
documentales en los que la cámara sigue a unas personas que actúan sin saber
que les están grabando; son ficciones con una serie de personajes que no
existen más allá de la ficción y que viven así en una especie de mundo propio
en el que se enamoran, matan, trafican y hacen mil cosas más.
El
espectador que piense que México es solo narcotraficantes y explosiones tiene
el mismo problema que el que crea que en España nos dedicamos a atracar bancos
con máscaras de Dalí –lo digo por el éxito de La casa de papel– o que vivimos en la primera mitad del siglo XX –a
juzgar por la de telenovelas y series españolas que se han ambientado entre
1900 y 1950–. Con ello quiero decir que no porque en México se rueden
narconovelas quienes las vemos tengamos una imagen nefasta del país. Al
contrario, muchas de esas narconovelas nos permiten conocer desde regiones,
ciudades, pueblos o aspectos culturales que hacen, y hablo por mí, que la
imagen que tenemos del país sea incluso más rica, más completa.
Es
cierto que México tiene, en materia de narcotráfico, un problema añadido.
Mientras que en España no tenemos bandas de atracadores con máscaras de Dalí
asaltando bancos, en México sí tienen narcotraficantes, balaceras y víctimas,
muchas víctimas. Se calcula que más entre 2006 y 2018 más de 250.000 personas murieron
en la conocida como “guerra contra el narcotráfico”. Y el problema parece estar
lejos de solucionarse. Cuando veo que Aurelio Casillas mata a no sé cuántos no
me preocupo lo más mínimo. Sin embargo, si en un informativo muestran las
imágenes de unos cuerpos tendidos sobre el suelo de la plaza
Garibaldi del DF tras un tiroteo, sí. Ahí está, otra vez, la diferencia
entre ficción y realidad. La imagen que se proyecta de México en el exterior no
tiene nada que ver con las narconovelas: es la propia realidad social del país
la que proyecta esa imagen.
La
ficción no debe tener límites. Por eso es ficción. Sin embargo, no tiene
sentido luchar contra ella y hacer declaraciones como las que encabezan esta
entrada cuando la realidad muestra sucesos mucho más crueles que condicionan
mucho más la imagen de México de lo que lo hace la ficción. Quizás habría que
dejar de atacar a la ficción para mirar a la realidad y comenzar a solucionar
sus problemas.
Comentarios
Por cierto, Gafemo, ¿has visto ya la tercera temporada de La casa de papel? ¿Qué te ha parecido? A mí me ha gustado mucho, no era fácil abrir una serie que había tenido un final cerrado y creo que les ha quedado muy bien, y se nota que en Netflix tiene más presupuesto que en Antena 3.
Algunos actores/actrices suelen ser algo más delgados o el cabello de otro tono de color y no me refiero a otro color, si no a escala de color, si una mujer victima de asesinato o no es pelirroja, posiblemente la que haga de ella tenga otro tono de pelirrojo. Y es que cuando ya hay alguien muerto no se puede grabar, si no escenificar, por lo tanto saben que está la cámara.
Además hay estadisticas por ejem :
Cada dia se tiran al metro de Barcelona, comprobado que como más lo digan más pasa, por eso no lo dicen.
El balconing de Mallorca se tira uno y faltan horas para repetirse.
Las manadas violadoras....pues venga más lo dicen más veces pasa.
Y ya no quiero ni entrar en las muertes de violencia de genero, que es el pan de cada día, por desgracia.
(Y ya ni hablo de temas gore)
Así que personas normales como tu o yo y tantos que leemos tu blog sí podemos distinguir la ficción de la realidad pero hay muchisima gente que NO.
Por eso no veo tan descabellado se planteen algo, yo como tengo hijos ya muy enganchados a videojuegos y consolas y moviles no me sabe mal...tanta tecnología nos matará bufff 😥
Saluditos de verano!
Entre ' Supervivientes,GH, Salvame, y MHyV ' ya tienen los cerebros bien fritos a la gente, parece los adoctrinen al chonismo....luego los ridiculos somos los que miramos telenovelas, «el mundo al revés 😬 pá llorar y no parar»
@Jucovi... Pues de la T3 de "La casa de papel" solo vi los dos primeros capítulos. El primero me decepcionó un poco. Entiendo que era necesario saber qué había sido de la banda y que pase todo lo que pase, pero en realidad parece más una demostración de poderío económico con tanta localización. El segundo ya es "La casa de papel" pura y dura. Este merecía haber sido el capítulo 1 y que todo eso de lo que ocurre en el verdadero capítulo 1 se explicase mediante flashbacks. Tengo ganas de ver cómo sigue la toma del Banco de España, aunque quedan seis capítulos, con lo que no sé yo si nos dejarán colgados...
@Alex... Para mí el tema de reconstrucción de asesinatos o de infidelidades (el otro día vi en DKiss un programa bestial sobre esto último) es "true crime", o lo que es lo mismo ficcionalizar unos hechos a partir de la realidad. Cuando hablaba de documentales lo hacía pensando en programas donde la cámara sigue a unas personas realizando algo que no saben que están siendo grabados. Lo hacía pensando en cámaras ocultas y documentales o programas de investigación. Pero es verdad que la línea entre realidad y ficción en lo que a documentales, "true crime" y todos estos géneros emparentados es bastante difusa.
@Tessa... De acuerdo contigo en todo. Supongo que estarás conmigo en que lo que toca es formar a la gente para que distinga la ficción de la realidad. Estamos llegando a unos extremos que me sorprenden. Hace unos días la productora de "Por 13 razones" eliminaba del montaje comercial la escena de un suicidio de un adolescente porque resulta que a raíz de esa escena se suicidaron unos cuantos chavales en todo el mundo. Hace 250 años el "Wherther" de Goethe provocó también una oleada de suicidios en Europa por su final, donde el protagonista de suicida. Puedo entender que en 1775 pasase esto, pero hoy en día...
Es un problema gordo. Al paso al que vamos en la ficción solo van a poder salir personas felices a lo Heidi. No sé si es culpa de la educación, de la sociedad o de qué, pero hay que hacer algo para que no se siga confundiendo ficción y realidad.
Un saludo!