MIS DESVARÍOS: El 'erre que erre' de la revista "Telenovela"

Hace ya más de dos años que dejé de comprar la revista Telenovela. Lo sé, porque me despedí de ella en una entrada que publiqué a comienzos de 2017 en esta página. Mi interés por la revista y sus contenidos había ido a menos en los dos últimos años y tras más de quince comprándola, dejaba de hacerlo un tanto desilusionado por el rumbo que parecía haber tomado la publicación, basado en una fórmula fija y quemada, con unas cuantas noticias al principio, resúmenes, dos o tres entrevistas compradas a agencias y publicidad, muchísima publicidad. Tampoco ayudó a que siguiese comprándola el que en por aquel entonces nos la subieran a 1,60 euros en Asturias y otras comunidades, algo que luego hicieron en el resto de España.

Siendo sincero, en estos dos años no eché en falta la revista Telenovela. Recuerdo haberla hojeado alguna vez en el hipermercado en el que habitualmente compro, pero más allá de eso, no sentí necesidad de adquirirla ni tan siquiera de entrar en su web para ver qué iban sacando.

A finales de febrero o comienzos de marzo, Zaragozano me alertaba de una nueva subida en el precio de la revista, hasta costar 1,80 euros en Aragón y otras comunidades. Otra prueba, como las que hacían antes de generalizar la subida en toda España. Tuve entonces la idea de escribir unas líneas sobre la revista y así, la próxima vez que fui a mi hipermercado, me entretuve un rato echando un vistazo a uno de los números que tenían para vender. Esperaba que la subida de precio se justificase con más contenidos, pero nada de nada. Lo mismo que os decía sobre el contenido en aquella entrada de hace más de dos años se puede seguir aplicando a cómo es la revista hoy en día. Siguen erre que erre. Solo habría que cambiar una cosa: lo que antes eran resúmenes de telenovelas latinas hoy lo son de producciones turcas. Más allá de esto, lo único que también hay que resaltar es que se han cargado Los rostros de las telenovelas, una de las mejores secciones que tuvo la revista. Y no, no lo han hecho por no tener material, porque rostros quedaban,  tanto los de delante de cámaras como los de detrás.  Sigue el coleccionable y siguen Las telenovelas de tu vida, que en el número al que eché el vistazo estaba dedicado a Alma pirata, una telenovela que aquí en España emitió Localia hace once o doce años. No es una telenovela tan mítica como las que sacaban cuando comenzaron con esta sección, pero no está mal.

Por lo demás, nada nuevo bajo el sol.

En este punto, podría decir eso que llevo diciendo años, que si convendría renovar contenidos, metiendo más detrás de cámaras, entrevistas no solo con actores, sino también con guionistas o productores, críticas, concursos para los lectores, reportajes sobre los estudios que producen telenovelas, recuperar las fotonovelas… No sé, hay mil cosas que se pueden hacer. Pero es inútil. Lo llevo haciendo casi desde que comenzó este blog, pero me han hecho poco o ningún caso. Afortunadamente no soy el único que lo piensa: echando un vistazo a su Facebook se pueden encontrar unas cuantas sugerencias de lectores de las que se ve que pasan olímpicamente.

Supongo que cuando la subida de precio se generalice en toda España, habrá lectores que exijan más contenidos, porque pagar 1,80 euros por 50 páginas, dentro de las cuales hay unas cuantas de publicidad, no me parece precisamente barato. Y no, tampoco han mejorado la calidad del papel.

Me da pena ver en qué ha terminado la revista que durante tantos años compré por la falta o el temor a una renovación que la propia revista pide a gritos. En enero 2017 auguraba su final a corto plazo. Mucho me parece que ha aguantado, teniendo en cuenta que han transcurrido más de dos años. Habrá que ver si esta nueva subida del precio y la cerrazón a nuevos contenidos y a ese cambio tan necesario, no se convierten en la estocada final de una revista que es tan mítica para los seguidores del género en España.

Un último apunte. La fotografía que acompaña al texto fue realizada a un ejemplar que había en el escaparate de un kiosco y en ella se ve la portada del siguiente número al que hojeé en el hipermercado, donde no me atreví  a hacer fotos. Era gorronear demasiado, teniendo en cuenta que dediqué cinco o seis minutos a echar un vistazo a la revista y terminé dejándola en su sitio.