MIS DESVARÍOS: 'Morriña' y 'liberación', sentimientos 'post telenovelam'.

Del gallego-portugués, según la RAE, viene la palabra ‘morriña’. Una palabra a la que es difícil encontrar un sinónimo con el que coincida plenamente en su significado. ‘Morriña’, según la RAE, es “tristeza o melancolía, especialmente la nostalgia de la tierra natal”.  La entiendo pero no la comparto del todo… Para mí la ‘morriña’ tiene un componente, más allá de la tristeza, de la melancolía o de la nostalgia. Un componente distinto a esos tres sentimientos que es lo que hace que para mí, ‘morriña’ no tenga un sinónimo con total identidad de significado. No es nostalgia, ni melancolía, ni tristeza… Es algo más.

¿A cuento de qué viene esto? Pues a que estoy a punto de acabar, como quien dice, “Bajo el mismo cielo”. Y ya veo, ahí, a lo lejos, a la ‘morriña telenovelera’, como yo la llamo. Y sé que va a llegar a mí en cuanto la acabe. Y que estará conmigo unos días después de haberla terminado.

Y es que, si una telenovela nos gusta, con independencia de la duración que tenga, la ‘morriña’ aparece cuando la historia está dando sus últimos coletazos. Ver la telenovela se convierte en un hábito que nos agrada y, como tal, cuando lo ‘dejamos’, aunque nos pongamos a ver otra telenovela, la ‘morriña’ aparece.

Seguro que os ha pasado… Y os diré algo más, la ‘morriña’ le acaba dando un plus a la telenovela en cuestión. Si la telenovela consigue que los espectadores acaben ‘padeciéndola’ cuando la historia termine, es que ha valido la pena y se ha hecho un buen trabajo. Ha entretenido y ha calado tan hondo en el espectador, que la va a echar de menos.

Igual que existe la ‘morriña’, también existe la sensación o el sentimiento contrario: la ‘liberación’.

La ‘liberación’ se da en aquellos casos en los que la telenovela no ha conseguido su misión principal: gustar al público, que, pese a ello, la ha seguido de forma un tanto rutinaria. Seguro que os ha pasado más de una vez el acabar una telenovela que no os ha gustado mucho, y pensar algo del estilo de “Por fin se ha acabado”. Eso es la ‘liberación’. No solo se da en telenovelas que no nos han gustado. También, aunque en menor medida, en telenovelas que nos han gustado, pero que se han vuelto excesivamente largas.

Yo lo tengo claro… Si fuese productor de telenovelas, más allá de encuestas, audiencias, críticas y esas cosas al uso, atendería a los sentimientos que produce la telenovela, una vez terminada, en los que la han visto. Creo, sinceramente, que es uno de los mejores barómetros que puede existir para decretar el éxito de una telenovela.