LA TRASTIENDA: Peticiones imposibles

Un bloguero no es un dios que lo pueda todo. Normalmente suelo colaborar con todo aquello que me pedís (enlaces de descarga que pueda conocer, una web en la que haya podido ver una telenovela, cualquier información sobre las tramas…). Sin embargo, hay veces en las que los lectores piden, pedís, cosas que son inasumibles. Sobre ello va esta entrada.

“¿No podrás subir El secreto? Es que Televisión Española quedó de subirlos a su web y no lo hizo”. Este correo lo recibí hace cosa de cuatro años. Respondí amablemente que me era imposible subir la telenovela: “no la tengo y lamento mucho que Televisión Española no la subiera”, le dije a la remitente.

Este correo es solo una muestra de las decenas de emails que me llegan pidiéndome cosas por el estilo siempre de manera muy educada. Me han pedido desde El rostro de Analía a De que te quiero, te quiero, pasando por A que no me dejas, La dama de rosa o La viuda negra, por citar algunas. A todas ellas he respondido educadamente, haciendo ver a sus remitentes que un blog sobre telenovelas como este no es una emisora de radio en la que se piden canciones; tampoco un macromercado de telenovelas donde se puede trapichear con uno u otro título. 

De todas estas peticiones me quedo con una, que no me llegó vía email sino a través de un comentario en el blog. Lo aprobé y le hice una captura de pantalla con mi teléfono móvil del ataque de risa que me dio. Es la que tenéis acompañando estas líneas. No voy a hacer ningún comentario más que insistir en que no, los blogueros no somos 
–al menos yo no lo soy– coleccionistas de telenovelas. Si las suben o las dejan de subir, es cosa de productoras, cadenas y webs. No cosa nuestra. Por cierto, ese comentario de la imagen no lo contesté, porque me pareció, sencillamente, que no merecía la pena hacerlo, del mal gusto que tenía y las pocas buenas formas que en él se advertían.

Peticiones de telenovelas aparte, en los comienzos de este blog me llegó un ruego sospechosamente sorprendente. Un extranjero, de Europa del Este, me escribió un email que decía lo siguiente: “Mi amigo [Fulanito] que vive en Madrid y me envía cada mes certificado los números de las revistas españolas Fotogramas y Telenovela está muy enfermo, tiene cáncer avanzado y no se sabe cuanto vivirá porque me ha dicho que los resultados son cada vez peor y que debo urgente encontrar otra persona para hacerlo”. Le respondí que no me podía comprometer a enviarle una revista que no compraba “con regularidad”. Fue una mentirijilla, porque sí que la compraba todas las semanas, pero fue la forma más sutil que encontré para no decirle que soy una de esas personas que no adelanta dinero nada más que para lo estrictamente necesario. No iba a arriesgar el coste de un envío a Europa del Este, que no era precisamente barato, mínimo 24 euros por Correos, sin garantía alguna de cobro. Porque esa era otra, este amigo búlgaro solamente me aseguraba que "Le pagaría el servicio", sin decirme cuándo ni cómo. Eso sí, también me aseguraba que "puedo recordarle regularmente para no olvidar". Gracias. No quiero y no me gusta pensar mal, pero el correo invitaba a hacerlo, ¿o no?

En fin. Espero que nadie se moleste por haber hecho públicos estos emails y estas anécdotas, que no dejan de ser eso, anécdotas. Simplemente quería mostraros cómo a veces hay quienes nos tienen en una consideración tan grande que nos creen capaces de cosas a las que no llegamos. Somos humanos, no hay más.